Con motivo del
centenario de la
Tercera Internacional
y nuestro tiempo
6 de marzo de 2019
Por Eduardo
Ibarra (Rebelión)
El próximo 6
de marzo del presente se cumple el centenario de la fundación de la Tercera Internacional ,
y, como es obvio, este acontecimiento es circunstancia propicia para plantear
algunas ideas.
Solo algunas ideas, pues, como
se comprenderá, un análisis detallado de los méritos y los errores de la
aludida organización, implicaría la escritura de todo un volumen.Así pues, aquí nos referiremos únicamente a su significación en el proceso histórico de la organización internacional del proletariado, así como a las principales enseñanzas que arroja su experiencia.
I
Como es de conocimiento común, entre las tres Internacionales existieron algunas diferencias que es necesario remarcar.
Engels se refirió a esta circunstancia en una carta del 27 de enero
Cuando Marx fundó la Internacional, redactó el Reglamento de manera que pudieran ingresar todos los obreros socialistas de esa época: proudhonistas, lerouxistas e incluso el sector más avanzado de las tradeunions inglesas; y fue sólo gracias a esta amplitud que la Internacional llegó a ser lo que fue: el medio para disolver y absorber gradualmente a todas estas sectas secundarias, con excepción de los anarquistas, cuya repentina aparición en varios países no fue sino el efecto de la violenta reacción burguesa que sucedió a la Comuna y que por ello podíamos dejar que se marchitasen solos, como ocurrió. Si de
De estos conceptos, se desprenden las siguientes conclusiones:
1. La unidad de
2. Determinada –y posibilitada– por la situación ideológica de la clase obrera europea de la época, dicha unidad programática hizo de
3. La experiencia de la primera organización internacional del proletariado mostró que es posible –y necesario– trabajar con « el movimiento general de la clase obrera en cada una de sus etapas » .
4. Este trabajo con el movimiento no tiene por qué significar « ocultar nuestra propia posición e incluso nuestra organización » .
En este marco general, Marx y Engels educaron a los trabajadores en la conjugación de la lucha económica y la lucha política, en el principio de que la conquista del poder político es el gran deber de la clase obrera, en la idea rectora de que la emancipación de la clase obrera debe ser obra de la propia clase obrera y en el espíritu del internacionalismo proletario, al mismo tiempo que desplegaron la lucha contra el proudhonismo, el blanquismo, el lassallismo, el bakuninismo y el tradeunionismo, preparando así el terreno para el triunfo del marxismo y, al mismo tiempo, formando los cuadros que más tarde contribuyeron en la fundación de partidos marxistas de masas en diversos países.
Así pues, el resultado de la lucha ideológica contra las distintas corrientes del socialismo premarxista fue la base de la ulterior unidad marxista del proletariado revolucionario.
Mariátegui escribió sobre
La « confusa nebulosa » de la cual había emergido y en la cual finalmente se sumergió
Por eso Engels señaló:
"Creo que
II
Y así fue, efectivamente: el crecimiento del movimiento obrero y de sus partidos de clase, exigió la fundación de
Entre otras cuestiones,
1. La diferenciación teórica del concepto de partido doctrinariamente homogéneo del concepto de partido doctrinariamente heterogéneo, y, sobre esta base, la existencia diferenciada de sus respectivos correlatos organizativos.(1)
2. La constitución, en diversos países, del partido doctrinariamente homogéneo, tipo de partido del cual el Partido Obrero Socialdemócrata Alemán, fundado en 1869, fue su primera expresión.
3. La plasmación de la más completa independencia ideológica, política y orgánica del proletariado revolucionario.
4. El trazo de una política específica que hizo posible, en las nuevas condiciones, el trabajo « junto con el movimiento general de la clase obrera » , aunque con la limitación de que entonces los conceptos de frente unido y hegemonía se encontraban elaborados solo a grandes rasgos.
Pues bien, al tener los partidos de
Entonces Engels mismo empeñó la lucha contra, por ejemplo, la omisión de la dictadura del proletariado en el proyecto del programa de Erfurt de la socialdemocracia alemana y algunas otras posiciones oportunistas contenidas en el mismo, así como contra el cretinismo parlamentario de diversos partidos.
