Política no se hace sólo en las urnas,
en el Parlamento, en los palacios: política se hace en la calle”
09.Abr.18 :: Brasil
El modelo de gobernabilidad que se basa solo en las mayorías
parlamentarias falló, porque la forma histórica de construir esas mayorías en
Brasil es una vitrina de negocios. Eso es lo que está en el origen del
sentimiento de desesperanza de las personas en relación a la política, de las
desmoralización de la política de cara a las mayorías del pueblo.
Por Nicolás Valenzuela
Paterakis y João Telésforo
Con la colaboración de Mariana Cruz, Daniela Miranda y Salvador
Ferrer
#DeFrente, 2018
Guilherme Boulos, precandidato presidencial de los movimientos
sociales brasileños, dialoga con #DeFrente
abril 9, 2018 Nicolás Valenzuela Paterakis 0 comentarios Brasil, elecciones, izquierdas, Lula, movimientos sociales
Guilherme Boulos es actualmente Coordinador Nacional del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) y del Frente Pueblo sin Miedo. Además, es precandidato del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) a la presidencia de la República.
abril 9, 2018 Nicolás Valenzuela Paterakis 0 comentarios Brasil, elecciones, izquierdas, Lula, movimientos sociales
Guilherme Boulos es actualmente Coordinador Nacional del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) y del Frente Pueblo sin Miedo. Además, es precandidato del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) a la presidencia de la República.
Boulos no era dirigente ni militante del PSOL, se afilió
recientemente a partir de una alianza construida entre el partido y un grupo de
movimientos sociales para lanzar su candidatura presidencial. La candidata a la
Vice-Presidencia será Sônia Guajajara, coordinadora de la Articulación de los
Pueblos Indígenas del Brasil (APIB).
#DeFrente conversó con él en Brasilia.
“Política no se hace sólo en las urnas, en el Parlamento, en los
palacios: política se hace en la calle”
#DeFrente: Brasil, en el último período, vio emerger con fuerza el
carácter oligárquico de varias instituciones, además del aumento de la
represión a los movimientos sociales, el golpe contra Dilma y el comportamiento
de los tribunales en el caso Lula. ¿Qué posibilidades hay para una disputa
democrática, y qué lleva al MTST y ese campo social más amplio que lleva a la
candidatura a comprender que es importante dar esta disputa en este momento?
Tenemos hoy en Brasil una institucionalidad viciada, un sistema
político que está en el suelo, que perdió la capacidad mínima de cohesionar a
la sociedad, de formar mayorías y que, finalmente, se expresa en una crisis de
representatividad, en un sentimiento de anti-politica generalizada en nuestra
sociedad. Nadie se siente representado por este sistema político, a excepción
del 1% que siempre ha capturado el Estado brasileño.
Existe un movimiento que profundiza el vaciamiento democrático.
Ese proceso no se inició con el golpe, pero sí consumó ese vaciamiento
institucional y generó una situación en la que tenemos un Ejecutivo ilegítimo,
un Legislativo sin moral -quien condujo el golpe parlamentario en Brasil fue
Eduardo Cunha, un delincuente renombrado, hoy en la cárcel- y ese vacío de
poder fue aprovechado por el poder judicial. El poder judicial ocupó en Brasil,
así como en otros países de América Latina, un papel que antes fue ocupado por
los militares, tiempo atrás, en el siglo XX: un papel de tutela, de apropiación
de la política en un momento de crisis de poderes.
En ese escenario,
nosotros debemos tomar la lección de que ya no es posible que la izquierda haga
una apuesta restringida a la institucionalidad, ya no es posible creer que
vamos a viabilizar un proyecto de transformación en el país con ese modelo de
gobernabilidad. El modelo de gobernabilidad que se
basa sólo en las mayorías parlamentarias falló, porque la
forma histórica de construir esas mayorías en Brasil es una vitrina de
negocios. Eso es lo que está en el origen del sentimiento de desesperanza de
las personas en relación a la política, de las desmoralización de la política
de cara a las mayorías del pueblo.
Entonces nosotros debemos desafiarnos a pensar formas de
participación popular y a construir esas formas, tanto en la práctica como en
el proyecto político que presentamos. En la práctica, significa entender que no
basta con disputar el proceso electoral. Las campañas electorales tienen que
ser momentos de movilización de la sociedad, para disputar un proyecto de país,
pero al mismo tiempo debe tener la capacidad de restituir la esperanza, debe
movilizar personas, debe construir respaldo. Porque la victoria de Dilma y
después el golpe en su contra, demuestran que no es suficiente ganar la
elección; tú puedes ganar la elección, pero si no estás respaldado por una
movilización de la sociedad, en un proceso organizativo más profundo: o eres forzado
a usar los mismos viejos acuerdos con los sectores más atrasados de la
política, o no se sustenta y cae. Entonces, el factor de movilización de la
sociedad, que pasa por un papel protagonista de los movimientos sociales, debe
ser visto como un componente de la política. Política
no se hace sólo en las urnas, en el Parlamento, en los palacios: política se
hace en la calle.
