MISIÓN EN BUENOS AIRES
El show de Kicillof con el FMI:
promesas sobre el bidet
14 de febrero de 2019
Axel Kicillof, ex ministro de CFK, se reunió con los
representantes del FMI e hizo luego críticas al ajuste en curso. Pero ¿de
abandonarlo si llegan al gobierno? Bien, gracias.
@EMercatante
Los representantes del FMI que arribaron el lunes al país para
monitorear las cuentas de la economía argentina, Roberto Cardarelli y Trevor
Alleyne, continuaron este jueves manteniendo reuniones con distintos sectores
del peronismo, para tantear sus posicionamientos ante la política económica. El
miércoles había sido el turno de Juan Manuel Urtubey, precandidato presidencial
por el peronismo "alternativo".
Ayer fue el turno de Axel Kicillof, diputado del FpV y exministro
de Economía durante el último mandato de CFK.
El diputado, que desde finales de 2018 viene realizando apariciones
en distintos medios y se prueba el traje de precandidato (presuntamente por la
provincia de Buenos Aires) aprovechó la oportunidad para continuar las críticas
al programa económico en marcha, tanto frente a los funcionarios del organismo
internacional de crédito que le prestó a Macri USD 57 mil millones para asegurar
los pagos de deuda, como ante los medios.
Concluida la reunión, Kicillof manifestó que "el principal interés
era escucharlos", porque "tienen un papel central en la economía argentina" ya
que "el acuerdo firmado por Macri obliga al Gobierno a consultarle decisiones de
política económica inherentes al Poder Ejecutivo, como la tasa de interés, el
tipo de cambio y el nivel de gasto".
El ex ministro contó que les expuso a Cardarelli y Alleyne
toda la
responsabilidad del gobierno de Macri en el estallido de la crisis, cuando el
oficialismo dice que esta se explica solo porque "pasaron cosas" en el plano
internacional, como la suba de interés en EE. UU..
Pero ninguno de
los países latinoamericanos que también sufrieron el mismo cambio de coyuntura
registraron una devaluación de 100 % ni entraron en recesión como la Argentina.
Kicillof también les señaló que su bancada ya habría advertido la crisis que se
estaba gestando, algo que en rigor fue advertido ampliamente
por todo el espectro crítico de la política de "endeudamiento serial",
encarada por Macri. Por otra parte, seguro que el ex funcionario de CFK no se
detuvo mucho en recordar la contribución del propio
kirchnerismo en el tema de la deuda, con sus renegociaciones de 2005 y 2010 (que
relegitimaron unos pasivos probadamente fraudulentos en vez de declarar su
repudio definitivo) y los "pagos seriales", como los definió la propia ex
presidenta.
¿El programa es de Macri y no del FMI?
Fiel al aggiornamiento
que viene mostrando en sus declaraciones más recientes, Kicillof tuvo
el cuidado de destacar que éste sería "el programa de Macri". Así lo manifestó
ayer en C5N luego de la reunión.
También declaró
que el FMI "no puede tener vocación de volcar un país". Son todas declaraciones
que apuntan a poner toda la responsabilidad del ajuste en marcha, el plan
de déficit cero votado en el presupuesto y la política monetaria de
estabilización que viene contribuyendo a profundizar el hundimiento de la
economía, solo el Macri.
Parecería que
Kicillof considera que el FMI se limitó a recibir la propuesta de Macri. Pero,
¿acaso puede sospecharse que el organismo habría otorgado su aval a un programa
que buscara evitar el ajuste fiscal y sostener políticas de mayor gasto? ¿El ex
ministro imagina al organismo presidido por Lagarde apoyando con créditos a un
programa de este tipo?
Pero no hace
falta que especulemos al respecto, ya que el propio Kicillof se contradice sobre
el rol del FMI. Ayer contó que, como en otras oportunidades, cuando el señaló
los efectos recesivos del programa económico, cuyo efecto es "destruirle la vida
a los argentinos", la lacónica respuesta era que "nos pidieron un plan de
estabilización, ni de crecimiento".
¿En qué
quedamos, el plan lo armaron solo Macri, Dujovne, Sandleris y el resto del
gabinete o jugó un papel central el staff del organismo que preside Lagarde para
fijar las metas de ajuste?
La promesa imposible de una renegociación del programa de ajuste
Los esfuerzos de
Kicillof por pegar sobre Macri apuntan a dos bandas. Por un lado, en la
expectativa de un triunfo en las elecciones de octubre para el espacio que
integra, pretende mostrarse como un interlocutor del FMI, que gane quien gane
las elecciones seguirá auditando las cuentas hasta 2021 como mínimo. Y si
juzgamos por
la experiencia previa se quedará mucho más tiempo, renovando el programa con
nuevos préstamos.
Al mismo tiempo,
el ex ministro pretende que es posible, en ese hipotético escenario de triunfo
en octubre, sentarse a renegociar los términos del acuerdo. Es decir, rediscutir
las políticas a llevar a cabo a partir de 2020, que de acuerdo al programa
presentado por Macri exigen llegar a un superávit de 0,5 % del PBI, después de
alcanzar este año el déficit cero.
