Nicaragua
Intelectuales y razón
de Estado
2 de agosto de 2018
2 de agosto de 2018
Por Marcos Roitman Rosenmann
La Jornada
Los amigos de mis amigos no son mis enemigos, y los enemigos de
mis amigos no son mis aliados. Es necesario aclarar estos términos para
explicar la realidad que vive Nicaragua y el papel de los intelectuales. ¿Qué
sentido tiene reflexionar sobre el poder sin realizar una crítica a la razón de
Estado? La tarea del intelectual, concepto nacido peyorativamente, sirvió para
designar a quienes por vez primera, comandados por Émile Zola, manifestaron su
rechazo a la mentira, manipulación, justicia corrupta, antisemitismo e
impunidad del Estado en el caso Dreyfus.Yo acuso de Zola, define su rol en el espacio
público. Se les desprestigió, afirmando que no era de su incumbencia cuestionar
el poder y las decisiones de Estado. Dedíquense a sus tareas, escriban novelas,
pinten, realicen investigación científica, docencia, etcétera, pero no se metan
en política. Es terreno vedado. Julio Verne encabezó la lista de inquisidores.
Tras juicio amañado, Zola se marcha al exilio, de regreso a Francia, muere en
extrañas circunstancias. La historia es larga, los desatinos del poder han sido
muchos y los silencios cómplices también. Simplemente Stalin. La crítica a
destiempo no es crítica, sino justificación. Llámeseles militantes orgánicos,
pero no intelectuales. Nicaragua no es la excepción. El
insulto se ha convertido en un arma poderosa contra quienes dibujan un cuadro
políticamente incorrecto. Los defensores del gobierno Ortega-Murillo, no
construyen argumentos, ni aportan datos. Se erigen guardianes de un régimen,
disque de izquierda, progresista y revolucionario. Su justificación: el enemigo
a combatir es el imperialismo yanqui. Ortega es nuestro hijo de puta. Así
comienza la retahíla: desconocen la geopolítica, son tontos útiles, se asimilan
a los golpistas, ignorantes, los hay financiados por la CIA. La crítica se deriva
a lo personal. Las reflexiones de pensadores, militantes, activistas,
dirigentes políticos, teólogos de la liberación, poetas, académicos,
escritores, en fin intelectuales, cuyos trabajos aportan al debate, son
ninguneados. Ahora, los acólitos de Ortega-Murillo, que les citaban como parte
del pensamiento emancipador, les convierten en enemigos. ¿Qué ha pasado? El
mensaje es claro: conmigo o sin ti.
Tal y como
sucediera en la guerra del Golfo, las movilizaciones del No a la guerra fueron
expresión social de una mayoría enfrentada a la prepotencia, la mentira y
No estamos en presencia de un golpe blando,
por definición. Se piden elecciones anticipadas. Nicaragua no es Venezuela ni
Cuba. En Venezuela, la izquierda y el gobierno han ido por delante de la oposición. Elecciones ,
referéndum, constituyente, se han fajado en las urnas, no han tenido miedo,
derrotados o vencedores, le han quitado los argumentos a la derecha y al
imperialismo. Así recalan en el golpe blando. Por su parte, Cuba, lleva más de
medio siglo con un bloqueo comercial, económico y financiero, pero se erige
digna. Se intentan toda clase de maniobras desestabilizadoras y fracasan, la
revolución cuenta con el apoyo de su población, es Martí, Haydée Santamaría,
Vilma Espín, Melba Hernández, Fidel, Camilo, Celia Sánchez, el Che. Ni tortura, ni muertos en
manifestaciones. ¿Cuáles las semejanzas con la Nicaragua de hoy? Usted responda
en conciencia. La labor del intelectual consiste en unir ética de la
responsabilidad y ética de la
convicción. A quienes tienen el poder y lo saben les imputa
responsabilidad en sus actos, a quienes no lo saben y pero lo ejercen, le
señala las consecuencias de sus decisiones y por último hace pública sus
conclusiones, argumenta, genera debate, no busca ganar en una discusión
sofista, sino articular pensamiento emancipador y subversivo. Parafraseando a
Paulo Freire, educa para la libertad. ¿Cuántos muertos hacen falta para
reconocer la infamia?
Fuente:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=244767
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