Con los pies en la tierra, desde Abya Yala hasta Kurdistán
18 octubre 2019
A las 12 del mediodía del domingo 13 de
octubre, 527 años después de la invasión, del saqueo, del genocidio, allí
estaban, iniciando la ceremonia y resistiendo. Haciéndose gigantes,
multiplicándose, gritándole al colonialismo que están vivas, rompiendo el cerco
mediático que intenta acorralar las voces de nuestros pueblos y nuestros
cuerpos: acuerpándose en una multitud que colmó la Plaza San Martín ,
en la ciudad de La Plata, en el 34° Encuentro, para dar comienzo a la Asamblea
de Feministas del Abya Yala.
34°
Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas,Trans, Travestis, No Binaries,
Intersexuales, Bisexuales, Indígenas, Negras, Afro y Racializadas
Octubre
2019, La Plata
“Aquí no tenemos el tiempo neoliberal,
aquí no tenemos el tiempo racista, aquí tenemos los tiempos de Abya Yala”, Lolita
Chávez.
A
las 12 del mediodía del domingo 13 de octubre, 527 años después de la invasión,
del saqueo, del genocidio, allí estaban, iniciando la ceremonia y resistiendo.
Haciéndose gigantes, multiplicándose, gritándole al colonialismo que están
vivas, rompiendo el cerco mediático que intenta acorralar las voces de nuestros
pueblos y nuestros cuerpos: acuerpándose en una multitud que colmó la Plaza San Martín ,
en la ciudad de La Plata, en el 34° Encuentro, para dar comienzo a la Asamblea
de Feministas del Abya Yala.
Encender
el fuego de la memoria
(“Las que siguen ardiendo en nuestra rabia y las que iluminan nuestra fiesta”)
Las
banderas de los pueblos se entrelazan en caracol en el suelo, el aire empieza a
sahumarse, las hojitas de coca pasan de manos en manos hechas cuenco. Comienza
la mística inicial. Se nombra a las ancestras, se nombra a Berta Cáceres, a
Diana Sacayán, a Marielle Franco, a Macarena Valdez, a Lohana Berkins, se
las nombra y se las hace presentes. Los feminismos indígenas, negros, afros,
disidentes, campesinos, piqueteros, villeros, populares, de trabajadoras,
migrantes, comunitarios y territoriales se acuerpan en el reconocimiento de las
identidades, historias y luchas. Las mujeres de los pueblos que resisten
comparten la misma raíz, se reconocen en la mirada y declaran al mundo que son
parte de la tierra, que la autodefensa es conjunta, contra toda opresión,
persecución y extractivismo.
Más
de treinta oradoras hicieron temblar el territorio querandí. Entre ellas,
Lolita Chávez, del pueblo maya K´ICHE´,de Guatemala; Adriana Guzmán, feminista
aymara, de Bolivia; Isabel Huala y Ninoska Pilacura, activistas mapuche, de
Argentina; Viviana Catrileo, activista mapuche de Anamuri, CLOC-VC, de Chile;
Yurima y Ámbar Miranda, de Honduras; Bernarda Pessoa, del pueblo qom, de
Conamuri, Paraguay; Naiara Leite, del Movimiento de Mujeres Negras de Brasil;
Jéssica Corpas, activista colombiana del Feminismo Negro y Migrante, de
Argentina; Ketty Marcela López, de la Organización de Mujeres Indígenas y
Amazónicas, de Perú; Alessia Dro, del Movimiento de Mujeres de Kurdistán; y la
presencia, a través de un emotivo audio, de Blanca Chancosa, dirigente de
CONAIE, de Ecuador, quien no pudo viajar al Encuentro por estar participando
del levantamiento popular contra el gobierno de Lenin Moreno y el acuerdo
firmado por el mismo con el FMI. Ana Iris Nogueira Pacheco del Movimiento Sin
Tierra de Brasil y Zulma Molloja de la Unión de Trabajadores de la Tierra de
Argentina, pusieron en grito a la demanda por la reforma agraria.
Contra el racismo y el extractivismo
Lolita
Chávez, del Consejo del pueblo maya K´ICHE´fue quien comenzó la mística y
encendió el fuego de la Asamblea con cada una de sus intervenciones: “No
queremos aliados militares, no queremos guerras, no queremos bombas en nuestros
territorios (…) Vivas y vives estamos aquí protegiendo a la madre tierra,
protegiendo el territorio tierra, pero también este territorio que lleva la
sangre de la tierra, protegemos nuestro cuerpo como primer territorio de
defensa.”
Miriam Miranda, de la Organización Fraternal
Negra Hondureña (OfraNeH), del COPINH, no pudo viajar al
Encuentro, pero estuvieron presentes Yurima y Ámbar Miranda: “Somos
un pueblo que lucha contra el extractivismo, que lucha por hacer
prevalecer nuestras raíces. (…) Honduras es uno de los países donde es más
difícil ser mujer y más cuando se lucha por los derechos, por nuestra
ancestralidad, por hacer prevalecer nuestra lengua, somos criminalizadas,
judicializadas por eso.” (…) “Queremos un Honduras libre, vivo y sin dictadura.
Y no nos cansaremos de pedir justicia para Berta Cáceres.”
Además, se reprodujo un mensaje en audio de la misma Miriam :“ (…) La
naturaleza y los recursos naturales nos están haciendo un llamado a las mujeres
feministas, mujeres diversas, en cuanto tenemos que poner nuestra voz,
nuestra resistencia y nuestra lucha por un planeta mejor. La humanidad
definitivamente está en peligro de desaparecer. La crisis climática nos lo
dice.”
