Volvemos
a gritar ¡NI UNA MENOS!
2
de junio de 2017
El próximo sábado tendrá lugar por tercer año
consecutivo la movilización impulsada bajo el grito de “Ni Una Menos”. La
convocatoria en la Ciudad de Buenos Aires será a las 16 en el Congreso, para
marchar hasta Plaza de Mayo, y además se calculan otros 80 puntos de reunión a
lo largo de Argentina y otros países de
Latinoamérica.
Por
Ludmila Fernández López en ANCAP Noticias
El 3 de junio ya no es una cifra más en la agenda. Cita obligada
de los diversos movimientos feministas, de familiares de las víctimas, de
agrupaciones políticas y de mujeres autónomas convocadas por este llamado a
salir a la calle. La
demanda principal: vivas nos queremos.
En 2015 y en respuesta a una deuda histórica, la Corte Suprema de
Justicia comenzó a relevar el número de femicidios, proporcionando así la
primera cifra oficial, pero todavía adeudan la presentación del informe sobre
2016. Para La Casa del Encuentro el año pasado han sido 230 los asesinatos a
mujeres originados en las desigualdades de género y perpetuados por varones, es
decir uno cada 30 horas.
En el documento publicado hace unos días por el colectivo organizador de Ni Una Menos, el principal interpelado es el Estado. Allí se denuncia la violencia institucional, reflejada en las detenciones arbitrarias y represión a manifestantes en la última marcha del 8 de marzo, o en el caso de Higui, una lesbiana del conurbano que está presa por defenderse de una violación correctiva y colectiva. También la nula aplicación de la ley de Educación Sexual Integral, una herramienta clave que ayudaría en la deconstrucción de los estereotipos en que se educa a los y las jóvenes desde el jardín de infantes.
Aunque el reclamo por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito no estuvo entre las demandas que originaron el grito de Ni Una Menos en 2015, finalmente fue incluido en la segunda edición y este año se reitera otra vez con una mención al caso de Belén, la joven que estuvo dos años presa por haber sufrido un aborto espontáneo. Mientras tanto, en el Congreso se siguen cajoneando los proyectos sobre este problema de salud pública que se ha cobrado la vida de más de 3 mil mujeres desde la vuelta de la democracia.
En el documento publicado hace unos días por el colectivo organizador de Ni Una Menos, el principal interpelado es el Estado. Allí se denuncia la violencia institucional, reflejada en las detenciones arbitrarias y represión a manifestantes en la última marcha del 8 de marzo, o en el caso de Higui, una lesbiana del conurbano que está presa por defenderse de una violación correctiva y colectiva. También la nula aplicación de la ley de Educación Sexual Integral, una herramienta clave que ayudaría en la deconstrucción de los estereotipos en que se educa a los y las jóvenes desde el jardín de infantes.
Aunque el reclamo por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito no estuvo entre las demandas que originaron el grito de Ni Una Menos en 2015, finalmente fue incluido en la segunda edición y este año se reitera otra vez con una mención al caso de Belén, la joven que estuvo dos años presa por haber sufrido un aborto espontáneo. Mientras tanto, en el Congreso se siguen cajoneando los proyectos sobre este problema de salud pública que se ha cobrado la vida de más de 3 mil mujeres desde la vuelta de la democracia.
Jóvenes, viejas, lesbianas, niñas, madres: el grito de
todas se oirá una vez más y será uno solo: Ni una menos, ¡vivas nos queremos!
El Estado es responsable.
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article14314
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