¿Cuáles son las condiciones que reclaman las empresas que extraen combustibles fósiles para radicarse en la Argentina? Durante los últimos años se conformaron con que al menos el 80% de la inversión provenga de dinero del Estado
y, ahora, van por
más.
Los números mundiales, los números continentales, los nacionales,
los provinciales. La cantidad de millones de dólares invertidos por
los gobiernos en la extracción de combustibles fósiles. Allí están los datos, las frías
estadísticas que paradójicamente hacen arder a nuestro planeta. Pero
son tantos los números, tantas las estadísticas, que no se dejan ver. Se cubren
entre sí. Se convierten en marañas hasta para los especialistas en
desentrañarlos. Y en río revuelto, ganancia de pescadores.
Parece que no están: no los leemos, no se publican en las tapas de los
diarios, no forman parte de los discursos presidenciales, tampoco de los
ajustes económicos ni de los recortes que propone el Fondo Monetario
Internacional para pagar la deuda. Los números parecen ocultos,
invisibilizados pero existen. No están en los diarios pero sí en los informes
de justamente el FMI: los subsidios a los combustibles fósiles son de
casi 20 mil millones de dólares anuales, lo que representa el 2.9% del Producto
Bruto Nacional (PBN) en Argentina. ¿Qué significa eso? Que mediante nuestros
impuestos les pagamos a las empresas petroleras 435 dólares por habitante por
mes. Sin
embargo, escuchamos, vemos y leemos en medios de comunicación que nuestros
impuestos se “desperdician” en subsidios de planes sociales. ¿Por qué se
cuestionan los subsidios a personas humildes y no a empresas millonarias?
Por supuesto que los subsidios a los fósiles no son un problema
argentino sino mundial. Por ejemplo en 2015, según el FMI a nivel mundial, los
subsidios fueron $ 4.7 trillones (6.3 por ciento del PIB mundial) y siguen
aumentando año a año, demostrando que La Conferencia de las Naciones Unidas
sobre Cambio Climático, que se realiza todos los años es pura fachada y no solo
no cumple con su objetivo sino que permite un retroceso año tras año
en el objetivo de enfriar nuestro planeta . Los mayores subsidios en 2015
fueron China ($ 1.4 trillones), Estados Unidos ($ 649 mil millones) , Rusia ($
551 mil millones), Unión Europea ($ 289 mil millones) e India ($ 209 mil
millones). El carbón y el petróleo representan en conjunto el
85 por ciento de los subsidios mundiales”, dice el informe del
FMI.
¿Por qué el FMI tiene tanto interés en medir los subsidios a los
combustibles fósiles? “Es la economía, estúpido”, diría Bill Clinton. El FMI
necesita cuidar sus dólares. “Los 435 dólares por habitante en Argentina incluye
no sólo subsidios directos e indirectos, sino también los costos ambientales y
otros ligados al consumo de combustibles”, analiza Marcelo Giraud, geógrafo,
docente de la Universidad de Cuyo y ambientalista. Mitigar la crisis climática también
tiene un costo en dólares. Y un Fondo Monetario Internacional, históricamente
abonado al recorte presupuestario y alejado de las necesidades sociales, no
está interesado en que los países que tomen deuda tengan problema para pagarla
por el costo económico de las cuestiones ambientales. “Es lo que llaman
subsidios post-tax. La mayor parte de los subsidios están relacionados con el
costo social de utilizar combustibles fósiles. Son diferentes a los subsidios a
los que comúnmente nos referimos, y a los que el FMI llama pre-tax”.
Es la lógica del FMI, bien economicista. Señala que el costo de la
energía está subestimado, y que tendría que costar más cara, para consumir
menos, y de ese modo evitar esos ‘daños colaterales’. Aunque -obviamente- si
los más ricos pudieran seguir pagando lo que se les cante por esa energía, sin
importar que el resto se quede a pata, todo eso sería más que relativo”,
analiza el especialista.
Mientras señala otro cuadro del informe del FMI, Giraud explica
que “para el petróleo, el costo de la contaminación local del aire y el de la
congestión vehicular y los accidentes representaría el 38 y 36% de los
subsidios "post-tax" o totales”. Todo dentro de los 435 dólares por
habitante que calcula fríamente el FMI como políticas de subsidios directos o
incentivos fiscales de algún tipo, por parte del Estado argentino hacia las
empresas petroleras.
