Criterios de análisis 1
La formación del Estado Mafioso,la República Bachaquera ;
Estado o Territorio
La formación del Estado Mafioso,
3 de marzo de 2017
Por Roland Denis
Aporrea
Aporrea
Comenzamos esta serie de tres artículos: "El Estado mafioso…
El territorio roto… La estrategia de liberación en otra política de esta tierra
de nadie", en función de dar un aporte a la reconstrucción del pensamiento
y movimiento de emancipación política en nuestro país.
La rueda del saqueo: el delito de producir
Estamos viviendo una crisis insólita, terminal e insolente del
mismo modelo de saqueo que no ha cambiado en décadas, suspendida en
síntesis en la apropiación y fuga del capital rentario por parte del capital
nacional (de vieja y nueva data, capitales de oficinas burocráticas o
verdaderas y falsas empresas) como transnacional: perfecta operación que
comienza con la entrada pública de divisas, producto fundamentalmente de la
venta de petróleo y derivados y la fuga ya privatizada de la misma, en una
operación de no menos del 50% de la misma –que los economistas digan–, a su
feliz exilio privatizado.
Una fuga hasta el "más nunca vuelvo" ya que se trata de
una salida de capital que en los últimos 35 años desde el "viernes
negro" de Luis Herrera suma no menos de 500 mil millones de dólares, a la
altura de todos los acumulados en reservas de los países de la OPEP. La fuga y regreso
de capital es un movimiento natural al capitalismo globalizado, que hasta
podría ser beneficiosa siempre y cuando genere una espiral de salida y entrada
en una rueda en movimiento acumulativa de capital que siempre termina hacia
adentro del lugar donde nació. Círculo que no finiquita en absoluto la tragedia
capitalista de la apropiación de unos pocos del trabajo que es de todos, pero
al menos garantiza un punto vital para toda sociedad, la cual es el desarrollo
de su inteligencia colectiva y de su medios
de producción. En nuestro caso se trata de un robo sistemático y empobrecedor
sin parangón mundial.
En el Estado
Mágico que describió Fernando
Coronil en su obra, la montaña condensada de riqueza se conduce exclusivamente
hacia afuera sin que regrese hacia el punto de partida, ni tecnologías, ni
ganancias, ni nuevas inversiones productivas que no sean las mismas bolsas
inmobiliarias –hoy paralizadas– o zonas exclusivas de una economía de lujo
hotelero y culinario, centros comerciales, etc. Sólo en la adquisición y pago
de deudas por hablar de los tantos mecanismos de fuga, terminan siendo
capitales que entraron para solventar las necesidades improductivas del Estado
e inversionistas parasitarios, créditos que se convirtieron en un robo en fuga
muchas veces acordados con los mismos agentes de Estado que los otorgaron. Ni
hablar de las distintas gestiones de divisas por parte del Estado hasta el
desastroso modelo del control de cambio de los últimos 15 años que se
convirtieron en aparatos del saqueo y la destrucción de la industria propia.
Por eso se trata de un modelo configurado como esquema histórico
de dominio y que en los últimos años llegó tan lejos que produjo dos fenómenos
terminales: el desfalco completo de los recursos públicos y la sobrexplotación
de la fuerza de trabajo vía hiperinflación inducida (una fuerza de trabajo que
hoy en día prácticamente se regala) que ya antes de la bajada abrupta de los
precios petroleros, ha venido creando las condiciones subjetivas (básicamente
la descomposición del campo de resistencia popular y las despolitización e
instrumentalización del movimiento popular) para poner a veinte millones de
trabajadores a financiarles a estos saqueadores privados su gula acumulativa y
al propio aparato de Estado sus requerimientos para fondos presupuestarios
(como dirá Enzo Del Búfalo: "el pueblo financiando a PDVSA").
Nos referimos al pago de deuda, créditos y
financiamientos deliciosos para sus círculos de amigos empresarios, nuevos
mecanismos de saqueo y manutención del aparato de Estado para contener,
envenenar de carbohidratos, mantener el clientelismo de una inversión pública
dirigida a servicios como agua, luz, vivienda, gasolina, alimentación, educación,
salud, misiones sociales que se desmoronan plagados de toda forma de
corrupción, ineficiencia, desidia, impunidad. Inversión "socialista" que
termina siendo un nicho para la formación de nuevos burgueses sin escrúpulos de
ningún tipo, nada que ver con la justicia social que la justificaría. Y no
dejemos de lado la confusión simbólica y política de la población por medio de
la mentira institucionalizada, la prohibición de información y la movilización
"popular" forzada donde se invierten millardos, la administración
central de la mitología heroica nacional.
