¿Qué es la Soberanía Alimentaria ? El dilema de
la expropiación de Vicentín
11 junio 2020
La intervención y posible
expropiación de uno de los emblemas locales del agronegocio, el grupo Vicentín,
desnudó los negocios financieros más turbios de un sector que no solo contamina
tierra, agua, aire y comunidades enteras, sino también la política y la
ciencia, entre otras cosas. Miryam Gorban, creadora de la Cátedra Libre de
Soberanía Alimentaria de la UBA y Carlos Vicente, uno de los impulsores del
Foro Agrario, cuentan sus experiencias y reacciones ante el anuncio.
¿Qué es la Soberanía Alimentaria ?
El dilema de la expropiación de
Vicentín, dirigida
por un defensor de los transgénicos y los agrotóxicos
La contracara de una noticia a la que el presidente Alberto
Fernández enmarcó curiosamente en el concepto de Soberanía Alimentaria: el
interventor designado en Vicentín, Gabriel Delgado, es un defensor a ultranza
de los transgénicos, que niega además los efectos del modelo de fumigaciones y
agrotóxicos, alineándose con el discurso de las corporaciones como Monsanto.
Esos discursos ya desmentido por la OMS, la FAO, todo científico no cooptado
por el agronegocio, los fallos judiciales en Argentina y en Estados Unidos, y
por la realidad de comunidades de buena parte del país que lo sufren en forma
de cáncer, malformaciones, muerte y enfermedades múltiples, además de los
efectos ambientales. La teoría sobre los cheques en blanco, y el significado
real del término Soberanía Alimentaria.
Lo que planteó lavaca sobre Delgado en la nota “Funcionarios
Transgénicos”, al reclamo del Foro Agrario de expropiar Vicentín en febrero de
este año, y el documento del economista Claudio Lozano que demuestra la entraña
delictiva del funcionamiento corporativo-político.
Podría decirse que Miryam Gorban pasó un día con un doble
estado de ánimo: contenta y atenta. “Que se intervenga y se expropie Vicentín
es un paso adelante. No es la Soberanía Alimentaria , pero es un avance.
Mientras no haya acceso a la tierra para los productores, y agroecología, o sea
una transformación del modelo productivo, no tenemos Soberanía Alimentaria, desde
ya. Y al funcionario que nombraron…” dice y piensa: “No le firmamos un cheque
en blanco a nadie”.
El funcionario de referencia es Gabriel Delgado, ex
secretario de Agricultura durante la administración de Cristina Kirchner, y
flamante interventor de Vicentín, la empresa argentina de agronegocios que
estalló misteriosamente tras años de ganancias extraordinarias y créditos
insólitos de parte del Estado. Toda esa riqueza acumulada en plena pobreza de
la era macrista se fugó y/o esfumó hasta que el actual gobierno decidió
intervenirla y enviar un proyecto de expropiación anunciado por el presidente
Alberto Fernández “como un paso hacia la soberanía alimentaria”.
¿Qué es la Soberanía Alimentaria ? Explica Carlos Vicente un
eterno promotor de estos temas, integrante del Foro por un Programa Agrario
Soberano y Popular nacido en 2019: “La Soberanía Alimentaria
es el derecho de los países y los pueblos a decidir qué queremos sembrar y cómo
queremos alimentarnos. En 24 años de esta idea promovida por el movimiento
campesino, se la define en términos de poder sembrar de manera agroecológica,
no usar transgénicos ni agrotóxicos, fomentar los mercados locales fomentar la
descentralización”.
Agrega Miryam, con sus lúcidos 89 años: “Para mí lo positivo
es que es un freno a la concentración monopólica y a la fuga de divisas. Cuando
ves que la querían comprar las grandes corporaciones extranjeras a precio
rifado, valorás la
medida. Ahora todo va a depender de que haya una
administración transparente, y cuál es el rumbo que ese toma. Si el funcionario
o el gobierno toman un rumbo diferente al que estamos planteando, habrá que
señalarlos. Insisto con eso: sin agroecología y sin cambio del modelo
productivo, no hay Soberanía Alimentaria. Por eso digo que esto es un paso”.
