Entrevista a Joaquín
Miras Albarrán sobre Praxis
política y Estado republicano. Crítica del republicanismo liberal
“Los frentes populares
fueron un proyecto político unitario que promovía
la organización y
participación activa de los explotados en la política”
25 de septiembre de 2017
Por Salvador López Arnal (Rebelión)
Entre otras muchas cosas, algunas de ellas
recordadas y comentadas en anteriores conversaciones aquí publicadas, Joaquín
Miras Albarrán es miembro fundador de Espai Marx y autor de Repensar la política y Praxis
política y Estado republicano.
Estábamos en los frentes. ¿Qué
significaron esos frentes democráticos antifascistas en tu opinión? Te pido una
descripción breve, no un ensayo de 1.917 páginas. ¿Tiene sentido hablar de
ellos en estos momentos? ¿Nuestra situación no tiene nada que ver con la de
aquellos años?
Los frentes populares son una propuesta
elaborada por la Kommintern cuyo espíritu consiste en impulsar la
autoorganización de las fuerzas populares, los trabajadores, los campesinos,
las clases urbanas pequeñoburguesas, las clases medias. En favorecer instancias
de participación y protagonismo político de la propia sociedad, no sólo
instancias electorales, no sólo listas unitarias para la elección de los
órganos de representación institucional. No se trataba de una simple unidad de
acción electoral, de una coalición.
Se reconocía el gravísimo error cometido
con el campesinado y se recogía sus aspiraciones. Recordemos que sólo Lenin
había sido capaz de comprender y considerar al campesinado y sus reivindicaciones
una fuerza demo revolucionara; ni los demás dirigentes comunistas, ni, aun
mucho menos, los de la socialdemocracia. Tampoco el grueso de los
partidos demo republicanos. Y dentro del anarquismo, en aquellos países en los
que existía esta corriente, se daba lo mismo, un obrerismo que pretendía
imponer proyectos al campesinado, o lo reprimía duramente si sus proyectos no
eran aceptados.
Los frentes populares pretendían la
construcción organizada, por la base, la autoconstitución, de un Pueblo, o
mayoría social de trabajadores. Le devolvía el protagonismo político –la
soberanía verdadera- a los subalternos para organizar, de abajo arriba, un
verdadero movimiento popular, un verdadero demos, el movimiento de la democracia. Por
ello, lo fundamental era la creación de organismos unitarios de base. Se
pretendía que el núcleo impulsor fuera el movimiento obrero, y para ello, se
proponía la reunificación, sobre bases políticas demo populares, no supeditadas
a la burguesía, de las dos corrientes socialistas, la comunista y la socialdemócrata. El
caso del PSUC es ejemplar, un partido que fusiona comunistas y socialistas. Era
la devolución del protagonismo político a las clases explotadas, como forma de
derrotar al fascismo y de crear regímenes democráticos, repúblicas
democráticas. Su proyecto nos es explicado por Chaplin en el emocionante
discurso que el actor pronuncia al final de la película El gran dictador. Y tienes toda
la razón, nuestra situación exige alternativas políticas de ese tipo.
¿Qué exige por ejemplo?
Exige liquidar el rapto de la actividad
política por parte de los profesionales, exige que las fuerzas políticas sean
generosas y que estas fuerzas ayuden a construir instrumentos que permitan a
las clases subalternas organizarse e intervenir directamente en política,
instrumentos unitarios que posibiliten que los explotados ejerzan control,
poder, sobre su vida cotidiana, esto es, sobre la totalidad de su actividad
cotidiana, y además, ejerzan, también, control sobre los programas electorales
y sobre quienes son elegidos como representantes. La unidad de acción. Que no
es solo una coalición electoral. Todo esto es devolver a la democracia su
sentido verdadero; entender la democracia como poder popular -eso significa el
término-, un sentido o significado que era todavía muy vivo en aquella época, y
que era el rechazado precisamente por el liberalismo, que pretendía reducir la
política a la elección de representantes institucionales.
La última pregunta... por el momento.
Te cito: "La contrapartida a los derechos sociales reconocidos [tras la II Guerra Mundial ]
era que las organizaciones políticas debían abandonar su tarea de organización
popular y debían convertirse en fuerzas liberal representativas" (p. 96).
