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Argentina:
El extractivismo que viene
Del litio a la soja, de la
megaminería a Vaca Muerta. Cómo se perfila el extractivismo de Alberto
Fernández y el Frente de Todos. Las multinacionales, los pueblos indígenas y
las asambleas. Si el nuevo gobierno impulsa el agronegocio y la megaminería,
como todo indica, resta esperar de qué lado se ubican los seguidores (sobre
todo la militancia) de Fernández-Fernández.
Por Darío Aranda*
La vaca, 25 de septiembre, 2019
https://www.lavaca.org
Sonrisas.
Muchas sonrisas. De un lado de la mesa, empresarios del agronegocio. Del otro,
Alberto Fernández y sus asesores. Noventa minutos y una reunión evaluada como
“fructífera”. Donde el conflicto por la renta agraria “es cosa del pasado”.
Sonrisas.
Empresarios mineros, los gobernadores Lucia Corpacci y Alicia Kirchner. Y
Alberto Fernández. “Que la sociedad comprenda que la minería es una oportunidad”,
pidió el ex jefe de Gabinete.
El extractivismo del Frente de Todos.
Política de Estado
Megaminería,
agronegocio (con la soja como bandera, aunque no solo), petróleo, litio y
monocultivos forestales fueron algunas de las políticas de Estado durante todo
el kirchnerismo. La criminalización estuvo presente: mapuches en Neuquén y la
Asamblea el Algarrobo en Catamarca son sólo una muestra. Los asesinatos del
abuelo qom Roberto López en 2010 (Comunidad La Primavera en Formosa), y los
campesinos Cristian Ferreyra y Miguel Galván (del Movimiento Campesino de
Santiago del Estero Vía Campesina), sólo algunas víctimas de una larga lista.
El
macrismo profundizó el extractivismo. Más fracking en Vaca Muerta, más litio en
Catamarca, Jujuy y Salta, más agronegocio. Con su alta y orgullosa cuota de
represión en manos de Patricia Bullrich y aliados provinciales. Santiago
Maldonado y Rafael Nahuel fueron las víctimas más difundidas de la política
oficial. Empresarios al frente de ministerios: Juan José Aranguren de la multinacional Shell
en Energía y Luis Miguel Etchevehere de la Sociedad Rural en
Agricultura los ejemplos más burdos.
Votos y agronegocio
El
11 de agosto Alberto Fernández arrasó en las elecciones. Nadie los esperaba.
Ya
habla ante los medios como Presidente y realiza giras en el exterior como
primer mandatario electo. Las chances de Mauricio Macri son mínimas.
En
plena campaña, desde Entre Ríos, Fernández tuvo su primera muestra pública de
apoyo al agronegocio transgénico. La provincia está convulsionada por un fallo
judicial que protege de fumigaciones con agrotóxicos a todas las escuelas
rurales. Los empresarios del agro y el gobernador, Gustavo
Bordet, se victimizan. Denuncian que nos se les permite “producir”, cuando sólo
se les prohíbe fumigar escuelas, docentes y niños. Fernández tomó postura: “Me
parece un poco desmedida la decisión final. Qué excluye muchas zonas
productivas que pueden ser utilizadas (…) A veces lo bueno y útil llevado a un
extremo se convierte en malo y perjudicial. Hay que cuidar no caer en
extremos”.
El
29 de agosto recibió a los agroempresarios de la Mesa de Enlace. Daniel
Pelegrina (Sociedad Rural Argentina), Dardo Chiesa (Confederaciones Rurales
Argentinas), Carlos Achetoni (Federación Agraria) y Carlos Iannizzotto (Coninagro).
Además de Fernández estuvieron su jefe de campaña, Santiago Cafiero, y la economista Cecilia
Todesca. El ex jefe de Gabinete sólo señaló que la reunión
fue “fructífera”. Abundaron las sonrisas en las fotos de ocasión.
Desde
la Mesa de Enlace destacaron que la reunión fue “positiva”, afirmaron que
Fernández pidió dejar atrás el conflicto por la Resolución 125 (de 2008) y
aseguraron que descartó mecanismo de control de exportaciones (estilo Junta
Nacional de Granos, desaparecida en 1991 cuando se entregó la comercialización
a las multinacionales exportadoras).
