La semana donde más se habló de
Supremacía Blanca en Estados Unidos
21
de agosto de 2017
En un lapso de 7 días hubo
manifestaciones neonazis para proteger una estatua que homenajea a un general
que defendió la esclavitud, enfrentamientos en la calle entre antifascistas y
supremacistas blancos, un joven nazi que mató a una mujer en una manifestación,
todos los medios de comunicación y
la sociedad hablando sobre supremacía blanca, actos de repudio en decenas de
ciudades y Donald Trump que al no ser contundente con el rechazo de los hechos
terroristas producidos por los racistas, se ganó el aislamiento por parte de
diversos sectores políticos y económicos de Estados Unidos, además del enojo de
gran parte de la sociedad.
Por Lorena Mansilla desde EEUU para
ANRed
Los hechos
El viernes 11 de
agosto, miles de neonazis, miembros del Ku Klux Klan y otros nacionalistas
blancos hicieron un acto en Charlottesville, Virginia donde la consigna fue
Unite the Right (Unir a la derecha). Mientras marchaban con antorchas de fuego,
se escuchaban. En un lapso de 7 días hubo manifestaciones neonazis para
proteger una estatua que homenajea a un general que defendió la esclavitud, enfrentamientos
en la calle entre antifascistas y supremacistas blancos, un joven nazi que mató
a una mujer en una manifestación, todos los medios
de comunicación y la sociedad hablando sobre supremacía blanca, actos de
repudio en decenas de ciudades y Donald Trump que al no ser contundente con el
rechazo de los hechos terroristas producidos por los racistas, se ganó el
aislamiento por parte de diversos sectores políticos y económicos de Estados
Unidos, además del enojo de gran parte de la sociedad.
Los cánticos que
decían: “No nos reemplazaran” y “La vida de los blancos importan”. Este evento
se realizó en esa ciudad debido a que el municipio local anunció que quitará la
estatua de Robert E. Lee, General del Ejército de los Estados Confederados en
la guerra civil estadounidense, de un parque central.
El sábado 12 de agosto, miles de manifestantes en contra de la supremacía blanca, entre ellos el grupo Black Lives Matter (La Vida de lxs Negrxs Importa), el movimiento antifascista conocido como Antifa y otros activistas en contra del racismo, también salieron a la calle, pero a repudiar el acto de Unite the Right. Ambas columnas se cruzaron en el parque donde está la estatua de Robert E. Lee. Los blancos racistas, que también eran miles, portaban banderas nazis, rifles y pistolas como símbolos para amedrentar. Hubo confrontación cuerpo a cuerpo y la policía jamás intervino.
El sábado 12 de agosto, miles de manifestantes en contra de la supremacía blanca, entre ellos el grupo Black Lives Matter (La Vida de lxs Negrxs Importa), el movimiento antifascista conocido como Antifa y otros activistas en contra del racismo, también salieron a la calle, pero a repudiar el acto de Unite the Right. Ambas columnas se cruzaron en el parque donde está la estatua de Robert E. Lee. Los blancos racistas, que también eran miles, portaban banderas nazis, rifles y pistolas como símbolos para amedrentar. Hubo confrontación cuerpo a cuerpo y la policía jamás intervino.
A las 13:45 hs. de la
tarde, un joven nazi de 20 años llamado James Alex Fields, se dirigió con su
vehículo con la intención de derribar a los manifestantes en contra de la
supremacía blanca y mató a Heather Heyer, una activista de los derechos humanos
de 31 años e hirió a 19 personas más, muchos de gravedad. Este hecho hizo que
la opinión popular y numerosos sectores políticos, incluso los más conservadores
como el Partido Republicano, estén repudiando la supremacía blanca. Nadie
quiere estar “pegado” a esa ideología, pero el único que todavía no fue claro
en su repudio de los hechos fue el Presidente Donald Trump.
