Argentina: La ‘crisis del Senguer’,
o
un modelo que lo está secando
10 de marzo de 2017
"En esas esferas el problema es la crisis
hídrica y parecen no haber tomado nota de que lo que se manifiesta de fondo,
como lo expresan los pobladores entrevistados, son los límites del
modelo."
Por Hernán Scandizzo
A mediados de la
década de 1960 se puso en funcionamiento el primer acueducto con captaciones en
el lago Músters para abastecer, desde Sarmiento, a las ciudades chubutenses de
Comodoro Rivadavia y Rada Tilly, y más tarde fue extendido hasta la santacruceña Caleta
Olivia. En 1999 entró en servicio un nuevo acueducto, el
Jorge Carstens, para satisfacer la demanda ante el crecimiento demográfico de
las ciudades costeras, pero resultó insuficiente a una década de su puesta en
funcionamiento. Entonces se proyectó otro más, que aún no ha sido terminado.
Sin embargo, hoy el problema va más allá de la capacidad de transporte y del
estado de conservación de las cañerías, la cuenca hídrica sufrió una
considerable reducción del caudal, al punto que el lago Colhué Huapi
despareció, el Musters bajó su nivel y el río Senguer se desangra a medida que
se aleja de su nacimiento en el cordillerano lago Fontana. ¿El motivo, los
motivos…? Cada vez que surgen problemas de este tipo se disparan acusaciones en
todas direcciones. Quienes sostienen que los sarmientinos la derrochan en actividades
agropecuarias de escaso impacto económico, quienes aseguran que son los
comodorenses los que la dilapidan, también quienes señalan a las petroleras,
quienes afirman que buena parte del caudal se pierde por falta de mantenimiento
de los acueductos y de la red que llega a los hogares, quienes acusan al cambio
climático por las escasas lluvias y nevadas en la cordillera, quienes dicen que
la merma es cíclica, quienes a apuntan a las estancias que río arriba se sirven
del río y sus afluentes, quienes combinan dos o más variables. ¿Y qué dice la
cuenca del Senguer?
“Un equilibrio muy finito”
“El año pasado no pudimos hacer el tercer corte de alfalfa porque
no se pudo regar y tuve que sacar mis vacas porque no tenían pasto”, cuenta
Roxana Bermúdez, productora agropecuaria, quien junto a su marido, el
veterinario Oscar Jensen, a mediados de la década de 1980 y durante diez años
publicó el quincenario Nuestro
Sur. “Las chacras de Sarmiento se van a perder, va a dejar de ser un valle,
con gran tristeza lo digo. Hoy se le echa la
culpa al ganadero y al que está derrochando, pero no se ve todo el conjunto.Ya
vimos desaparecer el lago Colhue Huapi, el río Chico… y llevamos 120 años”, afirma, y destaca
el tiempo transcurrido desde el establecimiento de las primeras familias que
dieron origen a la localidad.
“El tema principal de Nuestro
Sur fue el agua”, se suma
Jensen. En una de las primeras tapas del quincenario plantearon la inquietud de
si Sarmiento iba a pasar a ser ‘la ciudad del lago’, en lugar de ‘ciudad de los
lagos’, como se la conoce.
Ya se manifestaban los síntomas de que algo no andaba bien en
la cuenca. “Lo escribimos hace 30 años, no por invento nuestro, nos los dijo un
sarmientino en el andar diario. Indudablemente estos
sistemas hídricos están en un equilibrio muy finito, entra a vivir el hombre, y
si a eso le sumamos el cambio climático, el resultado es esto. No hay duda de
que hay un mal uso del agua, y quizás por todos, el
usuario agrícola, el ganadero, el industrial y el uso doméstico. Y no hemos sabido encontrar los caminos para
corregirlo”, subraya.
En los años de incursiones periodísticas los editores del
quincenario organizaban visitas al lago Colhue Huapi con alumnos de las
escuelas secundarias. En esa época los chicos y los adultos que participaban se
sorprendían cuando un productor de apellido Martínez les contaba que en el río
Chico, que nacía del lago, se había ahogado un pariente suyo. Es que aunque en
algunos mapas siga apareciendo, el río, el lugar de la tragedia, en aquel
entonces ya se había convertido en un arenal. Con ese ejemplo intentaban
advertir la magnitud de lo que estaba sucediendo.
