El modelo de economía plural corrupta, y
de retorno al neoliberalismo
20 de febrero de 2019
Un modelo de economía
sombrío. En los casi 14 años de duración de su régimen, Evo Morales y su equipo
de cúpula han terminado imponiendo todo un modelo de economía plural corrupta
de rasgos nítidos. Se trata de un modelo radical y crudamente rentista,
extractivista y ambientalmente devastador que persiste en reproducir la
dependencia de la economía boliviana, desde que ella empezó a configurarse
históricamente, de las rentas producidas por el saqueo inclemente y depredador
de los recursos naturales renovables y no renovables del país.
Por
Y es un modelo, a luces vistas y por
demás comprobadas, crecientemente marcado por la metástasis vertiginosa del
tráfico de cocaína, contrabando, las coimas, desvíos irregulares de
dineros públicos a cuentas privadas y contratos y contrataciones
irregulares y malsanos de todo tipo. Esa metástasis se expande peligrosamente
a lo largo y ancho del territorio del país y en múltiples y diversos niveles y
ámbitos de los sectores públicos y privados de la economía.
El
modelo es radicalmente improductivo y antiproductivo por su crudo carácter
rentista, y de nula agregación de valor y nula generación de empleo. El modelo,
además, opera a través del encubrimiento sostenido tanto del desempleo como de
la severa carencia de empleo productivo en el país a través de la incesante
ampliación de la informalidad, del comercio de menudeo y de la masa ingente de
transportistas que se agolpan en las urbes o se dedican al trasiego del
transporte interprovincial.
Visto
desde una perspectiva sistémica, se trata de un modelo estructuralmente
asentado en la combinación, por un lado, de las inversiones y el despilfarro de
recursos públicos de un sector capitalista de Estado extractivo -principalmente
gasífero- ineficiente y al borde del estancamiento y, por el otro, de la
inversión capitalista transnacional también extractiva y en infraestructura,
principalmente china, coreana, japonesa y/o de financiamiento de banca
multilateral.
Al
modelo se suman el agrandamiento constante y sostenidamente expansivo -de
funestos impactos de deforestación en la Amazonia, los llanos y los chacos- de
la empresa capitalista agroindustrial y ganadera en las tierras bajas del país,
la lubricación de un endeudamiento externo galopante orientado principalmente
al tendido de infraestructuras de transporte, y la promoción desembozada por
parte del régimen de un sector financiero bancario favorecido como pocas veces
antes en la historia boliviana con ganancias superlativas y ventajas
regulatorias inigualables.
Con
su modelo, el MAS ha dado marcha a todo un proceso de retorno paulatino,
evidente y sombrío -por sus implicaciones de futuro- al neoliberalismo puesto
en jaque en 2003 por un país movilizado que pasó entre 2004 y 2005 a imponer, como es por
demás recordado, una nacionalización de los ingresos del gas por la vía de la
creación del Impuesto Directo de los Hidrocarburos.
Esa
medida, que sólo sirvió en rigor para ser aprovechada políticamente para
su cartera de sobornos y clientelismo por el régimen del MAS tras su llegada al
poder en 2006, pasó apenas se instaló el MAS en el gobierno a ser
económicamente dañada y tan crudamente mal administrada que ahora la producción
de gas en el país se muestra estancada y envuelta en un proceso ya evidente de
pérdida de mercados y oportunidades tanto en Brasil como en Argentina.
El
estancamiento de la producción gasífera en el país ha llegado al punto de
hacerse ya tan evidente que el MAS, para salir de la crítica situación que ha
provocado en el sector, ha pasado a dar alas renovadas a las transnacionales
petroleras y mineras afincadas -o interesadas en afincarse- en el país con nuevos
favorecimientos regulatorios, de ingresos y contractuales.
Un
extremo saliente del retorno paulatino al orden neoliberal iniciado por el MAS
parece haberse alcanzado muy recientemente con la puesta en marcha de una
gigante operación de Inversión Extranjera Directa -de claro cuño
transnacionalizador capitalista- principalmente desde China para la
explotación del litio en los salares de Uyuni y, ahora, de Pastos Grandes.
Así,
cancelando toda idea y propósito de una producción del litio boliviano “100%
estatal” como fue demagógica e ineficientemen te postulado por el régimen del
MAS durante su primera década de desgobierno e ineficacia -hasta hoy la
producción masiva de litio en el sudoeste potosino sigue pareciendo una quimera
que se posterga año tras año-, ahora, ante la gravedad de la crisis de
producción gasífera que empieza a atenazar la economía del país, el régimen
anuncia haber decidido hacer unos contratos con China para el litio bajo
la modalidad de un 51% de control mayoritario ficcional para Bolivia y
49% para las transnacionales chinas.
Se ha
llegado así en Bolivia a una vuelta en círculo al pasado empeorado ya que las
condiciones para la entrega del litio al capitalismo transnacional chino por
parte del MAS son aún más onerosas que la entrega pretendida del litio a favor
de la LITHCO a inicios de los 90 y que fue rechazada por el país. ¿Se necesita
alguna otra prueba de que la gran revuelta antineoliberal de 2003 en Bolivia no
ha quedado desfondada en la trama corrupta de un modelo de economía ya
abiertamente entreguista? ¿Se necesita alguna otra constatación de que el MAS,
como todo gobierno rentista previo, ha optado por la subasta de los principales
recursos naturales no renovables del país a la rapacidad del capitalismo
transnacional?
* sociólogo
Fuente: https://www.bolpress.com/2019/02/20/el-modelo-de-economia-plural-corrupta-y-de-retorno-al-neoliberalismo/
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