El clan Rockefeller y su influencia capitalista
en Argentina
27 de marzo de 2017
27 de marzo de 2017
Por Gerardo Leclerc
El pasado 20 de marzo a los 101 años de
edad falleció David Rockefeller, un ícono del capitalismo moderno y una de las
figuras más influyentes de Norteamérica y el mundo. Con su muerte desaparece el
último nieto vivo del fundador de la dinastía, Jonh Rockefeller, considerado el
estadounidense más rico de todos los tiempos y una de las personas más
acaudaladas de la historia moderna. La historia del clan Rockefeller es la
historia del capitalismo.
La carrera de David Rockefeller estuvo
marcada por su paso por el “Chase Manhattan Bank”, (CMB), institución bancaria
estrechamente vinculada a su familia y cuya expansión internacional lideró en
los años 70. Además, en 1973, fue fundador de la “Comisión Trilateral ”
, entidad que aglutina a personalidades del mundo de la economía y los negocios
de las 3 principales regiones de la economía capitalista, Estados Unidos,
Europa y Japón. Dicha entidad es considerada como la predecesora del Consenso
de Washington.
Los inicios del clan Rockefeller
Jonh Rockefeller fundó en 1870 en Ohio la petrolera Standard Oil ,
y mediante acuerdos secretos con las compañías de trasporte ferroviario
consiguió un fuerte abaratamiento de los costos de transporte (a cambio de un
flujo constante de petróleo trasladado). Estos convenios, que violaban la ley
norteamericana, permitieron a los Rockefeller vender su petróleo más barato y
mandar a la quiebra a un extenso sector de pequeñas y medianas empresas,
ganando para sí el control de la industria petrolera. Se estima que en 1878 la Standard Oil controlaba
el 90% de las refinerías de petróleo del país.
A comienzos del siglo XX la empresa se
expande en forma vertiginosa. Este rápido e intenso crecimiento se da producto
de la transformación que significó para el sistema mundial la implementación de
los combustibles fósiles (con la aparición del automóvil). Volviéndose el
petróleo un eje crucial para el funcionamiento de la maquinaria capitalista.
Otro aspecto importante para comprender
su exponencial desarrollo, fueron los contratos o concesiones que la empresa Standard Oil
(o filiales) obtuvieron a nivel internacional.
Gobiernos militares o dictaduras
civiles, impuestas en su mayoría por gobiernos de los Estados Unidos, firmaban
cheques en blanco y con negociaciones que favorecían siempre al privado. Mediante
este mecanismo saquearon los recursos naturales de América Latina y el mundo en
general, demostrando la estrecha vinculación que existió (y existe), entre un
puñado de familias acaudaladas que, ligadas al poder político, hacen valer su
influencia para instalar y perpetuar un modelo de desarrollo que los beneficie
siempre.
Pero en 1911 la corte suprema de los
Estados Unidos, valiéndose de la
Ley Sherman (antimonopolios), obliga la disolución de la Standard Oil. Jonh
Rockefeller vende su parte de las acciones obteniendo grandes dividendos,
posteriormente reinvertidos en otras ramas de la producción (industria del
acero y el carbón, ferrocarriles, y lo que marcaría su futuro: el sistema
financiero). Finalmente el grupo se dividió en 34 empresas, que en la
actualidad conforman el núcleo principal de la industria petrolera de los
Estados Unidos.
La relación del clan Rockefeller con la
Argentina
Fue David quien mantuvo un diálogo
fluido y constante con nuestro país. La primera visita que realizó fue en 1945
durante la
Segunda Guerra Mundial a pedido del presidente Franklin
Delano Roosevelt. Para ese entonces David Rockefeller no era una figura
trascendental a nivel internacional, pero sí un importante hombre de negocios
en los Estados Unidos.
En 1979 y ya como titular del CMB
regresa a la Argentina, para analizar la posibilidad de realizar inversiones.
Para aquel entonces la prensa nacional lo presentó como “amigo personal del
ministro de economía Martínez de Hoz”. Ambos se conocieron en la década del 60
mientras Martínez de Hoz ocupaba un cargo en la Secretaria de Comercio
Exterior.
En noviembre de 1980 regresa a nuestro
país para asistir a una convención del CMB. Es agasajado por la dictadura
militar, se reúne con Videla, Viola y Martínez de Hoz, y expresa su deseo de
una “democracia tradicional” para la Argentina.
En 1986 regresó a una reunión del
consejo directivo de la Sociedad de las Américas. Previo a esa reunión pasó por
la ciudad de Olavarría. Junto a personalidades del ámbito político, empresarial
y sindical (tanto locales como extranjeros) compartieron una cena organizada
por la
anfitriona Amalia Lacroze de Fortabat (miembro de la
secretaría de cultura de la Sociedad de las Américas). Dato curioso, la lista
de invitados nunca se dejó conocer. Posteriores filtraciones dieron a conocer
el nombre de algunos de los invitados. A fines de ese mismo año regresa
nuevamente y se reúne con el que consideraba un amigo, el presidente Raúl
Alfonsín. En esa oportunidad se registraron marchas en la ciudad de Buenos Aires
en repudio a su presencia.
En la década del 90 visita el país en
varias oportunidades, en todas producto de las invitaciones de su amiga Amalia
Lacroze de Fortabat, fue ella misma la que propició el encuentro entre el para
entonces presidente Carlos Menem y el magnate.
El ultimo capitulo entre David
Rockefeller y la Argentina lo podemos encontrar en el acuerdo firmado por el
Estado Nacional y la
multinacional Chevron (hija de la Standard Oil )
respecto de la reserva de petróleo no convencional “Vaca Muerta”.
Como se ve, David Rockefeller fue y es
parte del capitalismo moderno. Tanto él cómo su apellido están ligados
íntimamente con el desarrollo y consolidación de un sistema basado en el
sometimiento, la opresión y la depredación de los recursos naturales
Fuente:
http://www.marcha.org.ar/el-clan-rockefeller-y-su-vinculacion-con-el-capitalismo-moderno/
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