Europa y Canadá dan a luz
al hermano pequeño del TTIP
30 de octubre de 2016
Por José Bautista | La Marea.
Tras ocho años de negociación alejados de los
focos y con dos días de retraso, este domingo la Unión Europea y
Canadá firman en Bruselas el polémico Acuerdo Económico y Comercial Global, más
conocido como CETA (acrónimo de Comprehensive Economic and Trade Agreement), el
mayor acuerdo comercial bilateral suscrito hasta ahora por la Unión Europea.
A pesar de sus 1.600
páginas, el CETA es una versión desconocida y de menor envergadura que el TTIP,
no por sus características, muy similares en ambos casos, sino porque Canadá,
una de las partes firmantes, tiene una economía doce veces más pequeña que la de Estados Unidos ,
país con el que la Unión
Euopea negocia en secreto la firma del controvertido Tratado
Transatlántico para el Comercio y la Inversión más conocido como TTIP
(Transatlantic Trade and Investment Partnership, por sus siglas en inglés). Los
defensores del CETA e incluso Televisión Española dan por hecho que el acuerdo
incrementará en un 20% el comercio de bienes y servicios entre Europa y Canadá,
aunque olvidan recordar que se trata de una estimación. Argumentan también que
generará empleo y crecimiento económico.
Al igual que el TTIP,
el CETA suprime los aranceles y las diferencias normativas en materia
alimentaria y sanitaria –la legislación canadiense es más laxa que la europea-,
y establece la creación de tribunales supranacionales al servicio de las
multinacionales. Además, abre la vereda para que las multinacionales de ambas
regiones entren a competir en los sectores más protegidos y regulados de
cualquier nación soberana, entre otros el sector financiero, el energético y el
de las telecomunicaciones. A ojos de sus detractores, tanto el CETA como el
TTIP llevan implícito lo peor de la globalización, dejando en posición de
desventaja a los pequeños negocios y productores, y dando más poder a las
multinacionales para rebajar los estándares medioambientales, sociales y de
salud pública. Más de 3,2 millones de personas ya han firmado la petición de la plataforma Stop TTIP
contra el CETA y su par estadounidense.
El acuerdo que
rubrican este domingo la
Unión Europea y Canadá entrará en vigor de inmediato pero con
carácter provisional, puesto que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea tendrá
que pronunciarse sobre la legalidad de los tribunales de arbitraje,
oficialmente conocidos como tribunales de inversiones, que permitirán a las
multinacionales denunciar a los Estados sin pasar por el sistema de justicia
ordinaria e independiente de cada país. Además, todos los países de la Unión Europea
tendrán que ratificarlo, y ya hay países miembro mostrando reticencias,
principalmente Rumanía y Bulgaria. No obstante, varios oficiales comunitarios
dejaron claro ante los medios que
independientemente de lo que decidan los tribunales europeos, el pacto del CETA
seguirá siendo el mismo.
Ekaitz Cancela, autor
de El TTIP y sus efectos colaterales (Planeta de libros), responde desde
Bruselas a La Marea acerca del tratado de libre comercio que firman este
domingo la Unión Europea
y Canadá:
¿Quién o quienes se van a beneficiar más del CETA?
La falta de estudios
de impacto sobre el CETA a nivel nacional pone de relieve el incoherente
enfoque para evaluar quién ganará con estos acuerdos, pero es evidente que
quienes se beneficiarán serán las grandes empresas, con una base exportadora
más amplia, no las PyME (ni siquiera hay un capítulo especifico para ellas en
el CETA). Y más cuando los privilegios de estos acuerdos sirven principalmente
a los intereses de las primeras.
¿Qué aspectos positivos y negativos destacas de este acuerdo?
El CETA es un pack
completo. Si bien es cierto que el comercio y la inversión con un país con
intereses similares a los nuestros puede ser positivo, los tribunales de
arbitraje que plantea así como las listas negativas que se incluyen, contienen
peligros potencialmente devastadores.
¿Influyen de alguna forma los vaivenes en la negociación del CETA
en la negociación del TTIP?
Nadie pensaba que el
CETA fuera a generar este bloqueo. A pesar de que al final, los 28 firmarán su
aplicación provisional en el Consejo, queda de manifiesto la dificultad para
llegar a acuerdos que entren en conflicto con las competencias nacionales en el
futuro.
¿Cuándo empezarán los europeos a “sentir” los efectos del CETA?
Los efectos
colaterales de acuerdos de comercio de estas características no se sienten a
corto plazo. Las políticas sociales y ambientales que se ponen en entredicho se
refieren a proyectos de sociedad. El TTIP y el CETA condicionan el modelo de
sociedad europea del futuro.
¿Crees que el CETA contribuirá a aumentar los desajustes sociales
que provoca el liberalismo económico?
La total apertura de
los mercados y la reducción de las barreras arancelarias al comercio en los 80
y 90 generó desigualdades. En lugar de atender a estos problemas, el
planteamiento de los nuevos tratados acrecienta las brechas de Occidente porque
no corrige las negligencias del pasado. Es más, doblan la apuesta.
¿Cómo funcionará en la práctica la Cooperación Reguladora ?
El modelo de la
cooperación reguladora en el CETA está sujeto a una base voluntaria. Trata de
garantizar un diálogo bilateral entre los reguladores, pero esto no significa
que no se puedan bajar los estándares en el largo plazo. Los intereses de
Canadá y sus empresas en el marco de una directiva europea de control de
combustibles fue uno de los motivos por los que se abrió la entrada en Europa a
las arenas bituminosas [arenas de alquitrán o de petróleo]. Es un ejemplo de
que darle más capacidad de influencia a las grandes empresas en estos procesos
conlleva riesgos.
¿Es factible realizar cambios en el acuerdo después de la firma
del mismo? ¿Qué respuestas contempla el CETA en caso de que un gobierno europeo
se niegue a respetarlo o decida abandonarlo?
Sólo hay una manera de
realizar cambios en el texto: abrirlo a
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article13089
No hay comentarios:
Publicar un comentario