Foto-informe III: "Los
femicidios apuntan al disciplinamiento de las mujeres"
Compartimos el
comunicado completo leído en Plaza de Mayo en el marco del Paro Nacional de
Mujeres con la consigna "Ni Una Menos". "Nosotras paramos. Para
que no nos paren con su pedagogía criminal. Para hacer pedagogía nosotras,
porque juntas vamos a construir una sociedad sin machismo. Porque libertad
implica desmontar definitivamente el patriarcado. Nosotras paramos. Porque nos
duele y nos indigna que en este mes de octubre ya se cuenten 19 muertas. Cuando
tocan a una, respondemos todas. Paramos contra los femicidios, que son el punto
más alto de una trama de violencias, que anuda explotación, crueldades y odio a
las formas más diversas de autonomía y vitalidad femeninas, que piensa nuestros
cuerpos como cosas a usar y descartar, a romper y saquear". Imágenes:
Lucia Alegria y Fernando Almeira para ANRed.
Compartimos texto leído en Plaza de Mayo:
Nosotras
Paramos: #NiUnaMenos
Nosotras
paramos.
Contra los que nos quieren parar.
Contra los que nos quieren parar.
Mientras transcurría el
31 Encuentro Nacional de Mujeres, violaban y asesinaban a Lucía en Mar del
Plata. Un año antes, habíamos sido reprimidas en esa ciudad, como este año en
Rosario.
Nosotras
paramos.
Para que no nos paren
con su pedagogía criminal. Para hacer pedagogía nosotras, porque juntas vamos a
construir una sociedad sin machismo. Porque libertad implica desmontar
definitivamente el patriarcado.
Nosotras paramos. Porque
nos duele y nos indigna que en este mes de octubre ya se cuenten 19 muertas. Paramos
porque para detener a la violencia femicida necesitamos plantarnos desde la
autonomía de nuestras decisiones y esto no es posible mientras el aborto no sea
legal, seguro y gratuito para todas. Mientras las variables económicas sigan
reproduciendo la violencia machista: porque nuestras jornadas laborales son dos
horas más largas que las de los varones, porque las tareas de cuidado y
reproductivas caen sobre nuestras espaldas y no tienen valor en el mercado de
trabajo.
Porque la desocupación crece dos puntos
cuando se habla de mujeres, porque la brecha salarial es, en promedio, de un 27
por ciento. Es decir, que a igual trabajo, las mujeres ganamos mucho menos que
nuestros compañeros.
En un contexto de
ajuste, de tarifazos, de incremento de la pobreza y achicamiento del Estado
como el que propone el gobierno de la Alianza Cambiemos ,
nosotras nos llevamos la peor parte: la pobreza tiene rostro femenino y nos
coarta la libertad de decir no cuando estamos dentro del círculo de violencia.
II
Nosotras paramos.
Nosotras paramos.
Paramos contras las
balas que intentan detener nuestra fuerza. Una fuerza que crece en encuentros,
movilizaciones, debates. Fuerza feminista, fuerza de mujeres.
Paramos contra el
disciplinamiento para todas que implica que Milagro Sala esté presa por mujer,
por indígena, por haberse organizado, por reclamar no sólo los derechos básicos
sino también el derecho de todos y todas a la recreación y la fiesta. Contra la
detención y el procedimiento judicial irregular que mantiene como rehén a Reina
Maraz, migrante quechuahablante a quien los resortes de una justicia misógina y
colonial han condenado injustamente a cadena perpetua. Contra las condiciones
que una y otra vez hacen de las cárceles de mujeres espacios donde se
amplifican las jerarquías clasistas y racistas. Contra las formas en que en
barrios como el Bajo Flores las adolescentes son asediadas y desaparecidas
durante días, después de ser amenazadas y chantajeadas, pero también contra el
modo en que esos barrios se vuelven cada vez más asfixiantes, tomados por
tramas de economías ilegales que habilitan nuevas y más duras formas de
violencia.
Contra la política retrógrada que inaugura
un centro de detención para migrantes, en un claro retroceso respecto de la
legislación vigente.
Paramos tomandola
iniciativa. Mostrando capacidad de reacción frente a una
guerra contra las mujeres que se escribe día a día.
Paramos tomando
Nos movilizamos y nos
auto-defendemos. Cuando tocan a una, respondemos todas. Por eso, hoy 19 de
octubre de 2016 #Nosotras paramos.
Somos las amas de casa,
las trabajadoras de la economía formal e informal, las maestras, las
cooperativistas, las académicas, las obreras, las desocupadas, las periodistas,
las militantes, las artistas, las madres y las hijas, las empleadas domésticas,
las que te cruzás por la calle, las que salen de la casa, las que están en el
barrio, las que fueron a una fiesta, las que tienen una reunión, las que andan
solas o acompañadas, las que decidimos abortar, las que no, las que decidimos
sobre cómo y con quien vivir nuestra sexualidad. Somos mujeres, trans,
travestis, lesbianas. Somos muchas y del miedo que nos quieren imponer, y la
furia que nos sacan a fuerza de violencias, hacemos sonido, movilización, grito
común: ¡Ni Una Menos! ¡Vivas nos queremos!
III
Nosotras paramos.
Nosotras paramos.
Paramos contra los femicidios, que son el
punto más alto de una trama de violencias, que anuda explotación, crueldades y
odio a las formas más diversas de autonomía y vitalidad femeninas, que piensa
nuestros cuerpos como cosas a usar y descartar, a romper y saquear.
