55 años después del
derrocamiento del presidente democrático Joao Goulart
El presidente de
extrema derecha Jair Bolsonaro
ordenó
la celebración del golpe de Estado de
1964
29 de marzo de 2019
Por Eric ToussaintCADTM
Traducido por Griselda Pinero y Raúl Quiroz.
Desde su primer viaje, realizado en mayo de 1968, Robert McNamara
se desplazó con regularidad a Brasil, donde no dejó de entrevistarse con el
gobierno de los militares. Los informes públicos del Banco elogiaban
sistemáticamente la política de la dictadura en lo concerniente a la reducción
de la desigualdad [ 4 ] . Sin embargo, en privado las
discusiones podían llegar a ser agrias. Cuando el subdirector del departamento
de Proyectos, Bernard Chadenet, declaró que la imagen del Banco se degradaría a
consecuencia del apoyo que brindaba al régimen represivo brasileño, Robert
McNamara reconoció que había una represión muy fuerte («a tremendous amount of
repression»). Pero agregó: «no es necesariamente muy diferente de lo que
ocurría bajo los gobiernos anteriores y esto no parece mucho peor que en otros
países miembros del Banco. ¿Es que Brasil es peor que Tailandia?» [ 5 ] . Unos días más tarde, McNarama
insistía: «No parece que haya una posibilidad de alternativa viable al gobierno
de los generales» [ 6 ] . El Banco Mundial comprendía
muy bien que las desigualdades no disminuían y que sus préstamos a la
agricultura reforzaban a los grandes propietarios. De todos modos decidió
continuar prestando porque lo que quería absolutamente era mantener su
influencia sobre el gobierno. Empero, en este nivel tuvo un fracaso patente: los
militares demostraron una profunda desconfianza ante la voluntad del Banco de
aumentar su presencia. Por último, a finales de los años 70, aprovecharon la
profusión de préstamos de bancos privados internacionales concedidos a un tipo
de interés inferior al del Banco Mundial.
Finalmente, a finales de los años 70 se beneficiaron de una profusión de
préstamos de banqueros privados internacionales a tasas de interés inferiores a
las del Banco y tomaron cierta distancia del Banco Mundial que les resultaba
menos útil.
La política de préstamos del Banco Mundial está
influenciada por consideraciones políticas y geoestratégicas
El artículo IV sección 10 estipula: «El Banco y sus responsables
no interferirán en las cuestiones políticas de ningún miembro y les está
prohibido dejarse influenciar en sus decisiones por el carácter político del
miembro o miembros concernidos. Sólo las consideraciones económicas pueden
influir sobre sus decisiones y estas consideraciones serán consideradas sin
prejuicios, a fin de alcanzar los objetivos [fijados por el Banco] estipulados
en el artículo I.»
A pesar de esto, la interdicción de tener en cuenta
consideraciones «políticas» y «no económicas» en las operaciones del Banco, una
de las condiciones más importantes de sus estatutos, es burlada
sistemáticamente. Y ello desde el inicio de su existencia. El Banco se negó a
prestar a Francia después de la liberación mientras hubiera comunistas en su
gobierno (pocos días después de la salida de éstos del gobierno, en mayo de
1947, el préstamo solicitado y bloqueado fue acordado).
El Banco actúa reiteradamente contraviniendo el artículo IV de sus
estatutos. En efecto, con regularidad toma decisiones en función de
consideraciones políticas. La calidad de las políticas económicas seguidas no
es el factor determinante de sus decisiones. El Banco presta con frecuencia
dinero a las autoridades de un país a pesar de la mala calidad de su política
económica y de un alto nivel de corrupción: Indonesia y el Zaire son dos casos
paradigmáticos. Precisamente, las opciones del Banco relacionadas con países
que constituyen un factor político importante, en opinión de sus principales
accionistas, en general están vinculadas a los intereses y la orientación de éstos,
comenzando por Estados Unidos.
Las decisiones del Banco y de su gemelo, el FMI, desde 1947 hasta
el desmoronamiento del bloque soviético [ 7 ] , han estado determinadas
principalmente por los siguientes criterios:
- Evitar que se mantengan modelos autocentrados.
- Apoyar financieramente grandes proyectos (Banco Mundial) o
políticas que permitan aumentar las exportaciones de los principales países
industrializados (FMI)-
- Negar la ayuda a regímenes considerados una amenaza por el
gobierno de Estados Unidos y de otros accionistas importantes.
- Tratar de modificar la política de ciertos gobiernos de los
países llamados socialistas, a fin de debilitar la cohesión del bloque
soviético. Con ese objetivo se dio ayuda económica a Yugoslavia, que se había
retirado del bloque dominado por Moscú en 1948, y a Rumania a partir de los
años 70, cuando Ceausescu manifestaba sus veleidades de alejamiento del Comecón
y del Pacto
de Varsovia.
- Apoyar a aliados estratégicos del bloque capitalista occidental,
de Estados Unidos en particular (por ejemplo, Indonesia desde 1965 hasta el
presente; el Zaire de Mobutu, de 1965
a 1997; las Filipinas de Marcos, el Brasil de la
dictadura desde 1964; la Nicaragua de Somoza; la Sudáfrica del apartheid)-
- Intentar impedir o limitar, en la medida de lo posible, un
acercamiento de los gobiernos de los PED al bloque soviético o a China: por
ejemplo, tratar de que la India y la Indonesia de los tiempos de Sukarno se
alejaran de la URSS-
- Tratar, a partir de 1980, de integrar a China en el juego de
alianzas de Estados Unidos.