El
apoyo de la supremacía blanca hacia Trump
Como se había
reflexionado en análisis anteriores y en publicaciones en ANRed tales como:Ganó el odio: Las primeras repercusiones tras el triunfo de
Trump el hecho de que Trump
llega a la presidencia de EEUU, hizo que este sector racista se envalentonara y
salga a mostrarse públicamente como no se veía en años. David Duke, ex líder
del KKK, es moneda corriente en los medios
de comunicación, ya que se lo cita constantemente. Duke, es uno de los
supremacistas blancos que apoyó a Donald Trump. En una entrevista dijo: “Hace cosas buenas y otras
con las que no estamos de acuerdo, pero sí nos identificamos con Trump, no
específicamente por el hombre sino por el significado, los principios”.
Públicamente
esta semana agradeció a Trump por su “honestidad
y coraje en decir la verdad”, refiriéndose
a la declaración que hizo el presidente, donde afirma que la violencia
producida el 12 de agosto donde murió Heather Heyer, fue de “ambos bandos”. En
algo tiene razón Duke cuando dice: “Fue
el apabullante voto blanco el que lo colocó en la Casa Blanca ”.
La
excusa de la historia ya no tiene sostén
La estatua de Robert
E. Lee en Charlottesville, Virginia, no es la única estatua que honra los Estado
Confederados en el país. Hay cientos de homenajes que, obviamente, lo hicieron
luego de la Guerra Civil
de Estados Unidos. Recordemos que La Confederación fue un grupo de 11 Estados
del Sur de EEUU que decidió separarse para mantener la esclavitud legal. Esta
secesión condujo a la guerra civil donde el Norte se impuso sobre el Sur y
finalmente se pudo abolir la esclavitud en toda la región. Es
indudable que la riqueza y los cimientos de este país se lograron por la mano
de obra esclava negra.
Tras la victoria de
derechos de la comunidad negra, más estatuas de líderes confederados se
alzaron. Como por ejemplo en los 50, cuando se eliminó la segregación racial en
las escuelas, o en los 60, cuando tomó más fuerza el movimiento de derechos
civiles. Es evidente que estos símbolos son insignias de querer mantener el
privilegio y la “superioridad blanca”.
Se denomina al racismo
sistemático en los Estados Unidos con el nombre de supremacía blanca, porque la
sociedad entiende que es más fuerte, específico y directo que simplemente decir
racista, ya que identifica que los blancos se entienden como superiores al
resto de la gente y pelean por mantener ese privilegio que, más allá de las
luchas y triunfos a favor de los derechos civiles de todxs, los blancos siguen teniendo.
El argumento de los
que sostienen estos homenajes como bustos, banderas confederadas, estatuas o
placas, es que si las sacan, se estaría borrando una parte de la historia de
este país que representa la blanquitud sureña. El mismo Trump ahora salió con
declaraciones de esta índole en Twitter diciendo: “Es triste ver la historia y la
cultura de nuestro gran país siendo destrozadas con el retiro de nuestras
hermosas estatuas y monumentos”.
Los hechos ocurridos
el 12 de agosto hizo que este argumento de “la historia” quede nulo. La gente
en estos días entendió lo que significan y lo que puede llegar a suceder por
defender estos símbolos racistas.
Soltada
de manos para Trump
El presidente de los
Estados Unidos, de manera difusa se pronunció en contra de los supremacistas
blancos. Sólo atino a decir frases como, “Es
un conflicto que no es de ahora”, o
que hubo “violencia de ambos
lados”. En una de sus
conferencias de prensa dijo que“muchos de los que estaban con los nazis ése
fin de semana eran buenas personas y que no todos eran supremacistas blancos”.
Para muchos, esa declaración fue escandalosa. Sin más,varios grupos le soltaron la mano. Los republicanos, que se arrepienten
cada día más en haber apoyado a Trump, enseguida salieron a condenar a los
neonazis y nacionalistas blancos. Hasta los ex presidentes Bush, que han
desatado la cacería a todo lo que esté involucrado con Medio Oriente, tuvieron
el descaro de salir con un comunicado diciendo:“Estados Unidos siempre debe
rechazar la intolerancia racial, el antisemitismo y el odio en todas sus
formas”
Los líderes
corporativos que asesoraban a Trump en la Casa Blanca , como
representantes de las empresas 3M, Campbell Soup Company y el laboratorio
farmacéutico Merk, entre otros, se han ido de a uno. Es que no quieren quedar
“pegados” a este gobierno que no repudió este atentado terrorista. Como un
niño, Donald Trump, respondió en su Twitter: “En
lugar de presionar a los empresarios del Consejo Manufacturero y del Foro de
Estrategia y Política, voy a ponerles fin a ambos. ¡Gracias a todos!”.