“El desarraigo que hay con el lago”
“Quieren que nos peleemos entre nosotros, de quién es culpa. Esto
hay que solucionarlo para todos”, afirma Bemúdez. “Porque si no es como que
Sarmiento tiene la culpa, el valle tiene la culpa, no se mira aguas arriba.
Nosotros vivimos en Alto Río Senguer en el año ’83, ’84, había algunas ovejas,
hoy lo que hay de vacas y los canales que se han abierto… Habrá prosperado ese
valle, está bien, pero entonces miremos más arriba a ver qué pasa. ¿Y lo que
salió a Comodoro? ¡Vamos por el tercer acueducto! Se abrió la cuenca, se perdió
el equilibrio”, enfatiza.
“Hay una delegación del Instituto Provincial del Agua en Sarmiento,
que tiene que fiscalizar, pero no le facilitan los recursos para que pueda
recorrer la cuenca”, asegura Jensen. “Ningún sarmientino necesita preguntarles
si recorren la cuenca o no, con solo mirar qué parque automotor tienen, se da
cuenta. Es imposible que con los vehículos y la gente que tiene, fiscalizar.
Eso no se está haciendo tampoco con el agua potabilizada que entra en el
acueducto. Hay agua potabilizada
que se está usando para la industria petrolera”, afirma.
Según el subsecretario de Medio Ambiente de Comodoro Rivadavia,
Daniel González, esa ciudad consume alrededor de 50 hectómetros cúbicos al año
de agua, y la industria, en particular toma 0,03 hectómetros cúbicos al año; y
subraya que en Sarmiento se usan para riego 300 hectómetros cúbicos, y en la
cuenca del Genoa, es decir, en la cuenca alta, 500 hectómetros cúbicos. “Comodoro,
teniendo más habitantes del 97% de todos los habitantes de esta cuenca, no
consume ni el 10% de lo que consume el resto, porque hacen un riego bastante
descontrolado en la zona alta. Un canal en la cuenca del Senguer, equivale a un
acueducto como el que viene a Comodoro”, destaca el funcionario. Sin embargo
para Jensen esas afirmaciones deben ser matizadas. “El uso del agua que hace
este valle es chica y termina, a través de los drenajes, en el lago o en el
río. No sale de la cuenca.
Se distribuye como si fuera un delta por los canales de
riego”, explica. “Es distinto cuando se usa el agua para el petróleo, que se la
inyecta cientos de metros hacia abajo, o las estancias que suben el agua hacia
la meseta, no vuelve a la cuenca”, remarca.
Alex Kingma, de Autoconvocados
por la Cuenca del Senguer, se enoja cuando escucha decir que en
la localidad son grandes consumidores de agua. Sostiene que son otros los
responsables, como el establecimiento de producción de fruta fina de
exportación de la
familia Bulgheroni -conocida porque es dueña del 50% de la compañía Bridas y
porque junto a BP controlan la petrolera Pan American
Energy (PAE), la principal petrolera de Chubut. “Nosotros tenemos al IPA que
autoriza que rompan un río para llevar agua a esos costales y dejar que el
Colhue Huapi se seque. Porque más allá de la sequía, de la corriente del Niño, la actividad humana hace más elocuente el
desarraigo que hay con el lago”, subraya. Por su parte Guillermo Gettig
Jacob, también vecino autoconvocado, agrega un dato más para complejizar el
escenario: por el mal uso que algunos productores hacen del riego sube la napa
freática y se salinizan los campos. “Después el terreno ese se usa para el
engorde de algunas vacas y, en la zona del valle, si le pueden meter algún pozo
de petróleo, la gente puede vivir hasta mejor…”, ironiza con amargura.
En septiembre pasado Autoconvocados por la Cuenca del Senguer sobrevolaron la cuenca y documentaron los canales abiertos
hacia las estancias, días después, diputados provinciales de la UCR-Cambiemos
denunciaron que existen más de 600 tomas en el Senguer, de las
cuales sólo 60 están autorizadas, y aseguraron que el 78% del agua del río se
desvía hacia establecimientos ganaderos.