Para seguir esta política, el Banco Mundial y el FMI aplican un
táctica generalizada: son más flexibles con un gobierno de derecha (menos
exigentes en términos de austeridad antipopular) si éste se enfrenta a una
fuerte oposición de izquierda que con un gobierno de izquierda enfrentado a una
fuerte oposición de derecha. Concretamente, esto significa que estas
instituciones le harán la vida difícil a un gobierno de izquierda acosado por
una oposición de derecha, para debilitarlo y favorecer el acceso de la derecha
al poder. Siguiendo la misma lógica, serán menos exigentes con un gobierno de
derecha acosado por una oposición de izquierda a fin de evitar el acceso al
poder de ésta. La ortodoxia monetaria es de geometría variable: las variaciones
dependen de factores políticos y geoestratégicos.
El FMI y el Banco Mundial —y otros poderes capitalistas—no vacilan
en apoyar a una dictadura cuando lo consideran oportuno. Los autores del
Informe mundial sobre el desarrollo humano realizado por el PNUD (edición de 1994) lo dicen con
toda claridad: «De hecho, la ayuda suministrada por Estados Unidos durante los
años 80 es inversamente proporcional al respeto de los derechos humanos. Los
donantes multilaterales tampoco parecen estar preocupados por tales
consideraciones. Parecen, en efecto, preferir los regímenes autoritarios, ya
que consideran sin pestañar que éstos favorecen la estabilidad política y están
en mejores condiciones de gestionar la economía. Cuando
Bangladesh y las Filipinas pusieron fin a la ley marcial, su
proporción en el conjunto de los préstamos del Banco Mundial disminuyó» [ 8 ]
.
Notas:
[ 1 ]
Eric Toussaint, “Enjeux politiques de l’action de la Banque mondiale et du Fonds
monétaire international envers le tiers-monde”, tesis doctoral en ciencias
políticas presentada en 2004 en las universidades de Liège y París VIII, http://cadtm.org/Enjeux-politiques-...Esta parte de la tesis está incluida en
el libro de Eric Toussaint, Banco Mundial: el golpe de Estado permanente. La
agenda escondida del Consenso de Washington, Syllepse-CADTM, 2006, capítulo 6.
[ 2 ]
Se encuentra un análisis de los hechos resumidos aquí en: Payer, Cheryl. 1974. The Debt Trap: The International Monetary Fund and the Third
World, Monthly Review Press, New York and London , p. 143-165.
[ 3 ]
En 1965, Brasil firmó un acuerdo con el FMI, recibió nuevos créditos y vio su
deuda exterior reestructurada por Estados Unidos, varios países acreedores de
Europa y Japón. Tras el golpe militar, los préstamos pasaron de cero a una
media de 73 millones de sólares anuales para el resto de los años 60 y llegaron
a casi 500 millones de dólares anuales a mediados de los años 70.
[ 4 ] Detalles en Kapur, Devesh, Lewis, John P., Webb, Richard. 1997. The
World Bank, Its First Half Century, Volume 1, p. 274-282.
[ 5 ] World Bank, “Notes on Brazil Country Program Review, December 2, 1971” en Kapur, Devesh, Lewis,
John P., Webb, Richard. 1997. The World Bank, Its First Half Century, Volume 1, p. 276.
[ 6 ] Kapur, Devesh, Lewis, John P., Webb, Richard. 1997. The World Bank,
Its First Half Century, Volume 1, p. 276.
[ 7 ]
Esto coincide con el período de la Guerra Fría.
[ 8 ]
PNUD, 1994, p.81
Eric
Toussaint es maître de conférence en la Universidad de Lieja, es el
portavoz de CADTM Internacional y es miembro del Consejo Científico de ATTAC
Francia. Es autor de diversos libros, entre ellos: Bancocracia Icaria Editorial, Barcelona
2015,, Procès d’un homme exemplaire , Ediciones Al Dante,
Marsella, 2013; Una mirada al retrovisor: el neoliberalismo desde sus orígenes hasta
la actualidad , Icaria,
2010; La
Deuda o la Vida (escrito
junto con Damien Millet) Icaria, Barcelona, 2011; La
crisis global , El
Viejo Topo, Barcelona, 2010; La
bolsa o la vida: las finanzas contra los pueblos , Gakoa, 2002. Es coautor
junto con Damien Millet del libro AAA,
Audit, Annulation, Autre politique, Le Seuil, París, 2012. Coordinó
los trabajos de la Comisión de la Verdad
Sobre la Deuda, creada por la presidente del Parlamento griego.
Esta comisión funcionó, con el auspicio del Parlamento, entre abril y octubre
de 2015. El nuevo presidente del Parlamento griego anunció su disolución el 12
de noviembre de 2015. A
pesar de ello, la comisión prosiguió sus trabajos y se constituyó legalmente
como una asociación sin afán de lucro.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=254161
No hay comentarios:
Publicar un comentario