Entrevista a Noam
Chomsky
Destruyendo la
democracia
10 de diciembre de 2018
Christopher Lydon
El Viejo Topo
Nota
de edición:
Noam Chomsky cumplió el pasado viernes (7-12) noventa años. En esta entrevista,
el gran lingüista y activista vincula la laminación de los valores democráticos
con la caída de la tasa de beneficios y la alternativa fabricada por los amos
del poder: el neoliberalismo.
Incluimos aquí
un fragmento de una conversación entre Chomsky y Lydon, extraída de Comments Off on Destroying
Democracy, en la que el veterano activista vincula la laminación de los
valores democráticos con la caída de la tasa de beneficios y la solución dada
por los poderes políticos y económicos a esa caída: el neoliberalismo.
—Todo lo que te pedimos es
que nos expliques dónde estamos en este mundo, cuando…—Eso es fácil.
—…cuando tanta gente está al borde de algo, de algo histórico. ¿Puede hacernos un sumario?
—Bueno, un breve sumario, creo que si se le echa un vistazo a la historia después de
En 1945, el Bulletin of Atomic Scientists inauguró su famoso Reloj del Apocalipsis. Se puso en marcha cuando faltaban siete minutos para
Ocurrió un tercer acontecimiento. Empezando alrededor de los años setenta, la inteligencia humana se dedicó a eliminar, o por lo menos a debilitar, a las principales barreras contra estas amenazas. Lo llaman neoliberalismo. Hubo una transición en la época que algunos denominaron estado de bienestar, los cincuenta y los sesenta, con un gran periodo de crecimiento, de crecimiento igualitario, progreso en la justicia social y así…
La socialdemocracia…
La social democracia, sí. A veces se le llama “la edad de oro del capitalismo moderno”. Esto cambió en los setenta, cuando se estableció la era del neoliberalismo en la que vivimos desde entonces. Si te preguntas qué clase de era es, pues su principio fundamental es desactivar los mecanismos de solidaridad social y soporte mutuo, y el compromiso popular en la determinación de las políticas.
No se llama así. Se le llama “libertad”, pero “libertad” implica subordinación a las decisiones de un poder concentrado, no responsable, privado. Eso es lo que significa. Las instituciones gubernamentales –u otros tipos de asociaciones que posibilitan la participación de la gente en la toma de decisiones– son sistemáticamente debilitadas. Margaret Thatcher lo dijo muy educadamente: “la sociedad no existe, solo existen individuos”.
De hecho, estaba parafraseando, seguramente de forma inconsciente, a Marx quien, en su condena de la represión en Francia, dijo “la represión está transformando a la sociedad en un saco de patatas, solo individuos, una masa amorfa que no puede actuar conjuntamente”. Era una condena. Para Thatcher, es un ideal –y eso es el neoliberalismo. Destruimos, o como mínimo desacreditamos los mecanismos de gobierno a través de los cuales la gente, al menos en principio, puede participar en la medida en que esa sociedad sea democrática. Así que debilitadlos, desacreditad a los sindicatos, a otras formas de asociaciones, dejadlos como un saco de patatas y, mientras tanto, transferid la toma de decisiones a poderes privados y no responsables; todo con la retórica de la libertad.
¿Qué conlleva esto? La única barrera que nos protege de estas destructivas amenazas es una sociedad comprometida, una sociedad informada y comprometida que actúe conjuntamente para desarrollar los medios que permitan hacer frente a estas amenazas y responder a ellas. Esta ha sido sistemáticamente debilitada, deliberadamente. Quiero decir, en los setenta hablábamos de esto. Hubo un gran debate entre la élite sobre el peligro de que hubiera demasiada democracia y la necesidad de lo que llamaron “moderación” en la democracia, para que la gente fuera más pasiva y apática, para que no moleste demasiado; eso es lo que hacen los programas neoliberales. Lo mezclas todo y ¿qué sale? Una tormenta perfecta.
—Todo el mundo ve los titulares, con el Brexit, Donald Trump y el nacionalismo hindú y el nacionalismo en todas partes y Le Pen; se ponen más o menos juntos y sugieren un fenómeno mundial real.
—Está claro y era predecible. No se puede saber en qué momento pero, cuando se imponen políticas socioeconómicas que conducen al estancamiento o al declive para la mayoría de la población, a deslegitimar la democracia, a que las decisiones políticas no estén en manos del pueblo, el resultado es gente descontenta, enfurecida y atemorizada. Y este es el fenómeno que, de forma engañosa, se conoce como “populismo”.
—No sé qué piensas de Pankaj Mishra pero a mí me gusta su libro “La edad de la ira”, que empieza con una carta anónima a un periódico de alguien que dice “Deberíamos admitir que no solo estamos aterrorizados sino que también estamos desconcertados. Desde el triunfo de los vándalos en Roma y el norte de África, nada ha sido tan incomprensible y difícil de revertir”.
