Jalones de derrotas: balance de la ocupación obrera de
AGR-Clarín
13
de abril de 2017
Cuando se cumplían 82
días de ocupación de la planta gráfica AGR-Clarín, los obreros fueron desalojados.
Decíamos el 1 de
febrero que la
Comisión Interna (C. I.) de AGR “no traiciona sino defiende
los intereses de los trabajadores que representa”, y agregábamos: “La Sociedad
de Resistencia de Oficios Varios de Capital adherida a la Federación Obrera Regional
Argentina (F.O.R.A.) saluda a la Comisión Interna de AGR y a todos sus
trabajadores y reivindica el método proletario sobre el que asienta su
funcionamiento: la asamblea como ámbito de decisión y la acción directa para
imponer las decisiones emanadas de la asamblea deliberativa y resolutiva, es
decir, soberana”.
Desde el 16 de enero y
hasta el 7 de abril, los trabajadores libertarios agrupados en la Sociedad de
Resistencia de Oficios Varios Capital apoyamos los reclamos y cada una de las
medidas adoptadas por los obreros de AGR. No sólo eso: también aportamos al
fondo de lucha, dimos amplia difusión al conflicto y participamos de todas las
acciones (piquetes, movilizaciones, etc.).
Reivindicamos la
conciencia de clase de los trabajadores de AGR: la fiereza antipatronal fue
demostrada durante todo el tiempo que duró la ocupación de fábrica. Sabemos lo
difícil que es consensuar posiciones sin que se rompa esa formidable
herramienta de lucha (y al mismo tiempo escuela de formación de conciencia de
clase) que es la
Asamblea. Por eso valoramos positivamente todas las
iniciativas resueltas en Asamblea y que concretaron los obreros de AGR. De las
acciones llevadas a cabo queremos reivindicar algunas en particular: la táctica
del boicot, el haber puesto en funcionamiento la producción al publicar la
revista “Viva las luchas obreras” y, sobre todo, la madre que parió todas las
iniciativas y acciones proletarias: la ocupación de fábrica.
Vigencia de los
primigenios métodos del proletariado
El boicot permite
generar un daño directo a la patronal (que mermen sus ventas y en consecuencia
sus ganancias) y al mismo tiempo compromete la participación de vastos sectores
de la sociedad que, al “boicotear” determinados productos o servicios, se
solidarizan con la lucha de los trabajadores que lanzan la medida. El boicot a los
productos editoriales del Grupo Clarín por medio de la campaña “No Compre”, de
acuerdo a los trabajadores de AGR, produjo una merma de ganancias de alrededor
del 30% del diario Clarín de los domingos, cuya edición incluye la revista Viva que se
imprimía en los talleres AGR.
La decisión de
imprimir “Viva las luchas obreras” puso en práctica lo que los comunistas
anárquicos afirmamos en nuestra propaganda ideológica: son los obreros quienes
conocen su labor, quienes pueden materializar ideas y ponerlas en circulación,
sin la mediación de la patronal que vive a expensas de nuestro esfuerzo físico
e intelectual. Todos los medios de
producción que intervienen en el proceso de producción de determinado producto
(en este caso una revista porque es una planta gráfica) fueron puestos en
funcionamiento no para generar ganancias al capitalista sino para beneficio de
los productores, es decir, los trabajadores de AGR.
Por último, ocupar una
fábrica es romper con toda la legalidad sobre la que se asienta la
“legitimidad” burguesa. Toda ocupación de fábrica desafía los límites
simbólicos y materiales del capitalismo: el derecho de propiedad es abolido de
hecho. Descontando la huelga general revolucionaria, la ocupación de fábrica es
la medida de lucha más radical del proletariado contra el Capital y el Estado:
derecho de propiedad y relaciones de producción son cuestionados al mismo
tiempo.
El principio del fin
En el comunicado
público del 1 de febrero alertábamos “que la lucha de los trabajadores de
AGR-Clarín podría quedar aislada si no es acompañada solidariamente por el
conjunto de la clase obrera. Si el sindicato Federación Gráfica Bonaerense no
estuviese dirigido por agentes de la conciliación de clases, ya debería haber
lanzado una huelga general por tiempo indeterminado hasta lograr la
reincorporación de todos los trabajadores despedidos por el Grupo Clarín. Esa
medida posibilitaría también que los sindicatos de periodistas efectivizaran
otra huelga general por tiempo indeterminado en solidaridad hasta lograr la
reincorporación de los gráficos despedidos, además de sumar sus propias
reivindicaciones (en el diario Clarín las condiciones de trabajo ya están
flexibilizadas y recientemente decenas de trabajadores aceptaron el chantaje
del ‘retiro voluntario’, por ejemplo). Y hay motivos de sobra para que el
conjunto de los trabajadores se lance a la huelga indefinida, entre ellos que
los despidos, la flexibilización laboral y la elevada inflación ahondan nuestra
carestía de vida”.