Poco después del fallecimiento de Engels, entre 1896 y 1897 Eduard Bernstein publicó algunos artículos en la revista Die Neue Zeit, en los que revisaba a Marx al reemplazar la lucha revolucionaria del proletariado por la idea utópica de la persuasión y la educación como camino al socialismo, etcétera. De esta forma hizo su aparición el revisionismo que, corriendo ya el siglo XX, cobró un marcado crecimiento.
Lenin escribió al respecto:
"El socialismo premarxista ha sido derrotado. Ya no continúa la lucha en su propio terreno, sino en el terreno general del marxismo, a título de revisionismo". (Marx-Engels-Lenin-Marxismo, recopilación, Editorial Progreso, Moscú, s/f, p. 57).
Es decir, las diversas tendencias oportunistas se transformaron en revisionismo, el cual, no obstante renegar los principios del marxismo, hace uso de un lenguaje aparentemente marxista; así pues, es claro que el revisionismo es antimarxismo disfrazado de marxismo.
Recapitulando la actuación de
"Fue ése un período de desarrollo relativamente pacífico del capitalismo… en que las formas legales de lucha se ponían y se creía “matar” al capitalismo con la legalidad; en una palabra, un período en el que los partidos de
En vez de una política revolucionaria coherente, tesis teóricas contradictorias y fragmentos de teorías divorciados de la lucha revolucionaria viva de las masas y convertidos en dogmas caducos. Naturalmente, para guardar las formas se invocaba la teoría de Marx, pero con el fin de despojarla de su espíritu revolucionario vivo". (Cuestiones del leninismo, recopilación, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1977, p. 12)
Algunos meses después, en noviembre, Mariátegui escribió sobre el mismo tema:
La función de
Así pues, el revisionismo, que había logrado corromper al Partido Obrero Socialdemócrata Alemán (así como a los demás partidos de
En estas condiciones de desborde del revisionismo, Kautsky, expresando su centrismo, planteó la convivencia de marxistas y revisionistas en un mismo partido. Esto significaba volver atrás, pero con una nota particular: mientras que, dadas las condiciones históricas entre 1864 y 1872, estuvo plenamente justificado el partido doctrinariamente heterogéneo como fue
Lenin, por el contrario, expresando su marxismo, planteó entonces la expulsión de los revisionistas de los partidos obreros, la construcción de partidos doctrinariamente homogéneos, de partidos capaces de organizar la revolución proletaria e instaurar la dictadura del proletariado.
Concretamente, el jefe de la revolución rusa esclareció:
La época imperialista no tolera la coexistencia en un mismo partido de los elementos de vanguardia del proletariado revolucionario y la aristocracia semipequeñoburguesa de la clase obrera… La vieja teoría de que el oportunismo es un ‘matiz legítimo’ dentro de un partido único y ajeno a los ‘extremismos’ se ha convertido hoy día en el engaño más grande de la clase obrera, en el mayor obstáculo para el movimiento obrero. El oportunismo franco, que provoca la repulsa inmediata de la clase obrera, no es tan peligroso ni perjudicial como esta teoría del justo medio, que exculpa con palabras marxistas la práctica del oportunismo, que trata de demostrar con una serie de sofismas la inoportunidad de las acciones revolucionarias, etc. Kautsky, el representante más destacado de esta teoría y al mismo tiempo el prestigio más autorizado de
III
Precisamente en estas condiciones de lucha contra el revisionismo –y contra el centrismo, forma más o menos sutil de revisionismo–, surgió
Pues bien, entre la Primera y
1. Mientras las dos primeras Internacionales surgieron en la época del capitalismo competitivo y de la preparación de las fuerzas del proletariado para la revolución,
2. Mientras las dos primeras Internacionales fueron fundadas por partidos que no se encontraban en el poder,
3. Mientras
4. Mientras
Acerca de la diferencia específica entre la Segunda y
Este conflicto entre dos mentalidades, entre dos épocas y entre dos métodos del socialismo, tiene en Zinoviev una de sus dramatis personae. (…) La guerra, según Zinoviev, ha anticipado, ha precipitado mejor dicho, la era socialista. Existen las premisas económicas de la revolución proletaria. Pero falta el orientamiento espiritual de la clase trabajadora. Este orientamiento no puede darlo
Dos épocas: la del capitalismo competitivo y la preparación de las fuerzas proletarias para la revolución, y la del imperialismo y de la revolución proletaria. Dos mentalidades: la del revisionismo, de un lado, y la del marxismo, del otro. Dos métodos: el método reformista (revisionista), por un lado, y el método revolucionario (marxista-leninista), por el otro.
