Declaración del Foro de
los Pueblos
Indígenas ante
la VIII Cumbre de las Américas:
En defensa del territorio y
la libre determinación
de los pueblos
o naciones.
23 de abril de 2018
“Nosotros
y nosotras como representantes de los pueblos, Naciones y Nacionalidades
Indígenas del Abya Yala, en el marco y ejercicio del derecho a la libre
determinación y en defensa de nuestra Madre Tierra, damos a conocer nuestras
conclusiones y planteamientos como resultado del Foro de los Pueblos Indígenas,
en el marco de la VIII Cumbre de las
Américas, celebrado en Lima del 10 de Abril de 2018."
El martes 10 de abril,
se realizó el Foro de los Pueblos Indígenas organizado por el Pacto de Unidad,
en el marco de la Cumbre de las Américas. Fue el primer acto oficial de la
Cumbre y trajo el debate y análisis desde las diferentes organizaciones,
líderes y liderezas que concluyó en la aprobación de la Declaración del Foro de
Pueblos Indígenas frente a los jefes de Estado. El Pacto de Unidad está conformado
por organizaciones que integran el proceso del Foro Social Panamazónico,
que adhiere y asume como suya esta Declaración, que dejamos a continuación en
su texto íntegro, agradeciendo su más amplia difusión
DECLARACIÓN DEL FORO
DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS ANTE LA VIII CUMBRE DE LAS AMÉRICAS REALIZADA EN LIMA: EN
DEFENSA DEL TERRITORIO Y LA LIBRE DETERMINACIÓN DE LOS PUEBLOS O NACIONES
Nosotros y nosotras
como representantes de los pueblos, Naciones y Nacionalidades Indígenas del
Abya Yala, en el marco y ejercicio del derecho a la libre determinación y en
defensa de nuestra Madre Tierra, damos a conocer nuestras conclusiones y
planteamientos como resultado del Foro de los Pueblos Indígenas, en el marco de
la VIII Cumbre
de las Américas, celebrado en Lima del 10 de Abril de 2018.
CONSIDERANDO:
Que en nuestro
continente somos aproximadamente 826 pueblos indígenas que preexistimos a los
Estados y vivimos en armonía con la Madre Tierra , desde nuestros ancestros.
Que desde la invasión Europea
se nos ha impuesto un modelo económico de extracción de recursos por lo que
hemos sido sistemáticamente expoliados y despojados de nuestros territorio.
Que los Estados
republicanos nacieron excluyendo a los pueblos originarios, con una política de
asimilación cultural, con prácticas racistas, genocidas, patriarcales y
monoculturales; de colonización de nuestras mentes.
Que actualmente nos
encontramos frente a un modelo de desarrollo depredador y destructor donde las
corporaciones buscan acumular riquezas para unos pocos, vulnerando nuestros
derechos y destruyendo la
Madre Tierra , a través de la imposición de mega proyectos
extractivos como: la minería, hidroeléctricas, hidrocarburos, forestales,
monocultivos y de infraestructura en nombre del desarrollo, que se ejecutan sin
la consulta ni el consentimiento libre, previo e informado.
Que, a lo largo de la
historia, los pueblos hemos resistido y luchado por el respeto de nuestra libre
determinación, autonomía, y autogobierno; y por acabar con todas las formas de
colonialismo y subordinación.
Que las mujeres
indígenas cumplimos un rol decisivo en la protección y transmisión de nuestras
identidades culturales, prácticas y saberes ancestrales, conservación de la
biodiversidad, defensa del territorio y seguridad alimentaria.
Que, gracias a
nuestras luchas, hemos logrado avances en el derecho Constitucional e
Internacional como la Resolución 1514 (XV) de la Naciones Unidas ,
el Convenio 169 de la OIT de 1989, la Declaración de Viena de 2003, la
Convención sobre la eliminación de todas las formas de Discriminación Racial,
la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los Pueblos
Indígenas de 2007, la
Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos
Indígenas, la doctrina y Jurisprudencia de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, que son de obligatorio cumplimiento para los Estados.
Que, los Estados han
institucionalizado políticas y prácticas corruptas que se evidencian en la
producción normativa, la gestión y administración pública, y el sistema de
justicia, favoreciendo a las corporaciones transnacionales y vulnerando
nuestros derechos como pueblos.
Que, a pesar de las
obligaciones vinculantes del Estado en materia de derechos indígenas, persiste
la criminalización del ejercicio de nuestra autoridad, funciones
jurisdiccionales y defensa de derechos colectivos, a través del asesinato,
desaparición física, represión penal, amenazas, acoso, estigmatización y otras
formas de persecución arbitraria.
Que, los acuerdos de
las siete cumbres de las Américas no han implementado acciones concretas para
el ejercicio pleno de los derechos colectivos de los pueblos indígenas en los
Estados miembros.
DEMANDAMOS a los Jefes
de Estado y Gobiernos de las Américas lo siguiente:
1. Que los Estados den cumplimiento efectivo a sus obligaciones internacionales relativas a los derechos de los pueblos indigenas, adoptadas en ejercicio de su soberania, incluyendo tratados, medidas cautelares, sentencias y otros mandatos internacionales; derogando las normas nacionales que se oponen a tales obligaciones.
1. Que los Estados den cumplimiento efectivo a sus obligaciones internacionales relativas a los derechos de los pueblos indigenas, adoptadas en ejercicio de su soberania, incluyendo tratados, medidas cautelares, sentencias y otros mandatos internacionales; derogando las normas nacionales que se oponen a tales obligaciones.
