En 11 largos años, sólo hay una planta
industrial
Las interrogantes que deja el gerente del
proyecto del litio boliviano; por Juan Carlos Zuleta
28 de marzo de 2019
Lo tangible es que sólo una planta industrial (no de litio
sino de potasio, por cierto) fue construida después de casi 11 años de iniciado
el pomposo proyecto de industrialización del litio que con más errores que
pruebas dejó una deuda impagable de YLB con el BCB y muy pocas lecciones
técnicas aprendidas. A continuación, comparto con mis lectores la transcripción
de última parte de la entrevista que el periodista Pedro Saúl Gemio de ERBOL
hiciera al final del informativo de medio día del lunes pasado de dicha casa
radial a Juan Carlos Montenegro, gerente ejecutivo de Yacimientos de Litio
Bolivianos (YLB). Cada pregunta y respuesta son seguidas de comentarios míos.
La entrevista empieza con un comentario relativamente largo de Pedro
Saúl, mientras espera retomar la comunicación con el representante de YLB.
Juan Carlos Zuleta Calderón *
Entrevista de Erbol a gerente ejecutivo de YLB – Algunos
comentarios
Pedro Saúl Gemio (ERBOL): La planta de potasio que es ya parte
del proceso del litio que se sigue allá en la planta del salar para convertirse
en fertilizante o abono, si usted quiere. Este cloruro de potasio, que ya es un
fertilizante, le hemos vendido a Chile, sí, evidentemente, dice Don Juan Carlos
Montenegro. ¿Cantidad? Hasta el momento aproximadamente 3.000 toneladas a
un precio promedio de $us. 250 la tonelada. Al que más le hemos vendido, dice don
Juan Carlos Montenegro, es a Brasil. Le hemos vendido 10.000 toneladas de
cloruro de potasio a Brasil. Imagínense, la demanda que tiene Brasil anualmente
de este fertilizante es de 4 millones de toneladas anual. Juan Carlos
Montenegro dice que la demanda que tiene la región a nivel de los países que
nos rodean de este fertilizante está alrededor de las 6 mil toneladas al año. O
sea que el mercado está casi garantizado, la cuestión es apurar los tiempos,
mejorar los volúmenes de producción y abastecerse, esperando, obviamente,
también superar las condiciones logísticas…
Comentario de Juan Carlos Zuleta: En torno a este primer punto,
quisiera hacer las siguientes observaciones: 1) Pedro Saúl menciona el dato de
una venta de 3 mil toneladas a Chile. Al respecto, conviene aclarar que este
país produce, desde hace más de 10 años, mucho más que un millón de
toneladas de cloruro de potasio al año, por lo que resulta bastante difícil de
creer que YLB haya encontrado algún comprador en el vecino país, si se tiene en
cuenta que el producto chileno es de inmejorable calidad y posiblemente llega a
costar menos que el producto boliviano por el tema del costo de transporte. 2)
El mencionado periodista dice también que la demanda regional de este
fertilizante es de 6 mil toneladas al año, por lo que la demanda estaría casi
garantizada. En principio, Pedro Saúl comete un error involuntario, pues no se
trata de 6 mil sino de 6 millones de toneladas al año que sería lo que
constituye la demanda de los países vecinos. Adicionalmente, tendría que estar
también un poco mejor informado con relación al mercado antes de aceptar sin
más ni por qué que éste estaría casi garantizado. Por una parte, como ya
expliqué anteriormente, Chile ya produce más de un millón de toneladas del
compuesto al año, producción que en los próximos 3-5 años podría llegar a
cuadruplicarse debido a los dos proyectos de expansión de producción de
carbonato de litio aprobados por las autoridades chilenas el año pasado. Por
otra, la introducción de otros tres millones de toneladas al mercado podría
conducir a una baja del precio que Chile estaría en condiciones de asumir sin
ningún problema, pero que podría poner en serios apuros al proyecto boliviano.
Hay que tener en cuenta que al momento el mercado del cloruro de potasio se
encuentra saturado y que un incremento de producción como la que proyecta Chile
tendría efectos muy negativos en el precio. La situación se podría complicar
aún más, si se tiene en cuenta la nueva producción argentina de alrededor de un
millón de toneladas de cloruro de potasio que ingresaría al mercado hasta 2025.
