Argentina. 22 de agosto 1972:
El legado luminoso de los fusilados de Trelew
Por Carlos Aznárez, Resumen Latinoamericano ,
21 agosto 2019
La fuga del penal de Rawson y la Masacre
de Trelew no sólo recuerdan un crimen de lesa humanidad cometido contra un
grupo de valientes revolucionarios y revolucionarias sino que constituye una
clave fundamental de análisis del Terrorismo estatal contemporáneo argentino.
Al igual que los bombardeos a la población civil en junio de 1955, Trelew es
otro punto de inflexión puesto sobre la superficie por quienes ocupaban la
cúpula del Estado para sentar precedente de qué y cuánto estaban dispuestos a
hacer quienes defendían (y aún hoy lo hacen) la estructura del capitalismo en
su versión argentina.¿Pero qué enseñanzas y legado deja a los jóvenes de hoy lo ocurrido el 22 de agosto de 1972 en ese confín de la Patagonia argentina?
Antes que nada demoler la idea impuesta por quienes se erigieron en enemigos de la libertad y la justicia, sobre que cualquier intento de enfrentamiento con el poder estaría condenado al fracaso. En ese período de la historia argentina, miles de jóvenes, como los que cayeron acribillados a balazos en la Base de
Desde ese punto de vista, Trelew hoy, deja claro que frente a las nuevas triquiñuelas y acciones ofensivas del Imperio, la única salida posible es
Por otra parte, aquellos jóvenes de Trelew también marcaron un camino en lo que hace a dejar de lado todo tipo de planteo individualista y apostaron al accionar colectivo. Desarrollaron una auténtica hermandad revolucionaria, donde el otro compañero o compañera era lo más importante a cuidar y proteger en la lucha cotidiana, junto con los sectores más golpeados de
Cuarenta y siete años después, es evidente que el concepto de militancia ha cambiado mucho, y aspectos de un marcado individualismo que soportan los distintos estamentos de la sociedad argentina actual, también se han introducido en el accionar del denominado progresismo. El recurso de arriesgar lo menos posible para auto preservarse (en el trabajo, en las Facultades y hasta en la militancia) son habituales y se asumen como si fuera algo que existió siempre. De la misma manera, también pueden observarse propuestas edulcoradas que actúan como apagafuegos de cualquier planteo de resistencia y que harían empalidecer a aquellos recordados jóvenes revolucionarios de Trelew.
Por último, los hechos de la fuga de Rawson remarcaron el concepto de unidad en acción de las organizaciones revolucionarias, algo que hoy se extraña como un bien preciado difícil de repetir a pesar de los años transcurridos. Esa decisión de fugarse juntos a pesar de las diferencias entre una organización y otra, no fue un hecho casual, sino parte una concepción de trabajo y militancia que se venía desarrollando desde mucho tiempo antes. Se tenía claro quien era el enemigo y frente a él valían todos las posibilidades de ataque. De allí que tanto en la improvisada conferencia de prensa realizada en el aeropuerto de Trelew por aquellos que luego serían asesinados a mansalva, como en las declaraciones conjuntas hechas en La Habana por los cuadros de dirección de las organizaciones armadas que alcanzaron a fugarse exitosamente, se recalcara el tema de la unidad y la necesidad de mantener esa iniciativa.
Actualmente, la unidad está en boca de todos los militantes del campo popular pero termina en la mayoría de los casos siendo sólo una expresión de deseos. Es evidente que no se toma muy en serio la necesidad de forjarla, a pesar de que revoluciones triunfantes como
El ejemplo de
Trelew debería servir como acicate para que en este presente tan especial se
fueran dando pasos firmes que permitan unificar a los que siguen creyendo que
Revolución y Socialismo son dos conceptos indivisibles. Sería también una
respuesta a quienes en todos estos años han secuestrado consignas, se han
vestido con la ropa de los caídos en combate para volverlos a matar con
propuestas claudicantes o maniobras de abierta corruptela, o han
institucionalizado el discurso de inclinarse por el mal menor, evitando
construir alternativas que desnuden la mascarada de un falso progresismo. Los revolucionarios que entregaron su vida en Trelew no lo
hicieron para apuntalar al capitalismo, peleaban por un mundo diferente, más
humano e inclusivo. La patria socialista.
Como escribiera el poeta y militante montonero Francisco Paco Urondo, la sangre derramada en Trelew no podrá ser negociada ni tampoco olvidados ni perdonados los gestores de que ese aciago día de fines de agosto la Patria haya sido fusilada.
Fuente: http://www.resumenlatinoamericano.org/2019/08/20/argentina-22-de-agosto-1972-el-legado-luminoso-de-los-fusilados-de-trelew/
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