México. Consejo Nacional Indígena:
la rebeldía indígena alcanza 24 estados
Zósimo Camacho / Resumen Latinoamericano
/ 7 de agosto de 2019
La
lucha indígena anticapitalista se extiende por el territorio nacional. La
oposición de izquierda a la “cuarta transformación” suma cientos de comunidades
de 179 municipios de 24 estados. El CNI reitera que su lucha es pacífica,
aunque sus territorios ya estén en disputa y bajo fuego de paramilitares.
·
Suman
89 las naciones, tribus y pueblos indígenas –con cientos de comunidades–
adscritas al Concejo Indígena de Gobierno (CIG) y al Congreso Nacional Indígena
(CNI).
Un
documento del propio CNI, Regiones
del Concejo Indígena de Gobierno. Distribución preliminar, da
cuenta del crecimiento de la organización indígena anticapitalista en los
albores del nuevo sexenio. Hoy tiene presencia en 179 municipios de 24 estados
de la República
Mexicana. Es el movimiento de los pueblos indios más numeroso
desde la Revolución.
Que haya crecido en los últimos meses y
años es natural, a decir de Gilberto López y Rivas, doctor en antropología por
la Universidad de Utah (Estados Unidos) y maestro en antropología por la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) y la Escuela Nacional
de Antropología e Historia.
Explica que los procesos de despojo
contra los pueblos indígenas se han agudizado y las comunidades han tenido que
fortalecer sus resistencias apoyándose mutuamente. Argumenta que la lucha de
los pueblos es profundamente anticapitalista, porque es precisamente el
capitalismo el que les está despojando de sus montes, sus aguas, sus minerales.
Para ellos, su oposición al sistema es un asunto de supervivencia, asegura.
Cristian Chávez González, integrante de
la Comisión de Coordinación del CNI, detalla las razones del crecimiento de la
organización en los últimos meses. Explica que en años previos el Congreso
había suspendido sus reuniones porque las comunidades apenas estaban
entendiendo qué era lo que estaban enfrentando por primera vez: una extrema
violencia ejecutada por grupos armados estatales (corporaciones policiacas de
los tres niveles de gobierno y Fuerzas Armadas) y no estatales, de manera
descatada entre estos últimos, el narcotráfico.
“Cambiaron los paradigmas de la lucha,
de los perpetradores de las violaciones a derechos humanos, de los saqueos, de
los despojos, de las represiones. Al interior de los pueblos que conforman el
CNI, y ahora el CIG, estaba ocurriendo una reorganización; se estaban rearticulando
ante una nueva situación para la que nadie, ni en lo colectivo ni en lo
individual, estaba preparado.”
Ahora que han entendido lo que está
ocurriendo, los pueblos, tribus y naciones vuelven a reunirse periódicamente
para seguir construyendo su organización nacional y acelerar la articulación de
respuestas y resistencia.
Las incorporaciones de las comunidades
al CNI y al CIG no son sólo declaratorias de adscripción. Los pueblos, tribus y
naciones indígenas que se suman al CNI y al CIG profundizan sus resistencias,
fortalecen sus gobiernos propios y construyen, de acuerdo con el contexto de
cada comunidad, estructuras autonómicas. La confrontación con el Estado
mexicano no es uniforme. Según los medios con los que cuenten, hay comunidades
que mantienen cooperación con las autoridades formales de los tres niveles de
gobierno. Otras han roto cualquier tipo de contacto y mantienen una resistencia
total.
“Estar en el CNI es para nosotros la
manera de conseguir nuestros sueños y reivindicar nuestros derechos de tener
nuestra propia manera de gobernarnos y de decidir sobre lo que queremos hacer.
Muchas de las comunidades ya tienen sus propias organizaciones desde antes,
pero el CNI es nuestra casa grande”, dice el concejal me’phaa del CIG Amador
Cortés Robledo, quien también es integrante del Cipo-EZ (Concejo Indígena y
Popular Emiliano Zapata), cuyas comunidades de la Montaña baja de Guerrero
están bajo asedio de los grupos narcoparamilitares Los Ardillos y Los Rojos.
Las entidades con mayor número de comunidades
integrantes del CNI son Oaxaca, con pueblos de 46 municipios; Chiapas, de 23;
Guerrero, 16; Veracruz, 15 y Puebla, 11 municipios. Le siguen Yucatán, nueve;
Sonora, ocho, Chihuahua y Estado de México, con comunidades de siete municipios
cada una; Jalisco, cinco, y Baja California y la Ciudad de México con cuatro
cada una. Completan la
lista Campeche , San Luis Potosí y Tabasco, con tres por
entidad; Morelos y Sinaloa, dos, y Colima, Durango, Guanajuato, Hidalgo y
Quintana Roo, con comunidades de un municipio por cada estado.