3) Esto nos dirige al tema logístico relacionado con el Brasil que Pedro Saúl
considera al final de su comentario y que no alcancé a grabar, aunque sí
alcancé a escuchar. Sobre este punto, sostiene que según el gerente ejecutivo
de YLB, de alguna forma, la exportación masiva de cloruro de potasio al Brasil
requeriría la construcción de una ferrovía al coloso del Amazonas. Mi primera
reacción a este punto fue que todo esto se parecería mucho al proyecto de úrea
y amoniaco que, al igual que el de potasio dependería de la demanda del Brasil,
sólo que a diferencia de este último proyecto, en el caso del litio y el
potasio, el país no tenía opción respecto a la ubicación de la planta. La pregunta que
Pedro Saúl tendría que haber formulado aquí era: ¿Y, por qué no se pensó antes
en este tema? En fin, hay otros puntos que Pedro Saúl podía haber
considerado como es el hecho de que así como se presentan las cosas, el
proyecto de cloruro de potasio estaría condenado a convertirse en un elefante
blanco más, tal como sugerí hace ya varios meses en un artículo publicado por
el Suplemento Ideas de Página Siete.
Pero, vayamos a la entrevista.
Pedro Saúl Gemio (ERBOL): Hemos retomado la comunicación para
esta última consulta con Juan Carlos Montenegro, gerente ejecutivo de
Yacimientos de Litio Bolivianos. Don Juan Carlos, le hacía la pregunta. Estas 14
plantas para la industrialización del litio que ha anunciado ayer el
presidente. ¿Usted puede darnos de manera resumida en qué consiste este
proyecto y los tiempos que se están manejando? Lo escuchamos, don Juan Carlos.
Juan Carlos Montenegro (YLB): Mire, tenemos una que ya está en
funcionamiento que es la planta industrial de cloruro de potasio. Tenemos una
segunda planta que ya está en proceso de construcción que es nuestra planta
industrial de carbonato de litio. Ambas plantas, enteramente de propiedad
del Estado boliviano. En el marco de la asociación con la empresa alemana ACI
Systems, está prevista la construcción de otras dos plantas en el Salar de
Uyuni. Una planta de hidróxido de litio y una planta de hidróxido de magnesio.
Con estas cuatro plantas que estamos hablando del salar de Uyuni. También
hemos avanzado en la conformación de una asociación para llevar adelante la
industrialización del salar de Coipasa, que se encuentra en el departamento de
Oruro y el salar de Pastos Grandes que, bueno, también se encuentra en Potosí.
En el Salar de Coipasa, ahí tenemos planificadas, igual varias plantas, una de
ellas de sulfato de potasio, otra de hidróxido de litio, de ácido bórico, de
bromuro de sodio, bromuro de potasio, y bueno, en el salar de Pastos Grandes,
igual, hay otras plantas que están proyectadas que tienen que ver con sales de
litio, principalmente, carbonato de litio, cloruro de litio, pero también litio
metálico. Este conjunto de proyectos en este momento, pues, como le digo, son
dos que están ejecución. Los otros están en etapa de estudio de factibilidad.
Esa es la proyección que tenemos para los próximos 3 a 5 años y que significarán
estas 14 plantas que van a ser el núcleo de la cadena de industrialización del
litio boliviano. Pero, como también lo decía nuestro presidente el día de ayer,
el funcionamiento de estas 14 plantas industriales requiere también del
abastecimiento de insumos, insumos que son posibles de producirlos en nuestro
país. Hablemos, por ejemplo, del carbonato de sodio, el hidróxido de sodio,
ácido clorhídrico, cal de elevada pureza, en fin, hay varios insumos que son
posibles de producirlos en nuestro país. Y ese conjunto de plantas
complementarias a este núcleo de industrialización representa una cantidad
incluso mayor. Entonces, realmente, lo que hemos iniciado y lo que tenemos en
perspectiva para los próximos años, incluso proyectándonos hasta el año 2030
son aproximadamente 40 plantas industriales vinculadas a la cadena de
industrialización del litio. Esa es la perspectiva que tenemos y eso – yo creo
– es lo importante que deberían destacar los medios de comunicación para ir
conociendo a detalle cuál es ese proyecto y cómo estamos avanzando y cuáles son
los proyectos a corto, a mediano y a largo plazo.
