jueves, 20 de diciembre de 2018

I. Comprobamos que el capitalismo humanizado no existe en el mundo y descubramos cuál ha sido y es la responsabilidad de la burguesía local de nuestra situación.

La crisis argentina, 

una visión de largo plazo (1)

7 de diciembre de 2018


Rolando Astarita
Esta nota fue escrita a comienzos del mes de noviembre pasado, y fue publicada en francés en el sitio Al l’encontre (véasehttp://alencontre.org/ameriques/amelat/argentine/la-crise-argentine-mise-en-perspective-a-long-terme.html). La reproduzco ahora para los lectores del blog. Dada su longitud, la publico en tres partes.  
Disparada por la crisis cambiaria, la economía argentina se ha precipitado en la recesión. En septiembre, la actividad industrial se desplomó un 11.5% interanual; la construcción cayó 4,2%, también en términos anuales. El uso de capacidad industrial instalada, en septiembre, fue 61,1% (INDEC,  Instituto Nacional de Estadísticas y Censos). La evolución de la actividad económica en 2018, medida por el Estimador mensual (INDEC), se puede observar en el siguiente gráfico:
La previsión es que el PBI caiga 2,5% en 2018, y que se mantenga negativo por lo menos hasta mediados de 2019.
De octubre de 2017 a octubre de 2018 el dólar aumentó un 100%, y solo se ha estabilizado con el Banco Central pagando tasas del 70% (que dan lugar a grandes ganancias vía “carry trade”). Los bancos cobran (principios de noviembre) tasas del 75% para operaciones de cortísimo plazo, como adelantos de cuenta corriente, con la consecuencia de que el crédito se derrumbó.
La inflación en los 12 últimos meses (a octubre) es del 45,9% (INDEC). El consumo en octubre cayó (interanual) 9,4%, (Cámara Argentina de la Mediana Empresa). En los 10 primeros meses de 2018 los salarios disminuyeron, en términos reales, entre el 10% y 16%. De enero a agosto de este año se perdieron 106.000 empleos registrados (Ministerio de Trabajo) a lo que debe sumarse la caída en el empleo informal (más del 30% de los trabajadores ocupados están en la informalidad). Si se tiene en cuenta la caída de salarios, la reducción de puestos de trabajo y de horas trabajadas, la caída de los ingresos familiares en 2018 sería de entre el 11% y 18%.
La perspectiva del largo plazo
La actual crisis se inscribe en una larga historia de recurrentes caídas del producto, como puede verse en el siguiente cuadro, que registra las variaciones anuales del producto desde la crisis de 1975 hasta 2018 (primer semestre). Tomamos como referencia la crisis de 1975 ya que fue la última que ocurrió bajo la ISI, industrialización por sustitución de importaciones (o sea, el programa de avanzar en la industrialización basándose en el mercado interno).
A lo largo de estos 43 años, hubo nada menos que 18 de crecimiento negativo del PBI. En 1981-1982, 1988-1990, y 1999-2002, las caídas fueron superiores al 10%. Aunque los derrumbes se combinan con años de crecimiento, e incluso elevado crecimiento.
Precediendo, o acompañando, esas caídas del producto, se registra también una larga secuencia de crisis cambiarias, seguidas por alta inflación. Los episodios más destacados, desde 1975:
Entre abril de 1975 y abril de 1976 el precio del dólar subió 600%. En 1975 los precios aumentaron 183%, y 444% en 1976. En los 5 años siguientes, hasta 1981, la inflación anual promedió el 156%.
De junio de 1980 a junio de 1982 el dólar subió 1200%. Desde 1982 hubo una nueva aceleración de la subida de precios: en 1982 la inflación fue 344%; en 434% en 1983; en 1985, 385%. Se desacelera entre 1986 y 1987.
De febrero de 1988 a febrero de 1991 el precio del dólar se multiplicó por 1662 (pasó de $6,18 a $10.275). La inflación se dispara desde principios de 1988: ese año fue 388%; en 1989 alcanzó el 3080%; en 1990 fue 2314%. Estos procesos de hiperinflación se cortan con la ley de Convertibilidad (se establece, por ley, una relación fija de 1 peso = 1 dólar).
Entre noviembre de 2001 y diciembre de 2002 se produce la ruptura de la Convertibilidad, y el dólar aumenta 240%. La suba de precios en 2002 fue, del 41% (contra una deflación de 1,1% en 2001).
De enero 2013 a enero 2014 el precio del dólar subió 56,7%. La inflación (según el Índice de Precios Congreso) se acelera en 2014 y llega al 38,5% (contra un promedio anual del 23,5% entre 2007 y 2013).
Entre septiembre de 2017 y octubre de 2018 el precio del dólar aumentó 114%. La inflación pasa del 25%, en 2016, al 45% (previsto) en 2018.
Estas violentas oscilaciones del tipo de cambio nominal y las tasas de inflación provocaron pronunciadas variaciones del tipo de cambio real. El siguiente gráfico muestra cómo varió el tipo de cambio real multilateral desde 1997 al presente.
Interpretación subjetiva o materialista
Frente a la sucesión de crisis, caídas del producto, devaluaciones y alzas de precios, existen dos tipos fundamentales de interpretaciones. Una sostiene que esas evoluciones se explican por razones exógenas a la economía, básicamente por políticas equivocadas de los gobiernos. Esta explicación es común tanto a pensadores de la derecha –“la crisis se debe a que el Estado gasta más allá de sus posibilidades”-; como a los que se identifican con el centro progresismo –“las crisis se deben a que los gobiernos son corruptos”. Pero la explicación que hace hincapié en factores exógenos también se extiende a gran parte de la izquierda y los representantes del nacionalismo pequeño burgués. Según estos últimos enfoques, las  crisis son el producto de los programas perversos y saqueadores de los gobiernos neoliberales y proimperialistas. Por eso la solución a los problemas pasaría por el acceso al poder de fuerzas políticas con un pensamiento nacional, más o menos de izquierda.
De conjunto, se trata de variantes del “idealismo subjetivo” (Lenin, caracterizando al populismo), cuyo tronco común es la creencia de que las personas, con sus ideas y sentimientos, son los  artífices libres de la historia.

El enfoque opuesto al anterior, que compartimos, es el materialista, y dice que las crisis no pueden entenderse como una simple sucesión de contingencias fortuitas, o provocadas por las ideas de tal o cual gobernante, sino deben explicarse a partir de las relaciones sociales imperantes, el grado o intensidad de la lucha de clases, y el desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas del país, en relación al desarrollo de las fuerzas productivas globales, y el mercado mundial. De ahí la necesidad de poner el foco en el proceso de acumulación.
Fuente: https://rolandoastarita.blog/2018/12/07/la-crisis-argentina-una-vision-de-largo-plazo-1/

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