2. Que los Estados
respeten y garanticen nuestros derechos a la libre determinación, autonomía y
autogobierno; formas de vida, modelos de desarrollo, planes de vida y buen
vivir.
3. Que los Estados
reconozcan la personalidad jurídica de pueblos, naciones o nacionalidades
indígenas, y sus formas propias de organización.
4. Que el Estado
garantice la participación institucional de los pueblos dentro de la estructura
del Estado, a todo nivel y con poder de decisión.
5. Que los Estados
aseguren nuestro derecho a la propiedad del territorio ancestral integral,
incluyendo los recursos naturales necesarios para nuestra subsistencia como el
agua, bosques, tierras eriazas, etc.
6. Que los Estados
adopten normas y políticas para garantizar la seguridad y soberanía
alimentaria, que incluya la prohibición de patentes de nuestras semillas y
productos nativos; la priorización del consumo interno sobre la exportación, y
el veto al uso de organismos transgénicos.
7. Que cesen las
políticas de parcelación y titulación individual de los territorios colectivos;
de fragmentación y despojo de territorios a través de políticas de conservación
y establecimiento de áreas protegidas.
8. Que los Estados
deroguen las normas que facilitan la pérdida de la propiedad territorial
indígena a través de figuras jurídicas como: la “cesión en uso de los bosques”,
la posibilidad de venta de tierras; la expropiación y servidumbre forzosa; la
cesión de propiedad para la construcción de infraestructura.
9. Que los Estados
cesen las políticas de colonización, invasión de los territorios indígenas, y
de toda forma de violencia que afecta de manera particular a las mujeres
indígenas.
10. Que los Estados
implementen los procesos de participación, consulta y consentimiento previo,
libre e informado antes de adoptar normas, políticas, programas y medidas susceptibles de afectar a los pueblos
indígenas, como concesiones, autorizaciones, contratos u otros.
11. Que los Estados
garanticen medidas efectivas para la participación plena de las mujeres y
jovenes indígenas en la toma de decisiones de políticas públicas susceptibles
de afectarles.
12. Que los Estados
implementen políticas públicas de salud y educación bilingüe intercultural, incorporando
en ellas la historia, cosmovisión, filosofía y saberes ancestrales como parte
del proceso de descolonización y buen vivir.
13. Que los Estados
respeten los saberes y prácticas ancestrales de medicina, formas de transmisión
de conocimiento, expresiones culturales y artísticas, y que garanticen los medios para su desarrollo autónomo.
14. Que los Estados
promuevan el derecho a los medios de
comunicación indígena, redes comunitarias y el uso y acceso de las tecnologías
de comunicación en nuestros propios idiomas.
15. Que los Estados
adopten normas y políticas para eliminar toda forma de discriminación y el
racismo institucionalizado.
16. Que los Estados
investiguen de oficio y sancionen a los funcionarios y servidores públicos
involucrados en hechos de corrupción, estableciendo la imprescriptibilidad de
este delito y que los corruptos no vuelvan a ejercer función pública.
17. Que los Estados
investiguen y sancionen ejemplarmente a las empresas -y sus titulares-
involucradas en hechos de corrupción, anulando los contratos obtenidos por medios ilegales y que no se vuelvan a beneficiar de
contratos o recursos públicos.
18. Que cese la
criminalización y estigmatización de autoridades y miembros de pueblos
indígenas por ejercer su autoridad, funciones jurisdiccionales y proteger sus
territorios y demás derechos; derogando las normas de criminalización, archivan do los procesos judiciales y disponiendo la
libertad de las personas detenidas.
19. Que los Estados
respeten y garanticen el pluralismo jurídico igualitario, es decir que respeten
las decisiones de la justicia indígena como cosa juzgada y, que con
participación de los pueblos, se establezcan mecanismos de coordinación con la
justicia ordinaria.
20. Que los Estados
promuevan la capacitación de los jueces, fiscales y policías para que conozcan,
respeten valoren los sistemas jurídicos de los pueblos indígenas.
Para que se fortalezca
la paz de todos los pueblos indígenas de nuestra Abya Yala, rechazamos todos
los actos de violencia y persecución arbitraria, militarización y estados de
emergencia que vienen sufriendo nuestros pueblos de América Latina. Y en
particular, queremos manifestar nuestra solidaridad con nuestros hermanos y
hermanas: – De los pueblos originarios del distrito de Chalhuahuacho (Apurimac)
y Chulmivilcas (Cusco), actualmente con presencia policial y military; y bajo
estado de emergencia, por lo que demandamos su levantamiento. – De los pueblos
Mapuche, Awajun, Achuar, Kichwa, por la persecución arbitraria que vienen
sufriendo en defensa de sus derechos. – Los pueblos indígenas de Venezuela, que
se ven afectados por la crisis humanitaria, fundamentalmente por razones de
salud y alimentación. – De los pueblos originarios de Cajamarca, en particular
de Valle Laguna Azul, quienes están condenados a 10 años de pena privativa de
libertad por presunto delito de extorsión debido al ejercicio de funciones
jurisdiccionales.
Dado en la ciudad de
Lima el 10 de abril de 2018.
Agradecemos el envío
de Luis Hallazi de IBC e Ismael Vega de CAAAP.-
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