La ley de la burguesía rentista
17 de agosto de 2017
Por Raúl Prada
Alcoreza (Rebelión)
Con gran algarabía de las burguesías [1] comprometidas en la
destrucción del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure (TIPNIS),
se promulga la ley que se nombra como de Protección, de Desarrollo Integral y sustentable
del TIPNIS, Ley 969. El presidente Evo Morales promulgó la Ley 969, que levanta
la intangibilidad sobre el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure
en un coliseo colmado de dirigentes de diferentes organizaciones de Beni [2]. Con esta promulgación el gobierno extractivista, del modelo colonial del capitalismo
dependiente, cree resolver el conflicto del TIPNIS, con un golpe jurídico-político, que vulnera
la Constitución y viola los derechos de las naciones y pueblos indígenas,
consagrados en la Constitución. Cuando lo lo único que ha hecho es abrir una nueva fase del conflicto [3].
El gobernador del departamento del Beni ha dicho que los que se
oponen a la construcción de la carretera se oponen al “desarrollo” del Beni; el
presidente declara enemigos del Beni a los que se oponen a la carretera. Ambas
declaraciones corresponden a desgastados discursos del chantaje chauvinista. Ambos
hablan de “desarrollo”, que conciben como buenos comerciantes, como expansión del
mercado y del consumo; la apertura de carreteras para el transporte de
mercancías; además de considerar que las carreteras “integran” al país,
especialmente ésta, la que atraviesa el bosque del TIPNIS. Esta concepción del
“desarrollo”, mas bien, reducida al antiguo mercantilismo,
escuela rebasada por la economía
política, es la que prepondera en los discursos,
en el escenario montado para la promulgación de la
ley, que levanta la intangibilidad del TIPNIS; la que prepondera en los
“argumentos” – si podemos hablar de argumentos cuando se trata de consignas mal
aprendidas – de la masa elocuente de llkunk’us.
El discurso del “desarrollo” ya es harto conocido en Bolivia, en América Latina y en el mundo. Es el discurso impuesto por la hiper-potencia emergente de la segunda guerra mundial, como estilo de hegemonía. Este mismo discurso que se usa para, disque, interpelar al “imperialismo”; usando un estilo discursivo y de proyecto hegemónico elaborado por este imperialismo. Las incongruencias saltan a la vista y al oído. Empero, esto es lo que menos les sobresalta a los voceros del “desarrollismo” en la etapa tardía del capitalismo y la modernidad, la etapa de la decadencia, de la que forman parte. Lo que menos les interesa es la coherencia lógica, la consecuencia política, menos la lucha efectiva contra el imperialismo real. Lo que les interesa es el teatro político, la simulación y la proliferación de las apariencias. Disfrazados de “revolucionarios” han destruido la reciente revolución que hizo el pueblo boliviano. Son el mejor instrumento de la dominación mundial del sistema-mundo capitalista, pues destruyen más eficazmente que los neoliberales, liberales y conservadores, las capacidades de lucha del pueblo; debido a que se presentan como “revolucionarios”, y accionan como demoledores y sepultureros de la revolución. Despiertan todos los prejuicios ateridos en las subjetividades populares, el mito patriarcal, el mito del mesías, el mito de la obediencia sin crítica, la fe; desatan los machismos ateridos, los conservadurismos recalcitrantes;además de servir de instrumento eficaz a la continuidad de la dependencia, por la vía del modelo colonial extractivista.
Lo que llama la atención es que haya gente que crea que éstos sean revolucionarios, sobre todo, los intelectuales apologistas [5]. Se entiende que la masa elocuente de llunk’us lo crea; no tienen otra idea y otra imagen de lo que es ser “revolucionario”. Consideran, por analogías, pues antes siguieron a otros caudillos, no necesariamente populistas, que se trata del líder, nada más. Se entiende que la otra masa, menor, de oportunistas, siga el juego, pues de lo que se trata es de la oportunidad para situarse en el poder y preservarlo; aunque no entiendan ni la Constitución, ni el mismo discurso de su jefe. Se entiende que los dirigentes cooptados, que ya no representan a su base, ni responden a la democracia sindical, prefieran resumir la figura de “revolucionario” a lo que son; dirigentes campesinos, obreros, gremiales o barriales; por lo menos, en los rasgos populares se parecen al jefe. Eso sería lo “revolucionario”.
Lo que no se entiende que aliados y parte del gobierno, militantes
de los partidos comunistas, consideren a esta gente como “revolucionarios”. Se
puede hasta entender que se diga que se trata de alianzas transitorias con
parte de la “burguesía nacional”, la más nativa, o con sectores populares;
empero, confundir estas
figuraciones barrocas como revolucionarios, habla también
del oportunismo descarnado de estos militantes
comunistas.
No se entiende todo esto, estos comportamientos enrevesados,
desde la perspectiva de la consecuencia
política, que sería una buena perspectiva, empero, limitada. Sin embargo,
se entienden estos comportamientos
políticos e ideológicos si los vemos desde la perspectiva mundial del fenómeno
de la simulación del sistema-mundo cultural [6].