El FMI "es mas
flexible que Macri", afirmó ayer también Kicillof.
El discurso de
Kicillof busca alimentar la idea de que ganando las elecciones podrá cortarse el
ciclo del ajuste macrista, e iniciarse como en 2003 un curso de otro ciclo,
retomando con variantes el pretendido "modelo de crecimiento con inclusión".
Pero"olvida"
que este solo pudo constituirse gracias al feroz ajuste realizado por Duhalde,
que incluyó entre otras cosas el default de la deuda y una megadevaluación cuyos
efectos pegaron de lleno sobre el poder adquisitivo para crear condiciones de
alta rentabilidad, y además estuvo ayudado por el ciclo de altos precios de los
commodities. El
kirchnerismo asumió con el "trabajo sucio" del ajuste ya realizado, y buscó
asegurar la perpetuación de las condiciones favorables para el
empresariado al tiempo que buscaba recomponer las condiciones de dominio de la
burguesía con políticas que fueron presentadas como de un signo distinto de las
del período, presentando al Estado como “árbitro”. Pero asegurando siempre en lo
fundamental las "conquistas" que la clase dominante había logrado durante el
período neoliberal.
Te puede interesar: De laberintos, espejismos y relatos
Por el contrario,
de ganar en 2019, llegarán con buena parte del ajuste ya realizado por Macri
(gracias entre otras cosas a los aportes del peronismo y la burocracia sindical
para otorgarle "gobernabilidad" a las políticas de austeridad), pero con la
exigencia del FMI para seguir profundizándolo en 2020.
Desde hace un
tiempo Kicillof viene sosteniendo la idea de que se podría ir a una
renegociación con el FMI y cambiar los objetivos para los próximos años. Es una
idea similar a la que proponía en Grecia, otro país devastado por las políticas
de austeridad, impuestas en este caso por la llamada “troika”, formada por la
Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el FMI. En enero de
2015, Syriza, un partido que hemos definido como neorreformista ganó
las elecciones proponiendo el rechazo a la política de austeridad. Luego de su
triunfo, Syriza constituyó una coalición “antiausteridad” con la derecha
nacionalista (ANEL o griegos independientes) con el propósito de reestructurar
compromisos de deuda y cambiar la política fiscal por una expansiva. Estos
objetivos, de por sí moderados, se probaron inviables en las condiciones
impuestas por la política impulsada por las principales potencias de la UE, con
Alemania a la cabeza. El gobierno de coalición presidido por Syriza creyó
posible regatear con la troika algunos márgenes para administrar la integración
subordinada de Grecia en la Europa del capital. Terminó siendo el ejecutor de
los recortes destinados a cumplir con los acreedores, que continuaron ahondando
la hecatombe social que vive el país desde que se inició la crisis de deuda en
2009. La idea de negociar “con fuerza” sin romper los marcos capitalistas está
condenada al fracaso.
Kicillof vende un
buzón cuando sostiene que sin romper con el FMI y repudiar su programa puede
implementarse una política que se diferencie en lo sustancial del ajuste que
lleva adelante Macri para asegurar el déficit cero, pagarle a los acreedores y
asegurar las ganancias del empresariado.
Obviamente,
seguir el curso de ruptura con el FMI es imposible si uno pretende moverse en
los marcos del capitalismo y alimentar la ilusión de que puede haber un "modelo"
que asegure por un largo período que podrán compatibilizarse los intereses de
los empresarios y los de los trabajadores... y todo eso sin atacar las raíces
fundamentales de la dependencia. La misma pretensión que ya se probó
insostenible en el anterior gobierno de CFK, que concluyó con ajuste (en 2014),
intentos de volver a los mercados, acuerdos con el CIADI y Repsol y ataques a
sectores de la clase trabajadora formal acusada de "privilegiada" por reclamar
contra el impuesto al salario.
Solo rompiendo el
Acuerdo Stand By y dejando de pagar al FMI y al conjunto de los acreedores puede
cambiarse el curso del ajuste. Pero esto solo es compatible con una firme
decisión de romper con el orden que sostiene este organismo que es un pivote
central del capitalismo globalizado. La pretensión de contraponer a Macri una
alternativa “antineoliberal” es una impostura magnificada en los tiempos en los
que es el FMI el que gobierna la política económica. Solo queda una hoja de ruta
para evitar repetir como farsa trágica y decadente la historia de saqueos: que
una fuerza política independiente de los trabajadores imponga una serie de
medidas de ruptura con el imperialismo y sus socios nacionales.
Te puede interesar: De 2001 a hoy: ¿cómo hacemos para que la historia no se repita?.
Fuente: https://www.laizquierdadiario.com/El-show-de-Kicillof-con-el-FMI-promesas-sobre-el-bidet
No hay comentarios:
Publicar un comentario