El 25 de febrero
volvimos a remarcar el rol burgués que ejercía no sólo el sindicato Federación
Gráfica Bonaerense (FGB) sino el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA):
“[FGB] sólo convocaron a un paro de 24 hs y movilizaron su aparato en dos
ocasiones, la última el 22/2 donde al margen de la convocatoria de los obreros
de AGR hicieron un acto propio. (…) También es lamentable el papel del
nuevo sindicato ‘combativo’ de los periodistas de la ciudad de Buenos Aires, el
SIPREBA, que no sólo no llamó a una huelga por tiempo indefinido en solidaridad
y para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores de prensa sino que
ni siquiera motorizó la huelga en la redacción del diario Clarín”. Además,
volvíamos a advertir que la lucha de los obreros de AGR estaba siendo “aislada
adrede” gracias a la acción del frente antiproletario conformado por el Capital
(no sólo la patronal gráfica sino la de todos los medios
de comunicación que garantizaron el llamado “cerco mediático”), el Estado (sobre
todo por medio de los ministerios de Trabajo y de Seguridad) y los Sindicatos
(no sólo la FGB). Y nuevamente hacíamos un llamado “a la Comisión Interna
de AGR-Clarín y a todas las asociaciones gremiales (comisiones internas,
cuerpos de delegados, corrientes sindicales) a organizar con urgencia un
encuentro nacional de trabajadores combativos en la perspectiva de dotarnos de
un plan de lucha decidido democráticamente por el conjunto de la clase obrera
para derrotar a los capitalistas, a su Estado y a la burocracia sindical”.
Desgraciadamente, los
trabajadores de AGR no apostaron a desnudar completamente el rol patronal
ejercido por la burocracia sindical de la FGB. Los obreros de AGR no exigieron la
solidaridad activa -esto es, “huelga por tiempo indefinido”- a los trabajadores
de otros talleres gráficos del Grupo Clarín, del diario Clarín, y de las
señales televisivas y radiales del multimedio de Magnetto y de Herrera de
Noble. En cambio, la C. I.
de AGR le suplicó una y otra vez a la FGB que motorice alguna medida de lucha y
hasta llegó a ensalzar la decisión de la burocracia de dicho sindicato de
convocar “después de décadas” a un miserable paro de 24 hs… En ningún momento
criticaron a fondo el rol de la burocracia sindical de la FGB y no llamaron a
fortalecer un polo antiburocrático por medio de un encuentro de trabajadores
combativos como proponíamos desde la SROV Capital.
Al mismo tiempo, a
medida que avanzaban los días y también la difusión del conflicto entre los
trabajadores y la sociedad en su conjunto, la C. I., en vez de endurecer los planteos contra el
frente único burgués conformado por el Capital, el Estado y la Burocracia Sindical
y aumentar la efectividad de las acciones, éstas fueron cada vez más ineficaces
y aquéllos cada vez más difusos y con menos espesor. Así, en vez de reiterar el
bloqueo de la planta gráfica de la calle Zepita (que al Grupo Clarín le provocó un
daño económico importante al no llegar los diarios a muchos puestos de venta de
todo el país) y volver a cortar la Autopista 25 de Mayo (para seguir mostrando
a la sociedad la existencia del conflicto y también generar molestias al
conjunto de la burguesía), se sucedieron una serie de acciones de bajo impacto,
como los conciertos (de música clásica, de tango, etc.) en la puerta de la
gráfica ocupada.
La combinación de
ambivalencia ante la burocracia de la FGB (exigirle tibias medidas con escasas
críticas) y de auto-repliegue de las acciones (en Pompeya, no en autopistas y
avenidas centrales) resultó decisiva para que el aislamiento dejase paso a la derrota. Es verdad que
salieron “con la frente en alto” (textual de Pablo Viñas de la C. I. )… pero al fin
derrotados.
Lo que vendrá
Una vez desalojados,
los obreros de AGR anunciaron que acamparán en la puerta de la gráfica para
reclamar por la reincorporación de los trabajadores despedidos. Hoy marcharon
al Ministerio de Trabajo y las próximas acciones decididas por los trabajadores
serán una nueva movilización por las calles de la ciudad de Buenos Aires y un
“boicot a la Feria del Libro”. Además, “mandataron” a la FGB un paro activo
nacional.
Desde la SROV Capital
seguiremos acompañando las acciones decididas por el conjunto de los
trabajadores de AGR. En este escenario de derrotas (como la que sufrieron los
obreros de AGR), es fundamental seguir solidarizándonos entre explotados.
La clase obrera debe
comprender que nuestro enemigo no sólo es la Patronal y el Estado: también es la Burocracia Sindical. La
huelga y otras medidas de acción directas son nuestras armas para enfrentar a
la Patronal y el Estado, de ahí la imperiosa necesidad de mantener la unidad de
clase proletaria. ¿Y cómo enfrentamos a la Burocracia Sindical ?
Sin dudas, la lucha autónoma del proletariado suele quebrar la dictadura
sindical, sobre todo en etapas de ascenso de la lucha de clases. Pero en
situaciones adversas como la que estamos atravesando, donde la Patronal y el
Estado imponen sus duras condiciones en complicidad con los sindicatos (acuerdo
de flexibilización laboral de Vaca Muerta para los petroleros, limitación del
alcance de la ley que regula a las ART que perjudica al conjunto de los
trabajadores, esquema de suspensiones rotativas en la industria automotriz,
sobrecarga de tareas por el mismo salario que está a la baja -gracias a la
inflación- en el comercio, etc.) y donde el temor al desempleo paraliza la
acción crítica de la clase obrera, el ardor del proletariado suele menguar. Por
eso los trabajadores con conciencia de clase debemos aunar fuerzas: creemos que
la convocatoria a un encuentro nacional de trabajadores combativos es
perentoria. Al mismo tiempo debemos propagandizar la necesidad de derogar la
ley de asociaciones sindicales, primer mojón hacia la conquista de la libertad
de asociación gremial como existía en la región argentina antes de 1945.
¡Clase contra Clase!
¡Encuentro nacional de trabajadores combativos!
¡Derogación de la ley de asociaciones sindicales!
Sociedad de
Resistencia de Oficios Varios Capital
12/4/2017
Fuente: http://capital.fora-ait.com.ar/
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