La crisis argentina,
una visión de largo plazo (1)
7 de diciembre de 2018
Rolando
Astarita
Esta nota fue escrita a comienzos del mes de noviembre pasado, y
fue publicada en francés en el sitio Al l’encontre (véasehttp://alencontre.org/ameriques/amelat/argentine/la-crise-argentine-mise-en-perspective-a-long-terme.html). La reproduzco ahora para los
lectores del blog. Dada su longitud, la publico en
tres partes.
Disparada por la crisis
cambiaria, la economía argentina se ha precipitado en la recesión. En
septiembre, la actividad industrial se desplomó un 11.5% interanual; la
construcción cayó 4,2%, también en términos anuales. El uso de capacidad
industrial instalada, en septiembre, fue 61,1% (INDEC, Instituto Nacional
de Estadísticas y Censos). La evolución de la actividad económica en 2018,
medida por el Estimador mensual (INDEC), se puede observar en el siguiente
gráfico:
La previsión es que el
PBI caiga 2,5% en 2018, y que se mantenga negativo por lo menos hasta mediados
de 2019.
De octubre de 2017
a octubre de 2018 el dólar aumentó un 100%, y solo se ha
estabilizado con el Banco Central pagando tasas del 70% (que dan lugar a
grandes ganancias vía “carry trade”). Los bancos cobran (principios
de noviembre) tasas del 75% para operaciones de cortísimo plazo, como adelantos
de cuenta corriente, con la consecuencia de que el crédito se derrumbó.
La inflación en los 12
últimos meses (a octubre) es del 45,9% (INDEC). El consumo en octubre cayó
(interanual) 9,4%, (Cámara Argentina de la Mediana Empresa ).
En los 10 primeros meses de 2018 los salarios disminuyeron, en términos reales,
entre el 10% y 16%. De enero a agosto de este año se perdieron 106.000 empleos
registrados (Ministerio de Trabajo) a lo que debe sumarse la caída en el empleo
informal (más del 30% de los trabajadores ocupados están en la informalidad).
Si se tiene en cuenta la caída de salarios, la reducción de puestos de trabajo
y de horas trabajadas, la caída de los ingresos familiares en 2018 sería de
entre el 11% y 18%.
La perspectiva del largo plazo
La actual crisis se
inscribe en una larga historia de recurrentes caídas del producto, como puede
verse en el siguiente cuadro, que registra las variaciones anuales del producto
desde la crisis de 1975 hasta 2018 (primer semestre). Tomamos como referencia
la crisis de 1975 ya que fue la última que ocurrió bajo la ISI,
industrialización por sustitución de importaciones (o sea, el programa de
avanzar en la industrialización basándose en el mercado interno).
A lo largo de estos 43
años, hubo nada menos que 18 de crecimiento negativo del PBI. En 1981-1982,
1988-1990, y 1999-2002, las caídas fueron superiores al 10%. Aunque los
derrumbes se combinan con años de crecimiento, e incluso elevado crecimiento.
Precediendo, o acompañando,
esas caídas del producto, se registra también una larga secuencia de crisis
cambiarias, seguidas por alta inflación. Los episodios más destacados, desde
1975:
Entre abril de 1975 y
abril de 1976 el precio del dólar subió 600%. En 1975 los precios aumentaron
183%, y 444% en 1976. En los 5 años siguientes, hasta 1981, la inflación anual
promedió el 156%.
De junio de 1980 a junio de 1982 el
dólar subió 1200%. Desde 1982 hubo una nueva aceleración de la subida de
precios: en 1982 la inflación fue 344%; en 434% en 1983; en 1985, 385%. Se
desacelera entre 1986 y 1987.
De febrero de 1988 a febrero de 1991 el
precio del dólar se multiplicó por 1662 (pasó de $6,18 a $10.275). La inflación
se dispara desde principios de 1988: ese año fue 388%; en 1989 alcanzó el
3080%; en 1990 fue 2314%. Estos procesos de hiperinflación se cortan con la ley
de Convertibilidad (se establece, por ley, una relación fija de 1 peso = 1
dólar).
Entre noviembre de 2001
y diciembre de 2002 se produce la ruptura de la Convertibilidad, y el dólar
aumenta 240%. La suba de precios en 2002 fue, del 41% (contra una deflación de
1,1% en 2001).
De enero 2013 a enero 2014 el precio
del dólar subió 56,7%. La inflación (según el Índice de Precios Congreso) se
acelera en 2014 y llega al 38,5% (contra un promedio anual del 23,5% entre 2007
y 2013).
Entre septiembre de
2017 y octubre de 2018 el precio del dólar aumentó 114%. La inflación pasa del
25%, en 2016, al 45% (previsto) en 2018.
Estas violentas
oscilaciones del tipo de cambio nominal y las tasas de inflación provocaron
pronunciadas variaciones del tipo de cambio real. El siguiente gráfico muestra
cómo varió el tipo de cambio real multilateral desde 1997 al presente.
Interpretación subjetiva o materialista
Frente a la sucesión de
crisis, caídas del producto, devaluaciones y alzas de precios, existen dos
tipos fundamentales de interpretaciones. Una sostiene que esas evoluciones se
explican por razones exógenas a la economía, básicamente por políticas
equivocadas de los gobiernos. Esta explicación es común tanto a pensadores de
la derecha –“la crisis se debe a que el Estado gasta más allá de sus
posibilidades”-; como a los que se identifican con el centro progresismo –“las
crisis se deben a que los gobiernos son corruptos”. Pero la explicación que
hace hincapié en factores exógenos también se extiende a gran parte de la
izquierda y los representantes del nacionalismo pequeño burgués. Según estos
últimos enfoques, las crisis son el producto de los programas perversos y
saqueadores de los gobiernos neoliberales y proimperialistas. Por eso la
solución a los problemas pasaría por el acceso al poder de fuerzas políticas
con un pensamiento nacional, más o menos de izquierda.
De conjunto, se trata
de variantes del “idealismo subjetivo” (Lenin, caracterizando al populismo),
cuyo tronco común es la creencia de que las personas, con sus ideas y
sentimientos, son los artífices libres de la historia.
El enfoque opuesto al
anterior, que compartimos, es el materialista, y dice que las crisis no pueden
entenderse como una simple sucesión de contingencias fortuitas, o provocadas
por las ideas de tal o cual gobernante, sino deben explicarse a partir de las
relaciones sociales imperantes, el grado o intensidad de la lucha de clases, y
el desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas del país, en relación al
desarrollo de las fuerzas productivas globales, y el mercado mundial. De ahí la necesidad de poner el foco en el proceso de acumulación.
Fuente: https://rolandoastarita.blog/2018/12/07/la-crisis-argentina-una-vision-de-largo-plazo-1/
Fuente: https://rolandoastarita.blog/2018/12/07/la-crisis-argentina-una-vision-de-largo-plazo-1/
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