En nuestra época existen, en efecto, las premisas económicas de la revolución proletaria mundial; pero, como señaló Mariátegui, para que la revolución tenga curso, hace falta el orientamiento espiritual de las clases trabajadoras; esta orientación no puede darla el revisionismo, como también señaló Mariátegui; esta orientación solo puede darla el marxismo-leninismo.
Precisamente
La importancia histórica universal de
Teniendo en cuenta esta realidad, Mariátegui definió magistralmente la condición de
Si
Efectivamente, eso fue
Por eso las Condiciones de ingreso en
Estas Condiciones de ingreso estuvieron vigentes desde su aprobación hasta el momento de la disolución de
En el numeral 17 de las Condiciones, puede leerse lo que sigue:
Esto quiere decir que la acción de los distintos partidos miembros de
Precisamente la no observancia de estas coordenadas explica no pocos de los problemas que experimentaron muchos de tales partidos.
Igual que la Primera y
Desde antes de la revolución de 1917 Lenin había desarrollado ideas frenteunitarias y, así, el partido bolchevique puso en práctica la táctica del frente unido, táctica que, en las condiciones de la Internacional, tuvo su primera expresión literaria en
De esta forma, pues, con
Esto quiere decir que, preservando su independencia, el partido marxista inauguró una nueva forma organizativa de relaciones internas en el seno del pueblo.
Es decir, con
Por otro lado, Stalin señaló en punto al concepto de hegemonía:
Lo nuevo que Lenin aportó en este problema es que desarrolló y amplió el bosquejo hecho por Marx y Engels, creando una teoría armónica de la hegemonía del proletariado, una teoría armónica de la dirección de las masas trabajadoras de la ciudad y del campo por el proletariado, no sólo para derrocar el zarismo y el capitalismo, sino también para edificar el socialismo bajo la dictadura del proletariado. (Entrevista con la primera delegación de obreros norteamericanos, en Lenin, recopilación, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1976, p. 41).
Pues bien, en los tiempos de
«Los partidos que deseen pertenecer a
Pero la Conferencia de la fracción « unitaria » del mencionado partido (realizada los días 20 y 21 de noviembre de 1920, o sea cuatro meses después de aprobadas las Condiciones de ingreso) se pronunció contra el rompimiento con los reformistas.
Así, la «fracción unitaria» del PSI se mostró muy unitaria con respecto al reformismo, pero contraria a
Es claro que los méritos de
En cuanto a los errores, en las presentes líneas solo es posible señalar que, salvo en vida de Lenin en un alto grado, en sus etapas ulteriores
En cuanto a sus méritos, puede decirse, en general, que su contribución al desarrollo de los partidos comunistas, de la conciencia socialista del movimiento obrero internacional y de la revolución proletaria mundial, fue incuestionablemente importante y, por esto, su memoria se mantiene viva en la conciencia del movimiento comunista internacional.
IV
Plantear ahora el partido-frente es volver atrás; las condiciones históricas que dieron lugar y justificaron plenamente el carácter de partido-frente de
Aunque en condiciones de una dispersión extrema y de una debilidad evidente, el movimiento comunista de cada país tiene ante sí la tarea de constituir, reconstituir o desarrollar su partido de clase y, sobre la base de un programa de acción, construir el frente unido del pueblo.
Solo así el partido proletario puede convertirse en el partido de masas que exige la lucha por la toma del poder y el ejercicio del poder.
V
Hoy, la necesidad de una organización de esta naturaleza, es una necesidad absoluta que puede concretarse mediante conferencias.
Sin embargo, existen partidos y tendencias que promueven organizar una nueva Internacional.
Como se sabe, el Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI), que durante no pocos años agrupó a algunos partidos y algunas organizaciones, se propuso impulsar la organización de «una Internacional de nuevo tipo basada en el marxismo-leninismo-maoísmo» y, con este fin, propuso « establecer un comité provisional, o sea un grupo embrionario, para dirigir el proceso general de impulsar la unidad ideológica, política y organizativa de los comunistas». (Declaración del Movimiento Revolucionario Internacionalista y ¡Viva el marxismo-leninismo-maoísmo!, pp. 53 y 54).
