Ciencias y filosofía
en memoria de
Stephen Hawking
16 de marzo de 2018
Por Agustín Ortega Cabrera
Rebelión
Ha muerto
Stephen Hawking, el célebre científico que en nuestra
época ha contribuido de forma muy significativa al mundo y desarrollo de la
ciencia.
Con su muerte se reabren cuestiones y debates, que el mismo
Hawking impulsó y que trataremos de afrontar en este artículo, dedicado a su
memoria. Tales como la relación entre las ciencias y la filosofía. ¿La ciencia,
el predominio científico, invalida la filosofía, hace innecesaria la reflexión
filosófica, son incompatibles la razón científica y la filosófica? La historia
de la filosofía y de la misma ciencia nos transmite que, para desarrollar la
razón de forma adecuada, el pensamiento filosófico y el científico deben
complementarse, fecundarse mutuamente.
Por lo tanto, como se observa, es tan necesario conocer como son las cosas y para qué las empleamos, que sentido le damos y tienen, el porqué de las mismas, su origen y finalidad. Por ejemplo, el pensamiento económico empleando la observación e investigación empírica conoce que, debido a nuestra condición física y corporal, es necesaria la actividad económica con los bienes y recursos. Y, de esta forma, asegurar la existencia y satisfacer las necesidades vitales de los seres humanos. En esta realidad de la economía, se necesitan desarrollar todas sus capacidades y posibilidades para que realmente sirva a estas necesidades de las personas. La filosofía, por ejemplo con su antropología y ética, orienta a la economía para que cumpla su finalidad real de servir a la vida, para que distribuya los bienes de forma justa porque, de lo contrario, sería una economía que mata.
La filosofía, de este modo, posibilita a la ciencia económica el desarrollo todas sus capacidades y posibilidades humanizadoras, al servicio de la vida humana. En una economía ética y justa, para el reparto con equidad de los bienes, que es lo que constituye el verdadero sentido y el porqué de
Por lo tanto, como tratamos de exponer, las ciencias y la filosofía son complementarias. Con una buena filosofía y metodología de la ciencia, como nos muestran dicha materia y estudios, se pueden articular los datos o hechos y realidades con las diversas teorías, corrientes y filosofías que subyacen a los planteamientos científicos. Y es que el conocimiento y las ciencias no son neutros e imparciales. Sino que tienen de fondo una forma de comprender al ser humano con su acción, una antropología y ética, una cosmovisión y sentido del mundo, una metafísica….Tal como apuntamos, por ser la persona un ser que constitutivamente busca el sentido de la existencia, la ciencia y el pensamiento siempre tienen estos presupuestos filosóficos y antropológicos, sin los cuales se hace prácticamente imposible la reflexión e indagación de la realidad.
Cuando se pierden todos estos criterios de la filosofía de la
realidad y del sentido, la razón crítica y profunda, como pasa en ciertos
posmodernismos actuales, la misma razón y ciencia decaen, se apagan o niegan.
Se cae en el individualismo, relativismo y nihilismo. Y, al mismo tiempo, este vacío
y nihilismo posmoderno deja paso al mal moderno e igualmente individualista de
la razón instrumental, tecnocrática que nos domina. El relativismo e
individualismo nihilista y tecnocrático, despreciar la razón crítica y la ética
en la era del dominio tecnocrático del capital y de la mercadotecnia- sobre
todo bancaria/financiera y bursátil-, lleva a los nuevos Auschwitz. El
pensamiento crítico, ético y social nos muestra como la razón y la ciencia, sin
la memoria ética de la compasión (sentir con) y la justicia con las víctimas,
nos dirige a la barbarie y a los holocaustos, nos conduce a todo tipo de
injusticias.
Autores y pensadores como, por ejemplo, T. de Chardin o X. Zubiri en diálogo con la ciencia y científicos como Einstein. Y en sintonía con lo que nos muestran hoy las diversas ciencias, como las físicas o mecánicas y nuevas disciplinas como las ecológicas o cosmológicas, han tratado de presentar una filosofía de la realidad en su unidad y diversidad. Con su globalidad estructural, apertura, dinamismo y trascendencia. Lo real con sus diversas y más completas dimensiones de lo físico, biológico, material personal, cultural, social, histórico y cósmico que se inter-relacionan entre sí. En comunión con una forma cooperativa y solidaria, con su capacidad de apertura dinámica y trascendente. Como nos transmite hoy la ciencia y la filosofía, todo está relacionado con toda, con los dinamismos de retroalimentación y sinergias de toda la realidad.
Algo similar afirma Hawking: “todo en el universo parece haber
sido ajustado muy finamente, para permitir el desarrollo de la vida. Por ejemplo, si la
carga eléctrica del electrón hubiera sido un poco diferente, se habría alterado
el equilibrio entre las fuerzas electromagnéticas y gravitatorias en las
estrellas. Y por tanto, o bien habrían sido incapaces de convertir hidrógeno en
helio, o bien habrían explotado”. La filosofía, la ética y el pensamiento en
general nos posibilitan comprender mejor toda esta inter-acción de lo real y
del cosmos en su globalidad, para esta colaboración fraterna y comunión
solidaria en la promoción de la vida.
Frente al positivismo, la ciencia no capta en su profundidad toda
esta trascendencia de lo real y humano en la búsqueda de la verdad, del bien y
la belleza, en los sentimientos, valores y relaciones que nos constituyen como
humanos. Tales como el amor, la pasión por la vida y por la justicia, la
conciencia moral de la dignidad y derechos de las personas. Por ello, más allá
de la ciencia, haciéndose cargo de esta filosofía y trascendencia de lo humano,
Hawking nos dice que “el universo no sería gran cosa si no fuera hogar de la
gente que amas”. La filosofía de la ciencia y del conocimiento hace posible
este ethos cósmico y planetario. Una ética del cuidado y de la ecología
integral, que cuida toda la realidad de la naturaleza, del ser humano y de la
sociedad-mundo para buscar la libertad, la igualdad y fraternidad frente a toda
desigualdad e injusticia.
Para terminar, nos quedemos con uno de sus últimos mensajes de esperanza que lo llevó a la práctica en su vida, con la superación e integración de las dificultades por las que tuvo que atravesar. “Las cosas pueden cruzar por un agujero negro y llegar, probablemente, a otro universo. Así que si crees que estás atrapado en uno, no te rindas, hay salida... Aunque tuve la mala suerte de sufrir una enfermedad motora neuronal, he sido muy afortunado en casi todo lo demás . He tenido suerte de dedicarme a la física teórica en un momento fascinante… Es importante no ponerse furioso, no importa lo difícil que sea la vida, porque perderás toda esperanza si no te ríes de ti mismo y de la vida”.
Agustín Ortega Cabrera, es trabajador social y doctor en Ciencias Sociales (Departamento de Psicología y Sociología). Asimismo ha realizado los estudios de Filosofía y Teología, doctor en Humanidades y Teología. Profesor e investigador de
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=239087
No hay comentarios:
Publicar un comentario