Feministas del Abya
Yala en asamblea,
¡Todas somos migrantes del patriarcado!
14 de marzo de 2017
14 de marzo de 2017
Nosotras, feministas indígenas, comunitarias,
campesinas, populares, que habitamos el Abya Yala, estamos escribiendo juntas
una nueva historia. Desde nuestros cuerpos y territorios, nos encontramos,
luchamos juntas, hablamos en asamblea, bailamos, nos movilizamos y paramos.
Recuperamos el aporte histórico de las mujeres de Nuestra América
que contribuyeron en las conquistas de derechos, que protagonizaron luchas
fundamentales, que abrieron caminos para la organización del movimiento de
mujeres, lesbianas, tran, travestis. Luchamos por la vida, apostamos a la
emancipación de nosotras y de nuestros pueblos. Nos rebelamos frente a las
injusticias que vivimos, producto del sistema capitalista, patriarcal y
colonial. La tierra tiembla, porque un nuevo tiempo se abre a nuestro paso.
En
este proceso asambleario que venimos transitando en el contexto de los
Encuentros Nacionales de Mujeres, de las jornadas multitudinarias por Ni Una
Menos, Vivas nos queremos, tejemos nuestras historias y reflexionamos
colectivamente nuestros desafíos, nuestras iniciativas, nuestras
preocupaciones, nuestros deseos. Denunciamos las injusticias que vivimos en
este contexto de recrudecimiento de la violencia patriarcal, capitalista y
colonial. Vivimos un avance feroz del conservadurismo en el mundo, que amenaza
los derechos conquistados y obstaculiza nuestras iniciativas y demandas
históricas. Al mismo tiempo, la potencia y el protagonismo del movimiento de
mujeres, lesbianas, trans, travesti y del feminismo no deja de crecer, de
hacerse visible, de enfrentar la violencia y misoginia que vivimos.
Como
Feministas del Abya Yala somos parte de la creación de este hecho histórico que
es el Paro Internacional de Mujeres. Con alegría formamos parte de esta trama
colectiva. Estamos convencidas que la solidaridad entre nosotras nos enriquece,
nos potencia, nos fortalece. Quisiéramos aportar a los diálogos necesarios para
achicar los sectarismos, las posiciones que debilitan la fuerza que tiene
nuestro encuentro. Nuestras diferencias nacen de experiencias diversas, de cuerpos
diferentes, de historias y memoria que han hecho variados recorridos. Las
mismas no pueden ser fuente de fragmentación, sino de fuerza. Nuestro aporte es
tender puentes, contribuir a anudar las redes. Nos proponemos deconstruir la
lógica patriarcal de la competencia, del cálculo mezquino. Las feministas
podemos llevar al campo de la política nuevos modos de relacionarnos. Y lo
estamos haciendo. Lo personal es político. Nuestras relaciones se insubordinan
al mandato del enfrentamiento entre mujeres. Nuestros dolores y alegrías se
entrecruzan. Nuestras búsquedas y sueños se encuentran y nos hacen más
rebeldes, más radicales, más revolucionarias. ¡¡Todas somos migrantes!!!
Miles
de mujeres vivimos un exilio político, cultural, territorial que se ha caracterizado
por la xenofobia y la
discriminación. Miles de mujeres somos expulsadas de nuestros
territorios por las políticas extractivistas, por las guerras, por la
represión, por los golpes de estado e invasiones. Somos rechazadas en nuestros
territorios de origen, y criminalizadas en los lugares a los que llegamos.
Quedamos vulnerables, expuestas a empleos desventajosos, a salarios desiguales
e incluso a merced del crimen organizado, del narcotráfico, del comercio
sexual, de las redes de trata de personas y de prostitución. Las nuevas
legislaciones racistas nos criminalizan. También somos, como dicen las
feministas comunitarias bolivianas, migrantes del patriarcado. Expulsadas del
territorio del poder patriarcal, no queremos regresar a él. Pero necesitamos crear
espacios y tiempos donde nuestros cuerpos y vidas no estén constantemente
amenazados. Por eso, esta Asamblea de Feministas del Abya Yala buscar aportar a
la invención de esos territorios antipatriarcales, comunitarios, de poder de
las mujeres, lesbianas, trans, travestis, haciendo nuestra la historia.
