Las empresas que
deciden qué se produce y qué come la población mundial
Los dueños del agro y
la alimentación
5 de marzo de 2019
Por Darío
Aranda
Página 12
Un puñado de empresas de Estados Unidos, Europa y China decide qué produce el agro mundial, cómo se alimenta la población y, al mismo tiempo, cómo se enferma y empobrece. Son algunas de las definiciones del “Altas del agronegocio”, una investigación de fundaciones alemanas que denuncia con nombres propios el accionar de las compañías y la complicidad de los gobiernos. El trabajo también derriba el mito de las multinacionales agrícolas: “El agronegocio (de transgénicos y agrotóxicos) no puede conservar al medio ambiente ni la subsistencia de productores, y tampoco puede alimentar al mundo”.
La investigación denuncian el accionar de las empresas del agro, cerealeras, multinacionales de la alimentación y supermercados. De Alemania apuntan al accionar de Bayer y Basf; de Estados Unidos a Bunge, Cargill, Coca Cola, Dow, DuPont, Kraft y Monsanto. De Gran Bretaña a
El trabajo fue realizado por las fundaciones Heinrich Böll, Rosa Luxemburgo, Amigos de
Apunta a cuatro empresas que dominan el mercado de semillas y agrotóxicos: Bayer (que en 2018 cerró la compra de Monsanto), ChemChina-Syngenta, Brevant (Dow y Dupont) y Basf. En 2015 facturaron 85.000 millones de dólares y, según proyecciones de Bayer, llegarán 120.000 millones en 2025.
Cuestiona que las empresas del sector hayan asumido poca responsabilidad por las consecuencias de su accionar, que repercutió en el “el hambre, el cambio climático, la sostenibilidad, la enfermedad y la injusticia”.
La investigación cuenta con un capítulo titulado “La república unida de la soja” (en base a una publicidad de
Explica que jugó un rol clave el eje gubernamental. Denuncia la complicidad de
El trabajo también denuncia el rol de “pseudo-organizaciones técnicas” que publicitan las bondades del modelo pero ocultan las consecuencias. Señala a la Asociación de Productores de Siembra Directa (Aapresid), Asociación de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea) y las fundaciones Fertilizar y Producir Conservando. Afirma que el modelo agropecuario actual es una “agricultura minera” que extrae nutrientes de los países sudamericanos y genera enormes impactos ambientales.
Precisa el rol de empresas que suelen pasar desapercibidas en el debate del agro mundial: las exportadoras o, como llamó el periodista Dan Morgan, “traficantes de granos”. Cuatro transnacionales dominan el sector: Archer Daniels Midland (ADM), Bunge, Cargill y Louis Dreyfus. Juntas son conocidas como el “Grupo ABCD”. Su participación en el mercado mundial es del 70 por ciento. En los últimos años se sumó al grupo
El mercado de alimentos también está en muy pocas manos: 50 grupos empresariales facturan la mitad de las ventas mundiales. Las diez principales (sin incluir el sector bebidas) son Nestlé (Suiza), JBS (primer proveedor de carne mundial, de Brasil). Del tercero al sexto lugar son empresas de Estados Unidos: Tyson Foods, Mars, Kraft Heinz, Mondelez. Le siguen Danone (Francia), Unilever (Gran bretaña) y las estadounidenses General Mills y Smithfield.
“Con
la expansión de los consorcios multinacionales se modifican los hábitos alimenticios.
Los alimentos poco procesados son sustituidos por los ultraprocesados. El
sobrepeso, la diabetes y las enfermedades crónicas son sólo algunas de las
consecuencias”, alerta la investigación, que se presentó en Europa, Brasil y
Argentina, y contó con la participación local del Grupo de Ecología del Paisaje
y Medio Ambiente (Gepama) de la UBA.
También
destaca la urgente necesidad de fortalecer mediante políticas públicas la
agroecología (un modelo sin transgénicos ni agrotóxicos, con rol protagónico de
campesinos, indígenas y pequeños productores) y resalta dos acciones históricos
contra las multinacionales: el boicot mundial contra Nestlé (entre 1977 y 1984)
por su engañosa publicidad de leche en polvo para bebés y la lucha de los
pueblos fumigados de Argentina, que son la prueba viva de los impactos de los
agrotóxicos en la salud y al mismo tiempo impulsan modelos de producción sin
venenos. Recuerda la epopeya de la localidad de Malvinas Argentinas (Córdoba),
que luego de cuatro años de resistencia echó a Monsanto de su territorio.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=253204
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