Pueblos tradicionales
y originarios víctimas de asesinatos y agresiones en Mato Grosso do Sul,
Amazonas y Maranhão
17 de enero de 2020
Por Lu Sudré
Brasil de Fato
Año nuevo,
violencia vieja. Los 13 primeros días de 2020, indígenas y quilombolas* fueron
víctimas de asesinatos y ataques que dieron continuidad a la escalada de violencia que alcanzó a los
pueblos tradicionales y originarios el año pasado.
El número de líderes indígenas
muertos en conflictos en el campo, por ejemplo, fue el mayor en por lo menos 11
años. Datos de Entretanto, la tónica continua
Entre ellos,
un indígena de 12 años que perdió tres dedos de la mano izquierda al manipular
una granada dejada atrás por la
policía. Los policías, de acuerdo con el Centro Indigenista
Misionero (CIMI), fueron hasta el lugar durante el ataque de los guardias
privados y también actuaron de forma violenta contra los indígenas.
La acción de guardias privados
de hacendados contra los indígenas que ocupan los territorios en los límites de
la Reserva de Dourados, de la cual fueron expulsados, es constante. Después del
ataque de comienzos del año,
El primer
domingo del año, 5 de enero, dos campesinos quilombolas fueron brutalmente asesinados
en el municipio de Arari, en el estado de Maranhão. Lideres de la
asociación quilombola de Cedro, Celino Fernandes y Wanderson de Jesus Rodrigues
Fernandes, padre e hijo, fueron asesinados con tiros en el rostro después de
que su residencia fuera invadida por cuatro pistoleros.
Según la CPT, los trabajadores
habían denunciado el conflicto agrario entre la comunidad y grileiros**,
que cercan – inclusive con cercas eléctricas – terrenos públicos de la región
para la cría de búfalos.Paulo Moreira, de la coordinación nacional de la CPT, evalúa que el primer año del gobierno de Bolsonaro profundizó la violencia contra los pueblos tradicionales de la selva.
“El recado del gobierno fue claro. No va a apoyar de forma alguna políticas para los pueblos y comunidades tradicionales. Eso está provocando, ha provocado a lo largo de los últimos años, ese incentivo a
Durante la noche del 6 de enero de este año, el día siguiente al asesinato de los quilombolas maranhenses, tres indígenas del pueblo Miranha, de la Terra Indígena Cajuhiri Atravesado, en el municipio de Coari (estado de Amapá), también fueron asesinados. Las muertes ocurrieron debido a un conflicto local involucrando indígenas y no indígenas y desavenencias relacionadas a la extracción de la nuez de Brasil en la región.
Profesor, el indígena Joab Marins da Cruz fue asesinado en su casa, en
Inmediatamente después, Marcos Marins da Cruz y Francisco Marins da Cruz también fueron asesinados después de intentar localizar y perseguir a los autores de los disparos contra Joab. Uno de los asesinos está preso.
Para Paulo
Moreira, no es coincidencia que gran parte de los conflictos y asesinatos
contra indígenas y quilombolas históricamente sucedan en la Amazonía. El destaca
que los territorios de los pueblos tradicionales son extremadamente valiosos y
codiciados por diversos sectores.
“Es un mercado que avanza de
forma violenta, incentivado por el Estado, a exterminar los pueblos para
explotación de
Otra
forma de violencia
Desde comienzos de enero, seis niños indígenas de menos de un
año de edad también
murieron en la región de También de acuerdo con informaciones del DSEI, la mayoría de los fallecimientos tuvo lugar en la ciudad de Atalaia do Norte, municipio brasileño del interior del estado de Amazonas.
Antonio Eduardo Cerqueira de Oliveira, secretario general del CIMI, analiza que la desestructuración completa de una red de asistencia que garantice derechos básicos es otra forma de violencia responsable por el aumento de muertes de indígenas en Brasil.
Como ejemplo, cita el desmantelamiento de instituciones importantes desde el inicio del gobierno de Jair Bolsonaro. Entre ellas,
“Las poblaciones indígenas y quilombolas están siendo colocadas como enemigas del Estado, del pueblo brasileño. Eso es terrible. El propio Estado brasileño patrocina una violencia tamaña que niños mueren y eso parece natural. Tres indígenas fueron asesinados y eso parece natural”, lamenta Cerqueira de Oliveira.
Según el, el gobierno de Bolsonaro tiene la intención de privatizar la atención de salud de las comunidades indígenas y ya inició el proceso de desarticulación de esa red.
Crítico al proyecto de minería en territorios indígenas presentado por el gobierno, el secretario del CIMI relata además que el fin del programa Más Médicos y la consecuente retirada de médicos cubanos de las regiones más vulnerables del país precarizaron aún más la atención a los indígenas.
“Son señales de que estamos viviendo una situación de barbarie. La población indígena, rural y más pobre, está completamente desprotegida”.
Notas [Brasil de Fato]
* Habitantes de quilombos: comunidades
rurales ancestrales de población mayoritariamente negra, creados inicialmente
por esclavos fugados.
** los grileiros legalizan tierras con títulos
de propiedad falsificados.
Traducción: Pilar
Troya, para Brasil de Fato.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=264568
No hay comentarios:
Publicar un comentario