El feminismo está
siendo
una alternativa
como no lo fue en
otras décadas.
13 de diciembre de 2018
Por Ruth Zurbriggen.
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Entrevista a Ruth Zurbriggen
1) ¿Ve una posibilidad
de eventual “vuelta” de gobiernos progresistas en Latinoamérica? ¿Qué
implicancias o viabilidad tienen estos “modelos” hoy? ¿Se agotó el denominado
ciclo progresista?
En principio me parece que no
estoy pudiendo ver en el horizonte cercano por venir una vuelta de gobiernos
progresistas en Latinoamérica, más bien lo que veo es una reconfiguración y
reordenamiento de fuerzas conservadoras, fundamentalistas, patriarcales,
neoliberales, extractivistas, colonialistas, que están logrando pactos, aún con
sus diferencias, en contra de los pueblos. No podría decirte si el ciclo
progresista se agotó en los términos en que sabemos que el capitalismo genera
crisis constantemente, pero hasta aquí las salidas a esas crisis no están
viniendo, me parece, de la posibilidad de gobiernos progresistas, o no estamos
encontrando la manera de hacerlo.
2) ¿Qué
caracterización hace del avance de gobiernos de derechas en los países de
Nuestramérica? ¿Se puede hablar de una crisis de esos proyectos en la región
y/o del macrismo en la Argentina?
Por lo mismo que digo antes
creo que lo que se está imponiendo es un modo, o mejor dicho, los gobiernos de
derecha entre otras características en Nuestramérica lo que tienen son modos
patriarcales de organizar las salidas que plantean con sus constantes
lesbofobias, transfobias, con su constante misoginia, que incluso aparece como
aggiornada, porque políticamente es muy incorrecto mostrar el odio que se tiene
sobre los cuerpos disidentes y sobre las mujeres pero las políticas de abandono
estatal hacia programas que podrían mejorar un poco las existencias de las
mujeres, y de las cuerpas y los cuerpos disidentes, me parece que muestran en
todo caso ese odio, esa misoginia. Y lo digo porque todos los planes de ajuste neoliberales
afectan de manera diferenciada a mujeres, a varones, a travestis, es decir,
quienes más sufren las consecuencias de estos planes de ajuste son las mujeres
empobrecidas económicamente, son las travestis, son las mujeres de los pueblos
originarios, las mujeres que viven en zonas no urbanas también, con todo lo que
no se les garantiza allí.
Pero me parece que también otro vector importante
que analizar de estos gobiernos es el colonialismo y el racismo que los
caracteriza, cómo construyen siempre al “otro”, a las “otras” diferentes, como
enemigos y entonces los efectos sociales, políticos y culturales que eso tiene.
Por supuesto, el vector que los organiza, por decirlo de alguna manera, es su
defensa a ultranza de las relaciones económicas desiguales, de las relaciones
que genera el capitalismo con la concentración de riquezas en unos pocos, cada
vez más pocos. Y como dice Rita Segato, ese “proyecto histórico está dirigido a
la meta de las cosas”, es decir, a construirnos, a significarnos a las personas
en condición de mercancía. Me parece que ese aporte que hace Segato para pensar
las relaciones del capitalismo, del patriarcado, del colonialismo, es muy
importante para tenerlo en cuenta.
No me animaría a hablar de una crisis del
macrismo en Argentina. Creo que el mayor problema que tenemos en Argentina hoy,
y por eso entiendo que el macrismo sobrevive, se acomoda, sigue demostrando
capacidad para salir bien parado de los desastres que genera, son justamente
las fuerzas alternativas y la incapacidad de dar respuestas desde el campo
popular sin tantas diferencias, en todo caso, o sin buscar las cosas o los
programas de acción que podrían encontrarnos. Me parece que cuando el campo
popular prioriza las diferencias entre los distintos movimientos allí quienes
triunfan son las hegemonías como las que tenemos hoy en Cambiemos; y esto no
quiere decir que una no reconozca las crisis de este gobierno, pero sin embargo
me preocupan más las respuestas que podemos dar, si hay movimientos que estamos
bregando por otros modos de hacer política que puedan enfrentar a estos
proyectos tan liberales y con las características que dije antes.
3) ¿Qué actores
sociales y diferentes proyectos políticos aparecen como alternativas al
macrismo?
Yo creo que hay un hecho, que
a nivel mundial no puede desconocerse, en relación a actores y a diferentes
proyectos que aparecemos en la vida política y pública para disputar sentidos,
que es el feminismo; porque la verdad es que los hechos, los acontecimientos,
los eventos que veníamos generando desde un feminismo cada vez más global dan
cuenta de un movimiento muy vivo, de un movimiento que tiene capacidad
articulatoria, aún con las diferencias y las tensiones que hay dentro del
feminismo, y que son propias a cualquier movimiento social. Pero me parece que
el feminismo está siendo una alternativa como no lo fue en otras décadas, una
alternativa por la capacidad de movilización que estamos teniendo, de
masificación de nuestros reclamos, porque estamos logrando poner
en el escenario un debate sobre el estatus de las mujeres y de todos los
cuerpos disidentes, porque estamos mostrando que podemos generar respuestas ante
los ataques económicos, ante las violencias exacerbadas que vamos viviendo. Y
esas respuestas son de reclamos que se traducen en demandas, como es la demanda
por el aborto legal en Argentina y en toda América latina y caribeña, pero no
solamente eso, sino también que podemos armar redes de cuidados entre nosotras,
y creo que esa es la gran apuesta del feminismo, prefigurar otros modos de
hacer política.
