Cuando Esquel dijo no
23 de marzo de 2013
El 23 de marzo de 2003, el 81 por
ciento de los votantes rechazó la explotación de una mina de oro y plata en las
afueras de la ciudad.
Habrá actos para recordar la fecha.
El 23 de
marzo de 2003 fue la primera gran derrota de la megaminería en Argentina. En
una votación sin precedentes para el país, el 81 por ciento de los votantes de
Esquel rechazó la explotación de un yacimiento de oro y plata. A diez años del
plebiscito, ninguna empresa minera pudo explotar yacimientos en Chubut y la
resistencia a la megaminería creció a lo largo de la cordillera.
Alejandro Corbeletto , de la Asamblea de Vecinos, explicó que
“la lucha de Esquel es una muestra más de que el pueblo junto, organizado y en
la calle puede discutir el modelo productivo y puede frenar a transnacionales y
gobiernos”. Muestras de fotos, charlas sobre las consecuencias sociales y
ambientales del extractivismo, proyección de películas y una marcha serán parte
de las celebraciones por los diez años del histórico “no a la mina”.
A fines de 2000 ya circulaba en Esquel
la versión de una empresa minera en la zona. En enero de 2001, la comunidad mapuche
Huisca Antieco denunció que una minera había ingresado en su territorio sin
respetar los derechos indígenas. En julio de 2002, la minera Meridian Gold
oficializó la compra de un proyecto, ubicado a diez kilómetros de la ciudad. Contaba
con apoyo explícito del gobernador José Luis Lizurume (radical) y del
intendente Rafael Williams (Partido Justicialista).
Distintos grupos de vecinos comenzaron
a organizarse. En octubre de 2002 confluyeron en una asamblea en la Escuela Normal. Los
primeros días de noviembre se repitió la asamblea, ya con una concurrencia
masiva y nació la Asamblea de Vecinos Autoconvocados por el No a la Mina. Y decidieron fecha
para la primera marcha: 24 de noviembre.
El gobierno provincial había fijado que
el 4 de diciembre sería una audiencia pública sobre al proyecto minero. Paso
formal para que comenzara la construcción.
La marcha del 24 de noviembre
sorprendió a todos. Cientos de esquelenses se volcaron a las calles. La
consigna era una: “No a la mina”.
Al día siguiente, el gobierno
provincial informó la suspensión de la audiencia pública. Fue leído por los
asambleístas como una primera victoria. El 4 de diciembre fue una nueva marcha.
Más concurrencia, miles de personas.
Las asambleas en la Escuela Normal ya
eran semanales. El 5 de febrero, el Concejo Deliberante aprobó la consulta
popular. El intendente Williams la promulgó de inmediato. “Verano de 2002, la
desocupación hacía estragos y ellos prometían trabajo. Pensaron que el ‘sí a la
mina’ ganaba”, recordó Corbeletto.
Contra todo el aparato del radicalismo
y del Partido Justicialista, los vecinos redoblaron las charlas, muestras de
cine, pintadas de murales. La minera y el gobierno repartieron chapas,
zapatillas y alimentos en los barrios más humildes. “El gobierno provincial y
el intendente trataron de desactivar cualquier posibilidad de cuestionamiento
hacia el proyecto minero, instaló en los medios la idea de que la mina se hacía
sí o sí”, explicó Gustavo Macayo,
militante y uno de los abogados de la asamblea, y pidió no olvidar que hubo
“muchos vecinos por el ‘no’ que fueron agredidos, perseguidos por patotas,
víctimas de espionaje y amenazas”.
El 23 de marzo, Esquel votó. El 81 por
ciento eligió el “no” a la
minería. También se realizaron consultas populares en los
municipios vecinos de Trevelín, Lago Puelo y Epuyén, donde más del 90 por ciento
también rechazó la actividad extractiva. Marta Sahores, asambleísta, afirmó que
el plebiscito fue “un éxito de ciudadanía y compromiso” y destacó el eslogan de
hoy: “La montaña sigue en pie gracias a su gente”.
Sobrevino la ley 5001 (que prohíbe la
actividad en la provincia), nacieron asambleas en todo Chubut (Madryn, Rawson,
Trelew, Comodoro Rivadavia y, sobre todo, en Gan Gan, donde confluyeron
comunidades tehuelches y vecinos no indígenas para rechazar la explotación de
plata y plomo impulsada por la poderosa Pan American Silver). Y nació a nivel
nacional la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC), con un centenar de asambleas
socioambientales de todo el país.
Las celebraciones por los diez años
comenzaron ayer con charlas que, además de megaminería, trataron sobre el
impacto de los hidrocarburos no convencionales, los desafíos frente al
extractivismo y la criminalización de la lucha socioambiental. Hoy a la mañana
habrá nuevas charlas, actividades musicales y finalizará con una marcha (que se
espera multitudinaria) por las calles de Esquel.
La asamblea señaló al menos dos hechos
que los mantiene en guardia. En 2007 el proyecto minero fue adquirido por
Yamana Gold (que mantiene la intención de extracción) y el gobernador Martín
Buzzi impulsa la derogación de la ley 5001, para dar luz verde a la megaminería
en Chubut.
Marilú D’Orazio, también de la
asamblea, afirmó que en Esquel “hubo un cambio de conciencia que ya no
posibilita el avance minero” y aportó la mirada nacional: “Hay cien asambleas
en todo el país que luchan contra el extractivismo, que articulan y que se dan
fuerza unas a otras. Eso también celebraremos hoy en Esquel”.
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