Las 89 naciones tribus y pueblos a las
que pertenecen estos cientos de comunidades de 179 municipios son: Cucapá,
Kumiai, Castellano de Candelaria (Campeche), Maya de Campeche, Chol de
Campeche, Tseltal de Campeche, Maya de Campeche, Castellano de la Costa de
Chiapas, Tsotsil de la Costa de Chiapas, Chol, Tseltal de la Selva Norte , Mame,
Tojolabal, Tseltal de los Altos de Chiapas, Tseltal de la Zona Fronteriza ,
Tsotsil de los Altos de Chiapas, Tsotsil de la Costa de Chiapas, Tsotsil de la Región Centro de
Chiapas y Zoque del Norte de Chiapas.
También, Náhuatl de la Ciudad de
México, Nahua de Colima, Wixárika de Durango, Chichimeca de Querétaro,
Afromexicano, Me’phaa de la Montaña de Guerrero, Náhuatl del Centro de
Guerrero, Náhuatl de la Montaña de Guerrero, Ñomnda de Xochistlahuaca, Ñu Savi
de la Costa de Guerrero, Ñu Savi de la Montaña de Guerrero, Náhuatl de Hidalgo,
Coca, Náhuatl del Sur de Jalisco, Tepehuano de Jalisco, Wixárika de Jalisco,
Matlatzinca, Náhuatl del Centro del Estado de México, Náhuatl del Oriente del
Estado de México, Otomí Ñatho, Otomí Ñañhú, Mazahua de Michoacán, Náhuatl de la
Costa de Michoacán, Otomí de Michoacán, Purépecha, Náhuatl de Morelos, Náyeri y
Wixárika de Nayarit.
Finalizan el listado: Chinanteco de la Chinantla Alta ,
Chinanteco de la
Chinantla Baja , Cuicateco, Ikoot, Mazateco, Mixe, Ñu Savi de la Costa Chica Oaxaqueña ,
Ñu Savi de la
Mixteca Alta Oaxaqueña , Ñu Savi de la Mixteca Baja Oaxaqueña ,
Ñu Savi de la
Mixteca Media Oaxaqueña , Triqui de la Región Baja , Zapoteco
de la Sierra Norte ,
Zapoteco de la Sierra Sur ,
Zapoteco del Istmo, Zapoteco de Valles Centrales, Zoque de Chimalapas, Náhuatl
de la Mixteca Poblana ,
Náhuatl de la Sierra
Norte de Puebla, Náhuatl de los Volcanes, Totonaco de la Sierra Norte de
Puebla, Otomí Ñañhú de Querétaro, Maya de Quintana Roo, Castellano de Wirikuta,
Nahua de la Huasteca
Potosina , Mayo de Sinaloa, Guarijío, Mayo de Sonora, Seri,
Tohono Odham, Tribu Yaqui, Chol de Tabasco, Chontal de Tabasco, Zoque de
Tabasco, Náhuatl del Norte de Veracruz, Náhuatl del Sur de Veracruz, Náhuatl de
Zongolica, Otomí Ñuhú, Popoluca, Sayulteco, Tepehua del Norte de Veracruz,
Totonaco de la Costa de Veracruz, Totonaco de la Sierra del Totonacapan y Maya
de Yucatán.
La fortaleza de la organización
indígena, a decir de María de Jesús Patricio Martínez, concejala de los pueblos
nahuas de Jalisco y vocera del CIG, es que no se integran personas
aisladas.
“No se integran personas solamente; son
comunidades completas. Deciden su incorporación al CNI después de platicarlo
para tomar la decisión.”
Acerca de cuáles son los motivos que
impulsan a las comunidades a integrarse al CNI, la médica tradicional destaca
en particular el despojo y la destrucción del territorio. “Las comunidades son
las guardianas de los territorios, que son sagrados, no tienen valor en pesos.
Por eso nos juntamos, como hermamos que somos, para resistir y oponernos a los
proyectos de muerte que solamente benefician al que tiene dinero, al capital”.