Comentario de Juan Carlos Zuleta: Cual mago en una actuación improvisada,
el gerente ejecutivo de YLB habría sacado de su ancho sombrero un total de 12
proyectos. Sin embargo, se olvidó de dos. En realidad, da lo mismo que así
hubiera sido. Lo tangible es que sólo una planta industrial (no de litio sino
de potasio, por cierto) fue construida después de casi 11 años de iniciado el
pomposo proyecto de industrialización del litio que con más errores que pruebas
dejó una deuda impagable de YLB con el Banco Central de Bolivia y muy pocas
lecciones técnicas aprendidas. Si bien el responsable de YLB también dijo que
la segunda planta industrial se encontraba en proceso de construcción, se
olvidó de decir que también importaba poco. ¿Por qué? Pues, porque sólo
producirá 15.000 toneladas de carbonato de litio al año que representan apenas
el 3.3% de las más de 450.000 toneladas de carbonato de litio equivalente que,
según el Servicio Geológico de Estados Unidos, se habrían producido en el mundo
en 2018. Tampoco se atrevió a decir que según el acuerdo con ACI Systems de
Alemania incluso esta magra producción podría estar comprometida en caso de que
por alguna razón YLB no pudiera cumplir su promesa de entregar a los alemanes
los 1.8 millones de salmuera residual con una ley de litio de entre 0.42 y
0.45%. Pero, nada de lo anterior se compara con el olvido mayor del mandamás de
YLB: La industrialización del litio. En efecto, no mencionó palabra alguna
sobre la generación de valor agregado a través de la transformación del litio
en bienes diferentes. A medida que sacaba los proyectos de su sombrero, fue
obnubilando al periodista de ERBOL para dejarlo al final envuelto en un manto
de desinformación total. Estoy casi seguro de que Pedro Saúl ni se dio cuenta
de que a lo largo de esos más de once minutos que duró la entrevista sobre la industrialización
de litio, sólo habían conversado del procesamiento del litio, el primer eslabón
de la cadena de valor del litio, pero no de la industrialización del metal más
liviano de la Tierra, porque nada garantiza que, aun cuando en el mejor
de los escenarios posibles de que las 12 más 2 plantas industriales finalmente
se ejecuten, el país avance con paso firme hacia la transformación efectiva del
litio, por ejemplo, en cátodos y finalmente en baterías de litio en
Bolivia. Por lo demás, el libreto entregado al presidente para que oficie
de vendedor de ilusiones en los medios de comunicación del Estado este domingo
hablando de las 41 plantas industriales que se pretende construir hasta 2030 no
hace otra cosa que reiterar lo que ya se sabía: Que para procesar el litio se
requieren insumos que el país podría producir. ¿O sea que después de más de una
década los responsables del proyecto del litio recién se dieron cuenta de que
esos insumos se debían producir en Bolivia y que para eso se necesitaban las 27
plantas industriales de las que el presidente fue a hablar el domingo a los
medios de comunicación estatales, posiblemente, sin entender ni papa lo que
estaba diciendo? Quizás hubiera sido bueno que antes de entrevistar al
representante de YLB, el periodista de ERBOL hubiera leído la transcripción de
mi presentación sobre cómo la industrialización del litio podría contribuir a
cambiar el patrón de desarrollo en el país en la conferencia titulada “Madre
Tierra: La Agenda
Abandonada – Causas y Consecuencias, organizada por la Fundación Tierra
y celebrada del 6 al 7 de noviembre de 2018, cuya Memoria se encuentra
disponible en el sitio web de esa prestigiosa organización sin fines de lucro
(Véase: http://www.ftierra.org/index.php?option=com_mtree&task=att_download&link_id=181&cf_id=77).
Pedro Saúl Gemio (ERBOL): Don Juan Carlos, sí, consideramos
también, le reitero que todo lo que tenga que ver con esta industrialización de
nuestros recursos y nuestra llegada a los mercados, nos parece que, como
bolivianos, hay que impulsar eso, ni duda cabe. Don Juan Carlos, el
acompañamiento de factores logísticos, como usted decía, el tema mercados y
estar siempre con el otro ojo abierto a la competencia que no pueda cubrir el
mercado y lleguemos tarde a estos abastecimientos. Eso también está
dimensionado. ¿Ahí no tenemos que preocuparnos o es un trabajo también contra
el tiempo? ¿Tenemos que acelerar para llegar y acomodarnos en estos mercados
internacionales.
