Mujeres que ejercen
prostitución en Río Gallegos. Una propuesta desde el análisis cultural
Romina Alejandra Behrens
Universidad Nacional de la Patagonia Austral ,
Argentina / rominabehrens@gmail.com
Chasqui. Revista Latinoamericana de Comunicación N.º 135,
agosto - noviembre 2017 (Sección Monográfico, pp. 179-195) ISSN 1390-1079 /
e-ISSN 1390-924X Ecu ador: CIESPAL Recibido: 20-05-2017 / Aprobado: 28-08-2017
(…)En
este trabajo hemos desarrollado las luchas de organización colectiva y por la
significación por parte de mujeres que ejercen prostitución en Río Gallegos, un
enclave sureño periférico del territorio nacional argentino. A diferencia de lo
que sucede en los grandes centros urbanos en los que las trabajadoras sexuales
se encuentran nucleadas en organizaciones y asumen identidades políticas desde
las que se presentan y demandan por ciertos derechos, en Río Gallegos las
mujeres se adaptan a las regulaciones de la prostitución buscando estrategias
que les permitan continuar con la actividad a pesar de las prohibiciones. Por
un lado, logran menos visibilidad y cuidado de su propia identidad −sus
demandas fueron hechas con máscaras o cambiando sus nombres−, y por el otro, no
tienen organización que las contenga en el caso que tengan que atravesar otra
crisis tras alguna nueva prohibición o norma legal que se les imponga. A pesar
de que no es frecuente observar a las mujeres de Río Gallegos identificándose
como ‘trabajadoras sexuales’, no dejan de plantear diferencias entre el placer
y el trabajo, ni tampoco dejan de reconocer que su actividad está destinada a
conseguir una fuente de ingreso económica.
Por
esto, la materialidad de esa sexualidad-otra cobra sentido en la propia lógica
interna que la prostitución tiene en sus vidas cotidianas. Como dijimos antes,
las condiciones materiales y simbólicas de las mujeres se entraman con las
posibilidades de configuración y enunciación de esas condiciones. Esto explica
por qué las mujeres que ejercen prostitución en Río Gallegos, a pesar de que
reconocen sus condiciones materiales (trabajo no reconocido) y simbólicas
(necesidad de ocultar lo que hacen) tienen tantas dificultades para poder
enunciar sus demandas, inscribiendo esas configuraciones en la pugna de
sentidos en torno a la prostitución que son también pugnas por el sentido que
adquiere la sexualidad femenina/feminizada en el marco de la heteronormatividad. Aún
sin cerrar el debate, reflexionar sobre las prácticas hegemónicas y
contrahegemónicas de la prostitución hace que redefinamos las nociones de
género, mujeres y sexualidad, incomodando las tradiciones de un feminismo
clásico. Así como en Brasil se reivindica el insulto para construir otros
sentidos alrede dor del significante “puta”, es posible que las mujeres que
ejercen prostitución estén resignificando las prácticas que históricamente
fueron nichos de dominación masculina y al hacerlo, no desde la denuncia sino
desde la reinvención, se alteran las clásicas formas de lucha por la liberación
de las mujeres. Es en esto punto que vale dudar si el discurso feminista
hegemónico en la actualidad se elabora desde la subalternidad o desde lugares
de privilegio, aun perteneciendo a sectores subalternos.
Referencias bibliográficas (…)
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