Universidad
transgénica
Los sponsors de la Facultad
de la Agronomía de la
UBA
18 de abril de 2018
Por Darío Aranda
lavaca.org
“Agronegocio” es una palabra nueva, y una forma de entender el campo. Resume una definición (el agro como un negocio), conlleva una acción (producir commodities) y tiene un objetivo claro: mayor rentabilidad. “Agronegocio” es el término acuñado por las multinacionales del sector, promovido por grandes
Prontuarios cruzados
La Facultad
de la Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba) cuenta con el
“Programa de Agronegocio”, a cargo de Fernando Vilella. Está dividido en el
“departamento de Bioeconomía, Políticas Públicas y Prospectiva” y el
departamento de “Instituciones, Organizaciones y Estrategia”, a cargo de
Sebastián Senesi, que también es director de la maestría en agronegocios.En la página de internet del área de agronegocios de la facultad pública se destaca “empresas y organismos que han confiado en nuestro equipo”. Figura un subtítulo “red empresarial” y aparece un listado de 66 empresas. Entre ellas: Bayer, Basf, Bioceres, Biogénesis, Cargill, Centro de Exportadores de Cereales, Don Mario, Dow, IRSA, Los Grobo, Louis Dreyfus, Monsanto, Nidera, Syngenta, Techint. En la “red institucional” (que también son empresas o cámaras que nuclean a compañías): Aacrea (Asociación de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola), Aapresid (Asociación de Productores de Siembra Directa), Acsoja (empresarios del cultivo), ASA (Asociación de Semilleros), Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Bolsa de Comercio de Rosario, Carbio (compañías de biocombustibles), Casafe (empresas de agrotóxicos), Ciara (grandes compañías de exportadores y aceiteros), Expoagro (feria del agronegocio de Clarín y La Nación).
El área de agronegocios tiene entre sus ejes de enseñanza: plan de
negocios y análisis de competitividad, desarrollo y promoción de productos,
marketing y comunicación estratégica, negocios agroalimentarios, teoría del
lobby.
Vilella (a
cargo del Programa de Agronegocio) tiene 63 años, es ingeniero agrónomo y fue
decano de la Fauba entre 1998 y 2006. Se presenta formalmente como “director
del departamento de bioeconomía, políticas públicas y prospectiva” y profesor
titular de la cátedra de agronegocios. Férreo defensor del agronegocio, no
encuentra contradicción en que la universidad pública trabaje con o para el
sector privado. Fue subsecretario de Asuntos Agrarios en Buenos Aires
(2007-2008, gestión Daniel Scioli).El agronegocio no diferencia partidos políticos. Vilella se sumó a Cambiemos en Buenos Aires junto al ministro de Agroindustria, Leonardo Sarquís (ex gerente de Monsanto), para crear el “observatorio de bioeconomía y datos estratégicos”. En la Fauba amplía que es “asesor” de
Es miembro de la comisión directiva de Maizar (Asociación Maíz y Sorgo Argentino), donde confluyen todas las grandes empresas del agronegocio: Monsanto, Basf, Dow, Nidera, Bayer, Syngenta, Casafe, Aapresid.
Entre sus últimas iniciativas, desde 2014, está la realización de “simposios internacionales”, en el marco y con el sello de
Su discurso recurrente es el mismo que publicitan las empresas: que se necesita más producción (con transgénicos y agroquímicos) para calmar el hambre del mundo. Mito desmentido incluso por la FAO (organismo de Naciones Unidas para la alimentación, que no suele ser crítico al agronegocio).
Sebastián Senesi (del Departamento de Instituciones, Organizaciones y Estrategia) tiene 45 años. Su escuela primaria fue en el selecto Saint Brendan’s College (de origen irlandés); luego concurrió al también exclusivo Nacional Buenos Aires y se recibió de agrónomo en
Giro empresario
El
Departamento de Senesi tiene una decena de convenios con empresas transgénicas.
Son “confidenciales”. En MU 117 (noviembre 2017) se publicaron dos. El expediente
número 20694/2015 es entre la Fauba y
Los temas tratados fueron “economía y estrategia en los
agronegocios”, “producción, sustentabilidad y negocios”, “marketing y
comunicación”, “evaluación de proyectos y riesgo empresario”, “negocios de
commodities”, entre otros.
La cláusula quinta del convenio señala que los empleados de Bayer
acceden “al certificado de postgrado en alta dirección en agronegocios y
alimentos, emitidos por la Fauba”.