Nuestro
Abya Yala duele cuando pensamos en los rostros de las mujeres que
cotidianamente son víctimas de feminicidios políticos por defender sus ríos,
sus bosques, sus semillas, sus culturas, sus saberes. Duele cuando nos
criminalizan a las mujeres por defender la vida y denunciar los impactos del
extractivismo, el agronegocio, la minería, y todos aquellos proyectos que
atentan contra la soberanía de nuestros territorios y de nuestros cuerpos.
Nuestro
Abya Yala no deja de mostrarnos que nuestros cuerpos son los primeros en ser
expropiados por la violencia colonial, patriarcal y capitalista. La violencia
sexual no cesa, las prácticas de empalamiento, las violaciones colectivas, la
tortura sexual son prácticas que se intensifican.
El
capitalismo transnacional recoloniza el continente a través de la violencia
extrema. Su poder está asentado en el militarismo, en el control de los
cuerpos, y en la impunidad de la violencia machista, debido a la complicidad de
las fuerzas de inseguridad y los tribunales. Ha aumentado sobre nosotras la
presión, pues tanto el Estado como las transnacionales han profundizado el afán
extractivista a través de los agronegocios y la megaminería contaminante.
Cuentan para ello no sólo con los sicarios de los aparatos privados de
seguridad, sino con los Estados y sus militares y paramilitares, para perseguir
y reprimir a las activistas, tal como lo sabemos por el asesinato de Berta
Cáceres y Margarita Murillo en Honduras, de Laura Leonor Vasquez Pineda en
Guatemala, de Bety Cariño y Nadia Vera en México, de Nataly Salas Ruiz, Yaneth
Calvache, Emilsen Manyoma, Ruth Alicia Lopez Guisao, Yornas Isabel Bernal,
Maricela Tombé, y Luz Angela Anzola Tejedor -asesinadas durante el proceso de
paz en Colombia, de Macarena Valdés en Chile, de Diana Sacayan y Pepa Gaitán en
Argentina, y de tantas otras hermanas de todos los pueblos del Abya Yala que
han sido brutalmente violentadas, violadas, asesinadas, que viven amenazadas,
como Máxima Acuña en Perú o sufren la prisión, como la joven Fabiana Braga ,
militante del Movimiento Sin Tierra de Brasil. Para todas ellas exigimos
justicia. ¡Basta de impunidad. ¡Libertad a Fabiana y a todas las presas
políticas! ¡Ni una menos! ¡Vivas y libres nos queremos!
En
nuestro Abya Yala nos enfrentamos a la falta de acceso a la educación, a la
salud, a la justicia, al empleo, a la posibilidad de igual pago en igualdad de
condiciones. La mortalidad de mujeres gestantes es alarmante, y el embarazo no
deseado persiste en el tiempo. Se consolidan políticas conservadoras que nos
impiden decidir sobre nuestros cuerpos.
Denunciamos
especialmente el retroceso en muchos países en el ejercicio de nuestros
derechos sexuales y reproductivos y las políticas de prohibición absoluta del
aborto en los estados femicidas de El Salvador, Nicaragua, República
Dominicana, Honduras, Haití y Surinam, los únicos 6 países en América Latina
con prohibición absoluta del aborto, responsables de las muertes y graves
violaciones al derecho a la salud de cientos de niñas y mujeres en sus
territorios.
Las
feministas del Abya Yala abrazamos el proceso de paz con justicia en Colombia,
a las que enfrentan las amenazas golpistas y desestabilizadoras en Venezuela, a
las que cuidan y defienden su revolución en Cuba, a las que en todos los
rincones del Abya Yala, hacen comunidad, sanan cuerpos y territorios, y crean
poder popular.
Somos
territorio. Somos cuerpos en movimiento. Somos lucha y alegría. Somos
feministas en revolución.
Asamblea de Feministas del Abya Yala
Fuente:
http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Feministas_del_Abya_Yala_en_asamblea_!Todas_somos_migrantes_del_patriarcado
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