Foro Alternativo Mundial
de las Aguas 2018
5 de abril de 2018
"Reafirmamos que las diversas luchas en defensas de las aguas dicen alto y claro que el agua
no es ni puede ser una mercadería. No es un recurso para ser apropiado,
explotado y destruido para el buen rendimiento de los negocios. Agua es bien
común y debe ser preservada y gestionada por los pueblos para las necesidades
de la vida, garantizando su reproducción y perpetuación."
¿Quiénes somos?
Nosotras y nosotros,
constructoras y constructores del Foro Alternativo Mundial del Agua (FAMA),
tras reunirnos del 17 al 22 de marzo de 2018 en Brasilia, declaramos a la
sociedad lo que acumulamos después de muchos debates, intercambios, sesiones
culturales y relatos, tanto durante los varios meses de preparación cuanto en
estos últimos días en que nos reunimos aquí. Somos más de 7 mil trabajadoras y trabajadores
del campo y la ciudad, de las aguas y las selvas, representantes de pueblos
originarios y comunidades tradicionales, articulados en 450 organizaciones de
todos los continentes. Somos movimientos populares, tradiciones religiosas y
espiritualidades, organizaciones no gubernamentales, universidades,
investigadores/as, ambientalistas; organizados en grupos, colectivos, redes,
frentes, comités, foros, institutos, articulaciones, sindicatos y consejos.
Con la grandeza de los
pueblos, intercambiamos experiencias de conocimiento, resistencia y lucha.
Somos conscientes de que lo que producimos es para garantizar la vida y su
diversidad. Estamos creando unidad y fuerza popular para reflexionar y luchar
juntas y juntos por el agua y por la vida en sus más variadas dimensiones. Lo
que nos une es la vida. Y
por ella luchamos. Eso es lo que nos diferencia de los proyectos y relaciones
del capital, expresados en el Foro de las Corporaciones, el Foro Mundial del
Agua (FMA).
También estamos aquí
para denunciar su 8º edición, realizada también en Brasilia, evento organizado
por el llamado Consejo Mundial del Agua, y que en realidad es un espacio de
captura y robo de nuestras aguas. El Foro y el Consejo son espacios vinculados
a las grandes corporaciones trasnacionales y buscan satisfacer sus intereses,
en detrimento de los pueblos y de la naturaleza.
Nuestras
constataciones sobre el momento histórico
El modo de producción
capitalista, históricamente concentra y centraliza riqueza y poder, a partir de
la ampliación de sus formas de acumulación, intensificación de sus mecanismos
de explotación del trabajo, y profundización de su dominio sobre la naturaleza,
acarreando la destrucción de nuestros modos de vida. Vivimos un período de
crisis del capitalismo y de su modelo político representado por la ideología
neoliberal, que se busca intensificar con la transformación de los bienes
comunes en mercadería, a través de procesos de privatización; fijación de
precios y financiarización.
La persistencia de ese
modelo ha profundizado las desigualdades y la destrucción de la naturaleza, a
través de los planos de emergencia del capital en los momentos en que se
profundiza su crisis. En este escenario, las acciones del capital se orientan a
mantener a cualquier costo sus altas tasas de interés, lucro y renta.
Este modelo impone a
América Latina y el Caribe el papel de productores de artículos primarios y
proveedores de materias primas, actividades intensivas en bienes naturales y
fuerza de trabajo. Subordina la economía de estos países a un papel de
dependencia en la economía mundial, y los convierte en objetivos primordiales
de esta estrategia de ampliación de la explotación a cualquier costo.
Brasil, que recibe
esta edición del FAMA, es un ejemplo en este sentido. El golpe reciente expone
la acción coordinada de las corporaciones con sectores del parlamento, de los medios y el Poder Judicial para romper el orden
democrático y someter al gobierno nacional a una agenda que atienda rápidamente
sus intereses. Se implementó aquí la medida presupuestaria más dura del mundo,
donde el presupuesto público se congeló por 20 años, garantizando el drenaje de
recursos públicos para el sistema financiero y sentando las bases para una onda
privatizadora, que incluye la infraestructura de almacenamiento, distribución y
saneamiento de aguas.
¿Cuáles son las
estrategias de las corporaciones para el agua?
Identificamos que el
objetivo de las corporaciones es ejercer control privado del agua a través de
la privatización, mercantilización y de su licenciamiento, convirtiéndola en
fuente de acumulación a escala mundial, generando lucros para las
trasnacionales y el sistema financiero. Para eso están en curso diversas
estrategias que van desde el uso de la violencia directa hasta las formas de
captura corporativa de gobiernos, parlamentos, judiciarios, agencias
reguladores y demás estructuras jurídico-institucionales para actuar en favor
de los intereses del capital.