Juan Carlos Montenegro (YLB): Obviamente, que tenemos que trabajar
a un ritmo acelerado en todos los niveles. Pues, estamos empezando a vivir un
incremento muy importante en la demanda del litio. Hay proyecciones que están
planteándonos que hasta el 2025 en adelante, la demanda mundial de carbonato de
litio habrá de superar el millón de toneladas de requerimiento. Eso nos obliga
a que podamos avanzar de manera acelerada. Eso es lo que estamos haciendo. Y
creemos que estamos en el momento más oportuno. Estamos en el momento en el
cual, pues, Bolivia empieza a prepararse para que a partir del año 2023, 2025
nos convirtamos en uno de los actores principales en el mercado mundial del
litio. Tenemos previsto que hasta el año 2025, nuestro país, por lo menos,
habrá de alcanzar la producción de 150.000 toneladas año de sales de litio, lo
que, efectivamente, nos ha de convertir en uno de los actores principales en el
mercado mundial del litio. Adicionalmente, a eso, como le mencionaba, pues,
esto implica el que también implementemos procesos de producción para otros
componentes que están en las salmueras de nuestros salares. La industria del
litio conlleva también el poder producir potasio, magnesio, bromo, sodio.
Diferentes elementos que realmente se convierten en un potencial que permitirá
que nuestro país tenga un desarrollo muy importante y este sector se convertirá
en uno más de los soportes importantes de la economía nacional.
Comentario de Juan Carlos Zuleta: El gerente de YLB lanza la cifra
gruesa de que para 2025 nuestro país producirá 150.000 toneladas año, con lo
que nos deja pasmados a todos. Pero, ¿cuán factible será eso? Aclaremos las
cosas por partes. En primer lugar, mencioné que la segunda planta industrial de
carbonato de litio en proceso de construcción produciría 15.000 toneladas año.
Dejemos por ahora de lado el tema de que una parte de esta producción podría
estar comprometida con los alemanes para la producción de hidróxido de litio.
En segundo lugar, luego tendríamos que sumar las hasta 40.000 toneladas de
hidróxido de litio que se producirían en el marco de la sociedad mixta entre
YLB y ACI Systems de Alemania. A estas 55.000 toneladas/año, tendríamos que
añadir no más de 15.000 toneladas/año de carbonato o hidróxido de litio a
producirse en el Salar de Coipasa, teniendo en cuenta que este salar tiene
concentraciones muy bajas de litio en comparación con Uyuni y, finalmente,
máximo unas 25.000 toneladas/año de carbonato de litio equivalente a producirse
en el Salar de Pastos Grandes, cuyas salmueras sí tendrían concentraciones de
litio muy altas, incluso superiores a las del Salar de Atacama. Con todo
lo anterior, alcanzaríamos una producción máxima de 95.000/año toneladas de
carbonato de litio equivalente. De haber estado informado, el periodista de
ERBOL podría haberle preguntado al ejecutivo de YLB, por ejemplo, ¿por qué
mintió al país, inflando la proyección de producción de carbonato de litio
equivalente en un 37%? Pero, además, podría haberle preguntado, por ejemplo,
¿Dónde quedó el sueño del Vicepresidente del Estado de controlar el precio de
mercado del litio con menos del 10% de la posible demanda de carbonato de litio
en 2025?
Pedro Saúl Gemio (ERBOL): Don Juan Carlos, simplemente para
cerrar, ya como detalle. Usted me decía una de esta plantas que ya está en
funcionamiento, implementada, es la de cloruro de potasio, el fertilizante.
Usted me decía que está en un ascenso gradual para alcanzar el máximo de su
potencial de producción que son las 350 mil toneladas año. Usted me decía que
están rondando las 100.000 toneladas/año, que está prevista esa cantidad para
este 2019. Esas 100.000 toneladas, don Juan Carlos, ¿están ya
distribuidas? ¿Tienen ya un mercado, entre el local y los mercados del
exterior del país, como Chile, Brasil y otros? ¿Diríamos que esas 100 mil
toneladas están vendidas?