—Ahí está el fallo del sistema informativo, porque es muy comprensible y muy obvio y muy simple. Fíjate, por ejemplo, en los Estados Unidos, que ha sufrido mucho menos por estas políticas que otros países. Toma el año 2007, un año crucial justo antes del derrumbe. ¿Cómo era aquella magnífica economía que era tan elogiada en aquél momento? Era una en la que los salarios de los trabajadores americanos, de hecho, eran más bajos que en 1979, cuando empezó el periodo neoliberal.
Este hecho no tiene precedentes históricos, exceptuando situaciones tras catástrofes, guerras o cosas parecidas. Fue un periodo largo en el que los salarios reales habían decrecido, aunque se amasaron riquezas en algunos bolsillos. También fue una época en la que se crearon nuevas instituciones, instituciones financieras. Si nos fijamos en los años cincuenta y sesenta –la llamada época dorada– los bancos estaban conectados con la economía real. Esa era su función. No había caídas en la banca porque había regulaciones de los mercados financieros.
A principios de los años setenta hubo un cambio drástico. En primer lugar, las entidades financieras se inflaron a gran escala. En 2007 obtuvieron un 40% de beneficios. Por lo tanto, dejaron de estar conectadas a la economía real.
En Europa, la forma en que se desacredita a la democracia es muy directa. Las decisiones están en las manos de una troika que no ha sido elegida:
Hemos visto en las pasadas elecciones francesas que los dos candidatos eran ajenos al establishment. Los partidos centrales se han hundido. Lo vimos en las elecciones americanas. Dos candidatos fueron capaces de movilizar a las masas: uno de ellos era un multimillonario odiado por el sistema, el candidato republicano que ganó las elecciones –pero fijaros en que una vez toma posesión es el antiguo sistema el que dirige el país. Puedes manifestarte en contra de Goldman Sachs durante el periodo de campaña, pero asegúrate de que se encarguen de la economía cuando seas presidente.
—Así que la cuestión es, en un momento en que la gente está casi lista para actuar y casi lista para reconocer que este juego no funciona, ¿tenemos la capacidad, como especie, de actuar en consecuencia, de adentrarnos en ese estado de perplejidad y, más adelante, pasar a la acción?
—Pienso que el destino de nuestra especie depende de ello; recuerda, no es solo desigualdad, estancamiento, estamos ante un desastre terminal. Hemos creado la tormenta perfecta. Estos deberían ser los titulares de cada día. Desde
Quiero volver al libro de Pankaj Mishra “La edad de la ira” por un momento. No es la edad de la ira, es la edad del resentimiento contra las políticas socioeconómicas que han dañado a la mayor parte de la población durante las últimas generaciones que, conscientemente y como principio, han desvirtuado la participación democrática. ¿Por qué no debería haber ira?
—Pankaj Mishra lo llama –es una palabra nietzscheana– “resentimiento”, que hace referencia a un cierto tipo de ira explosiva. Pero él dice que “es la característica distintiva de un mundo en el que la promesa moderna de igualdad colisiona con una masiva disparidad de poder, educación, estatus, y….”
—Esto ha sido diseñado así. Mira los años setenta: en el panorama, el panorama de la élite, había una gran preocupación con el activismo de los años sesenta, un período tumultuoso. Hizo que el país se convirtiera en civilizado, lo que para ellos puede ser peligroso. Lo que pasó es que grandes sectores de la población –que habían sido pasivos, apáticos, obedientes– intentaron entrar en la escena política de una u otra forma para presentar sus intereses y preocupaciones. Los llaman de “especial interés”. Eso significa minorías: la gente joven, los ancianos, los agricultores, los obreros, las mujeres… En otras palabras:
A mediados de los setenta se publicaron dos documentos bastante importantes. Venían de lugares opuestos en el espectro político, ambos influyentes y ambos alcanzaron las mismas conclusiones. Uno de ellos, relativamente más a la izquierda, fue escrito por
—Recuerdo bien ese libro.
—Necesitamos moderar la democracia.
—No solo eso, le dio la vuelta a la frase de Al Smith. Al Smith dijo que “la cura para la democracia es más democracia.” Huntington dijo, “no, la cura para esta democracia es menos democracia”.
—No
fue él. Fue el régimen liberal, hablaba en su nombre. Es el punto de vista
consensuado de los liberales internacionalistas y las tres grandes democracias
industriales. Ellos –en su consenso– concluyeron que la mayor parte del
problema es, en sus propias palabras, que “las instituciones son las
responsables del adoctrinamiento de los jóvenes”. Las escuelas, las
universidades, las iglesias, no están haciendo bien su trabajo. No están
adoctrinando a los jóvenes adecuadamente. Los jóvenes tienen que volver a ser
pasivos y obedientes, entonces se arreglará la democracia. Eso
sería el lado izquierdo.
Pero hay algo más. Como resultado del activismo de los años
sesenta y la militancia laboral, hubo una caída de la tasa de beneficio. Esto
no es aceptable, así que había que revertir esta caída, había que debilitar la
participación democrática. ¿Qué llega? El neoliberalismo, que tiene exactamente
esos efectos.
Entrevista realizada por Christopher Lydon y
publicada en el nº 361 de El Viejo Topo, febrero de 2018
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=250023
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