Existe también una
ofensiva ideológica articulada junto a los medios
de comunicación, educación y propaganda que buscan crear hegemonía en la
sociedad contraria a los bienes comunes y a favor de transformarlos en
mercadería.
El resultado deseado
por las corporaciones es la invasión, apropiación y control político y
económico de los territorios, de las nacientes, ríos y reservorios, para
atender los intereses del agronegocio, hidronegocio, industria extractiva,
minería, especulación inmobiliaria y generación de energía hidroeléctrica. El
mercado de bebidas y otros sectores quieren controlar los acuíferos. Las
corporaciones quieren también controlar toda la industria de abastecimiento de
agua y alcantarillado sanitario para imponer su modelo de mercado y generar
lucros, transformando un derecho históricamente conquistado por el pueblo en un
bien más de consumo. Quieren también los manantiales de Brasil, América Latina
y el mundo para generar valor y viabilizar el mercado mundial del agua.
Denunciamos a las
trasnacionales Nestlé, Coca-Cola, Ambev, Suez, Veolia, Brookfield (BRK
Ambiental), Dow AgroSciences, Monsanto, Bayer, Yara, los organismos financieros
multilaterales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, y ONG
ambientalistas de mercado, como The Nature Conservancy y Conservation
Internacional, entre otras que expresan el carácter del Foro de las
Corporaciones. Denunciamos el crimen cometido por la Samarco, Vale y BHP
Billiton, que contaminó con su lama tóxica el Río Doce, matando toda una cuenca
hidrográfica, inúmeras personas y hasta hoy sigue impune.
Denunciamos el
reciente crimen practicado por la empresa noruega Hydro Alunorte que vertió
miles de toneladas de residuos de minería a través de canales clandestinos en
el corazón de la Amazonia y el asesinato del líder comunitario Sergio Almeida
Nascimento que denunciaba sus crímenes. Ejemplos como estos se reproducen por
todo el mundo.
Los pueblos son
víctimas de este avance del proyecto de las corporaciones. Las mujeres, pueblos
originarios y comunidades tradicionales, poblaciones negras, migrantes y
refugiados, agricultores familiares y campesinos, así como las comunidades
periféricas urbanas sufren directamente los ataques del capital y las
consecuencias sociales, ambientales y culturales de sus acciones.
En los territorios y
locales donde hubo o existen planes de privatización, se profundizan las
desigualdades, el racismo, la violencia sexual y la sobrecarga de trabajo para
las mujeres, la criminalización, los asesinatos, amenazas y persecuciones a
líderes, demisiones en masa, precarización del trabajo, retirada y violación de
derechos, reducción salarial, aumento de la explotación, brutal restricción al
acceso al agua y a los servicios públicos, reducción en la calidad de los
servicios prestados a la población, ausencia de control social, aumentos
abusivos en las tarifas, corrupción, deforestación, contaminación y
envenenamiento de las aguas, destrucción de las nacientes de los ríos y ataques
violentos a los pueblos y sus territorios, en especial a quienes resisten las
reglas impuestas por el capital.
La dinámica de
acumulación capitalista se entrelaza con el sistema hetero-patriarcal, racista
y colonial, controlando el trabajo de las mujeres y ocultando intencionalmente
su papel en las esferas de reproducción y producción. En este momento de
ofensiva conservadora, se profundiza la división sexual del trabajo y del
racismo, causando aumento de pobreza y precarización de la vida de las mujeres.
La violencia contra
las mujeres es una herramienta de control sobre nuestros cuerpos, nuestro
trabajo y nuestra autonomía. Esa violencia se intensifica con el avance del
capital, y se refleja en el aumento del asesinato de mujeres, de la
prostitución y la violencia sexual. Todo eso imposibilita que las mujeres vivan con dignidad y placer. Para las diversas
religiones y espiritualidades, todas esas injusticias en relación a las aguas y
los territorios, configuran una desacralización del agua recibida como un don
vital, y dificultan las relaciones con lo Trascendente como horizonte mayor de
nuestras existencias.
Destacamos que para
los Pueblos Originarios y Comunidades Tradicionales existe una relación
interdependiente con las aguas, y todo lo que las afecta, y todos los ataques
criminales que sufren, repercuten directamente en la existencia de esos pueblos
en sus cuerpos y mentes. Estos pueblos se afirman como agua, ya que existe una
profunda unidad entre ellos y los ríos, lagos, lagunas, nacientes, manantiales,
acuíferos, pozos, veredas, estuarios, mares y océanos como una entidad única.
