Comunicado
del Día de la Tierra - 22 de abril de 2020
Un planeta Una salud
Haciendo
la paz con la Tierra
La
pandemia del virus Covid-19 Corona es una llamada de atención planetaria de la
Tierra a la humanidad.
Nos
recuerda que somos uno con la Tierra, no estamos separados/as de ella, que no
somos sus amos/as, dueños/as y conquistadores/as, ni que somos superiores a
otras especies, como el dogma antropocéntrico que nos quieren hacer creer.
La
pandemia nos recuerda que violamos los derechos de la Tierra y de todas sus
especies por nuestra cuenta y riesgo, y que sería prudente que consideráramos
los conocimientos y la sabiduría ancestrales de los pueblos originarios,
guardianes de la Tierra a lo largo de los tiempos, cuyo profundo respeto por la
Tierra se basa en la conciencia de la interconexión de toda la vida.
Dañar una parte significa dañar el todo.
Esta
pandemia no es un "desastre natural", al igual que la crisis de la
extinción de especies y los extremos climáticos no son "desastres
naturales". Las epidemias de enfermedades emergentes son
antropogénicas - causadas por actividades humanas.
La
Tierra es una red de vida interconectada.
La
emergencia sanitaria a la que nos enfrentamos como comunidad mundial está
relacionada con la emergencia sanitaria a la que se enfrenta la Tierra: su
constante degradación, la extinción y desaparición de especies y la emergencia
climática.
Cuando
utilizamos venenos y agrotóxicos, como insecticidas y herbicidas para matar
insectos y plantas en el modelo industrial de agricultura, producimos
desertificación, contaminamos el agua, el suelo, el aire y destruimos la
biodiversidad. Los agrotóxicos están llevando a la extinción a las
especies, incluyendo a los agentes polinizadores, como hemos visto en la
drástica disminución de las abejas. Cuando hacemos minería
metalífera a cielo abierto utilizamos millones de litros de agua que es
esencial para la vida humana y la naturaleza. Cuando practicamos la
fractura hidráulica o "fracking", alteramos la conformación geológica
y aumentamos el riesgo sísmico. Cuando quemamos el carbono fósil que la
tierra ha fosilizado durante 600 millones de años, violamos las fronteras
planetarias. Al industrializar y globalizar nuestros sistemas alimentarios
contribuimos hasta un 50% de los gases de efecto invernadero y el cambio
climático es la consecuencia.
La
ciencia nos informa de que a medida que invadimos los ecosistemas forestales,
destruimos los hogares de las especies y manipulamos las plantas y los animales
para obtener beneficios, creamos las condiciones para nuevas epidemias de
enfermedades. En los últimos 50 años, han surgido hasta 300 nuevos patógenos.
Está bien documentado que alrededor del 70 por ciento de los patógenos humanos,
incluyendo el VIH, el Ébola, la Gripe, el MERS y el SARS surgieron cuando los
ecosistemas forestales fueron invadidos y los virus pasaron de los animales a los
humanos.
Cuando
los animales están hacinados en granjas industriales para maximizar sus
ganancias, nuevas enfermedades como la gripe porcina y la gripe aviar surgen y
se propagan. La agricultura industrial intensiva con el uso de agrotóxicos y
los sistemas alimentarios industriales dan lugar a enfermedades crónicas no
transmisibles como malformaciones, cáncer, alteraciones endocrinas, diabetes,
problemas neurológicos e infertilidad. Con las infecciones de Covid-19,
la morbilidad aumenta dramáticamente con estas condiciones preexistentes.
Mientras
afirma alimentar al mundo, la agricultura industrial ha empujado a mil millones
de seres humanos al hambre y este número está creciendo con el bloqueo mundial
y la destrucción de los medios de vida.
Nuestra
salud y la salud del planeta es una sola salud. Respetar los límites del
planeta, los límites de los ecosistemas y la integridad de las especies es
vital para proteger el planeta y nuestra salud. Las soluciones al
cambio climático son también soluciones para evitar nuevas epidemias de
enfermedades. En el debate sobre la cuestión del cambio climático no se puede
evitar considerar cómo el modelo tecnológico y económico dominante, basado en
los combustibles fósiles, no tiene en cuenta la finitud de los recursos de la Tierra.
