Sobre el
brutal ataque a Siria
14 de abril de 2018
Estados Unidos, Inglaterra y Francia atacaron a
Siria en una operación mediática destinada a sus propios países y demostraron
debilidad extrema. Rusia no tuvo problemas en la ONU para demostrar que los
atacantes violaron abiertamente la legalidad internacional y ahora aparece como
la defensora de la paz y del sistema internacional mientras refuerza su base
naval en el norte sirio y también su base aérea en Lattakia. Opinión | Por Guillermo Almeyra.
Todos los
especialistas militares franceses e ingleses dicen que los sirios y Moscú
sabían desde hace más de una semana por las vociferaciones de Trump que habría
un ataque y, por lo tanto, si el gobierno sirio tiene armas químicas tuvo más
que tiempo para sacarlas de los blancos que fueron bombardeados. La ministra de
Ejército francesa declaró -y la TV oficial francesa retoma sus palabras- que
avisaron a los rusos qué y cuándo iban a bombardear para que no hubieran
víctimas de esa nacionalidad. Por supuesto, Moscú informó a su vez a los
sirios. Por eso no hubo pérdidas humanas y Damasco y Assad aparecen lo más
tranquilos. Por eso también Putin no destruyó en el aire con cohetes rusos,
como había dicho, los pocos cohetes que mandaban los imperialistas occidentales
pour la gallerie.
Después del
“¡agárrenme que lo mato!” de Trump, todo termina en una estúpida y
peligrosísima operación mediática que blanquea y hace aparecer como víctima y
paladín de la soberanía nacional al asesino Bacher al Assad (que, dicho sea de
paso, no necesitaba tirar bombas químicas en una zona que sus tropas ya
controlaban).
El ataque coincide con
la presencia en Siria de inspectores internacionales que verificarán si ese
país utiliza o no armas prohibidas, lo cual quita ulterior credibilidad a los
imperialistas occidentales, que tienen en su historia la trata de negros, que
costó millones de vidas, y el colonialismo en África y Asia que costó decenas
de millones (sólo la guerra del opio en China con sus secuelas sociales y la
lucha de Francia contra la independencia argelina costaron casi cuarenta
millones).
EEUU y sus perros falderos bombardean a quien
está ganando la guerra contra el Estado Islámico y, por lo tanto, como aliados
del terrorismo que dicen combatir.
El Napoleón III de
opereta enfrenta una movilización dura y creciente de obreros, estudiantes,
funcionarios, ecologistas, motociclistas, jubilados, habitantes de Mayotte
marcada por marchas multitudinarias y enfrentamientos de igual a igual con la policía. Por eso
Macron se inclina a la derecha, busca acuerdos con la Iglesia rancia
tradicional, refuerza su política antiinmigrantes y se lanza a esta payasada en
la que pretende mostrar músculos que no tiene.
La May, por su parte,
ve crecer el apoyo al partido Laborista y el repudio al Brexit y también
necesita un diversivo bélico y la guerra fría, para intentar lo que logró la
Thatcher en la guerra de las Malvinas: un apoyo patriótico de los reaccionarios
imbéciles.
Por último Trump, cuyo
abogado personal está siendo interrogado y que tiene problemas con actrices
porno en su propio gabinete y su propio partido, se disfraza de matamoros y
blande armas que no quiere ni puede usar.
Pero el mundo sigue al
borde del desastre si algún cálculo de estos aprendices de brujo resulta
equivocado.
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article16409
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