Es la población pagando con su trabajo su propio infierno: una
rueda capitalista de explotación realmente perversa y destructiva, que hace de
nuestra nación un sentimiento abstracto sin piso material y una espiritualidad
pateada. Pone
a toda la clase trabajadora, al contrario del supuesto "populismo"
que impera bajo el supuesto ideológico que "aquí nadie trabaja y todos
vivimos de las dádivas del Estado", cosa que es una gigantesca mentira, a
financiar con su labor a todo el aparato estatal y capitalista de saqueo. El
margen de plusvalía explotada para sostener la rueda interminable que termina
en manos de este modelo sangrante, si incluimos en un solo cálculo
perfectamente posible de hacer, a toda la clase trabajadora desde el trabajador
petrolero hasta el trabajo nómada de la calle, a estas alturas de sueldos de 40
dólares mensuales, podría ser de las más altas del mundo, a nivel de las
regiones más pobres de la India.
El mismo aparato de Estado en todas sus modalidades: jurídico,
legal, represivo, administrativo, militar, empresarial, financiero, modelos de
desarrollo y asistencia social, mecanismos clásicos de corrupción y filtraje de
los sujetos económicos con derecho discrecional concedido por estas cúpulas
políticas al acceso directo a esta renta, está dispuesto para garantizar la
reproducción eterna de este esquema de saqueo; el chavismo terminó
fortaleciendo estos modelajes específicos dentro de todas las ramas de la
máquina de Estado y la sociedad civil; solo vean lo que ha pasado con el
movimiento sindical cuyos jefes principales suelen ser más antiobreros que los
propios patrones. Mecanismos tan descarados e impunes que han producido una
psicosis acumulativa rentista en los últimos tiempos al punto de declarar
prácticamente un delito la pretensión de hacer efectiva cualquier voluntad
creadora y disponer de todo un aparato burocrático y represivo en la calle y
carreteras dispuesto a ejecutar a como dé lugar este impedimento.
Es un delito generar nuevos espacios creadores, producir,
compartir y distribuir libremente; y ello puede ser un crimen declarado ya que
afecta a los grandes capitales monopólicos parásitos, terratenientes,
importadores, al narcotráfico, mafias militares y civiles de Estado metidas de
lleno en el negocio, y a todo el modelo de dominio que viven del mundo vacío e
improductivo que han dejado, pero cuyas verdaderas víctimas son particularmente
los entes colectivos organizados y redes de pequeños y medianos propietarios.
Obviamente esto ha generado el piso para la proliferación de todas las formas
de delincuencia y bandas asesinas fuera y dentro del Estado realmente bárbaro.
El delito de crear y producir se nos muestra
como una tesis central ya que en la medida en que se profundiza una aparente
crisis política y sus derivados económicos y sociales (aparente porque en el
fondo sigue dominando perfectamente bien después de contener por completo el
vaporón revolucionario) el aparato de Estado no sólo se hace más represivo,
impune, autoritario, censurador, como en efecto sus opositores lo pintan, en
función de contener la revuelta social, sino que desarrolla una multiplicidad
de mecanismos de control social paralelos a cualquier forma de contención
productiva y distributiva liderizados por el estímulo autogestionario
sobreviviente y las redes de integración de flujos de producción distribución
de orden obrero-comunal como de la pequeña propiedad. Ya hasta se inventan
tarjeta de identidad "de la patria" para acrecentar el control social
partidario; una humillación a la población más pobre que se hace ilusión con
ella de una riqueza ya no está ni es su tierra; efectivamente nos dejaron la corroña
final de un basurero ideologizado.
