El reformismo y
la
"revolución" posible.
31 de agosto de 2018
La “cuarta transformación” en México ha
comenzado oficialmente: el día 8 de agosto del presente año el Instituto
Nacional Electoral (INE) entregó la constancia de mayoría a Andrés Manuel López
Obrador (AMLO), lo que lo hace, ahora sí, presidente electo de México.
Sin embargo, debemos reconocer que desde los primeros días de
julio tanto AMLO como todo su equipo han estado trabajando intensamente por
explicar sus planes de gobierno, sus políticas públicas, su estrategia
financiera y sus propuestas concretas para beneficiar a la Patria, según sus
palabras.
Pero no sólo los integrantes del futuro gobierno hacen
declaraciones, también diferentes analistas políticos cercanos o militantes
abiertamente de MORENA están explicando las diferentes decisiones del futuro
gobierno, por polémicas que éstas parezcan. Y estos analistas coinciden con el
futuro gobierno en que se harán “las transformaciones posibles que nacen de la
lectura correcta de la realidad nacional” (Víctor M. Toledo).
Coinciden también en que se debe recuperar el papel rector del
Estado para conciliar los intereses de clase; es decir, que se debe moderar la
opulencia y la miseria, y que todas las clases deben estar unidas por el bien
de la nación.
AMLO lo ha expresado muchas veces, una de las últimas fue en
Ciudad Juárez, Chihuahua, en el foro organizado con víctimas el 7 de agosto
pasado, y lo dijo con las siguientes palabras: “Tenemos que ser tolerantes,
nada de sectarismos; tenemos que actuar en unidad, pensando que la Patria es
primero y estar dispuestos a perdonar”.
Pedro Salmerón, un historiador que, si no milita en MORENA
oficialmente, es un serio defensor de sus propuestas, llama a los militantes de
la izquierda anticapitalista a no quedarse fuera de la “revolución” posible, a
que no se autoaíslen; llama también a la unidad para transformar lo posible.
Ésta es la tesis central del reformismo: transformar lo
posible y, leyendo las propuestas del futuro gobierno, transformar lo posible es
moderar los efectos más negativos de la política económica neoliberal en un
aspecto central: combatir el despilfarro de la alta burocracia que roba el
dinero de los impuestos del pueblo trabajador y del producto de la venta de los
pocos recursos naturales que aún administra el Estado. De aquí que la bandera de la lucha
contra la corrupción se vuelva el eje fundamental del discurso y de las 12
medidas legislativas propuestas para el próximo periodo de sesiones de la
cámara de diputados y senadores.
Nosotros estamos de acuerdo con que cese el robo del dinero del
pueblo; pero nos preguntamos “¿cuánto dinero más podría obtener el futuro
gobierno si los dueños de Bimbo, Cementos de México (Cemex), Telmex (América
Móvil), o Grupo México cedieran al Estado sólo el 25% de sus ganancias anuales
durante seis años?”
Sólo por poner dos ejemplos con unas cifras ya un poco viejitas:
en 2014 América Móvil operaba en 26 países fuera de México y generó 545 034
Millones De Pesos (MDP) que representaron 64.3% de su ingreso total. Ese mismo
año, Cemex operaba en 35 países fuera de México y obtuvo 163 818 MDP que
representaron 78% de sus ingresos totales.
Esos ingresos, que reporta una revista especializada en
identificar a las grandes empresas mexicanas, no son resultado del “sudor de la
frente” de los dueños de las empresas, sino resultado de la explotación a los
trabajadores que laboran en sus empresas. Su capital no es resultado de su
bondad, es resultado de su avaricia, de su rapacidad, de su menosprecio por el
bienestar del pueblo mexicano y de los pueblos de otros países que explotan.
Moderación y austeridad en el gobierno, estamos totalmente
de acuerdo. Pero ¿dónde está la moderación en los grandes empresarios
beneficiados por casi 40 años de política neoliberal?
Cierto, nos dirán que MORENA ya está negociando un aumento
salarial progresivo al minisalario durante seis años hasta que sea del 100%, y
que eso significará la austeridad en el ingreso de los oligarcas que nos
explotan… ¿Ésa es la “trasformación posible”?, ¿o es la trasformación del
reformismo que teme confrontarse con los oligarcas y que prefiere moderar las
aspiraciones justas del pueblo?
Desde nuestro punto de vista es la propuesta que nace de tener
miedo a enarbolar la bandera del aumento salarial de emergencia del 100% para
todos los trabajadores que ganen de uno a dos salarios mínimos, no sólo en la
frontera como ya está prometido, sino en todo el país donde la miseria se
agrava día con día. Es la propuesta del miedo a confrontarse tempranamente con
quienes tienen el monopolio de los medios de producción en sus manos, es la
propuesta que intenta conciliar con la burguesía y su oligarquía a costa del
hambre y la paciencia del pueblo trabajador y explotado.
Por esta razón, cuando se habla de unidad, de tolerancia,
de no sectarismo, siempre nos preguntamos: “¿unidad entre quiénes?, ¿tolerancia
con qué actos, con qué hechos, con qué personas?, ¿quiénes representan a la
Patria?, ¿los mexicanos dueños de las trasnacionales que nos han saqueado o el
pueblo trabajador explotado y oprimido? Y si todos la representamos, ¿por qué
el hambre y la miseria son para millones, y el despilfarro y la riqueza para
unos pocos?”
El pueblo es noble, sabe reconocer a los suyos, a los que luchan,
viven y mueren a su lado; el pueblo también perdona fallas, flaquezas y
defectos de los que dan la vida por él para construir una vida mejor, pero ¿por
qué el pueblo tendría que tolerar a los ladrones?
Si un lema grabado en la conciencia popular ha sido “no
mentir, no robar, no traicionar”; ¿por qué ahora nos piden confiar en los
empresarios que nos han mentido, nos han robado y nos han traicionado no este
año, sino durante decenas de años?
Entendemos la esencia del reformismo: hacer lo posible
desde la perspectiva de la pequeña burguesía que teme la confrontación con la
burguesía, pero que teme más el despertar consciente y organizado del
proletariado y los pobres del campo, que teme que éstos les demuestren que lo
posible para ellos es una claudicación frente a lo históricamente necesario:
superar el modo de producción capitalista y construir el socialismo en México.
¡Contra el despojo, la explotación y la represión;
resistencia, organización y lucha por el socialismo!
NOTA:
Este artículo fue publicado como parte de la sección EDITORIAL
del No. 36 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular
(OLEP), Agosto-Octubre 2018.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=245935
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