México: El cultivo del maíz
en el mundo
Totonaco
13 de marzo de 2017
En la literatura es común hablar de la
agricultura tradicional como una forma de referirse a las actividades
campesinas sustentadas por el saber tradicional, la generación de productos
agrícolas para autoconsumo, y las prácticas amigables con el ambiente. Del otro
lado, encontramos a las familias campesinas que año tras año luchan por llevar
el alimento al hogar. La
región Totonacapan , que comprende la Sierra Norte y
Nororiental de Puebla y el Centro-Norte de Veracruz, en su mayoría con
población totonaca, se caracteriza por la práctica de una agricultura de este
tipo.
Aquí haremos referencia a la comunidad de San
Juan Ozelonacaxtla, una localidad en la Sierra Nororiental
de Puebla.
Toda familia campesina totonaca de San Juan
Ozelonacaxtla cultiva maíz, café, pimienta y vainilla, además de recolectar un
sinfín de plantas silvestres comestibles como kgentsililh, xkutna, sturonkgot,
kgolu liwat, kukxap, y un conjunto de quelites (kak): si’yu, paxnikaka,
tatsilum, tulhkgat, chapululh, mustulut, xkulum, kgalhtunit, makgempup,
kitxtak. Sin duda, el maíz se encuentra en el eje central agrícola. Se puede
vivir sin café ni vainilla, pero nunca sin maíz. El maíz representa la
seguridad alimentaria de toda familia campesina y por ello, cultivarlo es una
tradición arraigada que persiste en los grupos culturales de México.
En el contexto social totonaco, el maíz
representa y significa compadrazgo, convivencia, saberes tradicionales,
división de responsabilidades, ayuda mutua, organización agrícola, creencias y
festividades. En él recae un gran número de historias, mitos y leyendas que se
nutren de las experiencias y vivencias de nuestros antepasados.
Al año hay dos temporadas de cultivo del maíz.
La primera, que abarca los meses de diciembre a julio, se conoce como
Putamakgmulh o Puskakan, que en lengua totonaca hace referencia al “primer
cultivo o temporada seca”. La segunda temporada abarca los meses de julio a
noviembre y se le conoce como Pustakgna, en alusión a la temporada húmeda y
lluviosa. Las fechas de siembra pueden cambiar más no las denominaciones. Si
pensamos en una región como la Sierra Nororiental de Puebla, encontramos una
gran variedad de suelos y microclimas que marcan las diferencias en la siembra
del grano.
Desde la niñez nos enseñan a cultivar el maíz.
Los conocimientos de cualquier niño se nutren a través de la práctica, de las
enseñanzas de los hermanos mayores y de las pláticas de padres y abuelos.
Sembrar maíz nos lleva a conocer el tipo de tierra cultivable y las diferentes
variedades, llamadas criollas; a qué distancia sembrar una mata de la otra;
identificar las plagas, así como saber con qué otros cultivos asociar el maíz,
que es principalmente con los frijoles, los chiles, las calabazas y los chayotes
entre otros.De generación en generación, el proceso de trabajo para cultivar
maíz no llega a ser el mismo. Depende de la carga de trabajo de los jefes de
hogar, el estado del tiempo, y la mayoría de veces está determinado por la
cosmovisión de las personas. Por ejemplo, la fecha de siembra tiene que
coincidir con un día especial de celebración o festividad. Aunado a eso,
algunas personas toman en cuenta que en las actividades de siembra, la dobla de
la milpa y la cosecha sean en tiempo de luna llena (katla papa’) con el
propósito de que arrecien (palhan) la semilla y la cosecha. Cultivar
maíz conlleva un nivel de organización altísimo donde el jefe y la jefa de
hogar planean sus actividades de acuerdo a sus posibilidades y limitaciones. El
jefe de hogar se encarga de hacer equipo con las demás personas de la
comunidad, la mano vuelta (lamakgaxokgot) es una práctica esencial para
realizar la limpia del terreno, la siembra, el abonado, la dobla, la cosecha y
el traslado del maíz al hogar, donde el recurso económico interviene poco. Por
otro lado, la jefa de hogar y las niñas son encargadas de seleccionar las
mazorcas que se utilizarán para sacar los granos que se pondrán a germinar
(mapunit) de cuatro a cinco días antes de la siembra. Intencionalmente
se seleccionan mazorcas con granos de color blanco, amarillo, rojo y azul con
el propósito de que la cosecha sea igual. Ellas se encargan de llevar comida
(puwa’) durante todo el proceso de cultivo, así como ayudar a trasladar el maíz
al hogar.
Teniendo la cosecha en casa, el jefe de hogar
se encarga de acomodar (tsapsa) las mazorcas con todo y totomoxtle. En la parte
baja del tatsapsni’ van las mazorcas de mayor tamaño y volumen, y conforme van
aumentando las capas se colocan las mazorcas de menor tamaño, y en las últimas
capas se colocan las mazorcas abiertas y raquíticas (pulum).
La alta diversidad del maíz criollo genera que
en ciertos días se preparen tortillas con tono blanco, amarillo o pinto
(lhkgon). Del maíz se preparan también pulaklh, wat, spunlunchu, lakgchililh,
pustapunchu, y bebidas como el chile atole y el atole agrio-(skutna’ lhtukit).
El maíz en la cultura totonaca es más que un
recurso genético; es toda una tradición que se viene heredado de generación en
generación. Seguiremos cultivan do
maíz en el recuerdo de nuestros antepasados y para mantener nuestra seguridad
alimentaria ante el desenfrenado mundo globalizado.
José Espinoza Pérez,
originario de San Juan Ozelonacaxtla (Huehuetla Puebla), hablante de la lengua
totonaca e hijo de una familia campesina, es docente en la Universidad Intercultural
del Estado de Puebla y los fines de semana trabaja la tierra cultivan do maíz, café y vainilla.
Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Mexico_El_cultivo_del_maiz_en_el_mundo_Totonaco
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