“Los del FMI quieren que paguemos muchísimo más cara la nafta, de algún
modo. Ahora, ¿cómo hacer para que esa diferencia no vaya a parar a las
petroleras, sino a paliar los problemas que los combustibles fósiles generan?
Eso no te lo dicen. O sí, pero de manera súper genérica. Hasta le ponen precio
a la sobre-mortalidad debido a la contaminación atmosférica. Según ellos, el
costo de las vidas perdidas en un país pobre no es igual al de las muertes
adicionales en los países ricos.Es el mismo criterio de las compañías de
seguros. No pagan lo mismo a los familiares de un empresario muerto en un
accidente que a los de un pobre”.
¿Quién es Mario Mehren?
Así como los subsidios al carbón y al petróleo no aparecen en los
diarios, a pesar de representar el 85% de los subsidios mundiales, Mario Mehren
tampoco. Mientras hay comunicadores en la radio que se quejan por las migajas
que reciben en forma de subsidios las familias más necesitadas, casi nadie
menciona en una radio comercial a Mario Mehren. A lo sumo, cuando él quiere
(léase cuando el Estado amenaza con quitarle beneficios impositivos y
subsidios) acuerda una nota con un diario y amenaza con retirar a la empresa
que representa de la Argentina e irse a otro país: “Nos gusta la Argentina pero queremos ganar más dinero”, dice Mario
sin ruborizarse. Lo único que importa son los dólares. Pero por lo general
Mario no aparece. No lo necesita: es el CEO de Wintershall Holding GmbH,
empresa que, con sede en Kassel, Alemania, es el mayor productor de petróleo
crudo y gas natural de Alemania. Es una subsidiaria de
propiedad total de BASF. Se encuentra activa en Argentina desde 1978 y
actualmente trabaja en -al menos- 15 campos de petróleo y gas, donde produce
aproximadamente 26 millones de barriles al año, siendo así la
cuarta compañía más grande dedicada al gas natural en el país.
Wintershall emplea apenas 2000 personas en todo el mundo. ¿A
cuántas perjudica? Su accionar no conoce límites: Argelia, Argentina, Brasil, Dinamarca,
Egipto, Libia, México, Holanda, Noruega, Rusia, Emiratos Árabes, el Reino
Unido, y por supuesto en Alemania. En el año financiero 2015, la compañía
produjo alrededor de 153 millones de barriles de petróleo y sus ventas
superaron los 12,99 mil millones de euros.
Cifras inconmensurables para las personas que habitan Río
Gallegos, Tierra del Fuego y pueden ver al monstruo de Wintershall que emerge
desde el Mar Argentino: Vega Pléyade. ¿Qué es? Una plataforma se ubica a 20 kilómetros de la Bahía San Sebastián ,
cuya construcción costó 1.100 millones de dólares. Su estructura pesa unas
2.650 toneladas conectadas por un gasoducto submarino de 72 kilómetros a
tierra. Total normalidad. Como estos casos hay docenas, centenares,
miles.
Vega Pléyade representó cerca del 7% de la producción mensual de
gas natural del país durante 2016, y ubicó a Tierra del Fuego como segunda
provincia productora de gas del país, detrás de Neuquén. Últimas cifras de Wintershall: está a punto de cumplir 126 años, fue
fundada en 1894. Hace más de 40 que está en Argentina. La pregunta es ¿por qué?
Por los subsidios, así de simple.
Por supuesto que Wintershall no es la única beneficiada. Pero ojo
que no son tantas las empresas que exploran, extraen y comercializan
combustibles fósiles y se financian a través de los subsidios que les entrega
el Estado: YPF, Pan American Energy, Pluspetrol, Sinopec, Tecpetrol,
Chevron, Petrobras, Total, Madalena, High Luck Group, San Jorge Petroleum (de
Chevron), O&G Developments, President Petroleum, CRI Holding INC, Antrim,
Statoil, Mitsubishi, Pampa Energía, Exxon, Mobil, Shell, Dow, PEMEX, Petronas y
no tantas más.
