miércoles, 10 de junio de 2020
Generalicemos la conciencia de que: “Son desplazados. No tienen manera de vivir en un lugar desmontado, donde se siembra pasto o soja. Y si se quedan cerca, son víctimas de fumigaciones, entonces la mayoría de las veces se van”. Así, se producen migraciones desde el bosque hasta las periferias de las ciudades, en algunos casos explicado por la contaminación o escasez de un recurso tan básico como el agua, todo en nombre del trabajo y el progreso".
Leandro Lutzky
Solo entre el 15 de marzo y 31 de mayo se
desmontaron más de
La pandemia del coronavirus frenó casi todo
en Argentina, pero no
A poco tiempo de haberse iniciado la crisis
del coronavirus en el país sudamericano, el Gobierno peronista de Alberto
Fernández dispuso la cuarentena obligatoria desde el 20 de marzo para todo el
territorio, medida que sigue vigente en las zonas más afectadas por el
covid-19. También deprisa, el 3 de abril, el Ejecutivo lanzó un decreto aclarando que
las “actividades vinculadas con la producción, distribución y comercialización
forestal” estaban incluidas dentro de las tareas permitidas, y quedaron exentas de las restricciones.
Así, según
Pero, veamos las fechas. Antes de la publicación en el Boletín Oficial,
las topadoras ya estaban limpiando todo vestigio de naturaleza: entre el 15 y el 31 de marzo se barrieron
Las provincias más afectadas son Santiago del Estero, Formosa, Salta y Chaco,
todas en el norte argentino. “El problema no es de ahora, es de siempre”,
señala Noemí Cruz, coordinadora de la Campaña de Bosques de la organización no
gubernamental. “Es una actividad destructiva, que no da grandes riquezas a las
regiones. Los beneficios económicos no quedan en
la zona impactada”, acota.
Con ese marco, el mapa argentino se divide en
tres colores:
·
Verde:
está permitido desmontar, es decir, avanzar con maquinarias unidas por una
inmensa cadena en el medio, para limpiar el terreno.
·
Amarillo:
se habilita un “uso sustentable” de
·
Rojo:
son las áreas protegidas, no se puede —o no se debería— alterar la vida
silvestre.
Sin embargo, la experta alerta que en algunas
provincias se cambian los colores de cada sector, según la necesidad o vocación
de explotar los recursos naturales. A su vez, en terrenos amarillos
también se registraron incendios no controlados, junto a otras maniobras
que Cruz califica como “desmontes encubiertos”.
Pueblos
originarios, entre motosierras y topadoras
Obviamente, destruir el medio ambiente afecta
a las comunidades indígenas y su estilo de vida ancestral: “La tala perjudica la provisión de alimentos y medicinas.
También los lugares sagrados, que son bienes insustituibles a nivel espiritual”,
subraya Cruz.
Para la entrevistada, la situación de los
desmontes es mucho más grave, porque termina corriendo a los aborígenes de sus
territorios habituales: “Son desplazados.
No tienen manera de vivir en un lugar desmontado, donde se siembra pasto o soja.
Y si se quedan cerca, son víctimas de fumigaciones, entonces la mayoría de las
veces se van”.
Así, se producen migraciones desde el bosque
hasta las periferias de las ciudades, en algunos casos explicado por la
contaminación o escasez de un recurso tan básico como el agua, todo en nombre
del trabajo y el progreso.
“Vamos
a poner nuestro propio cuerpo para frenar el desmonte”, le dice a RT el cacique
Sabino Benítez, de la comunidad myba guaraní de
Ka’a Kupe. Se trata de un territorio que abarca más de 5.600 hectáreas en la localidad
de Campo Grande, provincia de Misiones, donde viven 126 personas.
Su enemiga es CARBA, una empresa que
tras ser autorizada por el Ministerio de Ecología local está cortando árboles a
diestra y siniestra. “Ya sacaron muchísimos, es explotación masiva. Por eso
estamos reclamando, es nuestro territorio”, destaca el referente,
rememorando los tiempos de la conquista en pleno siglo XXI.
Para un citadino
puede resultar difícil dimensionar la relevancia de estos espacios en la cosmovisión
aborigen, pero Benítez lo resume bastante bien: “Nos afecta porque somos parte
de la naturaleza. La cultura indígena, la
salud, educación y realización personal, están dentro del monte. Es
vida”
Roxana Rivas, la abogada que representa a la
comunidad, le dice a este medio que las
autoridades desoyeron todas las negativas que plantearon
ante el avance de
“Mientras se discute nuestro recurso de
reconsideración, no tiene que tocarse ningún árbol”, sostiene, aunque la
realidad es bien distinta. Por eso, Rivas denuncia que hay “connivencia” entre el Estado provincial y la
empresa, y “denegación de justicia” para los
indígenas.
Según esa integrante del Equipo Nacional
de Pastoral Aborigen (ENDEPA), la falta de acceso a los tribunales “es un
problema sistemático” en las comunidades: “No tramitan las denuncias y no impulsan los procesos”,
alerta
Frente a este
engranaje elusivo, lanzaron un pedido ante
También hubo otros planteos
judiciales en estos días:
Como trasfondo, remarca “el
interés de empresas agrarias para convertir bosques nativos en pampa”.
Además, cambiar las condiciones naturales del suelo puede contribuir en inundaciones,
que ya son parte de la realidad chaqueña.
Saqueo garantizado, gobierne quien gobierne
En la zona del Gran
Chaco —compuesta por Argentina, Bolivia y Paraguay— entre 2010 y 2017
se perdieron unas 4 millones de hectáreas, “que significa una superficie grande como Suiza”,
señala Tiddi. Y solo en la provincia argentina, dice que durante el último
tiempo se desmontó un promedio de “
Generalmente, esta barrida
territorial se usa para la industria del carbón y la expansión del agro, con la ganadería, el cultivo de soja y el maíz como
actividades principales. Se trata de productos típicos de la exportación
argentina, con poco valor agregado.
Por su parte, Global Forest Watch
registró la pérdida de cobertura arbórea entre 2001 y 2019.
https://gfw.global/2YgjsfV
A su vez, entre elecciones y
disputas políticas, el año pasado se desmontaron 80.938 hectáreas en todo
el país, publicóGreenpeace en
enero. Si bien la cifra se está reduciendo desde 2014, un tercio pertenece a
sitios resguardados por
¿Para quién es esencial?
fuente: https://actualidad.rt.com/actualidad/355114-deforestacion-argentina-pandemia-resistencia-indigena
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