Declaramos que las aguas son seres sagrados. Todas las aguas son una sola agua
en permanente movimiento y transformación. El agua es una entidad viva, y como
tal, merece ser respetada.
Finalmente,
constatamos que la entrega de nuestras riquezas y bienes comunes conduce a la
destrucción de la soberanía y autodeterminación de los pueblos, así como a la
pérdida de sus territorios y modos de vida.
Pero afirmamos:
¡Resistimos y venceremos!
Nuestra lucha es
legítima. Somos los guardianes y guardianas de las aguas y somos defensores de la vida. Somos un pueblo
que resiste y nuestra resistencia vencerá todas las estructuras que dominan,
oprimen y explotan nuestros pueblos, cuerpos y territorios. Somos como agua,
alegres, transparentes y en movimiento Somos pueblo de agua y el agua de los
pueblos. En estos días de convivencia colectiva, identificamos una
extraordinaria diversidad de prácticas sociales, con enorme riqueza de
culturas, conocimientos y formas de resistencia y de lucha por la vida. Nadie se
rendirá. Los pueblos de las aguas, selvas y campos resisten y no se entregarán
al capital. Así también ha sido la lucha de los obreros y de todas las
trabajadoras y trabajadores de las ciudades que demuestran cada vez mayor
fuerza. Tenemos la convicción de que solamente la lucha conjunta de los pueblos
podrá derrotar todas las estructuras de injusticia que sustentan esta sociedad.
Vemos que la
resistencia y la lucha viven en todos los territorios de Brasil y del mundo, y
estamos convencidos de que nuestra fuerza debe continuar caminando y unirse a
las grandes luchas nacionales e internacionales. La lucha de los pueblos en
defensa de las aguas es mundial.
Agua es vida, salud,
alimento, territorio, derecho humano y bien común sagrado.
Lo que proponemos
Reafirmamos que las
diversas luchas en defensas de las aguas dicen alto y claro que el agua no es
ni puede ser una mercadería. No es un recurso para ser apropiado, explotado y
destruido para el buen rendimiento de los negocios. Agua es bien común y debe
ser preservada y gestionada por los pueblos para las necesidades de la vida,
garantizando su reproducción y perpetuación. Por eso, nuestro proyecto para las
aguas tiene a la democracia como un pilar fundamental. Es solamente por medio
de procesos verdaderamente democráticos -que superen la manipulación de los medios y del dinero- que los pueblos pueden
construir el poder popular, el control social y el cuidado efectivo de las
aguas, afirmando sus saberes, tradiciones y culturas en oposición al proyecto
autoritario, egoísta y destructivo del capital.
Somos radicalmente
contrarios a las diversas estrategias presentes y futuras de apropiación
privada sobre el agua, y defendemos el carácter público, comunitario y popular
de los sistemas urbanos de gestión y cuidado del agua y el saneamiento. Por eso
saludamos y estimulamos los procesos de re-estatización de compañías de agua y
saneamiento y otras formas de gestión. Seguiremos denunciando los intentos de
privatización y de apertura de capital, como ocurre en Brasil, donde 18 estados
manifestaron interés en la privatización de sus compañías.
Defendemos el trabajo
decente, basado en relaciones de trabajo democráticas, protegidas y libres de
toda forma de precarización. También es fundamental la garantía de acceso
democrático y sustentable al agua, junto a la implementación de la reforma
agraria y la defensa de los territorios, que garanticen la producción de
alimentos con bases agroecológicas, respetando las prácticas tradicionales y
buscando impulsar la soberanía alimentaria de las trabajadoras y trabajadores
rurales y urbanos.
Estamos comprometidos
con la superación del patriarcado y de la división sexual del trabajo, y
entendemos que es necesario reconocer que el trabajo doméstico y de cuidados
está en la base de la sustentabilidad de la vida. El combate al racismo también nos une en la
lucha por el reconocimiento, titulación y demarcación de los territorios de los
pueblos originarios y comunidades tradicionales, y en la reparación al pueblo
negro e indígena que vive marginalizado en las periferias de los centros
urbanos.
Nuestro proyecto es
orientado por la justicia y por la solidaridad, no por el lucro. En él, nadie
pasará sed o hambre, y todas y todos tendrán acceso al agua de calidad, en
cantidades suficientes, así como también a los servicios públicos de
saneamiento.