¿Es una conjetura? ¿Quiénes pactaron en esos términos? Cuando hablas de
organizaciones políticas, ¿incluyes a los partidos comunistas y socialistas de
aquello años? ¿También a los sindicatos?
El gran enemigo a destruir tras 1945, como en
1935, eran los frentes populares democráticos antifascistas, el proyecto
político unitario que promovía la organización y la participación activa de los
explotados en la
política. Tras 1945, en una Europa arrasada, el capitalismo,
esto es, la economía organizada existente, había colapsado y las clases
sociales populares simpatizaban con el socialismo. Pasolini nos cuenta estas
cosas en algún lugar de sus obras. Los frentes populares eran movimientos
democráticos de masas vivos, activos, también en el este de Europa. Nos lo
explica el gran historiador E. P. Thompson, que en 1946 estuvo como voluntario
en los Balcanes; y cuenta de su experiencia del Frente Popular en Bulgaria,
etc. Se puede leer todo esto en la interesantísima entrevista que está
publicada como capítulo final del volumen que he citado, Tradición, revuelta y conciencia de
clase. Pero en 1946 precisamente, se inicia la Guerra Fría
protagonizada por los Estados Unidos. Winston Churchill pronuncia en Fulton,
Missouri, el 5 de marzo de 1946 un discurso, presentado nada menos que por el
propio presidente de los EE.UU., Truman, que es la consigna: combatir a la
URSS, fortalecer el capitalismo. So capa de ser considerados «agentes rusos»
todo movimiento demo popular
pasa a ser considerado peligro. Se comienza la lucha por la descomposición de
los movimientos de masas unitarios y la caza de brujas se da en todas partes de
una u otra forma. En Italia, en Francia etc. se ayuda a los grupos
anticomunistas y antisocialistas de las fuerzas socialdemócratas, se protege a
los fascistas y se los recicla para que sean cuadros de partidos democráticos,
se inyecta dinero en ayudas a los países arrasados por la guerra para
reconstruir el capitalismo y para crear alternativas sociales al socialismo.
Todo ello pasaba por la promoción del aislamiento de los partidos comunistas.
Sí, sí, no hay duda, y la red Gladio por si fuera
necesario.
Estos partidos estaban en varios países en los
gobiernos de unidad nacional, como consecuencia de la importancia de su papel
en la lucha contra el fascismo, lo cual los había convertido en grandes fuerzas
de masas. La desmovilización social pasaba por la concesión del estado social,
universalización de la sanidad, la escuela, las pensiones, ciertamente. Los
partidos comunistas, particularmente el italiano y el francés, resistieron todo
lo que pudieron. Hubo asesinatos de militantes y cuadros comunistas y de
activistas sociales. Incluso se atenta contra la vida del secretario general
del PCI, Palmiro Togliatti.
Sí, sí, conviene recordarlo.
En general, una colosal revolución pasiva
había sido puesta en marcha. La nueva sociedad de consumo iría transformando la
cultura cotidiana de las clases explotadas y las direcciones políticas de los
partidos no registraban ese cambio social radical. Algunas fuerzas social
demócratas, por ejemplo el partido de Pietro Nenni, trataron de resistir
durante un tiempo también; otras sin embargo, desde el comienzo, fueron
instrumentos de guerra fría, por ejemplo la SED alemana de la RFA.
Ante la liquidación de la democracia –la
participación política directa de la ciudadanía y el poder popular, no
representado- en la parte de Europa, controlada por los EE.UU., ante la
conversión de la verdadera democracia, la organización de la actividad política
de los subalternos, y su conversión en un sistema electoral representativo, y
la lucha institucional contra los partidos comunistas, la respuesta soviética
fue eliminar en su área de influencia esas mismas experiencias. Y convertir en
países supeditados a su política a estados que en un comienzo había dejado ser
neutrales, como lo siguieron siendo, por diversas razones, Austria y Finlandia.
El interés previo de la
Unión Soviética había consistido en crear un centro Europa
neutral, y una Alemania unificada neutralista también, cosas a las que se opuso
la política de EE.UU. con todos sus medios .
Me refería a todo esto.
De acuerdo. Continuamos más tarde, te
dejo descansar un poco.
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