Más números
En la declaración de Pittsburgh de 2009, los
países asumieron el compromiso de reducir los subsidios a los combustibles
fósiles. En este marco, FARN -Fundación Ambiente y Recursos Naturales- comenzó
a analizar minuciosamente esa reducción, estimando cuánto se
destinaba a los subsidios a los fósiles en el presupuesto nacional. Y se
encontraron una sorpresa: un plan de energía que pretende reducir las emisiones
pasando de los combustibles líquidos al gas. De una extracción a otra
extracción
“A nivel mundial se empezó a
hablar del gas como ‘combustible puente’. Pasar del carbón al gas. Pero
no se puede poner al gas como una parte de ‘reducción de emisiones’. La matriz
nacional debería tender a una mayor cantidad de energías renovables”, explica
María Marta Di Paola, Directora de Investigación de FARN.
En 2019, el 88% de la producción de gas de Vaca Muerta fue
subsidiada.
Algunos números del documento FARN: los
subsidios a los combustibles fósiles en Argentina 2018-2019:
-Los subsidios a los combustibles
fósiles representaron, con respecto a la totalidad de subsidios a la energía,
un 97% en 2018 (el 6,5% del presupuesto nacional), un 95% en 2017 y un 99% en
2016.
-Los montos transferidos a las empresas
dedicadas a la extracción de hidrocarburos -particularmente para la producción
de gas- sumaron en 2018 US$ 340 millones; es decir, un 0,33% del presupuesto
nacional y el equivalente a más de 5 millones de Asignaciones Universales por
Hijo o al salario anual de 35.000 docentes de enseñanza inicial.
-Pero no sólo las empresas extractivas
recibieron fondos: también las compañías distribuidoras se vieron favorecidas.
El monto recibido por estas últimas durante 2018 fue de US$ 258 millones, lo
que equivale a 778 mil jubilaciones mínimas.
-Durante
2019 los subsidios a los combustibles fósiles suman más de US$ 6.000 millones,
cifra que duplica lo que el Estado invirtió durante todo 2018 en Universidades
Nacionales.
-El
98% del presupuesto del Plan Garrafa estuvo, en 2016, destinado a los hogares.
En 2017 la ecuación cambió por completo: por cada dólar que recibió un
consumidor, un productor recibió seis. Ninguna empresa privada recibió más de
300 millones en el período 2016-2018 salvo una: Pan American Energy, la empresa
que intenta instalar la megaminería a cielo abierto en la provincia de Chubut a
pesar de estar prohibida por ley desde el plesbicito que le dijo No a la Mina
en Esquel en el año 2003. Pan American Energy fue beneficiada a través del Plan
Gas con 1198 millones de dólares. Sola la supera la estatal YPF con 1784
millones. En tercer lugar se ubicó Total Austral con 309 y cuartos, los ya
mencionados alemanes de Wintershall En total las empresas recibieron 4499
millones de dólares.
Sin embargo los números generales
omiten un dato fundamental: la distribución de los subsidios cambió brutalmente
en 2018. El gas cedió su lugar para el petróleo de Vaca Muerta. Se repartieron
340 millones a empresas hidrocarburíferas. YPF apenas recibió 9
millones.¿Adonde fue el dinero que no recibió YPF? A Tecpetrol, la petrolera de
Techint que
consiguió la concesión por 35 años de extensos kilómetros de Vaca Muerta y a la
que responsabilizan en Neuquén pueblos originarios y ambientalistas de de los
sismos que se volvieron frecuentes desde que se inició la extracción de fósiles
a través del fracking.
Presupuestos
En 2013 y 2014 el total de subsidios a
los combustibles fósiles representó más del 10% del total de los gastos
públicos y fue reduciendo paulatinamente para mantener un promedio del 6%
durante la gestión macrista. Durante el último gobierno de CFK “existió una suerte de gran
canasta de subsidios, tanto al petróleo como el gas, y a las distintas
empresas, a través del Plan Gas, Petróleo Plus, y varios otros. Lo
que hizo el Gobierno de Mauricio Macri fue recortar los subsidios a los
consumidores y mantener solamente los de Vaca Muerta, para el gas.
Hasta la gestión anterior, la principal subvención estaba puesta en manos de
las distribuidoras de gas y de las empresas que están en Vaca Muerta,
extrayendo ese combustible con un subsidio dolarizado”, compara la analista de
FARN.
Aún no hay presupuesto para el 2020
debido al cambio de gobierno. FARN hizo un relevamiento del proyecto de Ley de
Presupuesto presentado por el macrismo pero debieron desecharlo: “Igual no
creemos que esto vaya a modificarse mucho. De hecho, por las resoluciones que
se han ido publicando, las partidas presupuestarias hacia Cammesa, y las
que se destinan a los fósiles, no sufrirían una reducción sustancial”, anticipa
la especialista en referencia a la empresa de gestión privada con propósito público,
creada por decreto en 1992.