Las
organizaciones del agronegocio, que apoyaron a Mauricio Macri durante todo su
gestión y apostaban a la reelección, le presentaron a Fernández un pliego con
catorce puntos, repleto de eufemismos: “previsibilidad económica” (que no haya
cambio en los impuestos), menor presión tributaria (menos impuestos para el
agro), fin de las retenciones para diciembre de 2020 (el escrito dice “exigimos
que se cumpla el fin del tributo”), “modernización del sistema laboral”
(reforma de leyes laborales), nueva ley de semillas (Bayer-Monsanto impulsa una
nueva norma desde hace una década, rechazada por campesinos y sin consenso
entre los agroempresarios), “fomento a las buenas prácticas agrícolas” (mayor
flexibilidad para fumigar con agrotóxicos) y una “ley nacional de
agroquímicos”.
Vaca Muerta
Publicitada
como la clave para la «soberanía energética», de la mano de las multinacionales
petroleras, Vaca Muerta avanza con numerosos hechos de contaminación (desde explosiones
y derrames), desalojo de campesinos y comunidades mapuches, hasta muerte de
trabajadores en «accidentes» (luego de la firma de nuevos convenios laborales
entre el gremio y las empresas).
En
julio pasado, en plena campaña por Necochea, Alberto Fernández destacó que «sin
duda Vaca Muerta es una gran oportunidad», aunque señaló que también había que
desarrollar energías renovables y agrocombustibles (otra faceta del
extractivismo, tierras y granos para autos y no para alimentos).
Luego
de las elecciones de agosto, Nicolás Trotta (coordinador de los equipos
técnicos de Fernández) se reunió con autoridades del Instituto Argentino del
Petróleo y el Gas (IAPG), poderoso espacio de lobby de las empresas, entre
ellas Total, Pan American Energy (PAE), Wintershall, Tecpetrol y Pampa Energía.
De
gira por España, el 5 de septiembre, el candidato presidencial Fernández alteró
a los defensores del fracking. “No tiene sentido tener petróleo si para sacarlo
tengo que dejar que vengan multinacionales a llevárselo. No tengo ningún
problema con las multinacionales, pero en realidad mi mayor problema es ver
cómo genero riqueza para la Argentina”, argumentó.
De
inmediato el diario La Nación, que inauguró una sección específica de
«publinotas» sobre Vaca Muerta y las empresas, habló de «polémica» y
«preocupación» de las compañías.
El
sábado 7 de septiembre, Cristina Fernández de Kirchner presentó su libro en
Misiones. En un apartado se refirió a los dichos de su compañero de fórmula:
«Vaca Muerta la recuperamos nosotros cuando decidimos recuperar YPF y los
recursos energéticos para nuestro país. Vaca Muerta es una oportunidad
fantástica para agregar valor a toda la cadena de valor y desarrollo», dijo y
agregó: «Cuando Alberto habla le quisieron hacer decir que estaba en contra de
las multinacionales. A ver, esta expresidenta luego de recuperar YPF firmó el
contrato con Chevron, una de las multinacionales del petróleo más grandes del
mundo. ¿Quieren hacer creer acá dentro del país o afuera que estamos en contra
de las multinacionales? Fui yo la que hice el contrato entre YPF y Chevron».
El
pacto entre YPF y Chevron para explotar Vaca Muerta fue confidencial (a pesar
de tratarse de una empresa con mayoría estatal), judicializado y hecho público
por el diputado santafecino Rubén Giustiniani. Contaba con una ingeniería
legal, con sociedades off shore, para eludir el pago de impuestos. Todo en
beneficio de la multinacional.
La
aprobación final se hizo en la Legislatura de Neuquén (2013), donde la policía
provincial reprimió durante seis horas una manifestación de repudio.
Jorge
Nahuel, de la
Confederación Mapuche de Neuquén, reconoció que tienen
“expectativas positivas porque todos debemos contribuir a un ‘nunca más’ haya
un gobierno de derecha, empresarial, especulador, racista y excluyente que
sueñan una argentina para pocos”. Sin embargo, advirtió que la fórmula
Fernández-Fernández no tiene en su agenda el tema ambiental,
pueblos indígenas ni cambio climático.