Al mismo tiempo, nosotros tenemos que osar presentar un proyecto de
profundización y radicalización de la democracia. La democracia no puede ser apretar un
botón cada cuatro años y después “dejar la política para que la hagan los
políticos”. La democracia debe ser un proceso de participación permanente, con
plebiscitos y referendos sobre los temas fundamentales, con estímulo a que los consejos
populares puedan participar de las decisiones políticas, inclusive
presupuestarias, del Estado. Nosotros debemos posicionar una democracia con “D”
mayúscula, donde las personas sean parte del proceso político. Es poner al
pueblo en el tablero, acercar el poder a las personas. Esa debe ser una
característica esencial de nuestro proyecto.
Cuando construímos una alianza (que es una alianza entre un
conjunto de movimientos sociales, el PSOL, ahora con el PCB, que también va a
componer la coalición partidista) para disputar el proyecto de país, pasó por
esas dos comprensiones: primero, de que la política no se hace sólo con los
partidos y con la disputa electoral: por eso una alianza con los movimientos
sociales, y segundo, de que nosotros tenemos la necesidad de presentar a la
sociedad brasileña, delante del vaciamiento de la democracia y delante de los
riesgos de retrocesos mayores, un proyecto de democratización de la sociedad y
de la política.
#DeFrente: En un escenario de aumento de la represión, ¿cómo
interpretas la intervención federal militar en la seguridad pública de Río de
Janeiro y, más recientemente, la ejecución política de la concejala Marielle Franco ?
¿Crees que existe el riesgo de que Brasil se encamine a un Estado más parecido
al de Colombia o México, que practican la eliminación sistemática de la
oposición social y política?
Lo que pasó en Rio es muy grave. Hay dos asuntos significativos
que necesitamos entender en cuanto a la intervención federal y militar. El
primero de ellos es insistir en la lógica de la guerra como la forma de
alcanzar la seguridad, profundizar la violencia de Estado sobre la supuesta
perspectiva de combatir la
violencia. Y , en este caso, la dicha guerra contra las drogas
fracasó, en Brasil y en todo el mundo. Esta política de militarizar las favelas
bajo el pretexto de combatir el narcotráfico sólo provocó un genocidio de la
juventud negra y pobre; no combatió el narcotráfico, sólo creció en el último
período. Tienes que combatir el crimen organizado enfrentando las grandes
oligarquías que controlan efectivamente el tráfico de drogas y el tráfico de
armas en el país. Y esa no es la lógica de la política de guerra a las drogas.
La intervención en Rio refuerza esa política de sólo más militarización.
Un segundo problema de esa intervención es que utiliza una idea
muy peligrosa que se ha difundido en la sociedad, principalmente en momentos de
crisis, de inseguridad, de desesperanza: la idea de que la fuerza se debe hacer
cargo. Esa es la misma idea que está haciendo que Bolsonaro (candidato
presidencial de la ultraderecha) tenga un 20% de las intenciones de voto en las
encuestas: “los militares se hacen cargo”. Moverse con esa idea es algo
peligroso, porque después no controlas para donde va. Soltar a un pitbull es
fácil, lo difícil es después agarrarlo. Nosotros ya vimos a que llevó eso en
Brasil y en América Latina.
La intervención no soluciona el problema de la seguridad pública
en Rio. Puede generar una sensación inmediata de seguridad, por eso tiene la
aprobación de buena parte de la población, hasta este momento. Pero así como
las UPPs (Unidades de Policía Pacificadora) tuvieron su comienzo en Rio de
Janeiro, después no se sustentaron como política, ya que fueron una “jugada de
marketing”. Generaron una sensación de seguridad, pero luego esa sensación fue
vencida por la realidad, porque es una política ineficaz, no funciona.
Al contrario, funciona para continuar exterminando a la juventud
pobre y negra de las periferias.
En el caso de Marielle tenemos algo muy serio, porque ocurrió en
un contexto de intervención, pero no sólo eso: es un crimen político. Marielle
no fue blanco de una bala loca. Es un crimen simbólico: Marielle era una de las
lideresas políticas más combativas y más promisorias de Rio de Janeiro. Mujer,
negra, nacida en una favela, lesbiana, una lideresa que cargaba con un
simbolismo de luchas del pueblo brasileño fuertísimo por sus características.