Rodeados y sin agua
Antes de ser Sarmiento a secas, la localidad del sur de Chubut fue
Colonia Ideal y luego Colonia Pastoril Sarmiento y, como el nombre lo indicaba,
nació como proyecto de colonización agropecuaria, en 1897. La cercanía a los
lagos Musters y Colhue Huapi, alimentados por la cuenca del río Senguer,
bridaron óptimas condiciones para esa empresa y la colonia se destacó como
productora de alfalfa, hortalizas, verduras, manzanas, cerezas, frambuesas y
lácteos, que se consumían en Comodoro Rivadavia y más allá. ¿Qué fue de ese
valle productivo? Gettig Jacob descarta que la pavimentación de la ruta
nacional 3 haya tenido que ver, como sostienen otros vecinos, que aseguran que
esa obra agilizó el ingreso de mercaderías por tierra desde el norte y destruyó la producción regional.
“Fue la desidia”, asegura. “Si los productores se hubieran organizado de otra
manera, si los gobernantes hubieran pensado a futuro, en una planificación a
largo plazo, que pudiera ser sustentable”, deja la frase en puntos suspensivos.
Ninguna actividad productiva en la provincia mueve un volúmen de dinero similar
o al menos comparable al de la explotación de hidrocarburos, eso no responde la
pregunta sobre el devenir del valle productivo pero es la punta del ovillo, es
el dato insoslayable al momento de analizar la escasa diversificación
económica.
“Sarmiento años atrás no tenía explotación petrolera en sí, sino
que estaba valle arriba. Ahora, cada vez hay más petróleo valle abajo. En todo
este lugar es lo que está preponderando y es el laburo que tiene la gente que
se sube a los micros todas las mañanas”, relata Gettig Jacob. En el sistema de
información geográfica de la Secretaría de Energía de la Nación, disponible en
línea, no es posible ver el avance las explotaciones hidrocarburíferas a través
de los años, pero sí la ubicación de los pozos de gas y petróleo actualmente en
producción y de las áreas sometidas a estudios sísmicos. Unitec Energy,
Petrolera Cerro Negro, Colhue Huapi SA, Petroquímica Comodoro Rivadavia y
Petrominera tienen concesiones en los alrededores, además de las dos empresas
que pisan fuerte en la cuenca, PAE e YPF. “En este momento Pan American está haciendo lo que hacen muchas
empresas megamineras, está tratando de ganarse a la sociedad con algunas
cuestiones de asistencialismo”, advierte el vecino autoconvocado. “Regaló un
parque aeróbico, invierte en bibliotecas para las escuelas, cepillitos de
dientes para los chicos. Todas cuestiones que deducen de impuestos, quedan bien
con parte de la sociedad y van avanzando. Lo están haciendo en Sarmiento y en
Río Mayo, antes no lo hacían porque no tenían interés en esta zona”, destaca.
En 2013 YPF intentó poner en marcha un proyecto piloto de fracking
en La Greta, a 15 km
de Río Mayo, para acceder a la formación de lutitas D-129, pero fue paralizado
por acciones judicialesimpulsadas por Marcelino
Pintihueque, integrante del lof mapuche Comarca Chubut. Con el mismo objetivo
la compañía de bandera también perforó un pozo en el área El Trébol, a 18 km de Comodoro Rivadavia,
donde corroboró la presencia de hidrocarburos. Al igual que La Greta, ese
proyecto estuvo paralizado por acciones judiciales, y aunque la justicia
finalmente desestimó el amparo la petrolera no avanzó con la explotación. Vecinos
autoconvocados por el Agua de Sarmiento aseguran que la empresa controlada por
el Estado sigue pensando en los yacimientos no convencionales de Chubut.
También afirman que Petroquímica Comodoro Rivadavia y Petrominera apuestan al
desarrollo de un importante reservorio de gas donde antes se extendía el lago
Colhué Huapi, área que ya fue relevada con estudios sísmicos e incluso
perforada. Además mencionan que se proyecta la instalación de un repositorio de
cutting y otros desechos petroleros. Recalcan que están
rodeados y se les está acabando el agua.