Una economía mundial basada en el mito del crecimiento y el apetito ilimitado
por los recursos de la Tierra está en la raíz de esta crisis sanitaria y de
futuras crisis.
La
tierra es una red de vida interconectada. La emergencia sanitaria a la que nos
enfrentamos como comunidad global está conectada a la emergencia sanitaria que
enfrenta la Tierra -de extinción y desaparición de especies y la emergencia
climática.
La
respuesta holística e integrada a la emergencia sanitaria consiste en hacer una
transición desde el paradigma de la agricultura y comercio globalizado
intensivo en combustibles fósiles y productos químicos, con su pesada huella
ecológica, a los sistemas ecológicos locales y biodiversos de producción y
distribución de alimentos, para curar la Tierra y curarnos a nosotros mismos
como parte de la Tierra.
Nuestro
compromiso del Día de la Tierra: Regresar a la Tierra, en nuestras mentes,
nuestras vidas
Durante
la crisis del Covid-19 y mientras salimos de la Cuarentena necesitamosaprender definitivamente a proteger la Tierra, sus sistemas
climáticos, los derechos y espacios ecológicos de diversas especies, y de
diversas personas - indígenas, jóvenes, mujeres, agricultores/as y
trabajadores/as. Para la Tierra no hay especies prescindibles, no hay personas
desechables. Todos pertenecemos y somos parte de
la Tierra.
Para
evitar futuras pandemias, hambrunas futuras y un posible escenario de personas
prescindibles, debemos ir más allá del sistema económico globalizado,
industrializado y competitivo, que está incentivan do
el cambio climático, empujando a las especies a la extinción y propagando
enfermedades que amenazan la
vida. La localización deja espacio para que prosperen las
diversas especies, las diversas culturas y las diversas economías locales
vivas.
Debemos
pasar de la economía de la codicia y el crecimiento ilimitado, de la
competencia y la violencia, que nos han empujado a una crisis existencial, y
pasar a una "Economía del Cuidado" - para la Tierra, para las
personas y para todas las especies vivas.
Debemos
reducir nuestra huella ecológica, para dejar una parte justa de espacio
ecológico para otras especies, todos los humanos y las generaciones futuras.
Debemos dejar de ver los bienes comunes de la naturaleza como
"recursos", abandonar la visión utilitaria, colonial, capitalista y
antropocéntrica que nos ha enseñado a nombrar los dones de la naturaleza como
"recursos naturales". Sólo así podremos reducir conscientemente
nuestra huella ecológica: actuando responsablemente como los antepasados del
futuro.
La
emergencia sanitaria y el encierro han demostrado que cuando hay voluntad
política, podemos desglobalizar. Hagamos permanente esta desglobalización de la
economía, y localicemos la producción de acuerdo con la filosofía de Gandhi del
"Swadeshi" (basada
en principios de autogobierno y autosuficiencia). Como muestra la pandemia, son
las comunidades alimentarias locales las que pueden proporcionar y distribuir
alimentos con regularidad, mientras que las cadenas alimentarias globalizadas,
en algunas partes del mundo, se derrumbaron e incluso especularon con el
aumento de los precios de los alimentos.
Contrariamente
a lo que se nos hace creer, no es la globalización la que protege a las
personas de las hambrunas, que produce y agrava, sino la soberanía alimentaria
de los pueblos, en la que las personas a nivel comunitario tienen derecho a
producir, elegir y consumir alimentos adecuados, sanos y nutritivos, en virtud
de acuerdos de precios justos para la producción y el intercambio locales.
La
mente mecanicista que domina nuestras sociedades, crea beneficios corporativos
y personales a través de la extracción y la manipulación. Las
corporaciones y los multimillonarios que con sus acciones han declarado la
guerra a la Tierra y han creado las múltiples crisis del mundo, se preparan
ahora para la intensificación de la agricultura industrializada a través de la
digitalización y la inteligencia artificial. Están imaginando un futuro de
agricultura sin agricultores, y un futuro de alimentos falsos producidos en
laboratorios. Estos acontecimientos profundizarán la crisis
ecológica, destruyendo la biodiversidad y aumentando nuestra separación de la
Tierra.
