Recesión inducida y
modelo agrominero exportador
17 de agosto de 2019
Por Bayardo Tobar
Coyuntura ISIP
El programa económico del Gobierno no se propone reactivar la
economía, sino todo lo contrario -por inverosímil que parezca-: colocar a la
economía en “estado de recesión” mediante la aplicación de las ya conocidas
políticas neoliberales de “ajuste fiscal”.
La sola
enumeración de las medidas propuestas para la “reforma tributaria” revela que
de lo que se trata es de transferir miles de millones de dólares, que el sector
público deja de percibir por impuestos, a favor del sector privado capitalista.
Además de la condonación de intereses y multas tributarias y otros beneficios
otorgados a los empresarios con
Reducir el impuesto a
la renta a las empresas (corporaciones o “grupos económicos”)
Reducir aranceles a
los importadores, en particular de los ensambladores de vehículos
Eliminar o reducir por
partes el impuesto a la salida de capitales
Privatizar las
empresas públicas rentables
Incrementar el
impuesto al valor agregado (IVA)
Eliminar las
deducciones de impuesto a la renta de las personas naturales
Eliminar la devolución
del IVA a las personas de la tercera edad
Por el lado
de los gastos:- Reducir la inversión pública,
productiva y social
- Reducir la masa salarial sin
afectar a los altos funcionarios
- Privatizar o liquidar las
empresas públicas no rentables
- Eliminar o, al menos, reducir
los subsidios a los combustibles, excepto el diésel que consume el
subsector acuícola de exportación y la electricidad para el sector
industrial.
- Cambios en los horarios de la
jornada laboral: que la jornada laboral de 40 horas no sea repartida en
cinco días, sino en tres días y medio; o sea doce horas diarias por tres
días, sin pagar las cuatro horas como extras.
- Que en la jornada de 40 horas
a la semana se pueda incluir al sábado, sin necesidad de pagar esas horas
como complementarias.
- Generar nuevos tipos de
contratos que permitan ampliar la participación de mujeres y jóvenes en el
mercado laboral: solo por horas y fines de semana, sin beneficios
sociales.
- Incremento del período de
prueba, de tres meses a tres años.
- Reducción de los costos de
contratación y despido, lo que implicaría eliminar las indemnizaciones
cuando los trabajadores renuncien voluntariamente.
- Que vuelva a permitirse la
figura de contrato a plazo fijo para contratar trabajadores en un período
de uno o dos años.
- Que se elimine el recargo de
35% a los contratos ocasionales y eventuales. (2)
En síntesis, con la aprobación de las reformas tributaria y laboral el Estado se reduce a un aparato administrativo al servicio de las grandes corporaciones y un instrumento coercitivo en contra de la población afectada por el incremento del IVA, la supresión de las deducciones a favor de la tercera edad y los sectores de ingresos medios, el incremento del subempleo, el desempleo, la pobreza y la incertidumbre.
Con una economía en “estado de recesión” y una deliberada política de contracción del poder adquisitivo y de consumo de la población, vale decir, de contracción del mercado interno, la pregunta es: ¿Cómo reactivar la economía? La respuesta de la intelligentsia neoliberal es unánime: con la minería y el mercado externo. En la era de la “cuarta revolución industrial”, la burguesía ecuatoriana (“las élites”, como dicen los neo sociólogos) revela su carácter retardatario y ausencia de imaginación: su única propuesta es reivindicar el viejo modelo de acumulación sustentado en la producción y exportación de productos primarios (agrícolas y mineros) de raíz colonial e institucionalizado con la inauguración de la República en 1830. (3)
Pretenden ignorar que en el carácter primario exportador se encuentra la raíz histórico-estructural de las crisis de la economía ecuatoriana, incluida la actual que se deriva de la caída de los precios internacionales del petróleo (2014-2016). Y que a las características de este modelo de producción corresponde un patrón de distribución que concentra la riqueza y cronifica la desigualdad y la pobreza, como muy bien lo resume Milagros Aguirre en su columna del diario El Comercio: “la pobreza extiende sus tentáculos en todo el país, a pesar del petróleo, a pesar del oro, a pesar de las ventas anticipadas que han dado ripio, algún pavimento, veredas y canchas de césped sintético con sobreprecio, a lo mucho, pero que no han mejorado las condiciones de vida de la gente ni han sacado de la pobreza extrema o de la ignorancia a casi nadie… los beneficiarios de la megaminería serán los empresarios —ecuatorianos, chinos, canadienses— dedicados a ello. Los beneficios de esas empresas no son los pobres de la patria: esos son quienes, a lo mucho, reciben migajas por el trabajo sucio (…). La resistencia que están dando algunas comunidades es una esperanza” (El Comercio 25.07.2019).
En estas condiciones, más grave que la crisis económica resulta, por un lado, el anacronismo de la clases dominantes atadas al dogma neoliberal y el extractivismo; desprovistas de visión estratégica y un proyecto de desarrollo equitativo y sustentable en el marco del capitalismo, pero autodeterminado (propio) y no subordinado a la globalización (4). Por otro lado, el lento proceso de rearticulación de las luchas reivindicativas con la lucha por la transformación social de los movimientos de resistencia, en una época de reacción, en la que, como ironiza el filósofo esloveno Slavoj Zizek, nos resulta más sencillo imaginar el fin del mundo que el fin del sistema. Y para los ecuatorianos ni siquiera el fin modelo de agro minero exportador que ni la “revolución ciudadana” se atrevió a hacerlo: “Básicamente –decía Rafael Correa- estamos haciendo mejor las cosas con el mismo modelo de acumulación, antes que cambiarlo” (Entrevista, diario El Telégrafo, 15.01.2012)
Citas:
1. “En el país existen unas 130 exenciones y
algunas fueron introducidas por el propio Gobierno en la Ley de Fomento
Productivo. El Gobierno anticipó que el sacrificio fiscal por otorgar estos y
otros beneficios sumó USD 4.907,4 millones en el 2017” , Cesar Augusto Sosa, El
Comercio, 29.07.2019
3. Se confirma la conclusión de Pierre Dardot
y Christian Laval para quienes: “el neoliberalismo se nutre de las crisis
económicas y sociales que genera. Su respuesta es invariable: en vez de poner
en tela de juicio la lógica que las ha provocado, hay que llevar todavía más
lejos esa misma lógica y tratar de reforzarla indefinidamente”. Valga como
ejemplos, si el origen de la desaceleración y/o recesión de la economía se
encuentra en el carácter primario exportador de la economía cuya reproducción
depende de los precios internacionales de un solo producto, agrícola o minero,
la salida es profundizar dicho modelo y dependencia. Si las rebajas de
impuestos para los ricos o las empresas no dan los resultados esperados, hay
que profundizar todavía más en las rebajas, etc.
4. Para la burguesía ecuatoriana, la
dependencia tecnológica y el atraso constituyen fenómenos naturales y se
resisten a adaptar la industrialización al nuevo entorno digital, a crear
condiciones favorables en procesos, estructura organizativa y recursos humanos
(preparados y proactivos) para una adecuada incorporación de nuevas
tecnologías, redistribuir ingresos, fortalecer el mercado interno y desarrollar
ventajas competitivas en lugar de seguir exportando ventajas comparativas, es
decir: bajos salarios y naturaleza.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=259426
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