martes, 23 de junio de 2020
Veamos cómo nació el Consejo de Pueblos Unidos en Defensa del Río Verde (COPUDEVER). Y "sus acciones requirieron visitar a otras comunidades río arriba, río abajo, revisar herramientas jurídicas que pudieran ayudarles, revisar sus reglamentos internos, lograr el nombramiento de autoridades agrarias y municipales aliadas, difundir fuera de la región a través de medios impresos, radios, internet, la problemática y la lucha. En estos años fue fundamental la generación de alianzas de diversos ámbitos, como sindicatos de maestras y maestros, la iglesia católica, organizaciones nacionales e internacionales. Un papel muy importante fue el intercambio de experiencias con otras y otros afectados, se invitaron a otros movimientos a visitar las comunidades y también se visitaron otros estados y países. Uno de los aliados de mayor experiencia fue el Consejo de Ejidos y Comunidades contra la Presa la Parota (CECOP) en el vecino estado de Guerrero, así como el Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos (MAPDER)".
EXTRACTIVISMO, MEDIO AMBIENTE
Y PUEBLOS INDÍGENAS.
EXPERIENCIAS CONCRETAS
08 Junio 2020
Los pueblos originarios desde siempre han
sido pueblos en lucha, en resistencia, también en mo- vimiento, en construcción
permanente. Sus visiones y reivindicaciones chocan con las condiciones legales
y estructurales del Estado. Esto ha limitado su capacidad de tomar decisiones
sobre sus vidas y sus territorios, los pueblos han sido históricamente sujeto
de despojo de los territorios donde habitaban, de sus conocimientos milenarios,
sus culturas ancestrales y han transitado por la confor- mación de estados
nación que no les tomaron en cuenta. En el caso mexicano el primer momento del
extractivismo fue la colonia que les despojó de sus riquezas naturales,
conocimientos e impuso sus formas de gobierno. A lo largo de los siglos la
conformación del Estado Mexicano excluyó cual- quier forma posible de
autonomía.
En décadas recientes
el modelo neoliberal provocó una serie de ajustes estructurales a un Estado
emanado de
Las luchas indígenas y campesinas en México
tienen larga memoria, la diversidad territorial y cultural han permitido que
luchas por la tierra, el agua, el maíz, la lengua y las formas propias de
gobierno den continuidad y se recreen en experiencias concretas desde lo local,
desde las redes de articulación y en movimientos regionales y nacionales donde
la demanda central ha sido la au- tonomía de los pueblos por ser, por decidir,
por vivir plenamente.
LAS LUCHAS TERRITORIALES EN OAXACA, MÉXICO
Oaxaca es uno de los estados que forman parte
del pacto federal mexicano, con una población de un poco más de cuatro millones
de personas en el territorio nacional y miles de personas migrantes en países
del norte del continente, es también el estado donde se concentra la mayor
diversidad de población indígena. Están reconocidos en la constitución
dieciséis Pueblos Indígenas y el Pueblo Afro mexicano. La biodiversidad aun
existente es la mayor en el país, tenemos todos los climas y la extensión
territorial es cruzada por sistemas montañosos que guardan bosques, selvas y
bienes como el agua, ríos, manantiales, minerales.
En cada lengua originaria los territorios se
nombran de manera distinta, pero guardan en común una cosmovisión ligada al
tiempo, a la tierra, al agua, al mar, al fuego, al aire, al maíz. En las luchas
contemporáneas hemos entonces retomado el concepto de territorio, o territorios
para englobar esa visión, que abarca más allá de la tierra, incluyendo el
aspecto cultural y político, como dimensiones del territorio. Los movimientos
de mujeres refieren que el cuerpo es también territorio. Las luchas que se han
emprendido se han identificado como luchas por la defensa del territorio, en
ese sentido amplio.
El extractivismo en territorio oaxaqueño se
acentuó en las tres últimas décadas promoviéndose con mayor fuerza proyectos de
extracción de minería metálica, proyectos de producción de energía hidráulica y
eólica a gran escala, todos estos con inversión privada y una débil regulación
estatal. En algunas regiones del estado la agricultura y la ganadería intensiva
han presionado a la concen- tración de tierras en pocas manos.
ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Y REGIONAL PARA
Abordaré algunas experiencias que han nacido
a la luz de las amenazas del extractivismo, la prime- ra, se ha dado en la
región de la Costa del Pacífico, territorio ancestralmente habitado por pueblos
mixtecos y chatinos que conviven en la cuenca del río Verde y la segunda, en
los Valles Centrales donde habitan pueblos zapotecas.