“Acá hay pérdidas en otros lados, y no sólo en la actividad
hidrocarburífera”
“No le echemos la culpa a la actividad hidrocarburífera, porque
las pérdidas están por otro lado, desde gente que riega campos a cielo abierto,
con tajamares… Hay un propietario conocido en la cuenca al cual llaman
DirectTV, porque tiene más de cien canales”, chancea el subsecretario de
Hidrocarburos de Chubut, Daniel Molina, desviando la atención hacia otro rubro.
Aunque no deja de ser preocupante que en ese nivel del gobierno estén al tanto
y se hagan chistes con esa situación aparentemente irregular. “A las operadoras
se las controla mucho y se las puede controlar, inclusive, aun más. Se pueden
instalar caudalímetros perfectamente. La prioridad, justamente, es que se tenga
un criterio de eficiencia, no solamente en hidrocarburos sino que también en
las otras actividades”, subraya el funcionario. “Están diciendo que el consumo
[de agua en Comodoro Rivadavia] es de 700 litros día por familia,
cuando en Chubut es de 250
litros y en el mundo son menos de 200 litros . Si todos los
habitantes de Comodoro Rivadavia y de la zona consumiéramos esa cantidad de
agua, estaríamos inundados. O sea, que acá hay pérdidas en
otros lados, y no sólo en la actividad hidrocarburífera.”
“Estamos en una situación, no diría de crisis, pero si el tema
hídrico es muy serio. La disminución de los caudales, en baja todo lo que viene
de la cordillera… estamos tratando de asegurar este abastecimiento que es vital
para la vida humana.”, sostiene Molina, y asegura que “la prioridad del
gobierno provincial es el agua”, desestimando que la gestión de Mario Das Neves
tenga la explotación de yacimientos no convencionales como horizonte. Y remarca
que, en términos personales, cree que “el fracking no es para este mundo”, dado
que “los análisis van siendo casi concluyentes” respecto a que “estaríamos
comprometiendo generaciones futuras”.
Si bien a lo largo de la entrevista Molina
retiera en varias oportunidades que la prioridad es la preservación del agua,
parece esquivo a hablar de su consumo por parte de las empresas petroleras.
Cuando lo hace se refiere principalmente al uso que de este bien común durante
los primeros 600 metros
de perforación de los pozos, para proteger las napas freáticas, pero no da
cifras. También comenta sobre su utilización en procesos de recuperación
mejorada, pero tampoco entra en detalles de calidad y cantidad. Y este no es un
aspecto menor, ya que según el funcionario, alrededor de las tres cuartas partes
del petróleo que se extrae en Chubut proviene de recuperación secundaria y
terciaria. Y si es por antecedentes, en la década de 1990 se firmaron acuerdos
entre la provincia y Repsol YPF para regular la toma de agua de la zona
conocida como el codo del Senguer -cuando ese río ingresa a Santa Cruz-,
destinada a las operaciones de la petrolera en el yacimiento santacruceño Los
Perales.
En relación a este tema, en mayo de 2016 el presidente del IPA,
Gerardo Bulacios, en declaraciones a la prensa aseguró: “No se está bombeando agua
pero estamos poniendo en
marcha la prohibición [del uso] de agua dulce para la recuperación de la actividad
secundaria”. Una afirmación por lo menos extraña, dado que no tiene demasiado
sentido prohibir algo que, en teoría nadie hace, ya que no aportaría paliativo
o solución alguna al problema.
La nota podría extenderse en cruces de opiniones, anuncios oficiales
de última hora, declaraciones a la prensa, cifras; en síntesis, el problema,
desde las esferas gubernamentales, es la escases de lluvias y nevadas en la
cuenca alta del Senguer. Una situación que se extendería, según vaticinan, por
lo menos una década. Ante ello las autoridades adelantaron que implementarán
políticas de adaptación para morigerar los impactos negativos. En esas esferas A.
Fuentes consultadas:
ADN Sur, 24/05/2016. Petróleo:
prohibirán el uso de agua dulce para recuperación secundaria.
El Patagónico, 26/08/2013. La
actividad del pozo no convencional en Río Mayo está suspendida por la Justicia.
—, 21/09/2016. En el
río Senguer hay más de 500 tomas ilegales de agua.
—, 25/09/2016. En un
sobrevuelo se detectó el descontrol de tomas de agua en la cuenca del Senguer.
Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Argentina_La_crisis_del_Senguer_o_un_modelo_que_lo_esta_secando
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