Juan Carlos Montenegro (YLB): Eh… Mire, una … nuestra línea de
producción, nuestro compromiso con el país es el siguiente: Primero,
debemos satisfacer la demanda interna y eso es lo que estamos haciendo.
Claro, lamentablemente, en este momento, la demanda interna en nuestro país
para el cloruro de potasio es todavía muy pequeña, pues no supera las 3.000
toneladas al año. Eh y, por lo tanto, eso nos obliga a que más del 90% se va a
exportación. Hay muchas empresas con quienes estamos en este momento en
contacto, en negociación, en discusión de posibles contratos de largo plazo, en
diferentes cantidades, para diferentes períodos, pero lo que sí podemos
asegurar es que toda la producción del año 2019 pues, en buena parte, ya está
comprometida y hasta los próximos meses la tendremos comprometida plenamente.
Comentario de Juan Carlos Zuleta: Tengo que reconocer que esta última
pregunta de Pedro Saúl Gemio dejó muy mal parado al gerente de YLB, aunque,
otra vez, el periodista no terminó de darse cuenta. Se nota en la grabación el
nerviosismo de la citada autoridad. Primero habló de toda la producción
de cloruro de litio, luego de una buena parte y, finalmente, otra vez, de que
toda la producción estaba comprometida plenamente para la venta. ¿Cómo es
posible aceptar una explicación tan cantinflesca? De las declaraciones del
gerente ejecutivo de YLB se puede deducir de inmediato que la planta industrial
de cloruro de potasio va camino a engrosar la lista de elefantes blancos
construidos por el gobierno de turno. En esta parte de la entrevista me quedo
con la siguiente pregunta: ¿Por qué ERBOL habría abandonado el periodismo
crítico que la caracterizó durante tantos años?
Pedro Saúl Gemio (ERBOL): Don Juan Carlos, le agradezco por su
tiempo y por haber atendido la llamada de ERBOL, ojalá que en su momento
podemos tenerlo también acá en nuestros estudios porque con todos los datos que
usted nos ha dado hay mucho, mucho sobre lo que se puede conversar en torno a
este emprendimiento que es la industrialización del litio. Don Juan Carlos, ha
sido muy amable y que sea hasta cualquier momento.
Juan Carlos Montenegro (YLB): Bueno, muchas gracias a usted.
Pedro Saúl Gemio (ERBOL): Hemos conversado con el Gerente
Ejecutivo de Yacimiento de Litio Bolivianos, Juan Carlos Montenegro, quien nos
ha dado todos esos detalles respecto de cómo marcha la industrialización del
litio. Esa planta que produce cloruro de potasio, que es un fertilizante. Se
tiene previsto, por ejemplo, para este año una producción de 100 mil toneladas.
La planta tiene una capacidad de 350 mil toneladas al año. Pero, se va a
alcanzar ese tope de producción de manera gradual, dice Don Juan Carlos. Se
está vendiendo ya el cloruro de potasio. La demanda del mercado interno todavía
es muy, muy pequeña, 3.000 toneladas al año, y el resto se está vendiendo.
Brasil es nuestro principal comprador. Compra también Chile, algo a Perú. Hay
también perspectivas con Paraguay. Don Juan Carlos dice estamos tratando ya de
garantizar que todas la producción, las 100 mil toneladas para este año, una
pequeña parte al mercado nacional, pero el resto estamos en la tarea de
garantizar y que tengamos todo el cupo vendido o para la exportación en este
caso.
Comentario de Juan Carlos Zuleta: Concluye aquí la entrevista de Radio
ERBOL con el principal ejecutivo de YLB, la agencia estatal de litio de
Bolivia, dejando muchas interrogantes. En una próxima entrega, espero poder
comentar sobre la anunciada próxima llegada del presidente de la India a
nuestro país para conversar especialmente del litio. Hasta entonces.
* Analista de la Economía del Litio
Fuente:
https://www.bolpress.com/2019/03/28/las-interrogantes-que-deja-el-gerente-del-proyecto-del-litio-boliviano-por-juan-carlos-zuleta/
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