Expofrut-Univeg-Greenyard:
las responsabilidades empresariales del caso Solano.
18 de julio de 2018
Univeg (hoy Greenyard) era el grupo
empresarial que concentraba entre otras a Expofrut Argentina. Esta última
contrataba a la
tercerizadora Agrocosecha que empleó y estafó a Daniel Solano y a
sus 400 compañeros; ese es, para la querella, el móvil del asesinato y
desaparición del joven. Por Jessica Visotsky, Eugenia De Rossi y
Marcela Torres, para ANRed.
Un “jugador mundial”
El cambio de denominación es una
práctica habitual en las empresas nacionales y transnacionales para evadir
impuestos o responsabilidades más serias, como la trata o muerte de
trabajadores. En el Caso Solano ya lo hemos visto, la empresa Agrocosecha
S.A, donde trabajaba Daniel, cambió su nombre a Trabajo
Argentino después
de su desaparición. Recientemente la transnacional UNIVEG ,
aliada a EXPOFRUT S.A. (la empresa que contrataba a Agrocosecha primero y luego
a Trabajo Argentino), ha cambiado el nombre a GREENYARD, también con sede en
Bélgica y en el mismo lugar físico donde se asentaba UNIVEG.
Según su página
oficial, EXPOFRUT nació en 1971 “en la privilegiada zona del Alto
Valle de Río Negro, Patagonia Argentina, estableciéndose en ese momento como empresa
netamente exportadora, con actividades de compra y venta de fruta fresca”.
EXPOFRUT pasó por alianzas con grupos
alemanes e italianos antes de asociarse con la Belga UNIVEG ; en 1981
“una alianza con el grupo alemán REWE le permite incorporar capitales, adquirir
empaques, frigoríficos y chacras, comenzando a producir y empacar su propia
fruta, adicionando así más volumen a su principal actividad, la
exportación” y para 1988 negoció una alianza estratégica con el grupo
italiano Bocchi, líder mundial en comercialización de frutas y verduras: “el fuerte perfil exportador de Expofrut se consolidó
en 1993, cuando el Grupo Bocchi adquirió la mayoría de las acciones de la compañía. Esto
permitió a Expofrut asegurarse una posición privilegiada en los mercados
europeos, colocando sus productos directamente en las góndolas de los
principales supermercados de la Unión Europea ”.
Fue en 2006 que el grupo Bocchi se
fusiona con el Grupo UNIVEG “cuadruplicando
su volumen y adquiriendo una presencia estratégica en 4 continentes”.
Para abril de 2008 “UNIVEG adquiere el 100%
de las acciones de las compañías Bocchi en la división ‘Frutas y Verduras’.
Este hecho unifica a ambos grupos y pone énfasis en la política unísona de
Bocchi y Univeg. De esta manera, se reconoce a Univeg como ‘un jugador mundial’ en el mercado de productos frescos”.
Así es que a mediados de 2010, un año
antes de que Daniel Solano iniciara el reclamo que lo llevó a su muerte y
desaparición de su cuerpo, el Grupo Univeg “inicia
en Argentina una reorganización societaria, de modo que EXPOFRUT pasa todo su
negocio a una nueva compañía denominada Univeg Expofrut S.A.”.
Bélgica, capital de Europa
Bélgica son dos Bélgicas, la Bélgica de
habla holandesa (neerlandés, más bien), la zona de Flandes, y la Bélgica de
habla francesa. La Bélgica industrial y la Bélgica campesina.
Bruselas es la capital del país. Una
ciudad multicultural hoy; con una gran migración de África del Norte y Medio
Oriente, un número importante de ellos son de religión musulmana, las migraciones
más antiguas de europeos, portugueses e italianos. Hay barrios donde el 80% de
la población son migrantes. Bruselas le dicen a la capital de la Unión Europea porque
ella acoge las sedes de sus “grandilocuentes” instituciones.
Si nos alejamos hacia la zona de
Flandes, la de habla neerlandesa, nos encontraremos con una región industrial
en la que la mayoría de sus habitantes ven con simpatía las políticas
migratorias del gobierno del derechista Theo Franken, Secretario de Estado para
el Asilo y la Migración y abiertamente defensor del nazismo. Este funcionario
ha implementado medidas de expulsión de inmigrantes al África que
han sido torturados en los traslados bajo la política del “cleaning up”
(limpieza), así como recientemente la nueva voluntad es la de encarcelar
familias de inmigrantes. En este país, en este contexto, el Primer Ministro
(Charles Michel) ha avalado estas políticas y a este funcionario sumamente
cuestionado, definiéndolo como “duro pero justo” por la política de protección
de sus fronteras. Fronteras que no existen para los capitales, pero que sí
existen para las personas.
Si nos alejamos decíamos hacia el
norte, hacia Flandes, llegamos a una localidad industrial llamada Melinas.
Llegar de Bruselas a Melinas es un viaje en tren y un viaje en colectivo de
casi una hora y media. Ese viaje hicimos y en la espera del colectivo
compartimos algo en un puesto de comida árabe, hecha por un migrante kurdo.
Melinas es básicamente un parque industrial, ahí se emplazan las grandes
empresas transnacionales; ahí estaba Univeg (hoy Greenyard), el grupo que
concentraba entre otras a Expofrut Argentina. En esta empresa,
en el momento del asesinato de Daniel Solano, era director Fernando Oris De
Roa, el actual embajador argentino en Estados Unidos (nombramiento que acaba de
ser aprobado por el Senado). Expofrut contrataba a la tercerizadora Agrocosecha que empleó y estafó a Daniel Solano y
a sus 400 compañeros; ese es, para la querella, el móvil del asesinato y
desaparición de Daniel.