La amenaza de perder un río vivo que alimenta
los ecosistemas a lo largo de la cuenca y que provee de alimentos, agua para
cultivos, insumos para la construcción de viviendas, entre otros, originó el
interés de comunidades mixtecas río arriba por obtener información que les
permitiera tomar decisiones y entender los impactos de construir una represa de
dimensiones nunca vistas en
Las acciones requirieron visitar a otras
comunidades río arriba, río abajo, revisar herramientas jurídicas que pudieran
ayudarles, revisar sus reglamentos internos, lograr el nombramiento de autoridades agrarias y municipales aliadas, difundir fuera de la región a través
de medios impresos, radios, internet, la problemática y
Este proceso ha sido muy generoso, sin duda
alguna, la recuperación de prácticas espirituales, de prácticas culturales,
como la gastronomía, la música, la poesía, ha permitido la convivencia entre
jóvenes, adultos, mujeres y hombres. Por supuesto los testimonios de lucha
hablan por sí mismos, Don Cenobio, Don Manuel, Doña Julia, Eva, Leonor, Rosa,
Hugo, Eloy, Crisanto, Pedro, Isacc y tantos nombres que no quiero omitir han
aportado sus tiempos en las marchas, bloqueos, reuniones, viajes. Hemos
enfrentado momentos muy difíciles, pero también de mucha alegría y
acompañamiento.
Después de los primeros años de lucha, se logró detener la fase inicial del proyecto hidroeléctrico, a 12 años se ha
logrado una declaración pública del gobierno federal de la cancelación del
proyecto. El COPUDEVER continúa en su lucha pues derivado de la reforma
energética, que permite la entrada de capital privado a la producción de energía,
una empresa pretende construir un nuevo proyecto bajo la protección y
financiamiento de las políticas internacionales de energía supuestamente
limpia, que otorga bonos a empresas y fomenta un mercado especulativo del
sector energético.
La segunda experiencia que comparto es del
proceso de organización para evitar la expan- sión del proyecto minero San
José, de la empresa minera Cuzcatlán S.A de C.V. filial de
Tras varios años de operación los impactos
ambientales son la principal preocupación en el municipio de San José del
Progreso y en municipios, ejidos y comunidades aledaños. El proyecto minero
está instalado justo encima del prin- cipal acuífero de los Valles Centrales y
existe un alto riesgo de contaminación de los cuerpos
de agua superficiales durante el proceso de
extracción y lavado de los minerales. Lamentablemente, no se cuentan con
datos certeros, pues hay un patrón de opacidad por parte de la em- presa y las
instancias federales responsables del monitoreo ambiental. La tecnología para
la separación de los minerales requirió la construcción de una presa de jales
para un aislamiento de las sustancias minerales, esta presa se ha convertido
exponencialmente en un riesgo para las comunidades abajo pues se teme un
derrame o desbordamiento en época de lluvias. Ya ha habido denuncias al respecto.
Unido a esto se presenta una disminución del agua en pozos aledaños. Por
testimonios de habitantes de San José del Progreso, la emisión de gases y
polvos provocados durante la transportación del mate- rial para su separación,
contribuye a la contami- nación del aire, los polvos han viajado hasta la zona
de los cultivos de maíz de la comunidad y está latente una posible explosión.
La principal preocupación es el agua, que es ya una disputa entre actores
empresariales y comunitarios.
En los primeros años de resistencia, la imposición violenta del proyecto en la comunidad provocó operativos masivos de la
policía, confrontaciones con heridos y varios asesinatos, entre ellos, de
líderes opositores. Se rompió el tejido social, familias y toda la comunidad quedó
dividida. Este proceso sumamente violento de- bilitó a la Coordinadora de
Pueblos del Valle de Ocotlán, y la minera logró iniciar la explotación
comercial y también hacerse de un control territorial en la comunidad sede
del proyecto.
Hace un par de años la empresa minera anunció
la intención de la ampliación del proyecto. Ante este anuncio, mediante
reuniones y foros, las organizaciones civiles y comunidades aledañas nos
organizamos y nació el Frente No a la Minería por un Futuro de Todas y Todos. Esta
organización regional, que agrupa a autoridades comunitarias, ejidales y
municipales, ha emprendido acciones jurídicas y de información.