El hambre y el caos social como políticas de dominio
Es un stalinismo meramente destructivo que hasta dentro de la
propia propiedad y fuerza empresarial estatal termina jugando el mismo papel de
desbaratamiento y contención. Por ello la consecuencia final de todo esto: la
violencia socializada, el deterioro vertiginoso de la calidad de vida,
particularmente en alimentación y salud, la destrucción del aparato productivo,
no son sólo consecuencias mecánicas finales del acto destructivo, se trata de
políticas y estrategias contentivas para la contrarrevolución necesaria; el
hambre y la desintegración comunitaria es una política y no una consecuencia
indeseada. Puntos de partida estratégicos para destrozar lo que en algún
momento llamamos poder popular, y más precisamente los segmentos
autogobernantes mas luchadores y creadores; donde tiene el poder la repetida
tesis del Toto: "en mi hambre mando yo". El hambre, el desespero por
la obtención de productos y recursos mínimos de dinero, quiebra el espíritu de
solidaridad, disuelve comunidad. Por ello no es solo la indolencia y la
inmoralidad lo que se evidencia sino la victoria paulatina de un esquema de
poder absolutamente mafioso y contrarrevolucionario, cuyas primeras semillas se
generaron hace casi un siglo; mafia
en el sentido del grupo de fuerza dominante y violento que contando con sus
estrategias y chantajes provoca obligatoriamente la colaboración del entorno y
rompe toda cadena productiva y colaborativa de beneficio común y no restringido
a ella. Acaba con el "Estado de Derecho" para imponer su ley facciosa;
la "banda" de dominio externo sustituye al burgués que domina
internamente el orden de derecho.
El chavismo en su vertiente gubernamental y su amplio espectro de
partidos y personalidades, de arriba abajo del aparato de Estado, no ha
supuesto en definitiva otra cosa que la emergencia del sujeto político de
sujeción poblacional para que este viejo mecanismo de explotación y saqueo
tanto de la riqueza pública y del producto de la clase trabajadora en los
últimos años se convierta ya no simplemente en una demagogia paralela a falsas
ilusiones, democráticas, desarrollistas, consumistas y populistas, que
garantizaron la desigualdad y el dominio de clase en todo el siglo XX veinte
prácticamente, sino algo realmente mafioso y destructivo pero con una enorme
capacidad de control de masas: es su parafernalia "revolucionaria".
Algo insólito dentro de un contexto que se quiso a sí mismo revolucionario ya
que es absolutamente mínimo lo que se salva en lo que respecta a gobierno de
esta rueda conscientemente destructiva; toda una historia de 18 años
apasionadamente luchada por miles de mujeres y hombres se ha convertido en el
basurero final de los sueños socialistas.
Por su parte la oposición ligada a las fantasías televisivas
expuestas por el viejo contrato oligárquico, desde el 2004, ha sido en
definitiva la pieza bullona que ha contenido el bulto desde el discurso de
derecha. Es impresionante como aquí izquierda y derecha orgánicas al poder
constituido, discursivamente se matan pero en lo que respecta a las estructuras
y dinámicas internas del modelo en sí coinciden perfectamente a la hora de
aclarar sus objetivos más allá de conservar o quitarle el poder al otro,
utilizando la movilización y declarativa "democratista, constitucional,
liberal, ciudadana" por un lado pero absolutamente impotente, y el
autoritarismo a través del manejo descarado de los poderes públicos y la
argucia legal y constitucional por el otro.
Esta fusión es ya un fenómeno de musiquita mundial donde se borran
las diferencias izquierda-derecha globalmente, pero en Venezuela ese mismo
fenómeno que se produce en medio de un chantaje permanente hasta de guerra
civil, insurgencia golpista, represión total, y cualquier cantidad de mensajes
de choque y violencia, sirve para acoplar perfectamente dos enemigos a muerte.
Es el orden constituido totalmente decadente institucionalmente, pero brillante
a la hora de ordenar hasta todo su potencial de guerra civil interna. Por ello
en proporciones cada vez más gigantescas opositores y chavistas del abajo
popular ya dejan de odiarse tanto entre sí pasando su indignación total hacia
sus propios autodeclarados dirigentes. Solo esto –el odio hacia los de arriba
del mismo bando y no solo a los de la acera del frente– dentro del folklore
político nacional es la cualidad realmente nueva de los tiempos de Nicolás
Maduro.
