Priorizar la vida o
la economía dictará
los
rumbos urbanos pospandemia
12 de junio de 2020
Por Mario Osava
IPS
Lo primero es salvar vidas, exigió la pandemia
covid-19, en un esfuerzo con que se evitó, además, que las pérdidas económicas
fuesen aún más demoledoras si no se hubieran impuesto duros aislamientos. Pero
esa prioridad puede invertirse tras la crisis y desecharse lecciones que
abrirían caminos para modelar mejores ciudades.“La pandemia sirvió a la toma de conciencia sobre la necesidad de cambiar el paradigma urbano”, a la vez que despertó “una solidaridad espontanea de ciudadanos en red, muchos ayudando a vecinos que antes ignoraban”, apuntó Carmen Santana, una urbanista chilena que vive entre París y la ciudad española de Barcelona.
La desigualdad social, bien conocida en América Latina, se hizo más trágica ahora que se convierte en epicentro de la pandemia y cobra su precio en vidas, así como la precariedad de los servicios de salud, la mala nutrición que se refleja en subalimentación y en obesidad que se reveló un factor de vulnerabilidad a la covid-19.
Queda la
interrogante de si las ciudades, especialmente las grandes metrópolis que
sufrieron el ataque más brutal del coronavirus, enderezarán su desarrollo hacia
necesidades humanas o seguirán en sus dinámicas dictadas por intereses
económicos que les impusieron disfuncionalidades, según dijeron
arquitectos-urbanistas, a los que IPS entrevistó por teléfono, desde sus
distintas urbes.
Si la epidemia pierde fuerza o es controlada por una vacuna o medicamentos a corto plazo, las urbes volverán a la normalidad con sus contradicciones anteriores, pero si se prolongan las actuales rígidas medidas contra aglomeraciones en las calles, espectáculos y comercio, habrá cambios que aún son imprevisibles, evaluó.
“Ya es inevitable un fuerte incremento de las actividades virtuales, como las reuniones empresariales, que se comprobaron muy productivas, el trabajo remoto y la enseñanza a distancia”, reconoció, desde São Paulo.
Bonduki, quien encabezó la elaboración del Plan Director de São Paulo como concejal en 2013-2014, no cree que haya un retroceso en la búsqueda de ciudades más densas, con “ocupación de vacios urbanos y áreas subutilizadas, y quizás apartamientos más grandes”, para incluir una oficina.
De todos modos, es el poder político que determinará los rumbos, aunque es previsible una fuerte presión de la sociedad por mayores inversiones en salud y reducción de la pobreza, vaticinó.
Su colega en la FAU-USP, Raquel Rolnik, quien fue relatora especial de las Naciones Unidas sobre el Derecho Humano a una Vivienda Adecuada, de
“Metrópolis súper, megadensas como Singapur, Hong Kong y Seúl no sufrieron ninguna hecatombe, sino una cantidad relativamente baja de víctimas. En Nueva York, (el distrito de) Manhattan, muy denso, no tuvo más muertos que Staten Island, menos denso”, ejemplificó.
Acotó que “en São Paulo y Río de Janeiro, hay favelas donde la covid-19 plagó y en otras no”, para negar el “estigma” que se pretende pegar a esos barrios hacinados.
“En Brasil y en el mundo se nota que el mayor contagio tiene más que ver con el flujo de circulación de personas, que con la densidad”, prosiguió Rolnik desde São Paulo.
“Ciudades que atraen mucha gente venida de muchos países, de circulación global en gran escala, como Londres, Nueva York y São Paulo, se hicieron focos de la pandemia”, destacó en una lista de urbes a las que pueden sumarse otras como Milán o Madrid, de los dos países que fueron epicentros de la pandemia en Europa.
La simplificación del tema interesa a grupos que construyen, por ejemplo, condominios de lujo en las afueras de la ciudad, que intentarían seducir compradores con el alejamiento de la ciudad y la posibilidad del teletrabajo, acusó.
Son los mismos intereses financieros que impulsan ciudades “poco resilientes”, que acumulan problemas como “viviendas cada vez más caras y más pequeñas” y la contaminación del aire por automóviles en proliferación, destacó Santana, quien dice tener “alma chilena, espíritu francés y corazón catalán”.
Los “especuladores inmobiliarios” son los que tratan de confundir las aglomeraciones humanas que favorecen el contagio con la densidad urbana, que puede ser “saludable y sensible”, con más humanos y menos coches, dijo desde Barcelona, capital de la región de Cataluña y la segunda ciudad española en población.
Los vehículos ocupan
Las cuestiones urbanas son complejas y sus soluciones no se encuentran en el “pensamiento piramidal y lineal, sino en el circular”, resumió Santana, socia de la empresa Archikubik, que se presenta como un “ecosistema de arquitectura, urbanismo y paisaje urbano”.
Sus propuestas para reurbanización, que espera sean mejor acogidas tras el “frenazo” de la pandemia, comprenden espacios públicos verdes, barrios productivos, incluso con agricultura urbana, sitios de la dignidad humana con alojamiento y baños públicos para acoger refugiados y gente de la calle y la “renaturalización” de las ciudades.
“Los animales reaparecieron en las ciudades cuando salieron los coches (automóviles), generando una nueva ecología urbana y acercando las personas a la naturaleza”, celebró.
La pandemia
fomenta una reflexión sobre cómo invertir “la proximidad física y distancia
social” de muchos en la ciudad. “Lo que se necesita es una densidad razonable,
denso por la multifuncionalidad, con vivienda, trabajo, comercio, esparcimiento,
cultura, servicios, todo en una mezcla local”, razonó Carlos Moreno, profesor
de la Universidad Paris I
Pantheón-Sorbonne.
Hay que promover el “encuentro urbano-humano” en que las personas dejen de ser “fantasmas digitales socialmente desconectados”, dijo desde París.
El posible mayor uso de automóviles constituiría un “triple retroceso”, porque emiten contaminantes, como el dióxido de nitrógeno y partículas finas, que agravan la letalidad de la covid-19, según varios estudios, el aire interior es viciado y el vehículo somete sus usuarios al “anonimato ciudadano”, observó Moreno.
El espacio urbano es de convivencia, generador de vínculos, pero “el auto no genera ni actividad económica ni vínculos sociales”, refleja egoísmo y hoy ni siquiera representa estatus social, concluyó.
Son temas urbanos cuyo debate debe intensificarse hasta que se realice el 27 Congreso Mundial de Arquitectos que se aplazó de este año para entre el 18 y el 22 de junio de
El aplazamiento tiene la ventaja de preparar mejor el encuentro de
Río de Janeiro, designada Capital Mundial de la Arquitectura por la Unesco (Organización de Naciones Unidos para la Educación, la Ciencia y la Cultura), exhibirá su centro histórico de casi cinco siglos y las consecuencias de la pandemia en una ciudad turística.
Brasil destacará también con ciudades muy maltratadas por los gobiernos locales y por el nacional, según Magalhães, profesor de
Las ciudades brasileñas son precarias porque 80 por ciento de sus viviendas fueron construidas por la propia población, sin ningún financiamiento o apoyo. De
Otros 40 millones se construirán hasta 2030, aunque la población casi no crecerá, porque las familias están disminuyendo en miembros, explicó Magalhães.
Una
causa de los graves problemas urbanos es su expansión territorial, con baja
densidad, dificultando el saneamiento y los servicios urbanos. Río de Janeiro
creció territorialmente tres veces más que su población desde 1960,
ejemplificó.
Fuente: https://rebelion.org/priorizar-la-vida-o-la-economia-dictara-los-rumbos-urbanos-pospandemia-2/
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