El contrato
precisa una duración de doce meses. El punto 11 del convenio explicita el
perfil más mercantil de la universidad pública: “La Facultad tendrá en todo
momento la plena y exclusiva responsabilidad por la conducción de su negocio,
actuando como empresa independiente, por su cuenta y riesgo. La Facultad deja
expresamente establecido que la actividad que desarrollará constituye una de
las actividades normales y específicas de su giro empresario y que es dador y
responsable del trabajo a realizar por los empleados”.Sebastián Senesi estuvo a cargo de otro convenio con Bayer (número 21103/2014), por 400.000 pesos para “realizar un programa de capacitación ejecutiva en alta dirección en el área de agronegocios y alimentos”. La duración fue de doce meses y los honorarios fueron por 100 horas de clase, viáticos de profesores y la coordinación del programa de agronegocios.
En dos convenios en los que Senesi aparece como responsable, Bayer pagó 930 pesos.
Lavado de cara
“Producción
agropecuaria, salud y ambiente”, fue el nombre de la jornada que organizó la
Fauba el 5 de diciembre de 2017. La única mirada crítica de los disertantes
provino de Lilian Corra, directora de la carrera de Médico Especialista en
Salud y Ambiente de la Facultad de Medicina de la UBA. “La exposición a
plaguicidas puede afectar negativamente el desarrollo de los seres humanos: si
es grave, puede terminar con un embarazo o llevar a un desarrollo inviable a
semanas de la concepción o afectar el desarrollo de órganos fundamentales para
la vida como el cerebro. A los médicos nos preocupan en particular los efectos
negativos sobre la fertilidad y sobre el coeficiente y las funciones
intelectuales como la memoria, el aprendizaje y
Aunque en la Facultad de Agronomía existen docentes de larga
trayectoria en el estudio de las consecuencias de los agrotóxicos, y que además
trabajan junto a comunidades afectadas, las autoridades de la Facultad
eligieron otro perfil de disertantes.
“La
agricultura extensiva argentina y sus desafíos”, fue el título de la ponencia
de Emilio Satorre, profesor de la Cátedra de Cerealicultura de la Fauba.
“Estamos en el final de la segunda revolución de las pampas y en la
construcción de una tercera etapa. Van a convivir muchos modelos. Habrá que
incluir a la sociedad en las decisiones y aplicar los principios ecológicos
para hacer una agricultura entendiendo la naturaleza”, propuso.En el auditorio sonreían los estudiantes críticos (y más de un docente). Luego de veinte años de modelo transgénico y con uso masivo de agrotóxicos, desalojos masivos y cientos de pueblos fumigados organizados, desde la academia anuncian que “habrá que incluir a la sociedad”.
Satorre es también coordinador académico de “investigación y
desarrollo” de Aacrea (Asociación Argentina de Consorcios Regionales de
Experimentación Agrícola), entidad de productores y empresarios que impulsan el
modelo de agronegocio.
“Muchos
productores nos dicen que sólo quieren usar insumos de banda verde, es decir,
con bajos niveles de toxicidad. Es una actitud que hay que felicitar”, festejó
Satorre. Prometió que en los próximos años bajaría la cantidad de
“fitosanitarios” y los vinculó a una agricultura en base a “sensores, robótica
y satélites”.Roberto Fernández Aldúncin es profesor de la Cátedra de Ecología de la Fauba y es investigador del Instituto de Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas vinculadas a la Agricultura (Ifeva), reconocido espacio de la Facultad por sus vinculaciones con las empresas del agronegocio. Evaluó que existen motivos “racionales” y “emotivos” al momento de referirse a los agroquímicos. Contó una experiencia de “investigación participativa” en Entre Ríos donde se estimaron concentraciones de glifosato en agua y se acordaron prácticas de “bajo impacto ambiental”.
“Los que pensaban que no había ningún problema, vieron que eso no era así. Los que pensaban que el problema era terrible, vieron que no era para tanto”, argumentó.
La soja transgénica se aprobó en 1996. Previamente ya se utilizaban agrotóxicos. Pero el uso del glifosato, pilar del modelo sojero, aumentó de forma geométrica: casi 200 millones de litros por año. Nacieron organizaciones y asambleas de pueblos fumigados, cientos de denuncias, decenas de fallos judiciales, un centenar de publicaciones científicas de universidades públicas (UBA, Litoral, Río Cuarto, La Plata, entre otras). Pero en la jornada de la Fauba sobre “salud y ambiente” no se cuestionó el modelo agropecuario reinante.
