La
siembra de Berta Cáceres
3 de marzo de 2019
Este 2 de marzo se cumplieron tres años
del asesinato de la activista medioambiental hondureña Berta Cáceres. Sin
embargo, el proyecto hidroeléctrico contra el que protestaba sigue en marcha y
las empresas impunes.
Por El
Salto.net
Este 2 de marzo se cumplieron ya tres
años de la siembra de Berta Cáceres. Son ya más de mil días desde que en algún
despacho alguien ordenara su asesinato mientras dormía, es decir, mientras
soñaba. Los sueños de Berta Cáceres eran los de su gente, los mismos de tantas
comunidades campesinas e indígenas de todo el mundo: vivir en paz con la
tierra, los ríos y los bosques que les dan sentido y subsistencia como pueblo y
que, a la vez, protegen el clima y el futuro de toda la humanidad.
Berta fue asesinada por ser la portavoz
del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH)
y de la resistencia de su pueblo, porque hay empresas que incluyen la violencia
y el homicidio en su estrategia de inversión. Fue asesinada como las otras
1.238 defensoras y defensores ambientales que también lo han sido en los
últimos 10 años y como los centenares y miles de personas que, sin llegar a ser
asesinadas han sufrido extorsiones, amenazas, desplazamientos forzosos,
agresiones sexuales, judicialización, campañas de desprestigio mediático, etc.,
por cruzarse en el camino de empresas y gobiernos sin escrúpulos.
Berta fue asesinada, como las otras
1.238 defensoras y defensores ambientales que también lo han sido en los
últimos 10 años, porque hay empresas que incluyen la violencia y el homicidio
en su estrategia de inversión
Empresas como la nacional
Desarrollos Energéticos S. A. (DESA), la costarricense
Concreto Preesforzado de Centroamérica SA (Copreca), la alemana Voith Hydro
Holding (participada por Siemens) y las entidades financieras Banco Holandés de
Desarrollo (FMO) y Fondo Finlandés para la Cooperación Industrial
(FINNFUND) participaban en el proyecto cuando fue asesinada Berta Cáceres. No
fue sino tras una gran presión internacional, que las empresas europeas
implicadas se fueron retirando a regañadientes del proyecto.
Tras un juicio plagado de
irregularidades, el 19 de octubre de 2018 el Tribunal de Sentencia de
Tegucigalpa emitió un veredicto de condena contra los acusados como autores
materiales del asesinato, pero, tanto la familia de Berta como el COPINH,
denunciaron la impunidad en que siguen quedando los autores intelectuales e
inductores del asesinato. Como se dijo en esos días, “Hubo sentencia, pero no
hubo justicia”.
Esa impunidad forma parte del entramado
de corrupción y violencia que sostiene el modelo extractivista multinacional, que
saquea comunidades de los cinco continentes, destruyendo los medios de vida de
millones de personas y agotando los ciclos naturales de la vida. Al mismo tiempo se
persigue, hostiga y criminaliza a quienes los defienden.
Desde el crimen de Berta el movimiento
de solidaridad ha conseguido que gran cantidad de entidades sociales,
instituciones públicas, ayuntamientos, parlamentos, gobiernos, incluido el
español y la Comisión
Europea , se pronunciaran en diferentes momentos y de
diferentes formas sobre la necesidad de una verdadera justicia para Berta
Cáceres, así como para las decenas de defensores y defensoras de movimientos,
organizaciones sociales y comunitarias que han sido asesinados o criminalizadas
con total impunidad.
A pesar de todo esto, y a pesar de lo
que se ha dado a entender, hoy el proyecto hidroeléctrico Agua Zarca sigue
vigente. Este pasado mes de enero el pueblo lenca, a través del Movimiento
Amplio por la Dignidad y la Justicia (MADJ) i el COPINH, todavía ha tenido que
presentar una acción legal ante la Corte Suprema de Justicia para exigir que se
cancele la concesión del proyecto.
Las personas y comunidades afectadas
por las violaciones de derechos humanos y ambientales cometidos por las
transnacionales en todo el mundo no consiguen acceder a la justicia. En cambio,
éstas, amparándose en los tratados de comercio e inversión, pueden demandar a
los gobiernos por cualquier decisión que consideren que perjudica sus
“legítimas expectativas” de beneficios a través de los llamados tribunales de
arbitraje entre empresas y estados (ISDS, por sus siglas en inglés).
Necesitamos un sistema de justicia
global que ponga en el centro a las personas y al planeta, garantizando los
derechos humanos universales
Ya es hora de acabar con esta
impunidad. Necesitamos un sistema de justicia global que ponga en el centro a
las personas y al planeta, garantizando los derechos humanos universales. Por
eso, desde la Campaña contra los Tratados de Comercio e Inversión (TCI),
estamos impulsando la campaña europea Derechos para las personas, obligaciones
para las multinacionales – Stop ISDS, que se articula en base a una recogida masiva de firmas para involucrar a millones de
personas en toda Europa en torno a dos objetivos:
Exigir la eliminación de los
“tribunales corporativos” ISDS en todas sus formas, salir de los tratados de
comercio e inversión que contengan el ISDS u otro mecanismo similar y no firmar
nuevos tratados de este tipo en el futuro.
¡Justicia para Berta y para todas las
defensoras asesinadas y criminalizadas!
¡Derechos para las personas,
obligaciones para las multinacionales-Stop ISDS!
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Fuente: https://www.anred.org/?p=111239
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