Una apuesta para
limpiar
la tierra de agrotóxicos
29 de septiembre de 2017
Por Darío Aranda (Página/12)
El pasado 21 de septiembre se conmemoró el Día Internacional de
Lucha contra el Monocultivo. En Misiones, líder forestal de Argentina, se da un
caso atípico: campesinos lograron expropiarle hectáreas a una de las mayores
multinacionales del sector (Alto Paraná-Arauco). “Sembrando lucha, cosechamos 600 hectáreas ”,
resumieron los campesinos de Productores Independientes de Piray (PIP).
El monocultivo de árboles (pino y eucaliptos) tiene las mismas
consecuencias que el avance sojero: desalojos de campesinos e indígenas,
desmonte, uso de agrotóxicos, concentración de tierras en pocas manos. Diversas
organizaciones conmemoran hoy el Día Internacional de Lucha contra esta
actividad extractiva. Y en Misiones, líder forestal de Argentina, se da un caso
atípico. Campesinos lograron expropiarle tierras hectáreas a una de las mayores
multinacionales del sector (Alto Paraná-Arauco). “Sembrando lucha, cosechamos 600 hectáreas ”,
resumieron los campesinos de Productores Independientes de Piray (PIP).
Piray es un municipio al noroeste de Misiones,
190 kilómetros
al norte de Posadas (departamento de Montecarlo). En el kilómetro 18 de la
antigua ruta nacional 12, de tierra, viven los campesinos de PIP. Las parcelas
tienen entre diez y veinte metros de frente, una junto a otra, y sólo 70 metros de fondo, donde
los pinos de Alto Paraná les marcaban el límite para producir, criar animales y
vivir. Desde 2006, los campesinos denuncian el avance empresario y se resisten
a repetir el futuro de parajes vecinos, de éxodo y marginación.
En 2010, Productores Independiente de Piray (junto a técnicos
locales de la Secretaría de Agricultura Familiar de Nación) comenzaron a gestar
un proyecto para producir alimentos sanos, criar animales y no tener que dejar
su territorio. Pero necesitaban tierra.
Luego de decenas de acciones (movilizaciones, campañas
informativas, cortes de ruta) lograron en junio de 2013 una ley provincial para
expropiar 600
hectáreas a la multinacional Alto Paraná
(Grupo Arauco). La propia ley provincial reconoce el impacto negativo del
agronegocio forestal: “En los años 1997 y 1998 favorecido por políticas
liberales en desmedro del agro misionero, se inicia el proceso de concentración
de tierras por parte de la empresa Alto Paraná , se pierden innumerables
puestos de trabajo que llevaron consigo el éxodo rural”. Y puntualiza la
desaparición masiva de pequeñas chacras.
La expropiación de las 600 fue celebrada por
los campesinos en 2013, pero alertaron que aún faltaba el cumplimiento. El
gobierno de Misiones demoró cuatro años en entregar las primeras 166 hectáreas
(de 600), y lo hizo porque PIP no dejó de movilizarse y reclamar el
cumplimiento de la ley.
Tanto PIP como técnicos de la Secretaría de
Agricultura Familiar (Ministerio de Agroindustria de Nación) denunciaron que
sólo la mitad (83
hectáreas ) están en condiciones de ser de uso agrícola.
El gobierno de Misiones, en articulación con Alto Paraná-Arauco, incluyó en las
166 hectáreas
a tierras de barrios con más de 40 años de instalados y hasta incluyó caminos
vecinales (que no debieran contar como tierras expropiadas). Las denuncias
recayeron sobre el Instituto de Fomento Agropecuario e Industrial (IFAI
–organismo oficial a cargo de la implementación de la expropiación), que además
demora la entrega de herramientas y maquinaria.
A pesar de la demora y de las maniobras de funcionarios y empresa,
los campesinos de PIP celebran que ya cuentan con tierras, donde comenzaron a
limpiar (los desechos de pinos) y a sembrar cultivar maíz, zapallo, mandioca y
poroto..
“En esta etapa nos proponemos sembrar para el autoconsumo, y poder
tener excedente para venta en las siguientes etapas. Estamos trabajando con
herramientas muy rudimentarias, pero con mucho entusiasmo porque estamos
logrando que tierras que estaban destinadas a la forestación sean reconvertidas
en tierras para la producción de alimento”, explicaron los Productores
Independientes de Piray. Y remarcaron la victoria: “Hemos logrado que se
’amplíe el horizonte’, los pinos y eucaliptos ya no están en el patio de
nuestra casa, se han alejado y ahora el viento que sopla es un poco más puro.
Es un logro importante para toda la comunidad, ya no volveremos a ver que se
fumigue detrás de nuestras casas”.
Los campesinos exigen que se complete la
entrega de las 600
hectáreas que establece la ley y junto a otras organizaciones
rurales van por más: que se implemente el artículo 51 de la Constitución de
Misiones, que establece que la tierra debe cumplir un bien social.
El 30 de septiembre habrá celebración en
Piray. Los campesinos se juntarán por el logro obtenido, no fueron expulsados
de su tierra y le expropiaron tierras a una de las mayores multinacionales del
sector forestal.
El Movimiento Mundial por los Bosques
Tropicales destaca que el monocultivo de árboles es parte del modelo
extractivo, que en otras regiones tiene el rostro de megaminería, transgénicos
y agrotóxicos, la actividad petrolera y las megarepresas.
El avance del monocultivo de árboles en Argentina tiene relación
con la década del 90. En 1999 se aprobó la Ley 25.080, llamada de “Inversiones
para bosques cultivados”. Subsidia todos los pasos productivos y fue redactada
junto a las grandes empresas del sector. La ley 25.080 vencía en enero de 2009,
pero fue prorrogada --por otros diez años-- por el Congreso en 2008. El
Gobierno ahora impulsa modificarla, en articulación con las grandes empresas, y
llegar a los dos millones de hectáreas de monocultivo forestal (de las 1,2
millón actual). Lo que implicará mayor conflictividad con campesinos y pueblos
indígenas. Misiones concentra la mayor actividad de monocultivo forestal (el 60
por ciento de la producción nacional), le siguen Corrientes, Entre Ríos y
Buenos Aires.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=232034
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