Aldúncin asumió en marzo como “secretario de investigación y posgrado” en la nueva gestión de la Facultad.
La agrupación estudiantil Abriendo Caminos presenció e incluso
grabó parte de las exposiciones. Resumieron: “La jornada apareció luego de
muchos cuestionamientos que pusieron el foco sobre los lazos de la Facultad, y
decidieron abrir el paraguas, sin colocarse en alguno de los dos lados de la
vereda, aunque eso es exactamente lo que las autoridades hacen al impulsar los
convenios con las empresas de agroquímicos y con los grandes productores. De un
lado quedaron los defensores del modelo y por el otro lado fue contundente la
participación de la
doctora Corra , que con mucho rigor científico abordó el
problema de la exposición crónica a bajas concentraciones, la exposición desde
la concepción, la realidad de los trabajadores rurales y de las escuelas
agrotécnicas”.
Doble agente
De la charla
en la Facultad de Agronomía también participó Edda Villaamil Lepori, de la
Cátedra de Toxicología y Química Legal de la Facultad de Farmacia y Bioquímica
de
La Asamblea por la Protección de la Vida, la Salud y el Ambiente
de Pergamino denunció en 2016
a Villaamil por manipular información y mentirle a los
vecinos en un “estudio” que realizó junto al Municipio de Pergamino, y con el
director ejecutivo del Instituto de Ética Legal de la Facultad de Agronomía,
Jorge Elustondo, quién además había anunciado que contaban específicamente con
el apoyo del ministro de ciencia, Lino Barañao, y de las autoridades del
Ministerio de Agricultura de Nación. Explicaron que tomarían muestras de suelo,
agua, y analizarían sangre y orina de la población.
Nunca se entregaron los estudios completos a la población y tampoco explicaron que el análisis presentados eran por intoxicaciones agudas (que se producen en el momento de la manipulación) y no para afectaciones crónicas (prolongadas en el tiempo), para lo cual debieran hacerse pruebas genéticas. Nunca se entregaron los estudios de orina, donde es más factible encontrar glifosato.
El principal referente en la firma del convenio fue Eduardo Pagano, que figuraba como “investigador responsable”. Es uno de los referente del agronegocio de la UBA, ex vicedecano de la Facultad de Agronomía y desde su cátedra en la universidad trabajó junto a
Villaamil Lepori también tiene relación con el Instituto Internacional de Ciencias de la Vida (ILSI), que cuenta entre sus socios directos a las multinacionales de agroquímicos y transgénicos Bayer, Dow Agro Sciences, Syngenta y Monsanto. Villaamil Lepori es integrante de la Subcomisión de Fitosanitarios de ILSI.
Sobre el “estudio” en Pergamino reconoció (un año después de presentarlo) que en las muestras de sangre no buscaron glifosato, atrazina ni 2-4-D (los químicos más utilizados en la actualidad) y confesó que no hicieron los análisis en orina que habían prometido a la población.
No se puede encontrar lo que no se busca.
El estudio en Pergamino no buscó los químicos más utilizados en el agro actual. Pero su referente, Edda Villaamil Lepori, lo utiliza como referencia para minimizar el impacto de los agroquímicos. Y lo hace en
Una mancha más
La Fauba
también cuenta con En marzo pasado asumieron nuevas autoridades. La noticia fue que “por primera vez dos mujeres estarán al frente” de
El currículum de Kantolic exhibe publicaciones y congresos junto a las empresas de agronegocio Bayer, DuPnt, Dow AgroSciences, Nidera, Syngenta, Aacrea, Aapresid.
Ante el contexto proagronegocio de la Fauba, un grupo de docentes autoconvocados solicitó anular el convenio con
El mismo grupo de docentes organizó una charla para debatir la
vinculación con las empresas. “Universidad y Sociedad. Convenios ¿con quién y
para quién”. Será el 27 de abril a las 13. Participarán Gustavo
Schrauf (ex secretario de relaciones institucionales de la Fauba), Guillermo
Folguera (biólogo y filósofo, investigador de la UBA-Conicet), Luis Tiscornia
(secretario general de Conadu Histórica) y este periodista.
La jornada será abierta por las autoridades de
Aapresid y por la flamante decana de la Fauba, Marcela Edith Gally. El afiche
que se difunde en el sitio de la Facultad muestra juntos los logos de Aapresid
y la Fauba. Y
destacado, con signos de exclamación: “¡Agendalo. Te esperamos en el aula de
Agronegocios!”.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=240466
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