Las Revueltas la pensamos como una política que
busca resolver entre nosotras los problemas que nos aquejan sin construir fe
estatal, sin esperar a que todas las respuestas a nuestros problemas vayan a
venir de parte del Estado, porque este Estado genera violencia, hay una
violencia estructural que produce y reproduce todo el tiempo, entonces no le
vamos a confiar a estos Estados la resolución de nuestros problemas. Pero así
como le demandamos vamos creando redes de cuidado y eso me parece que es un
punto importante de la política feminista.
Luego entiendo que también
otros actores sociales, por lo menos en los territorios que nosotros habitamos
y en los que activamos, como son los territorios de la Patagonia argentina y en
particular de Neuquén, pese a la inmensa criminalización, una criminalización
de hechos concretos como son el avasallamiento a los territorios, el
extractivismo, la explotación petrolera a través del fracking, etc., está en
alza en estos últimos años. Pero hay un pueblo que resiste, hay un pueblo que
defiende los territorios, hay un pueblo que muestra salidas a esa organización
que pretenden estos gobiernos, como es el pueblo mapuche. Son movimientos que
en este territorio tienen una fuerte impronta, que va también de la resistencia
a la prefiguración de estos otros modos.
Y también todos esos
movimientos sociales que están mostrando cómo afectan los ajustes del gobierno
de Macri a todos los sectores de trabajadores y a los sectores subalternizados
y vulnerabilizados, también van dando cuenta de esta capacidad que tenemos de
defender en todo caso, y de reclamar por nuestros derechos. Ahora pareciera que
algunos de estos movimientos son de reacción, que no son movimientos que se
adelanten en todo caso a pensar los problemas que tenemos a partir de los
ajustes, sino más bien son movimientos de respuestas ante los golpes que nos
está dando este gobierno.
4) ¿Con qué ejes
políticos y con quienes debería articularse el movimiento popular para
enfrentar a la derecha y poner en pie una alternativa anticapitalista? ¿Podría
mencionar medidas y/o propuestas concretas?
La salida anticapitalista no
puede verse solamente como anticapitalista, sino que hay que pensar
intersecionadamente las opresiones, las discriminaciones, las desigualdades que
produce un sistema que es colonialista, que es patriarcal, y que también es
capitalista, por supuesto. Que es discapacitante, porque esa es otra arista que
tenemos que poder ver en esta sociedad: además de ser todo esto que decimos es
una sociedad que siempre discapacita a un otro desde un centro, desde un modo
de entender las normalidades, y eso genera especiales sufrimientos y daños
sobre todas aquellas personas que no encajan en los modelos de normalidad. Y no
encajar en los modelos de normalidad es no encajar en los estereotipos
esperados para una femineidad y una masculinidad hegemónicas que son blancas,
que son adultas, que responden a la heterónoma.
Entonces tenemos que pensar intersecionadamente
todas estas aristas o vectores para encontrar alternativas. El feminismo y el
movimiento de los pueblos originarios no pueden verse como agregados a la hora
de pensar las salidas al capitalismo.
El capitalismo es lo que es también porque es
colonialista, también porque es racista, también porque es patriarcal. Entonces
estos movimientos que fui nombrando no pueden ser pensados como el cotillón a
la hora de buscar salidas y construir alternativas e imaginar otros mundos
posibles. Creo que la política toda debe reflexionar para transformar los modos
patriarcales que tienen de organizarse.
La política toda, los movimientos sociales deben
pensar el patriarcalismo que los inunda, pese a la irrupción de las mujeres, de
las travestis, de cuerpos trans. Cuáles son todavía las lógicas profundamente
patriarcales que organizan sus modos de hacer política para que justamente
podamos pensar que esos modos reiteran ciertas jerarquizaciones y ciertas
opresiones, y que queremos salidas que puedan enfrentar todas las
jerarquizaciones que existen en este mundo, y también las que se dan en lo
interno de los movimientos.
5) ¿Qué rol juega la
institucionalidad democrática actual en la construcción de alternativas
populares?
En ese sentido me parece que
tenemos que ir generando pedagogías e ir analizando cuales son las pedagogías
que ponemos en acto, qué creamos, qué imaginamos quienes estamos armando redes
de cuidados, redes de acompañamiento para evitar sufrimiento y daño. Vale la
pena seguir pensando y reflexionando de manera articulada las pedagogías que
armamos en contra de las crueldades de este sistema, para ver cuáles son las
salidas. Me parece que los movimientos que enfrentan a esos sectores tan
conservadores, misóginos, fundamentalistas, autoritarios en la inmensidad de
las movilizaciones convocadas en Brasil por el movimiento de mujeres, dan
cuenta de la vitalidad de un movimiento que ha venido para quedarse.
*Ruth Zurbriggen. Profesora
en Ciencias de la Educación e investigadora en temáticas de géneros, cuerpos,
sexualidades y ciudadanías sexuales en la Universidad Nacional
del Comahue. Integrante de la Colectiva Feminista La Revuelta de Neuquén y
Socorristas en Red.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=250158
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