Durante el lapso 2016-2018, el 86% de lo que invirtió Pan American
Energy y el 83% de lo que invirtió Wintershall fueron cubiertos por los
subsidios nacionales.
“Nuestra
idea es remarcar que, en un contexto de crisis económica y de necesidades
sociales insatisfechas, no sería una buena medida continuar subsidiando a las
empresas que extraen gas y petróleo. Y en este caso, a las empresas que extraen
gas en Vaca Muerta”, explica Di Paola. FARN computa el tema de subsidios utilizando
la definición que tiene la Organización Mundial del Comercio, que refieren a
todas las subvenciones que se destinan a la producción, extracción o
distribución de fósiles.
FARN denuncia algunos “números que hacen ruido”. Publicaron en un estudio que un incremento del 1% en el tipo de cambio significa $6.600 millones adicionales en subsidios energéticos respecto de lo presupuestado. Según datos oficiales, los subsidios energéticos para 2020 suman $280.643 millones; FARN, sin embargo, identificó un total de $307.136 millones. Para 2020, el monto en subsidios energéticos duplica el dela Asignación Universal
para la
Protección Social. Los subsidios energéticos para 2020
superan en un 25% lo destinado a las universidades nacionales. El gas
subsidiado para 2020 equivaldría al 4% del total de emisiones de gases de
efecto invernadero de Argentina.
FARN denuncia algunos “números que hacen ruido”. Publicaron en un estudio que un incremento del 1% en el tipo de cambio significa $6.600 millones adicionales en subsidios energéticos respecto de lo presupuestado. Según datos oficiales, los subsidios energéticos para 2020 suman $280.643 millones; FARN, sin embargo, identificó un total de $307.136 millones. Para 2020, el monto en subsidios energéticos duplica el de
“La
diferencias de números que tenemos con el Estado -principalmente- son dos
cuestiones: una es el gasto que hay en las partidas presupuestarias destinadas
a infraestructura vinculadas al gas y al petróleo. Y el otro tema, son
los gastos tributarios. Es decir, las exenciones tributarias
que se le dan al sector y que el Estado no las venía considerando como
subsidios. Allí es donde difiere nuestro cálculo con el del Estado, y es por
eso que nos da un resultado mayor como parte del presupuesto nacional”,
explica.
Señala además
que se debe tener en cuenta el hecho de que FARN hace este cálculo “en base al
presupuesto y no a la ejecución presupuestaria, sabiendo que la ejecución
presupuestaria varía bastante de lo que es el presupuesto. De hecho, el año
pasado hubo una diferencia de casi 600% en lo que son los subsidios a los
fósiles en el plano de Vaca Muerta, dada la devaluación monetaria, ya que los
subsidios son en dólares”.
“En
2019, el 88% de la producción de gas de Vaca Muerta fue subsidiada. Las
empresas que recibieron subsidios fueron 13, se llevaron el 0,20% del
presupuesto nacional, que equivale a 4 millones de Asignaciones Universales por Hijo
(AUH), o 665 mil salarios mínimos, o 5 meses de recaudación de lo que es el
monotributo”, compara. Y agrega que “respecto de los datos de 2020, este 5% del
Presupuesto Nacional duplica lo que se había presupuestado a las AUH y
representa un 50% más de lo que se destinan a las universidades nacionales”.
“De este monto,
el 17% se va a destinar puntualmente a Vaca Muerta, y se estima que la
producción subsidiada puede llegar a incrementar en un 4% las
emisiones de gases efecto invernadero de nuestro país”, señala Di Paola. Cabe
destacar que en el presupuesto 2019, por cada peso que se
destinaba a las energías renovables o limpias, 59 pesos iban para las energías
etiquetadas como sucias.
Durante el
lapso 2016-2018 “comparamos lo que son los subsidios que recibieron las empresas
en Vaca Muerta y cuánto invirtieron ahí. El resultado fue que el
86% de lo que invirtió Pan American Energy y el 83% de lo que invirtió
Wintershall fueron cubiertos por los subsidios nacionales.Es
decir que -claramente- el Estado Nacional durante estos años estuvo subsidiando
la compra de activos fijos por parte de estas empresas.
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