Marielle denunciaba los abusos policiales y la intervención en Rio, era
militante del PSOL, mujer de izquierda. Representaba ideas. Nosotros exigimos
justicia, pero más que eso, la mejor respuesta que podemos dar es llevar el
legado de Marielle adelante. Como dijo en estos días Jean Wyllys (diputado
federal del PSOL por Rio de Janeiro), en un bello discurso “las ideas son a
prueba de bala”. Creo que esa es la lección que sacamos de este proceso.
#DeFrente: Su candidatura junto a Sonia Guajajara, representa a
los excluidos de las periferias urbanas, a los pueblos de las selvas, a los
pueblos indígenas. ¿Cuáles son las principales reivindicaciones y propuestas de
la candidatura, que provienen de esos mundos y de todo el conjunto de los
movimientos sociales que componen esa coalición?
Lo primero que tengo que decir, es que tengo el mayor orgullo de
componer una lista con Sonia. Ella es una de las mayores lideresas indígenas de
Brasil. Nordestina, guerrera y con una sintonía muy fuerte, no solo en nuestra
relación, sino en la relación del MTST con la APIB (Articulación de Pueblos
Indígenas de Brasil) y también con otros movimientos, como Mídia Ninja. Que el
PSOL haya tenido la apertura y generosidad de acoger un proceso más amplio
junto a movimientos sociales fue algo muy importante y demuestra la fuerza con
que viene esto y lo inédito que tiene: son dos líderes de movimientos sociales
disputando la presidencia de la séptima mayor economía del mundo, en un país en
contexto de golpe, en un país en contexto de criminalización. Es un desafío
enorme. Nosotros estamos haciendo una construcción programática con la cara de
un proyecto que la gente quiere para el país.
Nosotros tenemos que ser coherentes con lo que la gente defiende,
con lo que la gente cree y esa posición programática tiene que ocurrir a varias
manos, con encuentro de ideas, con diversidad de posiciones políticas construyéndose
de abajo para arriba. Nosotros comenzamos eso, incluso cuando la candidatura no
estaba situada colocada, en el proceso del Vamos: una experiencia
extraordinaria, seis meses de debate en el segundo semestre de 2017, más de 50
debates en todas las regiones de Brasil, más de 150 mil personas por la
plataforma virtual que presentaron propuestas sobre los grandes temas
nacionales, sobre las cuestiones que interesan para la vida de las personas, el
99%. Esto generó una primera síntesis. Esta síntesis es la base de nuestro
programa para Brasil, pero queremos ir más allá. Nosotros ahora estamos
montando grupos de trabajo con lo mejor que hay de la intelectualidad
progresista brasileña junto a líderes de movimientos sociales y esos grupos de
trabajo van a sistematizar los resultados del Vamos y presentarán un resultado
programático, más cualificado. Encima de ese resultado, nosotros vamos a
reabrir plenarias en Brasil entero: van a ser por lo menos 16 de ellas en 16
ciudades diferentes de Brasil, para discutir nuestros ejes programáticos.
Desde ya, nosotros tenemos algunos ejes de la campaña. Primero ,
nosotros necesitamos deshacer el estrago que fue hecho en Brasil: no es posible
hablar de un gobierno popular para las mayorías sin un referendo para revocar
las medidas del gobierno ilegítimo de Temer. Una segunda
cuestión es el combate radical y profundo a la desigualdad. Brasil
es uno de los países más desiguales del mundo. Como mostró un informe de la
Oxfam hace pocos meses atrás, seis billonarios tienen más que cien millones de
personas. Esa desigualdad se expresa en la renta, en las riquezas, en la
distribución de tierras, en todo. Esa desigualdad se expresa contra los negros,
contra las mujeres (en términos de desigualdad salarial, incluso). Es un abismo
social en Brasil. Eso debe ser enfrentado con políticas decididas, haciendo al
piso de arriba pagar la cuenta que nunca pagó.
El capitalismo brasileño nosotros le llamamos “capitalismo de la Casa Grande ”, ya que
así era llamada la casa en que residía la familia de los propietarios de
esclavos, en oposición a la senzala, donde estos últimos. Nosotros necesitamos
una reforma tributaria profunda. El rico en Brasil, proporcionalmente, paga
mucho menos impuesto que el pobre y la clase media. El impuesto sobre la renta
en Brasil es menos del 20% de la recaudación. En los Estados Unidos, país que no
puede ser acusado de bolivariano, es 40%. El impuesto sobre la herencia es de
un 7%; la tributación a la ganancia y dividendos no existe; quien tiene un auto
viejo paga impuesto, quien tiene un jet, no. Son distorsiones profundas que
reproducen una lógica de desigualdad. El sistema financiero brasileño no es
regulado: las tasas de interés son de las más altas del mundo; el spread
bancario, uno de los más altos del mundo. O sea, en Brasil no hay regulación,
es una verdadera Disneylandia financiera. El Estado brasileño es un Robin Hood
al revés. Nosotros necesitamos modificar eso. Un punto de partida es un reforma
tributaria progresiva, que haga al rico pagar impuestos y, al mismo tiempo,
regule el sistema financiero y a los bancos.