Para evitar la expansión del proyecto, se han
realizado declaratorias públicas y prohibiciones para la minería en instrumentos
agrarios. En la nueva constelación política de México, hay autoridades
federales que siguen promoviendo y respaldando la inversión extranjera en la
minería y otras que comparten la preocupación de las comunidades. La expansión
territorial de este proyecto dependerá de la fuerza organizativa de las
comunidades opositoras y el rumbo de la política extractivista a nivel federal.
APRENDIZAJES Y DESAFÍOS
Las amenazas al territorio pueden
constituirse en oportunidades para fortalecer las luchas. En el caso del
COPUDEVER, la oportunidad de fortalecer internamente los gobiernos de cada
comunidad, las asambleas colectivas, la incorporación de mujeres en las
reuniones y acciones, ha permi- tido un proceso de fortalecimiento interno. La
alianza territorial y regional propició la reapropiación y el conocimiento del
territorio, pareciera increíble que algunas personas no conocían la parte alta
de la cuenca y viceversa, conocer otros climas, comidas, plantas, por ejemplo.
Políticamente se ha logrado que el COPUDEVER sea un referente legítimo y
respetado por otras comunidades, también se convirtió en un contrapeso a los
poderes fácticos de la región, algo difícil dado el control económico y
político en la región por parte de familias poderosas.
La organización por la vía de los hechos
actúa de forma colectiva en la toma de decisiones, respeta la autonomía de
cada comunidad, ejido y municipio, esto se convierte en un desafío constante
por los cambios periódicos de autoridades agrarias y municipales, pero ha permitido
que no se centren los servicios o las actividades en una sola persona o
comunidad.
Otro desafío es el cambio generacional. Las y
los defensores comunitarios que iniciaron el mo- vimiento, algunos son adultos
mayores y por el intenso trabajo del campo, sienten la necesidad de pasar la
estafeta a las hijas, hijos, nietos, es conveniente encontrar nuevas formas de
comunicar, de iniciar procesos de formación política en estos contextos.
Otro punto de la agenda es recuperar y darle
valor a todo el trabajo de la agricultura que se hace en las comunidades, esto
se ha perdido por la política pública, la migración, pero también con la idea
de la escuela o universidad de que ser campesino no reditúa económicamente, ni
da prestigio.
En el caso de los Valles Centrales de Oaxaca,
el contexto ha sido mucho más complicado debido a la violencia con la que fue
impuesto el proyecto minero. La estrategia que desarrolló la empresa, debilitó
la organización de la comunidad de San José del Progreso, el asesinato de
defensores instauró el miedo en muchas personas y la instalación de un
conflicto fue vendido como una estrategia de comunicación, con el argumento de
que quien se opone a la mina se opone al progreso y el de- sarrollo. Sin
embargo, las personas que han decidido continuar la lucha han compartido su
dolorosa experiencia en las comunidades y ejidos cercanos que se agruparon en
el Frente contra
En ambos casos, aunque de manera
diferenciada, la fortaleza o debilidad ha sido la conservación o pérdida de la
propiedad social de la tierra y sus formas propias de organización. Quienes
logran mantener el control de su territorio tienen mucho más oportunidad de
enfrentar una lucha que quienes por diversas razones históricas fueron
despojados de los mismos.
Sin duda alguna hoy en día ninguna comunidad
o Pueblo Indígena escapa a los efectos del capitalismo y de las políticas
públicas de cada gobierno, lo cual se convierte en un desafío mayor, para el
movimiento a nivel regional y mundial: lograr fortalecer acciones de
articulación y mayor impacto, generar alianzas con otros sectores, una mejor interacción
entre el campo y la ciudad.
En esos momentos, donde a una profunda crisis
ambiental global se suma la emergencia de salud y una crisis económica que
todavía no dimensionamos, tal vez la pandemia del COVID-19 nos da una sacudida
para repensarnos como humanidad y como parte humilde de los territorios,
respetando en vez de explotando a la naturaleza y al ser humano.
Dedico este aporte a Hugo Gómez, donde quiera
que estés, gracias.
(*) Ana María García Arreola. Educadora
popular y defensora de derechos humanos, integrante del área de derechos
territoriales de
Red en Defensa de la Humanidad
ediciòn
en http://www.radiotemblor.org/?p=17695
enviado
por aaarjona@nodo50.org
Fuente:
https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2020/06/09/mexico_oaxaca-extractivismo-y-la-resistencia-de-los-pueblos-indigenas-por-la-vida-de-sus-territorios/
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