Nahuel
cuestionó el apoyo a la megaminería y al fracking realizado por los candidatos
del Frente de Todos. “No debemos bajar los brazos, debemos estar atentos y
fuertemente movilizados porque nuestra existencia continuará amenazada en la
medida que no se modifiquen las condiciones sobre estas industrias que está
demostrado son amenaza de muerte no sólo para los pueblos indígenas”, afirmó el
dirigente mapuche.
Megaminería
Las
gobernadoras Lucía Corpacci (Catamarca) y Alicia Kirchner (Santa Cruz) fueron
las impulsoras del encuentro entre una decenas de multinacionales mineras y Alberto
Fernández.
“Ya
estamos trabajando para que las inversiones en la producción de litio cuenten
con un marco legal que brinde seguridad jurídica”, anunció el candidato
presidencial ante los periodistas y pidió a los gobernadores y empresas que
hagan un “esfuerzo conjunto y tarea de educación para que la sociedad comprenda
que la minería es una oportunidad”.
Estuvieron
presentes los CEO y directivos de las principales multinacionales con intereses
en Argentina: Glencore, Minera Alumbrera, Livent Corp, Antofalla Minerals,
Anglogold Ashanti, Patagonia Gold, Minera Santa Cruz, Panamerican Silver, Don
Nicolas SA, Newmont Goldcorp y Yamana Gold, Galan Lithium, Neo Lithium Corp,
Liex SA, Lundin Group, Minera Esperanza, Lake Resources, Grosso Group, Loma
Negra, Posco, Yamana, Galaxy, Circum Pacific y Buena Vista Gold. “Es necesario
avanzar hacia la sustentabilidad social y económica de la minería”, pidió el
candidato a presidente y remarcó que “la única solución” para Argentina es
exportar. Destacó como ejemplo a la minería y Vaca Muerta.
Alberto
Fernández era jefe de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner en 2008,
cuando la entonces presidenta vetó la Ley de Glaciares, que había sido votada
por amplia mayoría en el Congreso Nacional. “El veto Barrick”, fue denunciado
por Enrique Martínez, entonces presidente del INTI.
Rosa
Farías es integrante de la histórica Asamblea El Algarrobo, que denuncia el
accionar de Minera Alumbrera en Catamarca y rechaza el proyecto Agua Rica. “No
nos sorprende que lo primero que haga el candidato es reunirse con las mineras.
El extractivismo es moneda de cambio para recibir los dineros extranjeros,
entregando los recursos naturales. Nos reafirma que nuestros gobernantes siguen
siendo mercenarios, no les interesa los cerros ni la vida ni el destino de los
pueblos”, denunció.
Otro
campo
El
Foro Agrario Soberano y Popular fue un encuentro multitudinario de campesinos,
indígenas y agricultores familiares. Se realizó en el microestadio del club
Ferrocarril Oeste, durante dos días, y asistieron más de 3500 personas.
Impulsado por la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), de allí surgió un
plan agrario pensado y debatido desde las bases rurales. Y quedó conformado
como un espacio de articulación de decenas de organizaciones.
Ante
las elecciones, emitió un comunicado titulado «no votamos a Macri». El Foro
Agrario está conformado por organizaciones diversas. Desde claramente
kirchneristas, como otras críticas.
El
16 de agosto, luego de las votaciones, el Foro Agrario publicó una solicitada
en el diario cooperativo Tiempo Argentino. «Carta abierta al candidato
presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández», comenzó el escrito. De
detalló la necesidad de apoyar otro tipo de modelo agropecuario, de base
popular y campesina, sin transgénicos ni agrotóxicos. Y con tres ejes
principales: soberanía alimentaria, tierra y la construcción de un modelo
productivo no extractivista.
A
un mes de la solicitada, Alberto Fernández no recibió al Foro Agrario. Ni
siquiera sus asesores se comunicaron con las organizaciones que impulsan otro
modelo agropecuario.