“Los
agroquímicos no son dañinos”
Roberto Gabriel Delgado fue secretario de Agricultura
durante la administración kirchnerista, entre 2013 y 2015. En 2015 justamente la Revista MU (número 86)
publicó la nota “Funcionarios transgénicos”, en la que Darío Aranda
revela cómo la CONABIA (Comisión Nacional de Biotecnología, la encargada de
aprobar los productos agrotóxicos), estaba copada por funcionarios que
respondían a grupos como Monsanto, Syngenta, Bayer, Dow, DuPont, entre otros.
El final de la
nota se refiere justamente a Gabriel Delgado: “Economista
agrario, impulsor de los transgénicos, y promotor de que los pequeños
productores utilicen cada día más las semillas modificadas genéticamente.
‘Argentina es un ejemplo mundial en materia de biotecnología y transgénicos’,
celebró en el portal de agronegocios Futuros y Opciones (FyO). En el mismo
reportaje, trazó planes a futuro: ‘Creo que dentro de treinta años tenemos que
estar en condiciones de decir que hay una institución (la Conabia) que se
dedicó a evaluar el hecho de que efectivamente la soja transgénica y el maíz
transgénico no generan cáncer, esterilidad, ni problemas en la vista’. Y, al
instante, tuvo un lapsus: ‘Y si fue la transgénesis la que generó algún
problema, que el Estado tenga rápidamente los elementos para tomar las medidas
necesarias y solucionar los problemas que se presenten a partir de ella’.
En diversos escritos Delgado insiste monotemáticamente con
la idea: “Los agroquímicos no son dañinos para la salud, el sector
ambientalista está equivocado” plantea en su artículo “Escenario desafiante” de
2018. Incurre en el argumento de tildar como “ambientalistas” a las
comunidades afectadas por las fumigaciones masivas con venenos en toda la
región dominada por transgénicos.
La fumigación de 500 millones de litros anuales de
pesticidas es además un disparate científico, ya que cada vez se verifica la
existencia de más resistencias (ya son 33 los ‘yuyos’ a los que el glifosato
& afines no pueden ‘controlar’) con lo cual se fumiga en dosis cada vez
mayores y con mezclas de venenos cada vez más letales, y cada vez más caras
para los productores.
El proceso de concentración de tierras que acompaña
naturalmente a este modelo exhibe como logro que de 333.000 explotaciones
agropecuarias que había en 2002 se pasó a 250.881 en 2018. Desaparecieron
83.000 campos (uno cada dos horas en esos 16 años de apogeo transgénico) que
obviamente no desaparecieron sino que fueron concentrándose en cada vez menos
grupos empresarios.
Interés público
Miryam Gorban calcula que habrá que sumar esfuerzos para que la
empresa intervenida y tal vez expropiada “sea realmente pública”. Mientras
espera, celebra la decisión “porque si ves a quiénes se oponen, te cruzás de
vereda”, y reflexiona: “No es menor que el Estado se haga cargo, como creo que
tendría que ocurrir con los puertos y con el comercio exterior”.
Carlos Vicente, que además pertenece a Acción por la Biodiversidad
explica: “Es importantísimo que se pueda expropiar una empresa así de manos de
estafadores. La gente de Santa Fe, sobre todo, sabe que Vicentín es un
monstruuo del agronegocio, de la soja, de la producción de biodiesel, de la exportación. Es un
emblema y es fundamental que empiece un proceso de reconversión que tenga
presente la producción de alimentos, el trabajo con cooperativas. Pero lo real
es que una planta como la
de Vicentín tiene muchas contradicciones con la idea de
Soberanía Alimentaria. A la vez, lo real es que existe, existen sus más de
5.000 empleados y es una posibilidad la de que cumpla un rol Vicentín desde su
gestación está pensada para otra cosa, para la exportación, para la
maximización de ganancias. Si lo que vamos a hacer con esa empresa es alimentar
con soja las exportaciones y el biodiesel, bueno, nos cruzaremos con una
tremenda contradicción. La designación de Delgado no es una buena señal. Habrá
que ver”.
En este punto Vicente plantea la situación de disputa dentro del
propio Estado. “Claro, porque tenemos una empresa como YPF que es del Estado,
pero con acuerdos multinacionales, metida en el fracking, etc. Entonces si lo
trasladamos al agronegocio, lo que vemos es una disputa por el rol del Estado y
el modelo agrícola. No es que se expropia y ya está. Lo que sí es real es que
esto se produjo en el momento en que los movimientos campesinos están haciendo
un fuerte cuestionamiento del modelo agrícola y apareció Vicentín como parte de
ese modelo que además se robó mucha plata durante el gobierno de Macri2.
