Ecuador y toda la Abya Yala en lucha
Del saqueo colonial al
FMI
16 de octubre de 2019
Por Cecilia
Zamudio (Rebelión)
A 527 años de octubre de 1492,
constatamos la continuidad de la lucha de los pueblos del Abya Yala (América),
así como la continuidad depredadora del imperialismo.
Por
todo el Abya Yala los pueblos se alzan, contra el capitalismo y su barbarie,
contra los Estados burgueses que pactan «préstamos» envenenados con
instituciones imperialistas como el Fondo Monetario Internacional, cuyos montos
iran a parar a los bolsillos de la burguesía, a la infraestructura que
requieran las multinacionales para incrementar el saqueo de los recursos, y
cuyos intereses de usura tendrán que pagar los pueblos con sangre, sudor y
lágrimas.
El pueblo ecuatoriano lleva
días en paro nacional, manifestando masivamente en las calles contra las
medidas que el FMI busca imponer (medidas que golpean de lleno a la parte más
empobrecida de la clase explotada): subida del precio del combustible (subida
de los transportes, de la alimentación),subida de la edad de jubilación,
recortes presupuestarios contra la educación, un «paquetazo» de medidas
privatizadoras que intenta implementar el gobierno de Lenin Moreno, al servicio
del capitalismo transnacional. «Moreno firmó un acuerdo con el FMI para
adquirir un préstamo equivalente a 10 por ciento del PIB del país, préstamo que
la economía ecuatoriana no requería. Para recibir 10.000 millones de dólares
aumentó la gasolina en 123 por ciento, despidió centenas de miles de servidores
públicos y dio un perdonazo de 4.500 millones de dólares a los empresarios más
ricos del país»[1].
Los
pueblos se levantan, contra el empobrecimiento, contra las «deudas» que pactan
las burguesías y que pagarán los pueblos, contra la depredación multinacional.
La burguesía reprime para perpetuar sus privilegios, para perpetuar la
acumulación capitalista que perpetra en base a la explotación de las y los
trabajadores y en base al saqueo del planeta. Ya son varios los manifestantes
asesinados por las herramientas represivas del Estado. El gobierno ha decretado
el Estado de Excepción. Pero ni el Toque de Queda impuesto, ni los tanques,
impiden la movilización masiva de varias decenas de miles de personas. Desde la
Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) expresaron el
jueves 10 de octubre que la movilización popular no parará «hasta que el FMI
salga del país», enfatizan que esta lucha «no es por hoy, por el precio de la
gasolina solamente, es para evitar que nos hipotequen el futuro y que paguemos
con hambre y pobreza de dos y tres generaciones, lo que no frenamos a tiempo
hoy»[2].
La
lucha de clases continúa hasta que la pujanza de los pueblos logre construir
una sociedad sin clases, sin clase explotadora ni clase explotada, una sociedad
sin capitalismo, para poder construir un mundo libre de toda explotación.
El 12 de octubre es una fecha
que marca el inicio del saqueo en base al cual fue perpetrada la gigantesca
acumulación capitalista originaria que impulsaría La clase explotadora en América Latina es la descendiente directa de aquella barbarie colonizadora, y es totalmente cómplice del saqueo que perpetra el capitalismo transnacional contra los pueblos.
El genocidio y saqueo perpetrados durante la colonia le permitieron a la aristocracia y a las burguesías europeas la acumulación capitalista originaria que propulsaría a Europa como metrópoli capitalista (la colonia poblacional inglesa que hoy se conoce como Estados Unidos, también se propulsaría como metrópoli capitalista en base al esclavismo y a la política expansionista de su burguesía que asumiría la continuidad depredadora contra el resto del continente). Las mayores fortunas mundiales se forjaron en base a la depredación, la deportación, la esclavización y el saqueo. Las actuales relaciones de poder entre metrópolis capitalistas y periferias del capitalismo tienen un origen histórico marcado en sangre.
El colonialismo europeo perpetró el genocidio más brutal de la historia de la humanidad en el continente que hoy se conoce como “América”: exterminó al 90% de sus habitantes tan solo en el primer siglo y medio de invasión (90 millones de personas). La colonización europea blandió “la espada y la cruz”: desgarrando los cuerpos de los rebeldes con las espadas y la pólvora, amputando culturas y lacerando identidad con la imposición de la religión católica. La religión católica fue impuesta a sangre y fuego, siendo un instrumento de dominación de largo alcance, que hasta hoy aliena y somete. Los europeos se adueñaron de las tierras y riquezas del Abya Yala (América), violaron y saquearon, con el pretexto de que "Dios" así lo dispuso; entraban a saquear con un documento llamado el "Requerimento", que imponían a golpe de terror. Los niños indígenas que sobrevivieron a las masacres fueron educados en la religión católica, siendo descuartizado todo el que la cuestionara.