La violación y femicidio de Lucía Pérez
muestran una línea sostenida contra la autonomía y capacidad de decisión,
acción y elección y deseo de las mujeres. Lucía fue considerada una cosa a la
que hay que darle hasta que aguante y dejada en una sala de emergencias para
hacer creer que había muerto de una sobredosis, intentó tapar la verdad. No fueron las
drogas, fueron los machos. La violaron y mataron en Mar del Plata horas antes
de la represión en la marcha del final del Encuentro Nacional de Mujeres en
Rosario. La reunión más transversal y creativa que moviliza identidades y
sensibilidades diversas bajo formas de organización también diversas:
colectivos políticos, artísticos, barriales, sindicales, etc. Todas sumamente
políticas: porque la política es la lucha insistente por la invención de
libertades, por la construcción comunitaria y por la ampliación de derechos.
Como todos los femicidios, el de Lucía
también apunta al disciplinamiento de las mujeres y de todas las personas que
se rebelan contra los roles que esta sociedad defiende a capa y espada: serás
lo que supuestamente es normal o no serás nada. Y no podrás decir NO porque el
costo de decir NO será, en el extremo, la muerte.
De un cautiverio a otro. De un tipo de
explotación a otras más cruentas. Entre las mujeres menores de 30 años, el
desempleo es del 22 por ciento. Precariedad de nuestras vidas. Mujeres
convertidas en putas o encarceladas. Trans y travestis reprimidas a diario en
las calles mientras no se les asegura su derecho a incorporarse en la vida
laboral y se les sigue imponiendo la prostitución como único destino. Mujeres
asesinadas por sus parejas o por un empleado. Abusadas por sus padres o golpeadas
por la policía.
Estamos viviendo una temporada de caza. Y el neoliberalismo
prueba sus fuerzas sobre nuestros cuerpos. En cada ciudad y en cada rincón del
mundo. No estamos a salvo.
IV
Nosotras paramos.
Nosotras paramos.
Porque todas las variables económicas dan cuenta
de la violencia machista. Los femicidios son el resultado de una serie de
violencias económicas y sociales, de pedagogías de la crueldad, de una cultura
del “por algo será”, el “algo habrán hecho” que los permite, los justifica y
los avala. No son un problema de seguridad o inseguridad. Luchar contra esas
violencias exige una respuesta múltiple. Nos implica a todos y a todas, pero
sabemos que a los poderes del Estado y a todas sus instancias (nacional,
provincial, municipal), sólo se los hace actuar bajo presión social, impulsada
desde abajo. Por eso estamos aquí hoy, en todo el país y en varios países a la
vez, diciendo #NiUnaMenos, #VivasNosQueremos.
¿Cómo quieren que nos cuidemos si al mismo
tiempo desde los medios de
comunicación nos dicen que las que nos vamos solas y amanecemos muertas tenemos
la culpa? ¿Cómo quieren que tengamos paciencia si nos sacan la jubilación por
amas de casa y no toman en serio el trabajo que significa cuidar a la familia?
Sí, trabajo. El 76% de los trabajos no remunerados los hacemos nosotras. ¿Cómo
se atreven a decirnos que nada de esto es tan grave cuando quitan la capacidad
de autonomía económica a miles de mujeres cuando las echan de sus trabajos,
cuando nos bajan los sueldos, cuando nos amenazan con paritarias cada vez más
bajas? ¿Cómo quieren que esperemos cuando nos morimos por abortos mal hechos y
nos encarcelan si vamos al hospital con un aborto espontáneo? Y así podríamos
seguir. Nadie quiere hacerse cargo de estas preguntas. Y menos quieren pensar
respuestas que nos incluyan no sólo como víctimas, muertas, cosas sino como
protagonistas con voz propia. Nosotras sí queremos insistir, exigir, preguntar,
responder, porque no queremos más víctimas de ningún tipo. Por eso,
#NosotrasParamos.
Y este pedido se vuelve regional: Bolivia,
Chile, México, Perú, Uruguay, Costa Rica, Guatemala, El Salvador. En América
Latina nos acompañamos entre todas.
Ni Una Menos. Vivas nos queremos
¿Cómo creamos otro mundo posible si las
medidas tendientes a esa transformación como el Programa de Educación Sexual
Integral es desmantelado de a poco o directamente no se aplica en varias
provincias?
¿Cómo se atreven a comparar las pintadas
sobre una pared con el asesinato y tortura a una niña?
¿Cómo nos piden paciencia cuando ganamos un
27% menos que los hombres por el mismo trabajo?
¿Cómo quieren que nos cuidemos si al mismo
tiempo desde los medios de
comunicación nos dicen que las que nos vamos solas y amanecemos muertas tenemos
la culpa? ¿Cómo quieren que tengamos paciencia si nos sacan la jubilación por
amas de casa y no toman en serio el trabajo que significa cuidar a la familia?
Sí, trabajo. El 76% de los trabajos no remunerados los hacemos nosotras. ¿Cómo
se atreven a decirnos que nada de esto es tan grave cuando quitan la capacidad
de autonomía económica a miles de mujeres cuando las echan de sus trabajos,
cuando nos bajan los sueldos, cuando nos amenazan con paritarias cada vez más
bajas? ¿Cómo quieren que esperemos cuando nos morimos por abortos mal hechos y
nos encarcelan si vamos al hospital con un aborto espontáneo? Y así podríamos
seguir. Nadie quiere hacerse cargo de estas preguntas. Y menos quieren pensar
respuestas que nos incluyan no sólo como víctimas, muertas, cosas sino como
protagonistas con voz propia. Nosotras sí queremos insistir, exigir, preguntar,
responder, porque no queremos más víctimas de ningún tipo. Por eso,
#NosotrasParamos.
Y este pedido se vuelve
regional: Bolivia, Chile, México, Perú, Uruguay, Costa Rica, Guatemala, El
Salvador. En América Latina nos acompañamos entre todas.
Ni
Una Menos. Vivas nos queremos
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