Precisamente la labor del María de
Jesús es llevar el mensaje y hacer crecer la organización. “El objetivo ahorita
es llegar a todas las comunidades, sobre todo las más lejanas, que no han
estado nunca en el Congreso Nacional Indígena. Queremos escucharlas y
plantearles lo que es el CNI; decirles que buscamos que se articulen con todas
las demás comunidades para apoyarn@s entre tod@s y junt@s hacernos fuertes para
detener todo este despojo y todo lo que se viene contra nuestros pueblos”.
El CNI se constituyó el 12 de octubre
de 1996 con los pueblos “que estamos levantados. Andamos en pie de lucha.
Venimos decididos a todo, hasta la muerte. Pero no traemos tambores de guerra sino
banderas de paz. Queremos hermanarnos con todos los hombres y mujeres que al
reconocernos, reconocen su propia raíz”, como reza en la declaratoria de esa
fecha.
Este
primer congreso se realizó en la Ciudad de México como propuesta del Ejército
Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) a todos los pueblos originarios del
país para participar en el Foro Nacional Especial de Derechos y Cultura
Indígenas. En representación de los rebeldes zapatistas acudió la
comandanta Ramona, quien
pronunció al final de su discurso la frase: “¡Nunca más un México sin
nosotros!”, que fue adoptado como lema del CNI desde entonces.
La organización surgió luego de los
diálogos entre el EZLN y el gobierno federal que dieron como resultado los
Acuerdos de San Andrés, llamados así por haber sido firmados en San Andrés
Sakamch’en de los Pobres o San Andrés Larráinzar. Dichos acuerdos no fueron cumplidos
por el Estado mexicano y, posteriormente, el EZLN señalaría que los haría valer
por la vía de los hechos en sus comunidades bases de apoyo. Pueblos indígenas
de otras regiones del país se han sumado a esta intención.
Los pueblos que conforman el CNI asumen
que su autoridad máxima es la asamblea general, donde todas las personas tienen
voz y voto; y –aseguran– se rigen por siete principios: 1) servir y no
servirse; 2) construir y no destruir; 3) representar y no suplantar; 4)
convencer y no vencer; 5) obedecer y no mandar; 6) bajar y no subir, y 7)
proponer y no imponer.
El Segundo Congreso Nacional Indígena
se llevó a cabo en 1998, también en la Ciudad de México. Entre las
determinaciones destacó la de impulsar, junto con el EZLN, la Consulta Nacional
para el Reconocimiento de los Derechos de los Pueblos Indígenas “y el fin de la
guerra de exterminio”. El objetivo era impulsar la aprobación, por parte del
Poder Legislativo federal, de los Acuerdos de San Andrés.
En 2001, en Nurío, Michoacán, se
realizó el tercer Congreso Nacional Indígena. Fue el último en el que tanto el
EZLN como los pueblos indios de otras regiones del país apostaron al diálogo
con los tres niveles de gobierno y los tres Poderes para que cumplieran los
acuerdos de San Andrés y se reconociera los derechos y la cultura indígenas.
El cuarto Congreso Nacional Indígena se
realizó en 2006 en San Pedro Atlapulco, Estado de México. El principal
resultado fue la adhesión del CNI a la Sexta Declaración
de la Selva Lacandona ,
que ratifica al movimiento como anticapitalista y en el que se señala que los
pueblos ejercerán la autonomía de facto.
Finalmente, el quinto Congreso Nacional
Indígena se realizó en octubre de 2016 en San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
De este encuentro resultó la creación de un Concejo Indígena de Gobierno para
México –el CIG–, del cual es vocera María de Jesús Patricio Martínez y quien se
inscribió como precandidata a la Presidencia de México a nombre del CNI y el
EZLN.
En los hechos fue un relanzamiento de
la organización con dos resultados: el crecimiento de la organización y una
andanada en contra por parte de poderes formales y fácticos como nunca en su
historia. Varias de sus comunidades están enfrentándose al crimen organizado.
Carlos González, concejal nahua de Jalisco,
señala que lo que resisten hoy las comunidades del CNI es “la ocupación, el
despojo de los territorios y la destrucción de las culturas, las lenguas y las
formas de gobierno”. Señala que es una guerra la que viven los pueblos, con
saldos de desplazamientos forzados, despojos de recursos naturales,
expropiaciones y contaminación de los territorios, pero también de muertos,
desaparecidos y heridos.
Sólo desde que inició el presente
gobierno, han sido asesinados 12 líderes indígenas adherentes a esta organización,
dos más desde la publicación “La ‘guerra’ contra el Congreso Nacional
Indígena”.
“La Tierra está siendo destruida de
manera inmisericorde. La pervivencia de los pueblos indígenas está ligada a las
condiciones de la vida humana del país y del mundo entero.”