Hoy el gobierno precisa dólares por lo tanto puede deducirse que
irá a lo seguro, en términos productivos: mantener el modelo transgénico y de
exportación. “Sí, es cierto, es un riesgo, una amenaza. Pero ¿cuál es la
solución en este caso? Lo primero es tomar el control, y lo segundo será pelear
para que la empresa vaya hacia otro modelo. Ahí está la disputa. Lo real es
que más allá del bastardeo que pueda haber hoy sobre la cuestión de la Soberanía Alimentaria ,
algo se movió. Eso es por todo lo que viene haciendo el movimiento campesino, y
lo que hizo el Foro Agrario, planteando estas cuestiones”.
El Foro Agrario se anticipó
En febrero de este año el Foro Agrario que reúne a los principales
movimientos campesinos y de agricultores del país, elaboró un documento llamado
“Propuesta política para que Vicentín sea YPF”.
El texto:
La empresa agroexportadora Vicentín ha incumplido con la deuda
contraída con el Banco Nación por 18.000 millones de pesos, a la vez que tiene
millonarias deudas con otros bancos, productores e instituciones cooperativas
que proveen cereales, oleaginosas y carnes a la mencionada empresa. En esta
situación es imprescindible que se investigue hasta las últimas consecuencias
las causas por las cuales, una mega empresa de los agronegocios, puede
endeudarse con un Banco Público incumplimiento las elementales normativas del
Banco y generando importantes perjuicios económicos al Estado nacional.
La empresa viene creciendo sostenidamente en los últimos años. En
el año 2015 ocupaba el puesto 19 entre las compañías de mayor facturación en
Argentina. A fines del 2019, asciende al 6to lugar, y exporta alrededor 10% de
los cereales, oleaginosa y subproductos de nuestro país. Sin embargo, en agosto
plantea “estrés financiero” y deja de pagar la cuantiosa deuda que tiene con el
Banco Nación. La falta/cesación de pagos, no se comprende, sobre todo porque
sus balances son superavitarios y la empresa no deja de crecer y posicionarse
entre las primeras del sector.
En este marco, planteamos la presente propuesta política que tiene
como objetivo lograr el control del capital accionario, en forma total o
parcial, de la Empresa por parte del Estado Nacional con la participación de
lxs trabajadorxs en la gestión, interviniendo en el comercio exterior de granos
y oleaginosas, y a la vez posibilite generar un instrumento para el desarrollo
de un modelo de producción agraria inclusivo y sustentable, conservando los
puestos de trabajo de la empresa.
El Banco Nación hoy es una herramienta para el agronegocio,
necesitamos que se transforme en un poderoso instrumento de las pymes,
agricultores familiares, campesinxs y comunidades indígenas, generando líneas
de financiamiento que se adapten a sus necesidades.
Por
todo esto, los abajo firmantes proponemos:
· Constitución de una comisión investigadora de la deuda contraída
en el Congreso Nacional.
· Fortalecimiento y desarrollo de líneas de financiamiento para
pymes, agricultores familiares, campesinxs y comunidades indígenas desde el
Banco Nación.
· Control del capital accionario de la Empresa Vicentín
por parte del Estado Nacional.
· Participación de Cooperativas y de Organizaciones en la gestión
de la empresa, para transformarla en un instrumento de regulación de precios y
apuntar al desarrollo con impacto local, con agregado de valor en origen que
necesitan los productores familiares.
· Avanzar hacia la regulación del Comercio Exterior, que impacte
positivamente en los precios que perciben lxs productorxs y los precios que
pagan por los alimentos lxs consumidorxs.
· En definitiva, qué Vicentín se transforme en un Empresa Nacional
con participación del Estado, que intervenga en el Comercio Exterior, bregando
por un modo de producción diferente, con Soberanía Alimentaria, sustentable e
inclusivo, que cuide las divisas que tanto cuestan a nuestro país, y que mejore
la inserción de Pymes, Agricultores Familiares, Campesinxs y Comunidades
Indígenas en el Comercio Exterior.
Otro trabajo crucial para comprender la situación de Vicentín es
este elaborado por Claudio Lozano, actual director del Banco Nación.
http://www.biodiversidadla.org/Noticias/Que-es-la-Soberania-Alimentaria-El-dilema-de-la-expropiacion-de-Vicentin
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