La
comida es la red de la vida y hacer la paz con la Tierra comienza con la
comida. Volvemos a la Tierra cuando cuidamos el suelo y la
biodiversidad. Recordamos que somos humanos porque somos del
"humus" - del suelo. Sólo nuestras mentes, corazones y manos
trabajando junto con la Tierra, como parte integral de su creatividad, pueden
sanar la Tierra, proveyéndonos a nosotros y a todas las demás especies de
alimentos saludables.
Como
nos ha enseñado nuestra experiencia junto con otras organizaciones y redes de
concienciación sobre la Tierra para la Libertad de Semillas y la Libertad de
Alimentos, los sistemas de alimentos orgánicos locales y biodiversos regeneran
el suelo, el agua y la biodiversidad y proporcionan alimentos sanos para
todos/as y fortalecen el sistema inmunológico humano. La riqueza de la
biodiversidad en nuestros bosques, nuestras granjas, nuestros alimentos y
nuestro microbioma intestinal conectan el planeta y sus diversas especies,
incluidos los seres humanos. Así, la salud se convierte en el hilo
conductor, al igual que la enfermedad que el Coronavirus nos muestra tan claramente
hoy en día.
La
guerra contra la Tierra es una guerra contra el futuro de la humanidad.
Todas
las emergencias que amenazan la vida en nuestros tiempos tienen sus raíces en
una visión mecanicista, militarista y patriarcal del mundo, en la que los
humanos están separados de la naturaleza, como amos de la Tierra que pueden
poseer, manipular y controlar otras especies como objetos para obtener
beneficios. También está arraigada en un modelo económico que considera
los límites ecológicos y éticos como obstáculos que deben eliminarse en interés
del beneficio y el poder corporativo desenfrenado.
Las
predicciones científicas indican que si no detenemos esta guerra antropogénica
contra la Tierra y su especie, pronto destruiremos las mismas condiciones que
permitieron a los humanos evolucionar y sobrevivir. La codicia, la
arrogancia y la irresponsabilidad humanas nos llevan a la próxima pandemia y
finalmente a la extinción.
La
Tierra refleja lo que somos. Nos muestra su interconexión y nos llama a
empezar a reconocer sus diversas inteligencias vivientes - en la red
alimentaria del suelo, en las plantas y animales, y en nuestros
alimentos.
La
Tierra ha enviado un diminuto virus invisible para ayudarnos a dar un salto
cuántico y crear una nueva civilización planetaria y ecológica basada en la
armonía con la naturaleza; hoy en día es un imperativo de supervivencia.
Nuestra
resolución
Al
firmar este manifiesto, nos comprometemos, como coalición planetaria, a instar
y exhortar a las autoridades y representantes de los gobiernos de cada uno de
nuestros países, ciudades, pueblos y comunidades, a que pasen del paradigma de
ecocidio que hoy rige nuestros modelos de productividad, a un paradigma en el
que la responsabilidad ecológica y la justicia económica sean fundamentales para
crear un futuro saludable y vibrante para la humanidad.
La
verdadera acción contra el cambio climático significa dejar atrás nuestra
civilización basada en el petróleo de extracción y avaricia e iniciar una nueva
era de interconexión y cuidado de la Tierra.
Pedimos
el apoyo concertado de las comunidades, territorios y naciones que ponen la
ecología en el centro de un paradigma de una nueva y justa economía del
cuidado.
Pedimos
que se ponga fin a la destrucción deliberada y que se conviertan en todo el
mundo los presupuestos militares en el Fondo Verde del Clima para apoyar a las
naciones y territorios vulnerables y amenazados. Las espadas deben
convertirse en rejas de arado.
En el
Día de la Tierra, pidamos disculpas por el daño que hemos causado a la Tierra
con la ilusión de la separación, creando paradigmas violentos y herramientas
violentas que han hecho la guerra contra la Tierra. Apreciemos su
magnificencia y su belleza que tanto eleva nuestros espíritus y comprometámonos
a hacer la paz con la Tierra y todas sus especies co-creando con ella sobre la
base de sus leyes de la vida.