Agustín
Suárez, de la UTT, puntualizó que el Foro Agrario cuenta con 21 puntos
consensuados para políticas para el sector campesino. Resaltó que si el próximo
gobierno implementa esas propuestas habrá realmente una democratización de la
matriz productiva, producción de alimentos sanos, precios justos para el pueblo
y desarrollo de las economías regionales.
“No
hay una real dimensión del espacio rural campesino, pequeño productor, por
parte de Fernández. Incluso puede no haber valoración del espacio. Por eso se
reúne con la Mesa de Enlace y no convoca al Foro”, alertó Suárez.
Juan
Wahren, investigador del Conicet y del Instituto Gino Germani, tiene pocas
expectativas: “De llegar a la presidencia, es muy probable que el gobierno de
Alberto Fernández continúe y profundice este modelo extractivo primario
exportador, justificado en que para salir de la crisis hay que desarrollar Vaca
Muerta, generar divisas con la soja y similares y apostar a la inversión extranjera
de las megamineras. El mismo relato que se instaló durante el menemismo,
neoliberalismo, y que se mantuvo con pocas variaciones hasta hoy en día. El
mito del desarrollo basado en los recursos naturales recargado”.
¿Qué grieta?
Los
funcionarios kirchneristas impulsaron el extractivismo. Y la militancia lo
justificó de las más diversas formas: desde el «es necesario para el desarrollo
del país», un intermedio «es una contradicción secundaria» (la primaria sería
la relación capital-trabajo) hasta la crítica a los que luchan con el
insostenible «le hacen el juego a la derecha», utilizada contra el Pueblo Qom
en Formosa o las comunidades mapuches al inicio de Vaca Muerta.
Con
el macrismo al mando algo cambió. Periodistas, académicos y militantes
kirchneristas comenzaron a parecer preocupados por los mapuches, las
comunidades kollas que enfrentan las mineras de litio y hasta por el desmonte
en sus provincias aliadas (Chaco, Santiago del Estero). Descubrieron que el
extractivismo es una contradicción fundamente de la injusticia social, y se
cobra vidas.
Lo
que hasta 2015 era justificado, con Macri fue rechazado y cuestionado.
“Si
hubo una continuidad clara e indiscutible entre el kirchnerismo y el macrismo
fue el modelo extractivo primario exportador, basado principalmente en el
agronegocio, los hidrocarburos y la megaminería. Este
modelo se sobrepuso a la denominada ‘grieta’ y los matices apenas pueden verse
en si durante el kirchnerismo las regalías, impuestos y rentas que obtenía el
Estado se utilizaban tímidamente para algún tipo de redistribución de los
ingresos, orientados al consumo popular”, afirmó Juan Wahren, investigador del
Grupo de Estudios Rurales (GER) del Instituto Gino Germani de la UBA.
Si
el nuevo gobierno impulsa el agronegocio y la megaminería, como todo indica,
resta esperar de qué lado se ubican los seguidores (sobre todo la militancia)
de Fernández-Fernández.
Rosa
Farías, de Andalgalá, resumió el sentir de las asambleas socioambientales, que
se mantuvieron en lucha con el kirchnerismo y con Macri: “Desde Menem en
adelante que los gobernantes sostienen este modelo. Alberto Fernández va a
intentar avanzar con más minería. Pero acá la resistencia seguirá firme.
Defendemos el cerro y la vida, sin importar quién gobierne”.
*Darío
Aranda (argentino, 1977) es periodista. Especializado en extractivismo
(petróleo, minería, agronegocios y forestales), escribe sobre el acontecer de
los pueblos indígenas, organizaciones campesinas y asambleas socioambientales.www.darioaranda.com.ar
Fuentes: https://www.darioaranda.com.ar/2019/09/el-extractivismo-que-viene/
https://www.pressenza.com/es/2019/09/el-extractivismo-que-viene/
https://www.servindi.org/actualidad-noticias/24/09/2019/el-extractivismo-que-viene
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=260709
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Fuente:
https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2019/09/25/argentina-el-extractivismo-que-viene/s://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2019/09/25/argentina-el-extractivismo
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