No obstante, como es de conocimiento común, el mismo MRI no existe ya desde hace algunos años y, por tanto, su proyecto de establecer el aludido « comité provisional » quedó en la nada, lo que debe hacer pensar a más de uno.
Lo que sucedió entonces y sucede ahora es que, en las condiciones imperantes desde hace décadas, no es procedente organizar una nueva Internacional, aunque se la imagine « de nuevo tipo » .
Por otro lado, los hechos dan al traste con cierto prejuicio que hay con respecto a la idea de no constituir una Internacional como centro orgánico: la inmensa mayoría de revoluciones socialistas triunfaron después que
A propósito de la experiencia organizativa del proletariado mundial, en uno de nuestros libros escribimos lo siguiente:
Es un hecho que las Internacionales cumplieron su papel histórico, pero, la forma de centro orgánico bajo la cual existieron agotó hace tiempo sus posibilidades; ahora, el proletariado de todos los países tiene ante sí la alta tarea de organizar « un compañerismo basado en la igualdad » .
El contenido de este compañerismo es la centralización ideológica, la coordinación política, la independencia teórica y la autonomía orgánica.
La organización de un compañerismo basado en la igualdad es, sin duda, la tarea central en el plano del internacionalismo proletario, y, como se entenderá, su cumplimiento impulsaría la lucha de todos y cada uno de los partidos de clase por tomar como órbita de su acción el desarrollo de la verdad particular como expresión viva de la verdad universal del proletariado, o sea, por desarrollar el camino propio de la revolución como expresión concreta del universal camino de la revolución socialista.(4)
Así pues, el proletariado internacional tendría como su base de unidad ideológica la verdad universal del marxismo-leninismo, a lo que el proletariado de cada país tendría que agregar la base teórica de su verdad particular. Estas bases permitirían aplicar una correcta línea política que haría posible “trabajar junto con el movimiento general de la clase obrera” y, en general, con todas las clases y todas capas sociales que en cada etapa del desarrollo social conforman el pueblo.
En el Centenario de
Notas:
[1] Esta consideración es correcta solo en el sentido de que la diferenciación teórica y organizativa aludida cobró con
[2] Lenin subrayó al respecto: « …los principios revolucionarios fundamentales deben ser adaptados a las peculiaridades de los distintos países. » (Discursos pronunciados en los congresos de
[3] Posteriormente Mao y Dimitrov contribuyeron señaladamente a desarrollar el concepto de frente unido, así como el propio Mao y Gramsci contribuyeron importantemente a desarrollar el concepto de hegemonía.
[4] Cualquier marxista puede percatarse fácilmente de las consecuencias que puede acarrear la amalgama de marxistas y revisionistas en un mismo partido. Pero, de todos modos, pongamos un ejemplo. El Congreso de París de 1905 selló la fusión de los socialistas revolucionarios del Partido Obrero de Guesde y Lafargue y los socialistas reformistas, pero, como esclareció Mariátegui, «… la política del partido unificado no siguió… un rumbo revolucionario. La unificación fue el resultado de un compromiso entre las dos corrientes del socialismo francés. La corriente colaboracionista renunció a una eventual intervención directa en el gobierno de
[5] Esta tarea exige una acotación. Después de la segunda guerra mundial, el movimiento comunista internacional reconoció al revisionismo como el enemigo principal en su seno (véanse las Declaraciones de Moscú de 1957 y 1960). A pesar del tiempo transcurrido, este reconocimiento se mantiene vigente, pero la necesidad de integrar la verdad universal del marxismo-leninismo con la práctica concreta de la propia revolución, puede, en algunos casos, presentarse de tal forma, que el dogmatismo aparezca como el enemigo principal en el seno del partido, aunque, a escala mundial, el revisionismo siga siendo el enemigo principal. Cada partido debe pues discernir esta cuestión.
Eduardo Ibarra es Director del blog CREACIÓN HEROICA(E-mail: creacionheroica@yahoo.com ). Tiene los siguientes libros publicados: Del pez fuera del agua. Crítica al ultraizquierdismo gonzaliano; El desarrollo de la teoría del proletariado y el problema de su denominación; Mao y Mariátegui; El partido de masas y de ideas de José Carlos Mariátegui; El partido de Mariátegui hoy: Constitución, Nombre, Reconstitución.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=253284
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