El abogado especialista en derecho
agrario explica que el CNI es el espacio que han construido los pueblos
indígenas para articular a nivel nacional las formas de lucha política basadas
en la movilización, la organización comunitaria e, incluso, la defensa
jurídico-legal de los territorios.
Para Carlos González, la actual lucha
de los pueblos indígenas rebasa al lopezobradorismo. No es una lucha centrada
en su administracion, pues las condiciones de despojo y explotación vienen de
tiempo atrás. Se lucha contra un sistema más que contra un gobierno. Es decir,
“la tenemos más difícil”.
El activista Efrén Cortés Chávez
coincide: “No es un problema contra Andrés Manuel, sino contra un sistema
[neoliberal] que se implantó en México hace unos 40 años y en el mundo hace
unos 60. Y eso lo ha planeado el Ejército Zapatista cuando dice que ha cambiado
el caporal pero que el finquero es el mismo. Si el problema fuera sólo López
Obrador, sería más fácil. Debemos tener claridad en que Andrés Manuel va a
estar 6 años, pero el sistema de producción, de consumo y de explotación actual
lleva ya varias décadas”.
Luchador social, expreso político y
sobreviviente a la masacre de El Charco, Guerrero, Cortés Chávez considera “muy
importante” el crecimiento del CNI y “muy válida” la iniciativa de los pueblos
indígenas para crear el CIG. “Todas estas iniciativas son una respuesta; son
parte de la lucha por la supervivencia, porque el capitalismo destruye todo:
destruye la naturaleza y destruye los pueblos”.
Por su parte, el antropólogo Gilberto
López y Rivas aclara que la actual resistencia de los pueblos indígenas no es
ante un gobierno de izquierda. “Estamos haciendo una resistencia contra un
gobierno capitalista neoliberal, que utiliza una retórica de supuesta ‘cuarta transformación’
que no es más que una simulación”.
En contrapartida, a decir del
antropólogo, “la lucha que están dando el CNI y el EZLN es una lucha legal,
legítima y que representa un proyecto de protección a la Madre Tierra , un
proyecto de vida, que protege territorios, que lucha contra estas simulaciones
de la falsa izquierda, este nuevo gobierno que impone proyectos de despojo”.
Advierte que, de nueva cuenta y como en
cada sexenio, los zapatistas y los pueblos del CNI, tienen “todo en contra”:
los medios masivos de información, los grupos de poder económico-empresarial,
los gobiernos estatales y municipales y el gobierno federal “con el manejo de
programas asistencialistas” y un nuevo estilo que confunde, porque transforma
varios elementos del ejercicio del poder pero que resultan superficiales
“mientras que lo de fondo permanece intacto”.
Carlos González advierte que las luchas
se están agudizando. Previene contra las supuestas consultas que realiza el
gobierno federal para legitimar decisiones previamente tomadas.
“Eso del ‘derecho a la consulta’ es una
pifia, una gran mentira. A los pueblos indígenas no se les debería consultar
sobre los proyectos que les quieren imponer. Lo que se debería hacer es
construir una nueva relación entre el Estado mexicano y los pueblos donde éstos
tengan la libertad de decidir cuáles son sus prioridades de desarrollo y qué
proyectos deben realizarse en sus territorios.”
Por ello, avisa que las comunidades
rechazarán todo tipo de consultas: desde aquellas que ha realizado el gobierno
de Andrés Manuel López Obrador, sin ningún tipo de rigor ni metodología, hasta
aquellas que pudieron cumplir con los estándares señalados por el Convenio 169
de la
Organización Internacional de Trabajo (OIT). No considerarán
legítima ninguna consulta que proponga despojarlos de sus territorios y que
atente contra sus culturas e identidades.
Por su parte, el investigador adscrito
al Centro Morelos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH),
Gilberto López y Rivas califica de “crucial” la lucha indígena para la
Revolución y la izquierda internacional.
“Representan la lucha de toda la
humanidad que quiere prevalecer sobre la locura neoliberal. La lucha de los
pueblos indígenas es contra un capitalismo de muerte, de destrucción; un
capitalismo que acaba con la civilización humana, como está acabando con los
millones de especies de los reinos animal y vegetal. Los pueblos indígenas son
la conciencia del mundo.”
Servindi
Fuente: http://www.resumenlatinoamericano.org/2019/08/07/mexico-consejo-nacional-indigena-la-rebeldia-indigena-alcanza-24-estados/
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