jueves, 22 de agosto de 2019

III. Advirtamos cuán contrario es el capitalismo a la vida planetaria y por tanto a la humanidad entera.

E n  el  capitalismo unos fuegos  arden más que otros
NOTRE DAME Y LA SELVA AMAZÓNICA
Abril 2019
 “Es una tragedia el incendio de Notre Dame en Francia, pero seguramente la reconstruirán. Ahora,  ¿por qué no es una tragedia el incendio de  miles de hectáreas en la Amazoni a de Colombia, en  nuestro país? ¿Por qué la gente no se “conmueve” con esa catástrofe nacional? ¿Por qué no suben a  Faceb ook fotos de los bosques o los animales quemados? Eso sí que nunca se podrá reconstruir.” Mauricio Cote, citado en  Julio Andrés Rozo,  “ Envidia: Notre Dame recogió 800 millones de euros en  3 días y la Amazoni a 5 pesos”,  Dinero, marzo 18 de 2019.  “¿Qué estamos viendo? [...]  ‘El fin del mundo. En este momento están quemando el último espacio  grande de selvas del piedemonte colombiano . De donde sale el agua del futuro, donde está la  biodiversidad. Todo por tres putas vacas y por la corrupción’” . Brigite Baptiste ,  citada en María López, “El fracaso del ambientalismo colombiano”, Semana, marzo  18 de 2019. o
Por Renán Vega Cantor

Los medios de desinformación colombianos al hablar del incendio de la catedral de Notre  Dame utilizaron titulares ditirámbicos  y lacrimógenos del variado tono , con poca  o riginalidad por que se limitaron a reproducir lo que decían los poderes mediáticos de Europa,  Mencionemos algunos.  10 cifras para entender por qué la humanidad llora a Notre Dame ,  fue el  título de Dinero (de El Tiempo);  ¡Llora la humanidad! Así quedó el interior de la catedral de  Notre Dame en París, repite  El Diario  del Cauca;  Paris  y el mundo lloran a Notre Dame,  titulan  los Diarios del César y del Magdalena , replicando un título de periódicos europeos;  Notre Dame: el dolor que uni ó a la humanidad, titula Semana , la c ual encabeza otra nota de esta  forma:  Lo que pier de la humanidad con el incendio de la colosal catedral de Notre Dame .  Estos titulares se refieren a un incendio que afectó a una  edificación medi eval , que  no fue  resultado de ningún ataque, sino de un accidente o un descuido. Llama la atención que ese  mis mo ruido mediático no se presente cuando los poderes imperialistas occ identales además  de masacrar seres humanos destruyen en forma directa alguna reliquia cultural, histórica o  religiosa, como lo han hecho en diversos lugares del mundo en las últimas  décadas,  destacándose por su crueldad el ataque al patrimonio histórico y cultural de Irak, tras la  invasión de los Estados Unidos en 2003. Tampoco se hace un bochinche pare cido al de  Notre Dame para referirse a los ataques diarios que con saña criminal re aliza el Estado de Israel en  tierras palestinas, en donde bombardea, arrasa y quema las construcciones de sus indefensos  habitantes. Ante esos fuegos que destruyen seres humanos en forma planificada y sistemática  no hay humanidad que valga, ni recolectas m illonarios, ni transmisión en vivo y directo de los  principales canales de televisión mundiales. Sobre lo sucedido en Notre Dame se han difundido miles de fotos y videos para presentar la  magnit ud de las llamas, que se replican en los medios de d esinformaci ón colombianos, al  hablar  de un lugar perfectamente localizado , de poca extensión, y cuyo impacto ambiental es mí nimo. La pé rdida es histórica  y artística y, aunque significativa,  n o tiene la magnitud, ni el  efecto catastrófico de los incendios que en este mismo mom ento, y desde hace varios años, se  producen en forma ininterrumpida en nuestras selvas del sur del país , como parte del  proyecto del bloque de poder contra - insurgente, encabezado por los terratenientes , junto con  las multinacionales, de  convertirlas en potreros para sembrar vacas o /y  promover cultivos  como la palma aceitera. 


En la Amazonia colombiana está en marcha un ecocidio planificado, que recurre a los  incendios para acentuar la deforestación, es decir, la desaparición del bosque natural para  convertir la selva en sabanas  artificiales,  que se llenan  con vacas. Se encuentra en marcha el  incen dio  en el territorio de los departamentos  de Guaviare, Caquetá y Amazonas. Algunos  datos muestran el impacto de lo qu e acontece:  el 65 % de la deforestación del p aís se  concentra en la Amazonia; en  2018 fueron deforestadas 200 m il hectáreas ; cada hora son  destruidos 13 mil árboles ; cada sesenta minutos desap arecen diez hectáreas de bosque; la  mayor parte de la destrucción se presenta cerca  de una carretera o a  las orillas de un río  principal; en diciembre de 2018 s e habían detectado 2156 incendios en la r egión amazónica  de nuestro país; entre 2010 y 2017 desaparecieron 1.400.000 hectáreas de bosque natural y  unos 20 millones de árboles. Las implicaciones de este ecocidio no tienen parangón, porque “ t umbar una hectárea de  bosque es arrasar al menos 14.000 árboles de 600 especies distintas. Talar un árbol en 

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