Y una tercera medida fundamental que nosotros tendremos como base
de la construcción de nuestro programa es la radicalización democrática, ya
hablé de eso aquí: plebiscitos, referendos para asuntos fundamentales,
aproximar el poder al pueblo. Transformar mayorías sociales en mayorías
políticas.
#DeFrente: ¿Cómo interpretas el papel que el PT va a desempeñar en
estas elecciones y en los próximos años, en ese nuevo ciclo político que de
alguna manera se está iniciando ahora, en especial si Lula fuese impedido, por
la persecución judicial, de ser candidato? ¿Cuáles van a ser la estrategia y la
visión de su candidatura y de ese campo político del Frente Povo Sem Medo
(Frente Pueblo sin Miedo) y PSOL, en la relación con el PT?
Primero, nosotros defendemos de manera clara el derecho de Lula a
ser candidato. El hecho de que tengamos diferencias políticas con el PT o con
Lula, no nos hace cómplices de la injusticia. El proceso que juzgo a Lula fue un
proceso sin pruebas, fue una condena política, en que sectores de la Justicia
actuaron como jefes de partido, con visible interés en retirar a Lula del
proceso electoral, en el tapetão como décimos (cuando un equipo de fútbol
pierde un partido en la cancha, pero gana con un decisión judicial). Entonces
la defensa del derecho de Lula a ser candidato no es la defensa del programa
político que Lula y el PT presentan, es una defensa democrática: hoy con Lula,
¿con quién va a ser mañana?
Cuando la Justicia resuelve hacer política, es muy grave. Yo creo
que hoy, en Brasil, tenemos dos tareas en relación a lo de Lula: una es la
resistencia al golpe y a todo lo que representa (represión, retirada de los
derechos, etc). Esa resistencia tiene que ser lo más amplia y unitaria posible:
toda la izquierda y todos los sectores democráticos tienen que caber en una
resistencia como esa, tiene que ser la democracia contra la barbarie.
Al mismo tiempo en que nosotros tenemos que resistir y combatir el
golpe, tenemos que aprender las lecciones de éste y ahí es donde se colocan
nuestras diferencias. No es posible querer recomponer un modelo de alianzas con
los viejos partidos oligárquicos. O sea, después de que el PMDB haya tramado un
golpe, tú no puedes aprender esa lección y hacer nuevamente alianzas con ellos,
como han sido hechas por el PT en varios estados, eso no es aceptable. El momento hoy, por la crisis económica, por el agravamiento de la
polarización de Brasil, es un momento en que ya no es posible una estrategia de
conciliación, de “ganar-ganar”. Ese capitulo se cerró. Nosotros estamos en un
momento en que ya no da para tener avances sin enfrentar privilegios, no da
para avanzar en los derechos sin conflicto. Es eso lo que esta puesto hoy para
la realidad brasileña y para buena parte de los países de nuestra América
Latina. Eso marca la construcción de nuevos ciclos de la izquierda. Cómo el
PT va a posicionarse en ese proceso depende de cómo va a colocarse en esas dos
encrucijadas: si delante de un sistema político fallido va a insistir en un
viejo modo de hacer política o no. Lamentablemente, hasta ahora, no ha dado
señales de cambio.
#DeFrente: Los gobiernos del PT privilegiaron a las naciones del
BRICS y no a las del ALBA. ¿Cuál sería la política de un eventual gobierno suyo
para la región?
La prioridad es la integración Sur-Sur , la integración con América
Latina y con África. Esa es una prioridad, no sólo pensando en relaciones
económicas de comercio exterior, sino pensando en relaciones políticas
históricas. Evidentemente, no es posible decir que un gobierno de izquierda no
va a tener relación con otros países, no va a tener relación con China, con
India, con Rusia. Es evidente que va a tener. Ahora, nuestra prioridad es el
fortalecimiento de la
relación Sur-Sur y en especial de la integración
latinoamericana y el ALBA es una expresión importante de eso. El ALBA necesita
ser fortalecido y ampliado.
Fuente: http://www.dariovive.org/?p=8419
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