La presencia y participación política de las mujeres
indígenas, campesinas y agricultoras puso en agenda el eje socioambiental
ligado al problema de la desigual distribución de la tierra, la soberanía
alimentaria, los agrotóxicos, las fumigaciones, los monocultivos, el
extractivismo y las corporaciones del agronegocio. Por primera vez se dictaron
dos nuevos talleres al respecto: “Mujeres y luchas ambientales” y
“Ecofeminismo”, ambos con una masiva concurrencia.
Las desigualdades ejercidas sobre las mujeres migrantes
también fueron puestas en debate. Jéssica Corpas, del Feminismo Negro y
Migrante, expuso: “No es lo mismo ser una mujer en este cuerpo negro, y entre
más negra es la piel más dura es la discriminación y más grande es la
desventaja que se tiene ante la sociedad. Este es un espacio también para que nos
cuestionemos esos lugares de privilegio que tenemos como feministas, esos
lugares de clase, esos lugares de racialización, de nuestras elecciones
sexuales, nuestras identidades, por las cuales nos estigmatizan, nos violentan,
nos matan. (…) Las mujeres migrantes estamos en la base de la discriminación en
la Argentina y eso es algo que queremos visibilizar. (…) Hablamos de engrosar
la lucha y salir a las calles pero que muchas compañeras estemos aquí saliendo
a las calles implica que hay mujeres que son migrantes que están cuidando
nuestros hogares, cuidando nuestros hijos, nuestras hijas, nuestres hijes, y
para eso tenemos que luchar unidas, para que todas podamos salir a las calles
de una manera justa, igualitaria. (…) Que portar un cuerpo negro no sea una
vergüenza, que portar un cuerpo indígena no sea una vergüenza, necesitamos
revindicar nuestras identidades, necesitamos que nos acompañen y nos vean
como sujetas políticas y no como víctimas ni como vulnerables.”
Así también lo expresó Naiara Leite, del Movimiento de Mujeres
Negras de Brasil: “El racismo en Brasil es lo que define si vivimos o no
vivimos, si comemos o no comemos, si somos violadas o no somos violadas.
Fue el racismo el que definió la ejecución de Marielle Franco. Fue el racismo
el que definió la ejecución, hace dos semanas, de una niña de 8 años. Estamos
hablando de una nueva esclavización hacia la población de mujeres negras de
Brasil.”
“¡Monsanto,
Monsanto! ¡Fuera de los campos! ¡Syngenta, Syngenta! ¡Vos no me alimentas!”
Casi al finalizar la jornada, irrumpieron con la fuerza de
la tierra, las mujeres de la UTT al grito de: “¡Azo, azo, azo! ¡Se viene el
verdurazo!” La fragancia de las verduras frescas y agroecológicas
que producen las trabajadoras abrazó la tarde. 50 mil kilos de verduras,
en cajones repletos, llegaban pasando de manos en manos, entre sonrisas, saltos
y cantos. Zulma Molloja tomó el micrófono y la plaza estalló. “No tenemos
viviendas dignas, vivimos en casas precarias (…) Ayer vino la tormenta y
arrasó con toda nuestra producción. Y éste Estado nunca está presente. Nuestras
viviendas son de madera, sin baños, sin duchas, como tiene que ser. Nuestros
hijos sin escuelas públicas, sin escuelas rurales, han quedado en el olvido
nuestros hijos. Atrás de nosotras hay nuestros hijos e hijas que necesitan
escuelas rurales, caminos. Nosotros hemos quedado en el olvido y aparte nos
quieren meter a las multinacionales envenándonos a nosotros y a nuestros hijos.
¡Fuera Monsanto! ¡Que se vayan las multinacionales!
No vamos a permitir que se siga atropellando a todo pequeño
productor, al sector rural. Porque nosotras hoy en día nos hemos empoderado,
nos hemos levantado para avanzar en la agroecología, por la soberanía
alimenaria y empezar a producir sano.”
Zulma se retira ovacionada. Detrás de la glorieta central
comenzó el “verdurazo”, y entre brazos que se estiran para brindar alimentos
sanos, cuenta: “Hoy estamos acá todas las productoras haciendo ver nuestro
trabajo, quiénes somos. Atrás de esa lechuga, de ese tomate, existe una mujer,
existe una compañera trabajando la tierra. Hoy estamos acá regalando verdura para
que vean de dónde viene, quién lo hace. No de los supermercados. Nosotras
alimentamos a todo el pueblo argentino.
El problema de la tierra claro que es central, pero no sólo
en el espacio rural sino en general. En los barrios también sucede que hay
muchos niños que no tienen vivienda, hay mucha hambre, muchos niños en las
calles, muchas mujeres mueren en las calles. Y a raíz de esto nosotros
presentamos una Ley de Acceso a la Tierra en 2015 y hasta ahora no hay avance.
Queremos que nos den las tierras fiscales, que en vez de estar llenas de yuyos
y montes nos las den a nosotras para seguir produciendo agroecológico y sano,
para la soberanía alimentaria, para nuestros hijos.”
La Asamblea de Feministas de Abya Yala culmina mientras el sol se pone. La energía de una
jornada intensa y radiante parece haber borrado por completo al temporal de los
últimos dos días que no pudo interponerse al Encuentro más grande en la
historia del feminismo en Argentina. Ahora, comienza la marcha más grande. Y
allí van ellas, abriéndole el paso a Cintia, con el tractor, entre las
columnas. Abriéndose paso, con las manos curtidas, con los ojos brillantes y
abiertos como nunca antes, y con los pies firmes sobre la tierra.
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