La
Tierra nos ha dado un claro mensaje a través de la pandemia del
Coronavirus. Es nuestro imperativo moral, como hijos de la Tierra,
aprovechar este momento en el tiempo para actuar y realizar ese salto esencial,
que nos dará una recompensa sanadora e inconmensurable: una reconciliación con
la Tierra, el mejor legado que podemos dejar a nuestras generaciones futuras.
Un
llamado a la acción - Un planeta, una salud
Es
hora de abandonar nuestros sistemas económicos intensivos en recursos y
beneficios que han creado estragos en el mundo, alterando los ecosistemas del
planeta y socavando los sistemas de salud, justicia y democracia de la
sociedad.
La
pandemia del Coronavirus y el consiguiente colapso económico mundial, así como
el colapso de las vidas y los medios de subsistencia de millones de personas
nos llama a tomar medidas urgentes.
Preparémonos
para una recuperación post Coronavirus en la que la salud y el bienestar de
todos los pueblos y del planeta sean el centro de todas las políticas
gubernamentales e institucionales, la construcción de comunidades y la acción
cívica .
Las
acciones para sembrar las semillas de una nueva Democracia de la Tierra
incluyen:
➢ Promover y proteger la riqueza de la
biodiversidad en nuestros bosques, nuestras granjas y nuestros alimentos para
detener la destrucción de la tierra y la sexta extinción masiva
➢ Promover los alimentos locales,
orgánicos y saludables mediante sistemas alimentarios locales biodiversos y
culturas y economías de cuidado (mercados de agricultores, biodistritos de
CSA).
➢ Dejar de subvencionar la agricultura
industrial y los sistemas insalubres que crean una carga de enfermedad.
Las subvenciones públicas deben reorientarse hacia sistemas basados en la
agroecología y la conservación de la biodiversidad, que proporcionan beneficios
para la salud y protegen los bienes comunes.
➢ Dejar de favorecer la comida basura
industrial y los sistemas de alimentos insalubres basados en productos básicos
tóxicos y nutricionalmente vacíos.
➢ Poner fin a los monocultivos, a la
manipulación genética de plantas y a la cría industrial de animales que están
propagando patógenos y resistencia a los antibióticos
➢ Detener la deforestación, que se está
expandiendo exponencialmente a través de los monocultivos industriales para los
intereses corporativos. Los bosques son los pulmones de la Tierra.
➢ Practicar una agricultura sostenible
basada en la integración de la diversidad de cultivos, árboles y animales.
➢ Salvar, cultivar y reproducir
variedades de semillas tradicionales para salvaguardar la biodiversidad. Es
necesario que se guarden no como piezas de museo en bancos de germoplasma, sino
en bancos de semillas vivas que funcionen como base de un sistema de atención
de la salud.
➢ Crear zonas, comunidades, granjas y
sistemas alimentarios libres de veneno.
➢ Introducir políticas para evaluar los
costos de los daños a la salud y al medio ambiente causados por los productos
químicos y promulgar el principio de que quien contamina paga.
➢ La salud debe tener prioridad sobre
los intereses de las empresas en lo que respecta al uso de productos químicos y
plaguicidas en la alimentación y la agricultura. Debe promulgarse el
principio de precaución.
➢ Transición de la globalización a la
localización y hacer permanente la desglobalización. Detener
la toma de posesión corporativa de nuestra alimentación y salud
➢ Introducir economías circulares
locales que aumenten el bienestar y la salud de las personas
➢ Apoyar, regenerar y fortalecer las
comunidades
➢ Crear Jardines de Esperanza, Jardines
de Salud en todas partes - en jardines comunitarios, instituciones, escuelas,
prisiones, hospitales en las ciudades y el campo
➢ Deje de utilizar el
"Crecimiento" y el PIB como medidas de la salud de la economía. El PIB
se basa en la extracción de recursos de la naturaleza y la riqueza de la
sociedad
➢ Adoptar el bienestar de los
ciudadanos como medida de la salud de la economía
- Para
descargar el manifiesto (pdf), haga clic en el siguiente enlace:
Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Recomendamos/Un-planeta-una-salud-haciendo-la-paz-con-la-Tierra
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