Del Estado liberal-oligárquico al estado mafioso; el debate estratégico
Sintetizamos de esta manera la tragedia del capitalismo rentista
venezolano en las últimas dos décadas, de manera que sirva primero de marco de
análisis: la evidencia en los múltiples aspectos tratados que podríamos
sintetizar en la conversión de un modelo histórico de saqueo conducidos por el
Estado y los sujetos políticos que intervienen en él pasa de ser una
"república corporativa-burocrática" en tiempo de Chávez, como intenté
en muchas ocasiones caracterizar, a un verdadero orden mafioso de dominio, hoy
en pleno proceso de consolidación. Hecho por lo cual grandes pequeños países de
nuestramérica han pasado o pasan (Colombia, México, Guatemala, Honduras), pero
que en Venezuela adquiere, si se quiere, una de sus formas más puras: donde sólo
hay una gran mafia junto a sus sujetos periféricos incluidos muchos de sus
opositores, los que toman el gobierno de Estado en todas sus dimensiones. Vean
solo por tomar pequeños ejemplos como ellos mismos ya estan legtimando la "República
Bachaquera de Venezuela", poniendo tiendas y locales de
venta pública a precios de la peor especulación, como son las PAC y tienditas
regadas de lo público privatizado (negocios de ministros, generales y
gobernadores utilizando la venta por locales públicos) por todo el territorio,
o todo el esquema que ahora plantean para las casas de cambio exclusivas para
la frontera donde ¡al fin!, logran legalizar el dólar negro de Cúcuta y su
amada en grito de odio, la web "DOLARTODAY".
Pero a su vez, las características y
acontecimientos, las conquistas logradas y terribles errores cometidos, dentro
del propio ciclo histórico que nos ha llevado a esto y que comienza con el 27
de febrero del 89, nos obliga a una discusión en mi consideración definitiva:si
lo que entra de riqueza rentaria dentro de este modelo de dominio se lo lleva
no precisamente el viento sino cualquier sujeto que se apodere de ella (del más
neoliberal hasta el más socialista como hemos vivido en carne y hueso) por
mecanismos de gobierno, por un lado efectivamente esta riqueza que ya la
llamaron el "excremento del diablo" no nos pertenece, sino que el problema es
preguntarnos bajo una enorme paradoja, ¿es que tiene sentido seguir perdiendo
vidas y ciclos históricos de lucha por pelear el control de ella (a eso se
reduce en definitiva la lucha política institucional en Venezuela)? Cuestión y pregunta paradójica que nos lleva a algo mucho más
interesante y que nunca vimos, desde las viejas generaciones de la izquierda
que hablaron de liberación nacional hasta la izquierda del "poder popular
de hoy". Y es que mientras todo el poder capitalista dominante fuera y
dentro del estado se dedica a "fugarse", a hacerse aquí y triplicarse
fuera, moldear todo un orden para ello, legitimarlo, gritarlo, crear sus
aparentes enemigos en órdenes bipolares, generar casi que una cultura y un
imaginario social que vive atrapado en su seno, han logrado como lo hemos
sufrido desmontar revoluciones al interno de ellas, entonces hay algo que sobre
lo cual no tienen verdadero dominio al menos en el sentido moderno, cuántico y
multidensional en que se ejerce el mismo desde los tiempos posindustriales: se trata de un gran déspota que en
realidad no domina realmente su mismo territorio y en el fondo ni le interesa,
está en permanente fuga y desterritorialización, acto que explica que ese
modelo haya podido llegar a la perversidad de convertirse en un orden mafioso
como pocos.
Por tanto después de décadas perdidas podemos
decir que las derrotas nos dejan bien claro que cualquier estrategia revolucionaria pasa
por pensar, fabricar, y activar una estrategia organizada para apoderarnos y
liberar por primera vez esta "tierra de nadie": eso nada tiene que
ver con apropiación estatista por parte de "cúpulas liberadoras" de
rentas, petróleo, riquezas energéticas y mineras, aunque lo implique su
subsuelo, y de hecho cambia por completo nuestra visión de mundo y política. Si
no hemos liberado ese territorio mucho menos lo podremos hacer tomado por
encima sus productos codiciados; allí todos nos convertimos en un Diosdado más.
Cabello, como todas y todos lo personajes famosos de ese Estado Mafioso, es el
producto natural aunque extremo del mismo modelo que nos ha pisoteado por
décadas.
Pasamos entonces al punto 2 de esta serie reflexiva, precisando
las dinámicas internas de despotismo territorial, o la formación del
"territorio roto" sobre una tierra y su población que vienen
produciéndose.
Fuente: http://www.lafogata.org/17latino/latino3/vene.3.1.htm
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