Por otro lado, hay que
destacar que muchos nacionalistas y conservadores que alaban las fuerzas
armadas estadounidenses, tienen un sentimiento anti neonazi. Ellos, como
armada, han peleado contra el nazismo en la segunda guerra mundial e impedirán
que los nazis tengan poder en Estados Unidos. Para dar un ejemplo, El jefe del
Departamento de Asuntos de Veteranos, David Shulkin, dijo: “Me estoy expresando y estoy dando
mi opinión personal como estadounidense y como judío estadounidense. Y para mí
en particular, creo que al aprender historia sabemos que quedarse en silencio
sobre estos temas simplemente no es aceptable (... ) no voy a tolerar en modo
alguno el comportamiento o las creencias de los nazis o de los supremacistas
blancos. Esto es una afrenta a los ideales estadounidenses, esto es una afrenta
a la civilización”.
En el congreso, los
bloques de Asiáticos, Hispanos, Afroestadounidense y Progresistas estuvieron
esta semana pidiendo la cabeza de los principales asesores de Trump, Sebastian Gorka, Steve Bannon y Stephen Miller por
ser parte y promotores de la supremacía blanca. Ellos dijeron: “Nos preocupa profundamente
que su continua influencia en la política estadounidense aliente y apruebe de
forma tácita el extremismo ideológico que conduce a los supremacistas blancos a
propagar la violencia y el odio”.
Esta semana, Steve
Bannon, que llegó a la
Casa Blanca tras haber sido el operador de la campaña
electoral de Trump para acomodarse luego en el puesto de Jefe de Estrategia, fue
sacado del Gobierno. Las fuentes oficiales dicen que fue de común acuerdo y que
Bannon ya tenía presentada su renuncia el 7 de agosto. Pero se rumorea que
Trump estaba furioso con su estratega debido a unas declaraciones en un medio,
donde Bannon creía que eran off the record y criticó a colegas de la Casa Blanca y
especificó que tenía grandes diferencias con Trump sobre cómo se estaba
posicionando ante Corea del Norte. También se puede analizar como una rápida
lavada de cara de parte del gobierno.
Antifa,
los únicos héroes en este lío
Los antifa, que es el
movimiento antifascista, son los que pelearon
en la calle contra los neonazis desde siempre, y en estos días, no es la excepción. El
escritor y activista Mark Bray reflexionó en una entrevista dada en Democracy
Now diciendo: “Si uno no cree
apropiado enfrentarse físicamente y estar enfrente de los neonazis que están
tratando de organizarse para otro genocidio, ¿lo hará cuando haya un muerto,
una docena de muertos? ¿Lo hará una vez que ya están en el poder? ¿En qué
momento se dice “basta”? ¿Cuándo se renuncia a la noción liberal de que lo que
tenemos que hacer es esencialmente crear algún tipo de régimen de derechos que
permita a los neonazis y sus víctimas coexistir ”pacíficamente”? Hay que
reconocer que los neonazis no quieren eso y que también los antifascistas
tienen razón al no mirarlo a través de ese lente liberal, sino viendo al
fascismo no como una opinión que necesita ser respondida respetuosamente, sino
como un enemigo de la humanidad que necesita ser detenido por cualquier medio
necesario”.
Para tener en cuenta,
la madre de Heather Heyer recordó con mucho amor a su hija y su activismo por
los derechos de todas las personas y dijo: “Si
no están enojados, es que no están prestando atención”.
Fuentes:
Democracy
now
The Guardian
The Guardian
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article14833
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