Fuimos hasta la empresa
Nos comunicamos telefónicamente con
Greenyard un día antes para anunciar que iríamos y que llevábamos una carta de
la familia de Daniel Solano y el documental realizado por los abogados de la
causa, Sergio Heredia y Leandro Aparicio. Nos notificaron que la empresa
había cambiado de razón social, ahora se llamaba Greenyard.
Solicitaron números de teléfono para comunicarse y pasada una hora llamaron al
número que dimos para pedirnos que solicitemos una entrevista vía mail, con
copia a dos correos: al director de la empresa Charles
Deliedekerke y a la persona con quien hablábamos, un tanto en
inglés, un tanto en un castellano interferido, su asistente. Se solicitó esa
entrevista y al no tener respuesta viajamos igual hasta Melinas. En la página
oficial del grupoGreenyard puede
leerse, en su traducción:
“PROVEEDORES FAVORITOS DE GREENYARD:
Los proveedores de frutas frescas asociados a Greenyard Fresh obtienen y
exportan productos frescos procedentes de diversos países. Entre estos se
encuentran las oficinas de aprovisionamiento propias de Greenyard en Brasil,
Chile, Colombia y Perú, así como las empresas de nuestros proveedores
preferidos: The Fruit Farm Group y Expofrut Argentina”.
En esta misma página dice que la
empresa tiene 10.000 empleados en el mundo y que facturan más de 4 millones de
euros anuales. Los trabajadores golondrinas, jóvenes indígenas explotados,
estafados, viviendo en condiciones inhumanas, ¿entran dentro de estos 10.000?,
nos preguntábamos.
Caminamos 1 km . desde donde nos dejó el
colectivo y ya cerca de la dirección a la que Google Maps
nos llevaba, vemos un camión con el letrero UNIVEG y otros con el letrero
GREENYARD.
Un gran edificio vidriado, parques con
autos ultísimos modelos, estacionados, y una recepcionista a la que le
manifestamos que veníamos desde Argentina a hacer entrega de una carta y un
documental del Caso Solano, que nos habíamos comunicado el día anterior. Ella
recordaba la
comunicación. Hizo un llamado y dijo que no había ya nadie de
la empresa para recibirnos. Entonces le comentamos del caso, le hablamos de
Daniel, de los otros trabajadores asesinados y desaparecidos, de la estafa. La mujer se
comenzó a incomodar e hizo un llamado. Nos dijo que vendría la asistente del
Director.
Muy irritada vino esta mujer, con quien
habíamos hablado el día anterior, manifestando que la entrevista no había sido
dada y que estos no eran temas para conversar delante de gente que no tenía por
qué enterarse. Nos pidió que solicitemos nuevamente una entrevista, que
habría habido un error en el mail y bla bla bla. Esconder bajo la alfombra, que
otrxs trabajadorxs no se enteren, no osen sensibilizarse, no se solidaricen, y
que puedan seguir siendo productivos.
Le dejamos la carta de la Familia Solano en
tres idiomas (español, inglés y francés), el documental de la causa (que
siempre ha estado traducido al inglés), colgamos afuera carteles de Daniel
Solano y nos fuimos.
Por la noche se hizo una proyección en
un espacio social en Bruselas, en un barrio de migrantes, donde un par de
vecinas del barrio y jóvenes vieron el documental en su traducción al inglés,
conversamos como pudimos y estrechamos lazos de solidaridad desde abajo, desde
quienes hacemos los pueblos, esos lazos que son irrompibles.
La estafa laboral a los norteños
Los abogados querellantes siempre
investigaron en dos direcciones: el crimen de Daniel Solano y la empresa donde
trabajaba (Agrocosecha – Expofrut). Esto fue posible porque alguien colaboró
con la investigación y le hizo llegar a los abogados los libros contables de
Expofrut. Fue parte de la investigación, también, recopilar los recibos de
sueldo de cientos de trabajadores norteños y notar, a primera vista, que les
pagaban muy poco.
Expofrut controlaba el trabajo de los
obreros confeccionando una planilla diaria en la que detallaba el trabajo de
cada uno. El contrato de Expofrut con Agrocosecha implicaba que por cada $1000
que gana un trabajador, Expofrut le paga a Agrocosecha un 70% más, para aportes
patronales (50%) y el 20% restante es para la tercerizadora. Es
decir que cuando Expofrut paga $1700, $1000 son para el trabajador, $500 para
aportes y $200 para Agrocosecha.
¿Qué hacía Agrocosecha?: en lugar de
pagarle $1000 al trabajador, le pagaba $500. Con los otros $500 (que eran del
trabajador) pagaban aportes. De este modo Agrocosecha, en lugar de quedarse con
un 20%, se quedaban con un 70% del total pagado por Expofrut.
La forma que tenía Agrocosecha de
alterar la cantidad de trabajo realmente efectuada por los obreros consistía en
contabilizar menos plantas trabajadas o menos jornadas: en la planilla de
Expofrut figuraba que Daniel Solano había trabajado 20 jornadas, pero en su
recibo de sueldo (emitido por Agrocosecha) figuraban solo 5 días de trabajo. De
este modo Agrocosecha estafaba a Expofrut a costa de los trabajadores
golondrinas.
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