El
objetivo de la colonización fue el saqueo y la explotación. Consta
en el Archivo de Indias, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a
Sanlúcar de Barrameda en España, 185.000 kilos de oro y 16 millones de kilos de
plata provenientes de América. Cientos de culturas fueron arrasadas por los
europeos, millones de obras de arte transformadas en lingotes, como pequeños
ataúdes que todavía gritan de espanto y dolor. Los invasores establecieron un
impuesto a ser pagado por los indígenas en kilos de oro y riquezas, por habitar
el continente que siempre habían habitado.
Tan solo en el saqueo de
Coricancha, o en el rescate al Inca Atahualpa pagado a los secuestradores
europeos, se evidencian los niveles de rapiña de los conquistadores. Pero ni el
pago por el rescate más caro que registra la historia humana, 41 toneladas de
oro y 82 toneladas de plata, sirvió para evitar el asesinato de Atahualpa a
manos de Pizarro. Masacres y felonía, codicia y tortura, es lo que celebran los
que festejan el 12 de octubre.Eduardo Galeano escribe, en “Las Venas Abiertas de América Latina”, que tan solo el saqueo de la mina de Potosí le reportó a Europa unas ganancias descomunales, cuyo volumen en plata hubiera alcanzado para construir un puente de plata entre América y Europa (el volumen de plata saqueada que dio origen a esta metáfora de Galeano consta en registros). Otro puente se podría haber construido con los cadáveres de los indígenas esclavizados en la mina: 8 millones de indígenas fueron reventados de explotación por los españoles, en la primera etapa de saqueo de Potosí. Un indígena esclavizado en Potosí tenía una esperanza de vida de dos meses en promedio (luego de ese lapso esclavizado, fallecía, y los invasores lo reemplazaban por otro indígena esclavizado). Asimismo, la mina de Ouro Preto en Brasil, se tragó la vida de millones de africanos y les reportó a los invasores capitales que serían decisivos para el capitalismo europeo. Al estar
La barbarie del colonialismo significa igualmente la deportación masiva de seres humanos perpetrada por los europeos desde África hacia América: al menos 33 millones de africanos fueron deportados, murieron dos tercios de ellos en los abominables trayectos, y el tercio sobreviviente fue esclavizado en el continente americano, así como sus descendientes durante siglos. La aristocracia y burguesía europea lograron la mayor acumulación de riquezas jamás vista, en base al saqueo del continente americano, en base a la deportación y esclavización de millones de seres humanos, en base al genocidio y
La acumulación capitalista originaria se fraguó del saqueo y el genocidio, como lo señala Marx: “El descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de América, el exterminio, la esclavización y el sepultamiento en las minas de la población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conversión del continente africano en cazadero de esclavos negros: tales son los hechos que señalan los albores de la era de producción capitalista. Estos procesos representan factores fundamentales en el movimiento de la acumulación originaria”[3].
El 12
de octubre marca el inicio del saqueo que hasta hoy sigue empobreciendo a los
pueblos de América para llenar las arcas de los saqueadores. Hasta hoy las
multinacionales siguen explotando montañas y envenenando ríos, hasta hoy siguen
talando bosques y fomentando mercenarios paramilitares para perpetrar masacres
contra el pequeño campesinado, con la finalidad de desplazarlo forzadamente de
las tierras codiciadas. Hasta hoy sigue el imperialismo europeo y
estadounidense urdiendo golpes de Estado (golpe en Brasil, Chile, Argentina,
Uruguay, Guatemala, Honduras, desestabilización contra el Estado venezolano, y
un largo etc.); hasta hoy sigue el imperialismo urdiendo planes de exterminio
contra las y los revolucionarios (Plan Lasso, Plan Cóndor, Plan Baile Rojo,
Plan Colombia, Plan Patriota, Plan México, etc.); hasta hoy sigue la injerencia
imperialista apuntalando regímenes genocidas como el colombiano, por citar un
ejemplo paradigmático de régimen del Terror funcional al saqueo capitalista,
mantenido a punta de masacres y exterminio contra la reivindicación social y
política de la clase explotada.
"El
capital viene al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde los
pies a la cabeza”, escribía Marx. El actual saqueo capitalista es la
continuidad de una Historia de sangría. Pero la lucha sigue, y los pueblos del
Abya Yala lograremos nuestra verdadera y definitiva independencia cuando nos
liberemos del capitalismo y su barbarie, del saqueo neocolonial que impera, de
la clase explotadora local y transnacional. A nivel mundial, la clase
explotadora incrementa cada día su guerra de explotación y saqueo: aumenta la
tasa de explotación contra las y los trabajadores, y aumenta el saqueo de la naturaleza. La
lucha de la clase explotada mundial contra la clase explotadora y por un mundo
libre de toda explotación, es la única salida a esta barbarie, porque está más
que claro que la clase explotadora no depondrá sus abyectos privilegios por sí
sola.
Notas:
Comunicado de la CONAIE, 10 de octubre 2019
[3] K. Marx, EL
CAPITAL, Capitulo XXIV, La
llamada acumulación originaria
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=261381
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