La Hora del Planeta
llega este sábado:
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nos lo recuerda
la mariposa apolo
la mariposa apolo
30 de marzo de 2019
Por Mónica Timón
El asombrario
Con la delicadeza de una pluma, la pequeña mariposa blanca se posa sobre una flor de pétalos del mismo color y desenrolla su trompa para extraer el néctar. Sus alas delanteras están decoradas con motas negras, color que torna a rojo y blanco en las traseras. Pronto comienza a agitarlas para revolotear hacia la siguiente flor y seguir con su comida.
Acaparan nuestra mirada con sus alas cubiertas de vivos colores, sus peculiares antenas o su singular vuelo, pero su importancia va más allá de su valor estético. Símbolo de buena salud de los ecosistemas, las mariposas son, además, un elemento fundamental por su labor en la dispersión de polen y como alimento para multitud de especies de aves, murciélagos y mamíferos insectívoros.
Pequeñas, pero ágiles y ligeras, las mariposas son uno de los grupos de insectos más numerosos del mundo. Pero, como casi todos los insectos, son muy sensibles a cualquier cambio en su entorno, y el cambio climático está haciendo que esas modificaciones se produzcan a pasos agigantados.
Precisamente, huyendo del aumento de temperaturas, la mariposa apolo , la pequeña mariposa de alas blancas decoradas con unas manchas negras y otras rojas, habitual en la Sierra de Madrid, se ha visto obligada a desplazar su hábitat a más altura en busca de climas más fríos. Así, ha escalado las laderas de la Sierra de Guadarrama hacia las cumbres: un ascenso de unos
Es una realidad: asistimos a una pérdida de riqueza natural sin precedentes. La vida salvaje se ha reducido a más de la mitad en menos de una generación, según nuestro último Informe Planeta Vivo (2018), y el cambio climático, que ya se siente en cada rincón del mundo, puede llevar al límite a muchas especies ya amenazadas.
Aunque los osos polares, las tortugas marinas o los pingüinos suelen ser la cara visible de esta grave amenaza mundial, la realidad es que afecta a cientos de especies diferentes y, como consecuencia de las complejas relaciones que se establecen entre todos los seres vivos, a ecosistemas completos.
Nuestro país no permanece ajeno a esta disminución de riqueza natural y es, de hecho, muy vulnerable al cambio climático. La tendencia general en España apunta a un importante empobrecimiento y relocalización de la biodiversidad, que se desplazaría en busca de zonas más elevadas altitudinal y latitudinalmente, es decir, más favorables climáticamente.
La mariposa apolo es solo un ejemplo más de cómo el cambio climático se ha convertido para muchos animales y plantas en un reto y un gran enemigo, que empeora amenazas como la destrucción de los hábitats, la contaminación o la pesca o caza excesivas.
Por eso, la adaptación a los impactos del cambio climático será clave para la supervivencia de las especies. Sin embargo, se estima que más del 30% de las especies podrían desaparecer por no ser capaces de adecuarse a esos cambios. Los animales y las plantas que viven en altitudes muy altas o muy bajas son particularmente vulnerables a esta amenaza.
No debemos olvidar que la biodiversidad es la red que sostiene y permite toda la vida en la Tierra, incluida
Menos combustibles fósiles, menos plásticos, menos carne
Para concienciar sobre este grave problema, desde WWF celebramos cada año la Hora del Planeta , una campaña de sensibilización a nivel mundial que denuncia la pérdida de biodiversidad de nuestro mundo como consecuencia del cambio climático.
La Hora del Planeta moviliza a millones de ciudadanos, empresas, ayuntamientos y gobiernos de todo el mundo para que este sábado, 30 de marzo, apaguen durante una hora, de manera simbólica, las luces de sus monumentos, edificios y hogares. Con este sencillo gesto, se unen a una transición ecológica que ya es imparable, como lo demuestran las miles de iniciativas a favor del clima y la naturaleza que se están produciendo sobre todo entre gente joven, algo que arroja esperanza y luz a este urgente problema.
Este año, en el que se espera la participación de más de 180 países, WWF propone además tres retos concretos que ayudarán a evitar la acelerada degradación de
Los
retos son: Un día cero emisiones, que anima a no consumir combustibles fósiles
o disminuir al máximo las emisiones. Un día sin plásticos de un solo uso,
retando a que no se consuma ni un artículo de plástico de un solo uso durante
este día. Y un día sin carne , que pide que este día no se consuma carne y se
disminuya progresivamente su consumo, aumentando el de legumbres, frutas y
verduras frescas y de cercanía.
Desde WWF, animamos a ayuntamientos, empresas, organizaciones y
ciudadanos a unirse a este evento este sábado, 30 de marzo, de 20.30 a 21.30, apagando la
luz y aportando su granito de arena en la protección de la naturaleza.
Mónica Timón, WWF.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=254199
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