domingo, 27 de octubre de 2019

“Hemos evidenciado que alcaldes, funcionarios, políticos y contratistas se están enriqueciendo a cambio del crecimiento desordenado de los municipios y esos son problemas que los harán colapsar”

El cártel de las tierras de Bogotá
27 de octubre de 2019
Por Susana Giraldo (Rebelión)
En los alrededores de Bogotá llaman volteo de tierras al truco de quitar la denominación de un predio de uso agrícola y clasificarlo como tierra urbana, que dispara su precio 100 veces.
Con el volteo de tierras modifican los Planes de Ordenamiento Territorial (POT), al incorporar suelos rurales al perímetro urbano de los municipios cercanos a las grandes ciudades, incrementando así notablemente su valor.
El Departamento de Cundinamarca tiene 22.623 kilómetros cuadrados y 116 municipios, cerca del 89 por ciento de ellos son estratos 5 y 6, donde la gran mayoría del suelo es de uso agrícola; sin embargo, en los últimos ocho años las fincas ganaderas vienen siendo reemplazadas por grandes parques industriales llenos de bodegas y fábricas.
Detrás del suelo de la Sabana de Bogotá existe un multimillonario negocio, donde los municipios enfrentan un caos por cuenta de las determinaciones que trastocan la destinación de la tierra, realizado por intereses poderosos que manipulan los POT, produciendo un detrimento económico a millones de habitantes del Altiplano Cundiboyacense causando pobreza y desplazamiento.
El territorio pasa de bien común a propiedad privada
La constante violación al ordenamiento jurídico y las normas ambientales con complicidad de políticos y funcionarios públicos, ha permitido que miles de hectáreas que eran de uso agrícola y rural se conviertan en zonas para edificar, tener comercios y extracción de materiales, entre otros.
El Procurador General, Fernando Carrillo denunció que las empresas de desarrollo territorial -como las corporaciones regionales- se convierten en fuente de financiación de los partidos políticos:
“Es importante acabar con la manipulación y la interpretación amañada de los POT, el volteo y la usurpación de tierras y, sobre todo, con el cambio inescrupuloso del uso del suelo” [1].
El Senador C.F. Galán denunció que en diferentes municipios de Cundinamarca, Concejales y funcionarios de la Corporación Autónoma de Cundinamarca (CAR) habrían manipulado el POT de manera fraudulenta:
“Hemos evidenciado que alcaldes, funcionarios, políticos y contratistas se están enriqueciendo a cambio del crecimiento desordenado de los municipios y esos son problemas que los harán colapsar” [2].
En Cajicá se aprobó en 2014 una modificación al POT que dejó al municipio con solo un 23 por ciento del territorio agropecuario y forestal, contrario a lo que ordena la Ley; esa misma modificación presentada por el exalcalde Óscar Mauricio Bejarano, dedicó 96 hectáreas de la Reserva Forestal Protectora para “vivienda campestre”.
Cómo devoran la Reserva Van der Hammen
El POT presentado por Peñalosa, Alcalde de Bogotá, acordado con la CAR determina que el área conocida como que Reserva Van der Hammen, que se caracteriza por su importancia la formación de afluentes hídricos, quedaría transformada en suelo de expansión urbana [3].
Cuando la CAR reglamentó la Reserva Van der Hammen en 2011, el Distrito tenia presupuestada la compra de 1.340 hectáreas destinadas a la conservación ambiental, con un costo de 300 mil millones de pesos; hoy esos mismos predios cuestan alrededor de 2,2 billones [4].
De los 361 predios que conforman la Reserva Van der Hammen, el 70 por ciento es propiedad de empresas constructoras, agentes inmobiliarios, bancos y fondos de inversión, que adquirieron los predios a un bajo costo y con la intención de poder urbanizar.
Viviendas VIS y VIP, otro método de saqueo
La Ley permite que una vez por periodo de un alcalde se cambien predios rurales a urbanos exclusivamente para la construcción de Viviendas de Interés Social (VIS) y Viviendas de Interés Prioritario (VIP), con el objeto de beneficiar familias de bajos recursos y sin capacidad financiera.
En Facatativá en 2014, el Alcalde Luis Orlando Buitrago incorporó un predio rural –sujeto de protección por hacer parte de la micro cuenca Mancilla– para construir viviendas VIS y VIP [5]; sin embargo, solo el 20 por ciento estaba destinado a viviendas de este tipo, el resto del proyecto estaba dedicado a la construcción de “viviendas campestres” unifamiliares y multifamiliares.

Notas
[3] El tesoro bogotano perdido. El Espectador, Julio Carrizosa Umaña, 16-10-2019.
[4] Constructores: grandes dueños de la Van der Hammen.

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