Estos “revolucionarios” de pacotilla [7], son “revolucionarios” en la narrativa oficial; son “revolucionarios” porque están ungidos por ese símbolo estatalmente. Son “revolucionarios” porque así aparecen en la narrativa estatal difundida en la propaganda y publicidad; que por cierto, no tiene calidad literaria. Lo que importa es esto; no si son o no son realmente. Este no es el dilema, en la era de la simulación; en esta era el dilema desaparecer o no aparecer en los
Ciertamente, no todo puede ser teatro político; el teatro político tiene que sostenerse en alguna materialidad no teatral, en una arquitectura e infraestructura. Esta es la malla institucional del Estado-nación ocupado por los gobernantes, la forma de gubernamentalidad clientelar. Aunque le den otros nombres, como el de “Estado-plurinacional”, sigue siendo el mismo Estado y la misma estructura liberal, colonial, republicana. Otra realidad no teatral es lo que hace el “gobierno progresista”, lo que hace efectivamente; desnacionaliza lo nacionalizado, opta por compra de acciones que llama “nacionalizaciones”; no hace la reforma agraria, mantiene los latifundios; favorece a los grandes monopolios y a la explotación depredadora de los transgénicos, entre ellos la soya; garantiza el control sobre nuestros recursos naturales por parte de las grandes empresas trasnacionales extractivistas; ataca a las naciones y pueblos indígenas y territorios. Esto, efectivamente, es no solo continuar con el modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente, sino llevarlo más lejos, más rápido y de manera más eficaz que los anteriores gobiernos. Con lo que resulta que el “gobierno progresista” es el mejor dispositivo al servicio de la dominación mundial, al servicio del imperio.
El conflicto del TIPNIS resume o condensa los conflictos con el
“gobierno progresista”; hablamos de los conflictos sociales, también los
conflictos políticos, sobre todo, en lo que respecta a la proyección de la Constitución. Desde
un principio, el conflicto del TIPNIS delata los compromisos del gobierno con
ni siquiera una geopolítica del Estado Brasilero, que sería mucho
decir, sino con la geopolítica de la
economía política del chantaje de
empresarios que optaron por la ganancia especulativa, descartando la
ganancia lograda por la competencia.
Los gobiernos de Evo Morales Ayma y de Luiz Inácio "Lula" da Silva se
encontraban, desde un principio, enredados en la maraña de la economía política del chantaje de estas empresas. En otras palabras,
en el logro de super-ganancias por medios
especulativos y tramposos. Formaron parte, desde un principio, de un proyecto de
burbujas especulativas. Que
les dieron su parte, que en lenguaje comunicacional y jurídico llaman coima, es indudable; empero, éste
no es el asunto primordial. Siendo presidentes, no sólo forman parte de redes de corrosión institucional y de corrupción, sino de este capitalismo especulativo y
extractivista.
la transformación de las estructuras y formas de relación preponderantes en el sistema-mundo capitalista. En el ciclo de clausura de la estructura de larga duración del capitalismo vigente, cuando domina el capitalismo financiero y especulativo, la estructura del sistema-mundo predominante es precisamente la de la realización especulativa de
El “gobierno progresista” boliviano no podía eludir su compromiso
con el bloque mundial burgués;
lo que pudo hacer, es diferir su decisión y medida por construir la carretera. Esta es
la tarea de la burguesía
rentista y del Estado-nación
subalterno, que tiene que garantizar la transferencia de recursos naturales de la periferia al centro del sistema-mundo
capitalista. Desde esta perspectiva,
el interpelarlo, al “gobierno progresista”, por incoherente o incongruente, ya
no resulta adecuado, pues ¿inconsecuente con qué?, ¿incongruente con qué?
El problema de la crítica – no hablemos del “análisis político”,
pues éste cree en los discursos – es que todavía se apega a las representaciones y auto-representaciones,
atiende todavía a la ideología
autocomplaciente. La crítica para ser deconstructiva tiene que abandonar no sólo
parcialmente sino plenamente el mundo
de las representaciones; concentrarse más en el mundo efectivo, en sus acontecimientos. Sobre todo, en
las transformaciones
estructurales del mundo efectivo. Entonces, se podrá ver el mapa actualizado de los juegos de poder, la
configuración concreta, en la coyuntura, de los diagramas de fuerza y las
cartografías políticas, los entramados de la burguesía mundial, de la que
forman parte los gobernantes enriquecidos.
Ante semejante decadencia, la responsabilidad de los pueblos es ciertamente defender la vida; de manera
concreta, defender los territorios, los pueblos, los ecosistemas atacados, por
la civilización moderna,
en su etapa decadente, por
el sistema-mundo capitalista, en su etapa especulativa,
defender los derechos de los pueblos, los derechos sociales, los derechos de la
naturaleza, conquistados.
Notas
[1] Ver Gobierno de las trasnacionales
extractivistas y de la burguesía de la coca excedentaria
http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/gobierno-de-las-trasnacionales-extractivistas-y-de-la-burguesia-de-la-coca-excedentaria/.
http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/gobierno-de-las-trasnacionales-extractivistas-y-de-la-burguesia-de-la-coca-excedentaria/.
[2] Leer Evo declara enemigos de Beni a los
que se oponen a la carretera. El
Deber. Santa Cruz. http://www.eldeber.com.bo/bolivia/Evo-declara-enemigos-de-Beni-a-los-que-se-oponen-a-la-carretera-20170813-0009.html.
[3] Ver La guerra de la madre tierra I. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/la_guerra_de_la_madre_tierra_i.
[4] Ver La hiper-burguesía de la energía
fósil. https://voluntaddepotencia.wordpress.com/2017/07/19/la-hiper-burguesia-de-la-energia-fosil/.
[5] Ver La intelectualidad apologista. https://voluntaddepotencia.wordpress.com/2017/06/02/la-intelectualidad-apologista/.
[6] Ver El mundo como espectáculo. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/el_mundo_como_espect__culo.
[7] Ver
“Revolucionarios” de pacotilla. https://voluntaddepotencia.wordpress.com/2017/05/08/revolucionarios-de-pacotilla/
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=230372
No hay comentarios:
Publicar un comentario