Nuestro plan de
acciones y luchas
La profundidad de
nuestros debates y elaboraciones colectivas, el suceso de nuestra movilización,
la diversidad de nuestro pueblo y la amplitud de los desafíos que precisan ser
combatidos nos impulsan a continuar el enfrentamiento al sistema capitalista,
patriarcal, racista y colonial, teniendo como referencia la construcción de la
alianza e unidad entre toda la diversidad presente en el FAMA 2018.
Trabajaremos, a través
de nuestras formas de lucha y organización, para ampliar la fuerza de los pueblos
en el combate a la apropiación y destrucción de las aguas. La intensificación y
calificación del trabajo de base junto al pueblo, la acción y formación
política para construir una concepción crítica de la realidad serán nuestros
instrumentos. El pueblo debe asumir el comando de la lucha. Apostamos
por su protagonismo y su construcción heroica. Vamos a practicar nuestro apoyo
y solidaridad internacional a todos los procesos de luchas de los pueblos en
defensa del agua y denunciaremos la arquitectura de la impunidad, que por medio
de regímenes de libre comercio e inversiones, concede privilegios a las
corporaciones trasnacionales y facilita sus crímenes.
Multiplicaremos las
experiencias compartidas en el Tribunal Popular de las Mujeres, para la
promoción de la justicia popular, visibilizando las denuncias de los crímenes
contra nuestra soberanía, los cuerpos, los bienes comunes y la vida de las
mujeres del campo, las selvas, las aguas y las ciudades.
El agua es un don que
la humanidad recibió gratuitamente, derecho de todas las criaturas y bien
común. Por eso, nos comprometemos a unir mística y política, fe y profecía
luchando contra los proyectos de privatización, mercantilización y
contaminación de las aguas que hieren su dimensión sagrada.
El Foro Alternativo
Mundial del Agua (FAMA) apoya, se solidariza y estimulará todos los procesos de
articulación y lucha de los pueblos en Brasil y en el mundo, tales como la
construcción del “Congreso del Pueblo”, del campamento “Tierra Livre”, la “Asamblea Internacional
de los Movimientos y Organizaciones de los Pueblos”, la “Jornada Continental
por la Democracia y Contra el Neoliberalismo”, la campaña internacional para
desmantelar el poder corporativo y por el “tratado vinculante” como herramienta
para exigir justicia, verdad y reparación frente a los crímenes de las
trasnacionales.
Convocamos a todos los
pueblos a luchar juntos para defender el agua. Agua no es mercadería. El agua
es del pueblo y por ellos debe ser controlada. Es tiempo de esperanza y de
lucha. Sólo la lucha nos llevará a la victoria. ¡Venceremos!
Firman la declaración:
Articulação dos Povos
Indígenas do Brasil
Articulação Semiárido
Brasileiro
Associação Brasileira
de Saúde Coletiva
Associação Nacional dos
Serviços Municipais de Saneamento
Cáritas Brasil
Central de Movimentos
Populares
Conselho Nacional das
Populações Extrativistas
Confederação Nacional
dos Urbanitários
Confederação Nacional
das Associações de Moradores
Coordenação Nacional de
Articulação das Comunidades Negras Rurais Quilombolas
Conselho Nacional de
Igrejas Cristãs do Brasil
Confederação Nacional
dos Trabalhadores na Agricultura
Comissão Pastoral da
Terra
Confederação Sindical
de Trabalhadores/as das Américas
Central Única dos
Trabalhadores
Federação de Órgãos
para Assistência Social e Educacional
Fórum Brasileiro de
ONGs e Movimentos Sociais para o Meio Ambiente e o Desenvolvimento
Federação Nacional das
Associações do Pessoal da Caixa Econômica Federal
Federação Interestadual
de Sindicatos de Engenheiros
Frente Nacional pelo
Saneamento Ambiental
Federação Nacional dos
Urbanitários
Federação Única dos
Petroleiros
Fórum de Mudanças
Climáticas e Justiça Social
Instituto Brasileiro de
Proteção Ambiental
Internacional de
Serviços Públicos
Marcha Mundial das
Mulheres
Movimento dos Atingidos
por Barragens
Movimento dos Pequenos
Agricultores
Movimento de Pescadores
e Pescadoras Artesanais do Brasil
Movimento dos
Trabalhadores Rurais Sem Terra
Movimento dos
Trabalhadores Sem Teto
ONG Proscience
Rede Mulher e Mídia
Serviço
Interfranciscano de Justiça Paz e Ecologia
Sociedade Internacional
de Epidemiologia Ambiental
Vigência
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